• Mery
latoat04
Solo quiero desahogarme.
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Desperté de un largo sueño, y cuando abrí los ojos, te ví, acostado a mi lado con esos labios rosados y el pelo rizado de color castaño y despeinado. Por una parte quería que despertaras, para ver el sol reflejado en tus ojos café y escuchar tu voz ronca de recién levantado. Pero por otra parte quería quedarme ahi, admirando tu belleza y recordando momentos que siempre perdurarían en mi cabeza. En 3 años hemos vivido muchas emociones, tantas risas y buenos momentos, tantos momentos tristes y desesperantes, como muchas de nuestras peleas por razón de nuestros celos, las cuales resolvimos hablando, y cuando lo solucionamos nuestra relación se hizo más fuerte. También recuerdo esos momentos de placer, donde los dos nos hundíamos con la piel del otro, el sudor recorriendo todo nuestro cuerpo, cada poro de nuestra piel. Cada vez que te miraba me salía una sonrisa que no podía controlar. Cuando miraba esas películas románticas en la que los personajes decían "sin tí no sabría que hacer, me moriría, si tu no estás mi mundo sería oscuridad en su totalidad", yo pensaba, que ridiculéz, el amor lo puedes hayar en muchas personas, pero no, me dí cuenta que lo que decían era cierto. Yo ahora mismo me atrevería a decir que te amo y que de tí estoy enamorada. Es extraño esto que siento, noto como unas mariposas vuelan en mi estómago, quieren salir, pero algo dentro de mí no las deja. Ellas siempre están dormidas, pero cuando sienten tu presencia se alborotan y se vuelven locas. Siempre he vivido en la realidad, y siempre he tenido seguro que ninguna historia acaba como en los cuentos de hadas, pero desde que te conocí es como si viviera en una historia de esas, en la que todo es color de rosa y hay un villano que intenta destruirlo todo, pero llega ese héroe que salva a todos, encuentra una doncella y se enamoran. La verdad sacas la niña que llevo en mi interior, lo cual nadie ha conseguido. Quisiera que siempre estuvieras a mi lado, que compartiéramos todo, nuestros secretos, pensamientos, ideas que por muy locas que sean para mi siempre serán las más maravillosas de todo el mundo. Quiero que todos sepan lo maravilloso, inteligente y honrado que tú eres, podría seguir diciendo adjetivos sobre tí, pero si lo hago acabaré con el diccionario, incluso encontraría nuevas palabras. Te necesito en mi vida, a tí, que has visto todo de mí, has aceptado mis errores y mis defectos, mi niñeces y estupideces. Quiero verte sentado en la silla del jardín con nuestros hijos mientras le cuentas la historia de como nos conocimos, yo recuerdo perfectamente ese día, ese 14 de septiembre en el que confundimos nuestros cafés y yo al mirar tus ojos me quedé paralizada, y no pude evitar preguntar como te llamabas. El resto de la historia ya te la sabes. Ya empiezas a despertar, abres tus hermosos ojos, yo no puedo evitar sonreir y tú sonries conmigo. Espero que nuestra historia nunca acabe, y sigamos añadiendo anéctotas interminables.Te quiero. 
Amanecer.
Autor: Mery  183 Lecturas
Son las 16:30 de la tarde, me empiezo a preparar para vernos, me dijiste que nos viéramos a las 17:00 en el bar que nos conocimos, estoy ilusionada porque te veré, y sí, ya se que nos vimos ayer, pero cada vez que se que te voy a ver me alegra, siento como si fuera nuestra primera cita, nunca me canso de tí. Cojo las llaves, el teléfono y el bolso, procuro no olvidarme de nada, cierro la puerta y salgo.Llegué al bar antes de la hora, cuando de repente te ví, pero no estabas solo, ibas acompañado, era una chica, de cabello negro y corto. Llevaba puesto un vestido amarillo con flores y unos zapatos de tacón marrones. La tenías agarrada de la mano, no entendía que estaba pasando, hasta que segundos después vi como le dabas un beso en la boca. Me quedé paralizada, pero no me fui, necesitaba tener respuestas de lo que estaba pasando. Saco el teléfono para mirar la hora, ya son las 17:00, levanto la mirada y veo que ella se va y tú te quedas en la mesa, esperandome. Me acerco y te levantas con la intención de saludarme con un beso en los labios, pero yo lo evito y me lo acabas dando en la mejilla. Me miras extrañado, lo ignoro y procedo a sentarme en la silla, durante un segundo me paré a pensar en que hace un rato una mujer a la cual besaste se sentó aquí. Ya no me siento ilusionada, me siento utilizada, me siento como si fuera parte de un juego. Soy como un nivel el cual lo superas y pasas al siguiente.Me preguntas como me fue el día, yo te digo que bien, me seguías preguntando cosas como por ejemplo del trabajo, yo con ganas de contarte todo mi día, de como hoy volvió a llamar ese cliente al que se le murió el gato y al cuál yo tuve que escuchar y tranquilizar, pero se me fueron las ganas, pensé en como ella te cuenta su día de trabajo, en como te besa. Te contesto cortante y tú ya ves algo extraño, me preguntas que me pasa, entonces me decido a preguntarte quién era la chica con la que te viste antes y a la que besaste, te quedas perplejo, y lo único que se te ocurre decir es "no me ví con nadie" yo insisto, y sigues con lo mismo "no vi a nadie, te estaba esperando a tí". Tras escuchar esto me siento como una idiota y me voy, no podía seguir aguantando tus mentiras. No te tomaste ni la molestia de levantarte para ir tras de mí y darme alguna excusa o explicación. Llego a casa, y lo único que quiero es darme un baño caliente y pensar. Preparo el agua, me sirvo un vaso de vino y me meto. Miro el teléfono para ver si me escribiste, pero ya veo que no, no perdiste tu tiempo en mí. La que te llevaba apoyando 5 años seguidos, la que estuvo ahí para tí, en tus días más oscuros, la que esutuvo cuando falleció tu padre. siempre estuve ahí para tí, pero ya veo que no supiste verlo. Me duele lo que está pasando, pero me doy cuenta que no es importante, hay más hombres y, quizá, algún día,  encontraré a uno que de verdad me valore. Gracias por ayudarme a abrir los ojos. 
Estoy cansada de estar agotada, no solo físicamente sino también mentalmente. Cansada de no gustarme a mi misma y de que le gente me pregunte por quéCansada de la hipocresía de la gente al preguntarme, y, al yo responer, contestarme con indiferencia.Estoy cansada de pensar que sirvo para algo pero darme una hostia contra la realidad y ver que no es cierto. ¿Qué será de mi?¿Algún día dejaré de estar cansada?¿Algún día me sentiré orgullosa de mi misma?¿Algún día tendré la oportunidad de hacerlo?Puede que llegue ese momento.No obstante, temo cansarme de tanto esperar e irme a dormir.  
Idk
Autor: Mery  174 Lecturas
No se como empezar esto. Es el típico día lluvioso y frío en el que te dan ganas de estar en la ventana con la manta y la taza de chocolate caliente, admirando el baile que hacen las gotas al caer.Por mi cumpleaños me regalaron un libro, era de aventuras y romántico. A raíz que lo leía me iba sumergiendo cada vez más en la tinta del libro, sentía cada palabra, cada emoción que vivían, cada llanto. Llegué al capítulo 17, no quería continuar, sabía lo que pasaría al final. A la chica le diagnosticaron cancer, y los doctores dudaban que se fuera a recuperar... Cuando leí esos fragmentos no quise seguir con la historia, a si que lo cerré y lo puse en la estantería. Me indigné porque sentía que era muy cruel, el saber que vas a perder a aquella persona que amas, me parecía injusto que tras años y años buscando al amor de su vida, la encuentre y ella tenga que irse de este mundo sin avisarle si quiera. Me dió miedo llegar a la parte en la que ella daba su último aliento y con dificultad le dijera te amo, el último que le diría, no quería llegar a eso, porque sabría que me empaparía en mis lágrimas pues luego me costaría recuperarme. También era verdad que me mataba la incertidumbre de no saber si ella, en fin, pasaría al otro mundo, y si él al fin encontrase a alguien que estuviera junto a él toda la vida... No aguanté y me decidí a coger el libro y leerlo, lo abrí por la página en la que me quedé, acaricié la hoja y comenzé a leer. Ese capítulo estaba plagado de emociones, recordaron momentos preciosos, como por ejemplo cuando a ella se le cayó el zapato al lago y el como un loco saltó para recuperarlo, o cuando él se enfrentó a un enjambre de mosquitos por protegerla y que no la picaran. En ese momento los dos confesaron las noches que se quedaron despiertos miranose el uno al otro y llorando, era demasiado pronto para su despedida, necesitaban más tiempo juntos. De repente empecé a sentir como mis ojos y mi cara se empezaban a humedecer por culpa de mis lágrimas, pero no me detuve y seguí leyendo. Casi acabé el capítulo, no quería llegar a esa parte de sufrimiento, pero algo increíble sucedió, un doctor les comentó que ella se podría recuperar, nada más leer eso de la emoción pegué un salto junto con un grito. Este les comentó que sería un poco complicado y costoso, pero a ellos no les impotaba, pagaran lo que tubieran que pagar, lo harían, porque ella queria vivir, y hacerlo a su lado, ella sabía que aún les quedaba mucho tiempo y este no era el momento de despedirse. Cuando acabé el libro cogí las llaves de la casa y fui corriendo a casa de mi hermana, necesitaba abrazarla y decirle que la quería. No me podría imaginar un mundo sin ella, y necesitaba aprovechar el momento que nos quedaba juntas. 
El cantar de la lluvia.
Autor: Mery  165 Lecturas
Me levanto con sed de venganza hacia esa persona que me quitó la confianza. La que me quitó todo el amor y perseverancia, la que un día llegó y me dijo eres una nenaza, no sirves para nada. El primer día no le escuché, pero tras insistir e insistir las palabras se me grabaron en la cabeza. Yo antes no era así, fría como el invierno y callada como una tumba, yo era alegre y colorida como la primavera, ruidosa como un parque de atracciones lleno de niños felices con sus algodones y palmeras. Mi padre me decía siempre, no te fíes ni de la hormiga más pequeña por que hasta el mas inocente puede ser el que te haga más daño y el que se haga el más duro puede ayudarte en tus días más oscuros. Yo era pequeña e inocente y siempre he tenido un buen corazón, ayudaba a todo aquel que me necesitara, le tendía la mano por cualquier necesidad. Pero a la hora de yo gritar auxilio, nadie me rescataba. Entre mis llantos me ahogaba, recordaba las palabras de mi padre y me di cuenta que tenía razón, y por rebosar de amor me clavaron un cuchillo en la espalda. Intentaba mirar hacia arriba pero eso no me servía, luego intentaba mirar hace delante pero era como si estuviera en un pozo, lejos de la salida, sin escapatoria. Estuve varios meses esperando que alguien viniera con una cuerda a rescatarme, me me di cuenta que nadie iba a venir por mí. Empecé a madurar y a darme cuenta que nadie llegaría, a sí que empecé a escalar, aun que me hiciera sangre y sé me rompieran las uñas yo pensaba, “que coño, las cicatrices sanan, las uñas crecen y el corazón se endurece”. Así que miré hacia arriba, y empecé a subir, a raíz que lo hacia, veía una luz. Cuando la veía tenía más ganas de salir, y la adrenalina se apoderaba de cada parte de mí, de cada poro, de cada extremidad. Cuando al fin llegué arriba cambié. Me di cuenta que ya no sería la misma. La gente que antes me hizo daño aprendería que da igual las veces que me tirasen, tarde lo que tarde acabaré levantando la cabeza, y los comentarios que me hagan harán más fuerte mi corazón. 
Dichos.
Autor: Mery  157 Lecturas
Tengo la mente destrozada a la vez que nublada. Ahora mismo es el peor sitio en el que alguien se puede quedar, inhabitable, y, aquí estoy yo, sola, en un laberinto sin salida. No debreía quedarme aquí por mucho tiempo; hace frío y está muy oscuro. Veo gente, pero nadie me ve a mí. Hay un pequeño rayo de luz, voy a seguirlo. Se siente cálido, bien, me siento feliz, pero, cuando me doy la vuelta o cierro los ojos vuelvo a ese sitio frío y oscuro. Siento como esa luz cálida intenta ayudarme, pero, no puede. Siempre vuelvo al que creo ser mi lugar. Tengo miedo de que se aleje de mí. No quiero sentirme sola, vacía. Lo que sí me ayuda son esas personas locas encerradas en cárceles de vidrio; me hacen estar feliz, ver todo iluminado. No me hacen querer ver brotar flores de mis extremidades. En cambio, cuando estoy perdida y sin salida, esa vocecita me dice con una sonrisa: ´vamos a plantar un bosque nuevo, aliméntalo con el agua de cuerpo´, haciéndome creer que eso me hará feliz. 
No estoy bien
Autor: Mery  143 Lecturas
Ya es muy noche, debería de estar durmiendo, pero cuando te fuiste de mi cama sentía un gran vació. Estabas en la habitación de abajo, lo se, pero necesitaba abrazarte, sentirte. No aguanté más a si que bajé. Estabas tapado con la manta y con el móvil, tú tampoco tenías sueño. Me tiré encima de tí, y encontré lo que estaba buscando, me abrazaste con los dos brazos tan apasionadamente que sentía que me derretiría en tu pecho. Me costaba respirar, pero me daba igual, mientras me abrazaras seguiría en este mundo. Me quise acomodar, y tu comentario me derritió, me dijiste "no te vayas", no me iba a ir, al tú decir eso me daban más ganas de quedarme ahí contigo. Después de un buen rato abrazados, me moviste y me pusiste de lado, tenía la necesidad de acariciarte, a si que te subí un poco la camisa, y tu al ver lo que hacía, hiciste lo mismo. Me levanataste un poco la camisa y empezaste a mover tus dedos en círculos por la parte baja de mi espalda. Cada vez subías más la mano, hasta el momento en el que acabaste cubriendo toda mi espalda de tus caricias. No quería que ese momento acabase, a si que me aferré a tí aún más fuerte. Me empezó a dar calor cuando con tu mano derecha empezaste a bajarla hasta mis nalgas. Tardaste en llegar, tal vez porque pensabas que yo no quería, pero sí, no sabes cuanto lo deseaba. Se me escapó un suspiro, y creo que te diste cuenta porque me abrazabas con más y más pasión. Me dejé llevar y te arañaba la espalda, tú me apretabas. No aguantaba tanta pasión, con lo que me puse encima de tí y te besé. Tras 5 minutos de besos apasionados, me pusiste debajo de ti y no pudiste evitar tocarme un pecho. Quería que me lo hicieras, quería sentirte dentro de mi. Llevaste mi mano a tu miembro y no pude evitar moverme, lo que hizo que tu metieras tu mano en mi pantalón. Viste lo mojada que estaba e intoruciste tus dedos en mí, se me escapó un gemido y me besaste, al hacerlo me mordiste el labio y sentí una explosión de placer. Luego bajabas al cuello, no parabas de hacerlo. Me preguntaste si quería hacerlo, mis suspiros y movimientos lo decían todo. Soltaste una carcajada y te quitaste la camisa, seguídamente , me quitaste a mi los pantalones. Te pusiste encima de mi y sentía lo caliente que estabas, eso me hizo arder más y tener más ganas. Lo introduciste dentro de mí, cuando lo hiciste tenía la necesidad de que me hiciera daño, a si que te puse la mano en mi cuello y me apretaste. Sentía tanto placer que en cualquier momento me iba a venir. La sacaste, y yo quería que siguieras. Seguiste besándome cada vez con muchísima más pasión. Te pedí que la volvieras a meter, y lo hicisite, esta vez fue increíble, se sentía tan bien. La volviste sacar porque no teníamos condón y no te queríar venir dentro de mi, a si que procedí a hacerlo manualmente. Quería que sintieras el placer que yo sentía, por lo que lo hice duro y rápido, mientras lo hacía no parabas de morderme los labios y de tocarme. Te viniste encima mío y me pediste perdón. ¿Por qué me pediste perdón?.Despué de acabar me subí a mi habitación, ya sin sueño. Tenía ganas de volver a bajar contigo, pero no sabía si tu querías. A si que me acosté e intenté dormir. No pude por lo que encendí mi teléfono y te hablé pero no me contestaste, pensé que te dormiste. Nunca olvidaré esa noche de pasión.  
2am.
Autor: Mery  137 Lecturas
Son las 22:03, y de nuevo mi mente se nubla de pensamientos que creía a ver olvidado, deseo hacerlo. Son ese tipo de pensamiento que deberían llevarte a la felicidad, no obstante, a mi me llevan hacia el camino de la amargura, ya que recuerdo ese día en el que me dijiste te quiero y seguidamente me dabas un beso en la cabeza mientras me abrazabas. Ya ni el alcohol puede curarme estas penas, ni esas quedadas con mi grupo de amigas. No comprendes lo que llegaste a generas con solo una acción; me mentiste. Necesitabas tiempo, y yo te lo di, yo era, y sigo siendo capaz de darte todo el espacio del mundo, con tal de que tú estés bien, pero la manera en la que me ignoras hace que pierda todo el interés y prefiera guardárme el viaje para dárselo a otra persona. Lo nuestro era tan perfecto, las noches lluviosas, los dos abrazados mientras sentimos el latir del corazón del otro. Si te soy sincera en esos momento me podía llegar a imaginar un mundo en el que estuviéramos los dos juntos; llendo a eventos importantes, como esa típica cena de empresa con acompañate, esos días nublados en los que estrías para convertirlos en plena luz, en mis días más felices para compartirlos contigo. Quería que todos supieran el amor que nos teníamos, quería que todos se murieran de la envidia al ver un amor como el nuestro, ya que como ese no había otro igual. Siempre he dado todo de tí, pero ya veo que no valió para nada, ¿quizá ella te daba más atención de la que yo te daba?, cosa que no entiendo porque yo sacaba tiempo de cualquier momento, a un que estubiera muy ocupada, siempre sacaba tiempo para tí, te preguntaba por todo, tu familia, incluso tu gato. O a lo mejor ella te habla de cosas que te interesan, pero es que yo podía hacer el esfuerzo de descargarme cualquier juego, verme cualquier serie, solo por tener tema de conversación, pero siempre me decías que no hacía falta. También me preocupaba por tí, si estabas bien, felíz contigo mismo y, siempre me contestabas que sí, incluso me decías que cuando hablabas conmigo eras el hombre más felíz del mundo, que yo iluminaba tus días y te sacaba sonrisas. Un día yo te dije que soy muy insegura y que siempre me he sentido el segundo plato de todos y que seguramente algún día te cansarías de mí y me dejarías de hablar. A lo que tú respondiste no tranquila, yo nunca me cansaría de tí, antes te cansarás tu de mí. Que ridiculéz, ¿cómo me cansaría de una persona tan increíble? con tantos temas de conversación, con tantas sorpresas que podía descubrir en tí, esos ojos café que me transportaban a otra galaxia y me hacían olvidarme de todo. También me dijsite que que te hacía ilusión hacer las típicas peleas de quién quería más al otro, a lo que yo te decía que yo más. Creo que gané. ¿Realmente me tenías como un segundo plato? Yo estaba ahí simplemente para complacer tu ego, o quizá para poner celosa a la chica que de verdad te gustaba. Me parece asqueroso jugar así con los sentimiento de una persona, y me parece muy triste, que con una persona que has compartido tanto no llegues a decírle un mísero hola, como estás.Últimamente estoy perdiendo el gusto por todo, no tengo la misma ilusión. No me centro en mis estudios, y odio eso, porque me parece una tontería estar perdiendo mi educación por un imbecil que no me piensa de la misma forma que le pienso yo y que no me valora. Desde hoy estoy aprendiendo a quererme y valorarme más a mi misma. Intento meterme en la cabeza que todo de mí es perfecto, cada imperfección, rasgo, cicatríz... 
La injusticia del amor.
Autor: Mery  134 Lecturas

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