Jun 04, 2010 Nov 05, 2009 Nov 04, 2009 |
Trate de sentirme, del frio más cerca esta noche trate de caminar al cielo más lejano del infierno, estaba loco, como el sur que a veces quiere ser norte. Con ojos ajenos trate de mirarte a los ojos que tú me diste, esa noche. A lo lejos se ve una mañana cercana, una mañana distante, una mañana lejana. Trate de encontrar la brisa más seca de la costa, y tú sabes, tu sabes cuánto te pude mirar, tocar, sentir y estoy loco, como el sur que a veces, deja de ser sur para sumergirse en el lejano viento de tu aroma. Trate de sentir la mirada más oculta del tiempo, esa noche trate de acercarme a tus ojos, a tus ojos, como el viento que llora su brisa y la derrama al silencio de los viernes celestes y trate de no volverme loco, tú sabes que trate, tú sabes que trate de no ver tu mirada esa noche. Ya nada es lo mismo, este poco de nada se hace más poco todavía. Esa noche trate de no llorarle a tu ventana empañada, y de no acercarme a tu mirada perdida. Puedo llorar a la neblina que trata de ocultarte, sin conseguirlo, y me puedo volver loco. Trate de sentir el frio más cerca esta noche, trate de entender que mi día no acababa sin verte, que es verdad que ya no sirve de nada quererte. Trate de envolverte en mi brisa, y verte a los ojos y sabes que trate de moverme a tu compás, y no entiendo como pude olvidarte, sí, te quería como el amor quiere al odio y estaba celoso de no poder amarte más que los lunes, y sabes que trate de olvidarte, sabes que trate. Esta noche, ya no veré más tu ventana empañada, mojada por el rio de mis ojos. Esa noche trate de acercarme a tus ojos ya no puedo, ya no puedo calmarme solo con un beso, con un beso de agosto mágico, mágico y frio esa noche fría lo perdí todo a tu brisa caliente, a tus pechos latientes y tu mirada fija a mis ojos, de qué sirve quererte si ya no me quieres como antes, si me quisiste antes, o alguna vez en el tiempo. Esa noche de lluvia, esa lluvia de martes, simplemente, dejaste de amarme. has entrado a la broma de los mares al lugar deshabitado, al país malhumorado, a la virgen que no lo es tanto, al árbol que nació torcido, a la mujer de las noches tibias y al hombre que una vez lo fue. Has entrado a la villa de las risas fingidas, a la brisa cansada de las olas dolidas, al país que dejaste. A las luces de las calles y de las ideas pasajeras. A la coquetería del sonido, al primer beso de enamorados, a la hermosa penumbra, a la fingida tristeza, a la antigua pereza, al lugar más habitado, has entrado a la mitad de un instante y si piensas que te equivocaste, no lo voy a discutir. Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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