Antes de nacer, Dios me llamó a solas y en el rincón de una nube me dijo: "Pronto descenderás a un nuevo mundo, cuya belleza no se podrá comparar jamás con el cielo, pero allí deberás pasar gran parte de tu vida. Un día, cuando yo decida que has cumplido tu misión, volverás a mi lado y no te apartarás jamás. Antes de despedirte, es necesario que tome la decisión de hacer de tí un ser especial y capaz de sobrevivir a las calamidades, que aun contra mi voluntad, habitan la tierra. Lo he pensado mucho en estos días y creo que ahora llegó el momento de decidir y de comunicarte mi decisión... Irás a la tierra a proteger a tus seres queridos con la fortaleza de diez personas juntas. Deberás trabajar día y noche para conquistar todos tus sueños de convertir una simple casa en un hermoso hogar. Te encargarás de ser el sostén de los niños cuando ellos no puedan valerse por sí solos, y si acaso ellos te necesitarán siendo grandes, siempre estarás presente. Limpiarás con tus palabras el corazón de ellos cuando se llenen de rencor y le enseñarás que existe un Dios que todo lo ve, no te preocupes que yo atestiguaré a tu favor. Además voy a darte la tarea de perfumar con tu imagen cada camino por el que vayas. Te ocuparás con desdén de cada centímetro a tu alrededor, de cada persona que quieras y si es necesario saldrás a buscar a diario la moneda para vivir. Sin descuidar por supuesto todo lo anterior. Tendrás un poco más de sensibilidad que otros y a menudo llorarás, pero esas lágrimas no serán siempre por tristeza. En cambio te doblaré la voluntad para que cada vez que sientas que no puedes más, te levantes convencida de que si lo intentas no hay nada que no puedas lograr". Entonces, recuerdo que luego de oír todo aquello le dije a Dios: "Con tantas responsabilidades juntas, ¿qué haz decidido entonces para mí señor?" "Serás una bella y gran MUJER"" "Cierto día, siendo niña, le pregunté a mi abuela "¿qué es el amor?" Cierta tarde, siendo adolescente, le pregunté a un amigo "¿cómo encontrarlo?" Cierta noche, siendo adulta, le pregunté a Dios "¿cuándo es verdadero?" Y ese día mi abuela me dijo: "El amor es indefinible. Es una sensación abstracta que llega un día a tu vida ,se aloja en el corazón, y se convierte en la fuerza de tu felicidad. Es una sombra invisible que cega tus ojos y te vuelve devota a él. Es la necesidad de proteger a otra persona del mundo sin apartarla de tu lado. Es el compromiso de repartir te quieros al viento para que lleguen a otros oídos. Es el motivo justo que te obliga a sonreir y la esperanza interna que te incita siempre a continuar... Aquella tarde, mi amigo dijo: "No es necesario que busques al amor, él te encuentra aunque tú no le des pistas de dónde estabas. Viene, se para frente a ti y ya no puedes evitarlo. Desde el momento que logra llamar tu atención, se vuelve tu único protagonista, el único horizonte para mirar. Viene con un título de arquitecto y te invita a diseñar un nuevo futuro, construirlo entre muros de contención, compañerismo y respeto. Te encuentra y te aparta de la oscura soledad donde vivías escondida para amarte hasta el día que te mueras con las luces encendidas... Y entonces Dios me dijo: "Se equivocan al pensar que existen falsos amores; si fue falso no era amor, y si era amor tal vez simplemente no era el indicado. Hay amores que aparecen en la vida para enseñarte lo desconocido y una vez que lograron eso, dicen adiós. Pero eso no significa que su visita haya sido en vano; siempre te dejarán experiencia, y la experiencia es la herramienta más importante para encarar el modo de vivir. El amor puede llamarse verdadero cuando es estrictamente sólido, fuerte y seguro. Amor que no se derrumba por comentario, error o desconfianza. Se equivoca, es cierto, pero tiene la capacidad de girar el timón y revertir la situación. El amor verdadero, si asi deseas llamarlo, es el amor eterno, el que dura incluso a través de la distancia, el que se ata con lazos indestructibles. Amor que escapa al olvido y crece infinitamente por siempre y para siempre en el corazón. ""Otra página en blanco sobre la mesa, un lapiz negro listo para escribir, un reloj lento que avanza constante, y una mujer que no sabe qué decir... Mira esa página con triste melancolía, el eco de la ausencia la entristece un poco más, un corazón que se desborda de secretos ante una inspiración que prefiere callar. Tantas lineas perdidas en el tiempo, palabras que marcaron para siempre un instante, hoy se alejan tal vez con el viento o se van a llorar a otra parte. Y en la sala queda la página en blanco junto a unas manos que se van a dormir, una mujer que sigue triste en silencio porque su corazón ya no quiere escribir."" Todo el mundo puede creer que no hay cambio interno en tu corazón y simplemente juzgarlo como una superficialidad engañosa que sólo trata de ocultar la verdad. ¿Y a ti qué te importa? Todo el mundo puede suponer que el dinero no llega a tu hogar como resultado del esfuerzo y el trabajo, sino a través de una mano caída del cielo que se pierde en tu bolsillo. ¿Y a ti qué te importa? Todo el mundo puede criticar tu personalidad distante y hasta a veces ausente sin remediar en la posibilidad de acercarse a conocerte. ¿Y a ti qué te importa? Todo el mundo puede decir que no eres merecedor de un futuro feliz por quedarse simplemente con la imagen de tu pasado. ¿Y a ti qué te importa? Todo el mundo puede reírse a tus espaldas, desvalorizar tus virtudes y exagerar tus defectos en un mero intento de querer opacarte ante ellos. ¿Y a ti qué te importa? Todo el mundo puede afirmar que no tienes la suficiente capacidad para cumplir tus propósitos, alcanzar tus metas, respetar tus ideales, porque eligen tapar sus ojos, obviar la realidad y negar tus logros, cualquiera que sea. ¿Y a ti qué te importa? ¿Sabés algo? De nada debe de importante. El mundo no cree como tú en las oportunidades de hacer un giro en la vida y elegir la dirección correcta; se niega rotundamente a los cambios del corazón porque el de él no conoce la sinceridad. El mundo no comprende que "Al que madruga Dios lo ayuda" porque no sabe lo que es ver el amanecer del sol; jamás cargó en sus hombros un ropero de abrigo para que lo cubra del frío en las mañanas del invierno; nunca entendió que el reloj tiene más de una función: no sólo da la hora sino que fragmenta el tiempo en obligaciones de ocho horas o más; no sabe que cobrar "plata" regalada no puede llamarse trabajo. El mundo nunca puede reconocer en ti cuán grande persona eres o intentar ayudarte a crecer, prefiere llamarte de distintos modos, tales como agrandado, creído, engreído sin ni siquiera un día decirte "Hola" y esperar que digas tú. El mundo a veces prefiere poner los ojos en la espalda para ver sólo lo que haz hecho en el pasado porque carece de anteojos de sol que lo cubran de las cosas brillantes que haces día a día. El mundo es un necio cobarde al que le faltan las palabras y el valor para corregirte en tu cara de lo que crees que haces mal y se ríe de ti por la sola necesidad de creerse mejor porque lo contrario lo haría llorar. El mundo es ajeno a tu voluntad y a lo que esa palabra significa porque si bien la tiene incorporada no sabe cómo usarla. Sin embargo el mundo no lo son todos, sino unos pocos... Siéntete orgulloso de ti mismo y de tu paso por la vida y elige rodearte de aquellos que al igual a ti no forman parte de ese mundo, a este déjalo que hable, total hablar no implica demasiado sacrificio." Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
|
Lecturas Totales | 2011 | Textos Publicados | 4 | Total de Comentarios recibidos | 0 | Visitas al perfil | 2644 | Amigos | 0 |
|