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Este usuario no tiene textos publicados por el momento. Creo que ya lo he demostrado todo en éste foro, sí es que alguna cosa había que demostrar. A través de veintitres meses he escrito un gran número de poemas ( casi el 95 % de mis textos ), así como pensamientos, ensayos, conocimiento, algo de prosa, etcétera...Mi esencia piede analizarse en todo este amplio bagaje escrito, que describe, hasta cierto punto, mi verdadero perfil sicológico...Al que quiera, le invito a que lea mis textos anteriores, si es que le interesa, pues ya escribiré poco aquí....Creo que me he desbordado en mis límites preestablecidos y ahora debo llenar otros espacios en otros foros, y en la vida, que es lo más importante de todo..No dejaré de escribir del todo aquí, pero ya llevo la certeza de haberme excedido....Eso es lo que creo y siempre mis convicciones han sido firmes...Gracias a todos Richard Albacete Sinceramente le doy las gracias a la comunidad de Textale y a otros lectores externos a la página por haber logrado la increíble suma de cien mil lecturas ( 100.000 ) y ser el primero en lograrlo aquí. Sé que otros llegarán pronto a este número espléndido. Gracias a todos Richard Albacete En las últimas semanas, he visto a través de diversas agencias informativas cierta información médica acerca de que el sostén o sujetador aumenta en mucho el riesgo de padecer cáncer de mama. Hay estadísticas y estudios recientes que corroboran estos hallazgos. En muchas partes del mundo mujeres de todas las edades han decidido adherirse a esta campaña que se hará mundial....Será bueno para ellas y refrescante colirio para los hombres adictos a mirar lo que hay en las camisetas femeninas.P.D: Según la " Teoría Creacionista " Eva no fue creada llevando sujetador !!! Engreída:No crearé para ti mares ni cielos blancosque rimen con la palidez certera de tu rostro.No crearé para ti gardenias amarillaspara que las deseches con tu naríz altiva( que vino de las manos de alguna rinoplástia ).Aparta de mí la molestia de verte:a ti y a tus montículos rosados.Mis manos no tocarán tus glúteosde que tanto te jactas, jactanciosa.De ti no me interesa ni tu hálito de vidani si vendes el cuerpo para matar el hambre.Eres todo lo opuesto a las hembras hermosaspues de tu corazón brotan lavas y avernos.Ve a beber ya el jarabe seminalpara el que naciste, ya pre- prostituída.Y copula sí quieres, con perros y caballosque lamerán tus pecas mientras que te poséen. Eres un amante de papel,un amante de papel, no existióaquél que alguien dibujó: una fotosin color, un fru fru para mi velloque se irisa cuando paso tu hermosuraarrastrada como sirena que atraparonpescadores en un mar de sueños y demencias.Eres mi consuelo en esas nochesque cortan como cuchillos, que agonizan en las manoscomo bombas alemanas dispuestas a trocearmis dedos turbados por la ausenciade lo que tanto me calienta: una fotode periódico, una imagen irresoluta,un dios triste que me imaginocon una verga solo para mí.Solo para mí y su propio beneficioporque siempre oí decirque los dioses están solos, como yo... La habitación es muy pequeña, el espacio se reduce a cada instante y ellos parecen surgir de vórtices abiertos que Laura no logra descubrir. O si. O si, y cree estar jugando con ellos, que les baila la danza de los siete velos y los logra confundir con su cuerpo magro que en tinieblas se logra hacer pasar por el de Nacha Guevara. Surgen sin saberse realmente el motivo. Si ellos lo llevaran escrito en sus letras quizás podría comenzarse a tirarse del hilo y deshacer esos fantasmas, pero en el humo no hay nada escrito, los hologramas todos se parecen a mí y yo he salido de pistas hace ya mucho tiempo. Los tiene muy cerca y quiere que no estén, pretenderá olvidarlos. Quizá lo logre. O quizá no. Suben por sus brazos para besar en sus hombros que recuerdan a pequeñas vaguadas formadas con huesos de bella talladura... y siente las yemas de los dedos demasiado cerca, cruzada la frontera de lo íntimo y personal y se defiende con largas peroratas y acudiendo a la ironía que tiembla. Les lanza como fruto de su guardia personal amigas de papel.Una vez y otra vez más, uno y otra que estrechan el cerco. No es una plaza agobiada por ejército enemigo, un cuerpo desnudo al alcance de un amante poderoso. Como no se trata de nada de esto, hace que la angustia le erice el cabello y no pueda evitar una sonrisa que a veces se desencaja contando obviedades como grandes secretos. ¿A dónde vamos? ¿Cúal es el por qué? Escribe los interrogantes en el espejo del cuarto de baño con tu pintalabios más rojo. Señales de alarma, mensajes lanzados a una mar cogida en una Red. No sabemos porque fue la elegida, mas ahora los vicios se dan de la mano y el inicio de una danza a su alrededor hace que se sienta cómplice de ellos.Las alegres comadres de Windsor tienen sueños oníricos y se mojan las bragas. Cuando palpan sus dedos las vulvas caídas, se dan cuenta que ya no logran retener a la orina. Así pues, no se trataba de eso. ¿Por qué bailaban ellos a su alrededor a los compases de danzas de Léo Delibes? Cuando llegué a la ciudad donde nuestra familia habita, aunque sentía un resquemor, me fue obligada la visita a mi primo enfermo e ingresado en el hospital. Yo no deseaba ir a verlo pues sabía de su estado grave y que aquel encuentro entre tubos y pantallas, sólo nos haría daño a los dos.El tenía bastantes años más que yo. Por eso de adolescente escuchaba extasiada todas sus aventuras en una juventud cabalgada a pelo, cogido a las crines de un caballo llamdo muerte(Miguel Ríos dixit). Se metió tanto en su cuerpo que unos meses atrás éste empezó a supurar. A echar parte de lo que llevaba cociendo como mal caldero desde años atrás.Llegué pasadas las cuatro. Nos abrazamos y por supuesto, emocionados nos dijimos que nos veíamos muy bien. Y luego yo ya no supe que más decirle. El se hallaba recostado en la cama, amarillo y azulado. Con dos almohadas detrás de su espalda. Yo no sabía si era buena idea el recordarle los buenos tiempos en que se llevó toda la sal de la tierra. Quizás le alegraría aquellos ojos muertos el revisar la cara A de su vida. Quizás lo iba a sumir aún más en su postración de enfermo terminal al que todo se le acaba y no puede echar el freno y regresar.El se hizo el fuerte, preguntó por mis giras por Oceanía. Y si volvería pronto a Auckland. Le comenté que había ganado dos torneos casi consecutivos en la India. De poco nivel. El me animó. Dijo que poco a poco volvía a ser la esperanza junior de unos años atrás. Yo sonreí pero negué con la cabeza. Me preguntó si había visto a su hijo. Si, lo había visto en la casa familiar. Muy crecido, muy alto para su edad. Creo que me iba a hablar de él, pero empezó a toser, luego dio síntomas de que se ahogaba, apenas tuvo tiempo de hacerme gestos con sus manos para que me apartara y vomitó una gran cantidad de sangre sobre su propia falda. Terrible. Eso tiene la leucemia. Llamé a la enfermera a gritos, muy nerviosa. El seguía echando su sangre por la boca, sus ojos estaban tan desorbitados que estremecían: no parecían humanos. Dos enfermeras me rogaron que dejara la habitación y cerraron la puerta. Y héte aquí, una tarde de domingo de principios de verano, yo paseando lentamente, hundida, por un largo corredor de hospital. Afuera hacía un día magnífico, con un sol resplandeciente y toda la vida que le insufla el verano al ambiente. Pero dentro... dentro todo se acababa. Aguas profundas,rojas de sangre,ojos de la desmesura,y tú también...Cera candente,piel sonrosada,templo de la oscuridad que quema,y tú también...Vastos espacios,lugares de cautiverio,argollas con restos de carne,y tú también...Y tú también, y tú también,y tú también, y tú también!!También... Y tú, tú también,tú también, tú... Tú, Tú. A quien regalo un vientre blancocúal la nieve,una flor abierta de rojo amanecer,y aliento trémulo, también... ¿Cuándo soy yo y cuándo, un sueño? Se decía Mónica reflejada en el espejo del baño, agarrada a él, mientras descendían sus uñas por la ruta del cristal, chirriando. Mónica no podía separar la realidad de sus sueños y por ello su existencia se había convertido en una pesadilla continua. No sabía desde cuando. No recordaba cuando fue que algo en su cerebro hizo "pum", o "crack". O "puff". Se apagó la luz y todo se descontroló.Los sueños son vida. No hay duda. Pero se encuentran en unos compartimentos estanques, perfectamente al margen de la vida de afuera, de la que no desarrolla la mente. Eso se decía Cristina. ¿O era Mónica? Mas ahora, se explicaba a si misma: "Ya no puedo controlar. No sé si estoy soñando, si ahora soy real: Si mi escena actual lo es. No sé si soy así y es cierto que me hallo aquí". Se echó agua contra el rostro varias veces. Luego levantó la cabeza, observó. Vio a una chica asustada. Y Cristina se asustó también: No sabía si era ella.Cruzó el pasillo de su casa tan rápido como pudo. ¿Qué lugar estaba recorriendo? ¿Hacia dónde iba? Se encerró en su habitación por instinto. Y se lanzó sobre la cama. Lloró. Y luego quizás soñó. O, puede que no. Pudo estar viviendo aquéllo que creyó soñar. Luego salió de casa, atravesó el jardín y anduvo parte de la noche perdida entre calles solitarias de una ciudad. Quizás, su ciudad. La de Julia. ¿O la de Cristina? Se detuvo ante el recinto de una feria, cerrado. Unos grandes perros ladraban con virulencia, atados algo más allá. Estuvo un buen rato. No llevaba reloj. No sabía a dónde ir... ¿Había quedado con alguien? ¿Tenía algo qué hacer? Posiblemente, si. Algo que hacer. Un individuo en su vida. Un familiar... No recordaba bien, si existía alguien. Porque, ¿Dónde estaba papá? ¿Dónde se hallaba mamá? No los recordaba. Cuando las palabras papá y mamá brotaban de su mente no lo hacían acompañadas de imagen alguna. Podía estar soñando. Lo más posible. Cuando se despertara se encontraría en una habitación llena de luz, el mejor fragmento de una confortable casa. Entraría mamá con el almuerzo. Todo sería muy normal. Si ahora estaba soñando, su extraño sueño la hacía discurrir por recónditos parajes, lugares de las afueras de una ciudad. ¿Por qué siempre así? ¿Por qué siempre Julia se hallaba metida en los arrabales? Se alejó de la feria, pidió un cigarrillo a una chica sentada en un portal. Entró en un bar.¿Quién diablos soy? ¿A quién estoy suplantando? se interrogaba en silencio Yolanda. ¿O era Julia? Sentada allí, ante una pequeña mesa circular. Con una jarra fría de cerveza, un paquete de tabaco rubio que acababa de comprar. En la máquina de discos sonaba la canción de Antònia Font... ¿Qué canción era? ¿Se encontraba en el bar? ¿Qué canción... si todo era silencio? ¿Si en su mente no había color, no habían figuras, ni sensaciones, ni una sola voz, ni un ruido que rompiera el miedo? Yolanda estaba sin nada, ella sola... Nada más. ¿O era Carmen? La que tenía la premonición de que no podría aguantar más allá de unos segundos el poder sentirse a si misma, y que tras esa pérdida todo quedaría en blanco.Apoyando las manos en el espejo del baño intentó observarse con una cierta serenidad. Pero le costaba mucho esfuerzo. Se perdía. Necesitaba mirarse a los ojos. Buscar en lo más profundo de ellos. ¿Qué? Que no la olvidaran. No quedar abandonada de su memoria. Sus ojos claros, cansados, no la iban a ayudar en nada: Sin expresión, sin nada que contar. Como si ellos ya hubiesen llegado al final y se desentendieran: Si iba a quedar abandonada. Carmen, o Mónica, bajó la cabeza. Toda ella fue mansedumbre. Y a mí, no se me ocurre otra cosa que picar en el teclado: "Ya no está". ¿Quién?, me pregunto luego. No lo sé... Una ración de sol diaria para los viejos chacales, ahora desdentados,que se asombran de que sea tan corta mi falday murmuran entre si lo que yo deseo oir,los viejos chacales, los conquistadoresde los bailes lejanos que dejaron colgadas músicas de rocken las nubes voraces.Se frotan las manos, nervudas, osáceas,les tiemblan los labios, resecas veredas, tristes y azuladas,que obsesivos mojan con sus lenguas blancas... me miran las piernas,desearía que me las palparan, que dejaran en ellas sus manchas, sus huellas,de viejos chacales.
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