I CANTO ¿Qué rostro somos? ¿Qué dibujo maleable de la realidad, Desprendido de absolutas sombras, Y carente de hojas fugaces… Se instituye en las facciones que nos aprisionan, En la onerosa vastedad del secreto ajeno? ¿Qué rostro se nos permite ser y podar? ¿Qué carboncillo filial mancha nuestra vulnerable piel, Y nos marca desde antes y luego del pulgar ajeno? Un dedo sin mancha absorbe el lodo en lo ajeno. Una mano sin anhelo oscurece la mejilla de lo ajeno. Un brazo sin espada huye por la espalda a lo ajeno. Un cuerpo sin deseo restriega cal sobre lo ajeno. Una pierna que descansa se escurre por lo ajeno. Un pie sin destino rehúye de los ojos. Una mano. Risa lamentada. Un brazo. Tristeza emocionante. Una pierna. Fervor insinuante. Un cuerpo. Mueca helada. Un rostro… Rehúye en la austeridad… Aunque, ¿A cuál complicidad? ¿A cuál complicidad, entre el suelo despejado de aves, Que parten al bosque de cerillos hechizados? ¿A cuál complicidad, entre las horas digeridas, Y devueltas a la identidad usurpada, Donde el precio se toma por cobrado? Si de líneas se ha dibujado en la piedra mohosa, O de presión se ha hundido su despido lustroso. ¿Qué rostro somos? ¿Qué proporción de la opinión astuta, Del canino espumoso se avienta, Al cuello acompasado de dudas expresivas, Y de aciertos fingidos? II CANTO Un dedo sin mancha absorbe el lodo en lo ajeno, Que se arrastra como la sal al corroer en las miserias, La hipnosis entre los labios que ríen en cortejos. Una mano sin anhelo oscurece la mejilla de lo ajeno. Se lastima al tocar el puente del polvo al brebaje, Que exhala la aspereza del privarse de complejos. Un brazo sin espada huye por la espalda a lo ajeno, Cuando se abalanza en el pabellón las cuerdas, Que tensan el adusto tallo que roza a los conversos. Un cuerpo sin deseo restriega cal sobre lo ajeno, Antes de cantar la marcha de la mejilla culpable, Luego del pestañar de las losas que cayeron. Una pierna que descansa se escurre por lo ajeno, Y no pedirá limosna a las cejas para que mientan, Murmuren al mendigo el rostro de los forasteros. III CANTO ¿Qué rostro somos, Al dividir las curvas del tiempo colérico Que se aventaja en los surcos de las miradas Del hombre ajeno o de la deidad pagana? ¿Qué rostro somos, Qué constitución pertenece a lo primitivo y exhaustivo Del pensamiento original que del mar retorna a la tierra Y de la tierra al mar; Que en la oscuridad comprime al sueño, Y de sueños compone el cristal de la aurora deforme De nuestra realidad? ¿Qué rostro somos, Que rostro nos corresponde, Que rostro nos compone y nos descompone? ¿Qué rostro nos divide en pensantes criaturas o en bestias ocultas, Cobardes, absurdas e inocentes o impuras? ¿Qué rostro se nos define al nacer y ser o cosa o costura, De la especie que alcanza al orgullo de locura aceptable Entre el líder inculto, Y el lucro plausible hacia la ignorancia De quienes se arrojan a la atmósfera del rebaño? ¿Qué rostro somos, Qué cuerpo, Qué manos y brazos, Qué pies y piernas? Mejilla y labios ¿Tierra y fango? Ojos y pestañas ¿Oro y plata? Nariz y orejas ¿Anís y menta? Donde la oruga pulula sintiendo por sus huellas. IV CANTO Rostro, Clavo y retrato. Vestigio de la pupila subjetiva. Rostro, Desde la prisa hasta el cansancio. Aire de huida. Rostro, Fragilidad o descaro. Prenda de ocasión fortuita Luis J. Cabré El espacio de la razón U C R S V O A L recuerdos de un odasaP que CE-RE-TUER el entendimiento para quien es capaz de c4lcu4r lo concreto de la EMOCIÓN sintiendo entumecer el alma para quien no es capaz de concluir lo opulento de roer las piedras y arrancar en F R A G M E N T O S el cúmulo de emociones ACERTADAS que diluyan la humildad del O.Observador al precisar el dolor que ESCAPA de los dedos que señalaron las C,I,C,A,T,R,I,C,E,S de un amor no obstruido en las piezas que PRECISAN componer M O C P L A E S del PuLsO concluido.Luis J. Cabré Ella me observaba, era cuidadosa. Se encontraba detrás del mostrador y sus ojos algo me decían, pero no me aclaraban el porqué de su insistencia. Ambos trabajábamos en la misma zapatería y aunque yo cerraba y ella abría el local, jamás nos habíamos cruzado palabra alguna en el tiempo que tenía trabajando en aquel lugar. Era del turno de la mañana y el mío terminaba en la noche. Cuando pasaba tarjeta por la gerencia para terminar su turno, ella salía en ocasiones meditabunda junto a sus compañeras. Se despedían unas de las otras y luego volteaba su mirada, y en donde su dirección se dirigía, su destino en mis ojos encontraba. Ella sabía lo que hacía, pero me negaba admitirlo en aquel entonces. Cuando nuestras miradas se encontraban, yo me sentía ajeno y supongo que ella sentía inquietud, o solo la timidez de mi intromisión no permitía que el curso de las cosas se diera. Quién sabe. Una tarde, al entregar el turno, nos cruzamos de frente y escuché de sus labios un –disculpa…-. Era diminuto, casi insonoro. Tal vez era su pensamiento quien me hablaba y yo le escuchaba desafiando al silencio traduciendo el movimiento de sus delicados labios. Le respondí que más bien me disculpara a mí, - bueno…- dijo ella luego. Después de aquella última palabra, ausente de emoción, continuamos nuestro camino: Ella al mundo lejano, y yo a la lejanía de aquel mundo que me era vedado, una vez cruzaba la puerta del establecimiento. En ocasiones, no podía dormir pensando en ese –bueno… - y me preguntaba una y otra vez qué quiso decirme, porque quizá era solo una palabra, el comienzo de una frase, pero el resto… ¿Dónde quedaba el resto? ¿A dónde se dirigía ese silencio, esa materia oscura, invisible a mis oídos, visible para el corazón? No lograba responder mis cuestionamientos. No me alcanzaba la noche para acariciar mis dudas ni mi almohada para aconsejarme que dejara de insistir en lo que no tendría, posiblemente, importancia. Al día siguiente me encontraba yo nuevamente llegando al centro comercial, recién almorzado, ajetreado por llegar temprano y a diez minutos para las tres de la tarde, hora que entraba al trabajo; y ella estaba de nuevo afuera de la tienda despidiéndose, taciturna de sus compañeras; mirándome como de costumbre, observándome sin juzgar, y yo sin poder desviar la mirada, sin poder evitarla o más bien, sin quererlo. Sus ojos me tomaban como el jinete al equino, me dominaban. Al culminar la jornada del trabajo, salí de la zapatería muy cansado del día: muchas ventas, infinitos humores, pocas sonrisas; y allí se encontraba ella en una mesa de la feria, tomando una bebida que parecía inexistente, o quizá anulada por la etérea presencia de los cubos de hielo derretidos por el calor de aquella noche. Si sus ojos se encontraban primeramente dispuestos, como la presencia de una figurada inanimada en la entrada principal del centro comercial, en pocos segundos se detuvieron vivos e impenetrables en mi cansado semblante de un día agitado y tan obstinadamente corriente. Nos encontrábamos muy de cerca, lo suficiente como para escuchar lo que deseaban callar sus labios, lo suficiente como para respirar y sentir el aroma desgastado de un perfume sublime que ha combatido con cientos de aromas injustos y tiránicos. Ella se levantó de su silla y exhaló un suspiro, me tomó de sus manos, y temiendo ella por lo que dirían los míos, finalmente dijo: -¡Seremos padres!-. Luis J. Cabré. Su nombre me hiere como las espinas bajo la arena, Mis pies la profanan y sangran, Y siguen caminando sin encontrar la tregua. Me lastima como los ojos ajenos renuncian a la condena. Su nombre transpira sorpresa, Pero es indefinido el eco de su pausa. De aquel nombre, sus consonantes emergen con mi sangre… Con la nave del fondo del mar. En oxido y sal, con los huesos sin rostros ni piel. De mi aliento, su nombre deleita sus vocales, Temiendo desaparecer, siendo semblante de adusta pared: Agrietada y cavernosa entre las salinas costeras, Aun cuando las espinas bordan la calzada. Donde encuentro sus letras, encuentro vacío. Encuentro su nombre sin apellido, sin piel y es peligro Y colmillo feroz e incierto. Vapor de su aliento que arde Y quema mis labios ásperos al nombrarle. Sin historia ni fotografía, audaz como el viento y las mañas, Frecuenta como el eco en el cañón: Solitario, sin grafía y con oculta identidad. Luis J. Cabré. Allí has estado detrás de la ventana… Sintiendo el frío… Derramando lágrimas, Que ocultan en la pared de tus labios, Aquellos ladrillos, Sueltos De humedad. Allí me observas detrás del cristal… Mientras escucho un murmullo, Que supongo de tu voz… Que supones que he acariciado en tus ojos. La tarde se oculta… Y nuestras diferencias caen entre gotas. Diminutas como el reencuentro. Oscuras como el cielo venidero. Claras, Porque has terminado la frase,Suspensiva y sin esmero. Tus dedos dejan marcas difusas… Se diluyen, Y el tiempo es excusa detrás del muro. Mi voz se reencuentra con el pasado… Cubriéndose de lustros, De melodías que dejan pétalos… Presentimientos, Que juzgan los destinos… De aquellas gotas, De aquel olvido privado. Allí te observo desde el cristal… Y no he de escucharte ahora Ni entre el monólogo de mi invención. He trepado las escalas entre nubes, Y acuarelas en cartón… Donde no existen rostros definidos, Besos que se extingan… En los restos divididos. Allí me observas detrás del cristal… O creo tal vez… Seas solo mi temor, Una presencia atada. Cuando amanezca por la mañana… ¿Serás aun esa imagen de tierra… Serás aun el respirar del turpial, En la flor madura? ¿Serás el amanecer impredecible, En la violencia divina, De aquella ternura y espacio sideral… Que arde en el rozar de nuestro dolor? De nuestros cuerpos… Aun helados de lluvia, Aun impenetrables, De suturas. Allí he estado detrás de la ventana… Sintiendo el frío… Derramando máscaras, Que ocultan en las fibras de mi piel, El polvo de la lucha perdida, Postales de nuestras caricias vanas. Luis J. Cabré Las raíces recorren mis piernas Donde el árbol impaciente, Desea contar entre sus hojas secas, Los espejismos desnudos, De las promesas en su corteza Trazadas. Sus hojas caen en mi rostro, Se funden tímidas en mi piel. Como cada beso en tu mirada, Como cada renuente recuerdo, Que del árbol herido emana. Puedo aun juzgar Cada murmullo lejano y rebelde; El delicado transitar de tus pasos Aquellas cautelas sin firma, Por el vergel de lo improbable. Escribiendo en mí pecho, La señal de lo inequívoco. Puedo aun confesar al alba, Que tus lágrimas, Son gotas que erosionan el muro Que nos fue agotando. Que diluyen la fina arena, Dispersa en nuestros labios, Ávidos de surcos. Es precoz aun concluir en el abismo Que muestra el sonriente rostro, De los ríos avanzando. Mansa savia y cálida como el sabor, De esos labios Que quemaron mi piel, Y en ámbar, Conservaron sus marcas. Ausente canto que el viento demoró. Al escuchar el orgullo efímero Y revelar la cadencia de tu vientre Arrullando mis ásperas manos. Olvidando lo innegable. El aire de la corteza conserva un efluvio a Mudez. sus raíces me delatan. La áspera niebla, Se confunde con el fervor de la astucia. Venciendo mis dedos en la hierba, De aquel suelo húmedo, Que presintió nuestras estaciones Que hundió nuestros pies, En el tramo de las pasiones Cautas. Luis J. Cabré Tu ser ha envuelto a las letras españolas… Aquel aroma fecundo de lucha, De pluma ardiente como la brasa del sol. Has dibujado en tus letras la imagen de tu alma, Como despliega el ave sus alas, Al encontrarse en el viento feroz. Porque tu vuelo fue incesante… Aun cuando se asomara el dolor, A la puerta de tu hogar. Aun cuando el mar perdiera su color… En lo latente, De la sensibilidad de tu espíritu. Tus horas hablaron del deber… Y tu pensamiento del porvenir, Tus manos dieron al infeliz sincera esperanza… ¡Tanta! Y a tantos, Que esas almas bajo tu amparo, No alcanzaron agradecerte en el corto tiempo, De tu existencia terrenal. Pero la materia pertenece a la materia, Y el alma a esa virtud desconocida, Cual se ama, Y en donde jamás se halla perdida. Poco quisiste pedir, Pensando en tus antiguas faltas… Como el hijo pródigo En su camino al padre, Pensara en lo que le deparara. Pero tanto recibiste. Por tu recia dignidad Y dulce humildad… Que no cupo en aquella ave de alto vuelo, Tanto agradecimiento y dicha, Cuando tomara finalmente, ¡En la luz! Su anhelado puesto. Porque tu vuelo fue incesante… Y aquella alma que en tu materia floreció, El mirar atrás no le era útil, Y jamás necesidad. ¡Porque quien en lo alto se encuentra, Al horizonte alejado, A la vista mirar le cuesta. Y el quebranto de la ingratitud, Que algunos dejasen en tu ser heridas…. Templaron la dura espada, Que combatieron … Tus lejanas batallas. Luis J. Te escribo ahora antes de olvidar ... Sabes que miento,Pero seguro no estoy de mis palabras.Te escribo porque no lo has pedido ... Y ello he de destacarlo.Te escribo porque no hemos tenido un dia antes ... Porque tus besos no tuvieron palabras,Para mis labios.Porque sé que recuerdas tanto como yó.Y aun mas te escribo,Porque no hemos sabido olvidar,Sin tocar algun dolor. Te escribo porque el miedo recorre mis dedos, Y miedo tengo de mentir.Porque estas palabras estan sueltas,Como las lagrimas,Que ayer no pudieron surgir.Te escribo porque se que me escuchas,Aunque todo esté en silencio.Porque no sé como cantar mis versos,Como declamar mis llantos.Como hacer revivir la ausencia.Te escribo ahora,Porque algun día sabrás ... Y estaré alli lejos de la lluvia,Observándonos. Te escribo como aquel que conociste,y no se si atreverme a tanto.Como aquel que te ha amado y no supo expresar.Te escribo como quien una carta redacta,Desde la escuridad de una pequeña llama,Desde la cera de una vela,Quemando mis palabras.Te escribo quizá para que sea esto lo último,Porque se que aun no lo has decidido.Porque aun cuando no sepas responderme,Lo sabré al tomar tu mano.Te escribo y aqui estoy ...Y aquí estaré sin saber,Cual será la ultima palabra.Pero ten la certeza,aquella que aun no me abandonará ... De que te amo, Y aunque palabras de mis manos salgan ... Y se esparsan como polvo a orillas del mar.Jamás concluirán esta carta ... Cuyo nombre sabes a quien pertenece. Luis J. Cabré << Inicio < Ant.
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Fin >> Como en la mayoría de los casos o algo común es que el hombre deje a la mujer, pero en mi caso esto es distinto, un di aquella mujer “mi esposa” tomo sus cosas y se fue, dejo a mi pequeña hija en mi trabajo y se fue, yo intente detenerla pero ella se fue sin más, ese día mi hija me miro con los ojos más dulces y me dijo: “ papi, mami volverá yo lo sé, tiene que hacer la cena” , mi corazón se partió en dos al oír lo que mi pequeña dijo. Los días pasaban y yo no sabía absolutamente nada sobre como criar a una pequeña yo solo, por las noches lloraba y mi pequeña dormía junto a mí, intentaba hacer mi mayor esfuerzo, desde las labores de la casa hasta el cuidar de mi hija, no tenía tiempo de deprimirme porque mi niña estaba ahí observando cómo fue que su padre tuvo que salir adelante con ella, con el paso de los meses y días mi pequeña y yo nos fuimos acomodando el uno con el otro y cuando menos lo note mi pequeña ya era un señorita, un día mientras ella veía la tele se acerco y me dijo : “papi ¿Fue duro?. Yo por las noches oía tu llanto y supe que mi madre no volvería” la mire a los ojos y le dije : “si cariño fue duro pero lo hemos logrado” ella sonrió y me abrazo tan fuerte como pudo. El día de hoy antes después de que escriba estas líneas iré a la graduación de mi hija que ahora será toda una ingeniera , ella dice que a si como yo le mostré que los hombres también pueden hacer un buen papel de madre ella puede hacer un buen rol de ingeniera. Querida ex esposa te agradezco que te hayas ido y me abrieras los ojos. Muchas letras de canciones parecen historia de mi vida. Tengo mi guitarra en mano, afino las cuerdas, confirmo que ya hay afinación. Inicio tocando en mi guitarra la introducción de la canción, que hace historia de la vida, y comienzo a cantar esta canción dedicada a un amor oculto. “Me gusta todo lo tuyo Todo me gusta de ti” La historia nace de un amor platónico. Mi amor platónico era el novio de una amiga, pero sin recurrir a la deslealtad de la amistad con mi amiga. Yo me conformaba con convertir a ese ser, en mi príncipe azul “Invisible”, a quien dedicaba horas de mi pensamiento, y cantaba para él las canciones que iban con mi sentimiento. Yo comentaba a mi amiga sobre mi príncipe azul invisible, sin que ella sospechara de quien se trataba. Qué iba a imaginar mi amiga, que mis besos espirituales, mis caricias, mis deseos sexuales, yo, con ella los compartía, hacia el mismo ser. Tampoco imaginaría, que cantando quería decirle a su novio, lo mucho que me gustaba.Inocente el novio de mi amiga, sin saber que mis canciones yo le dedicaba, él me acompañaba, cantando en dúo las canciones y, con su guitarra, también me acompañaba. ¿Cómo no iba yo a amar a mi príncipe azul?, si él y yo gozábamos de los mismos gustos, la música, la poesía, la moda, las creencias, los conceptos, mientras mi amiga difería de nuestros gustos, pues dicen “que las parejas disparejas son más felices” Asistí al matrimonio de mi amiga con mi príncipe azul, los acompañé al aeropuerto a tomar el avión que los conducíría a España donde iniciarían su nuevo hogar. Quedó mi vida vacía, sin volver a ver a mi Príncipe Azul y, sin saber si un día lo podría olvidar. No me hice tu amiga por que yo lo decidiera, me hice tu amiga por que poco a poco fuiste siendo parte de mi vida a día, por que en ciertas ocasiones me recuerdas que debo dejar algunas cosas y vivir un poco, el mundo se pregunta¿ por qué son amigos? Si somos tan opuestos, creo que no hay un respuesta para eso, pero ¿sabes? Yo creo que tu eres mi amigo para recordarme lo bueno que es vivir, que debo sonreír y que no puedo controlar el mundo, creo que eres mi amigo para hacerme recordar esa parte de mi que ya había olvidado y haces que no me suelte de mis metas. Yo soy tu amiga por que debo recordarte tus deberes, para que notes que la disciplina no es tan mala y que de vez en ves te tienes que tomar las cosas enserio, ¿sabes? Jamás creí conocer a una persona como tu pero me alegra que estés conmigo, en cierta forma creo que sin ti estaría perdida. Esta noche mientras dormía, sentí esa sensación de nuevo, ese vacío en mi creo que lo eh tenido desde hace mucho tiempo, pero no sé cómo describirlo, al despertar lo hice llorando, como si le hubieran quitado un dulce a un niño pero solo sé que debo esperar, ¿esperar? Aun no lo sé siempre eh creído que tengo que esperar a alguien y que ese alguien me está buscando muy desesperadamente, nuestro tiempos se encontraran. Quieres mis besos Los tuyos no tienen fronteras. No quieras a mí Reclamar propiedad. ¿Sabes que la risa puede aliviar el estrés, curar los dolores de cabeza, combatir infecciones y reducir la hipertensión? Cuando te ríes a carcajadas, los músculos en todo tu cuerpo se contraen, y a su vez aumenta tu ritmo cardíaco y presión arterial. Con solo una buena carcajada tu número de pulsaciones puede duplicarse de 60 a 120, mientras que tu tensión arterial sistólica puede aumentar de 120 a 200. Entonces, una vez que paras de reírte, los latidos de tu corazón y tu presión arterial bajan más de lo normal, indicando un estrés reducido. Dios creó la risa para tu buena salud. Sin embargo, no confundas felicidad con regocijo. El regocijo proviene de la alegría, no de la felicidad, y entender esto es crucial para tu salud emocional. Hay momentos en los que no podemos ni debemos sentirnos felices: cuando las personas están sufriendo, están atravesando una tragedia, o pierden sus trabajos o a seres amados. Frente a la injusticia, la felicidad es inapropiada, por no decir imposible. Sin embargo, la alegría que viene de saber que eres amado y aceptado incondicionalmente por Dios te permite mantenerte alegre. Y es así porque la felicidad es externa y la alegría es interna. La felicidad depende de las circunstancias externas; la alegría depende del carácter interno. La felicidad depende de lo que nos ocurre; la alegría depende de quién vive dentro de nosotros. La felicidad se basa en la suerte; la alegría se basa en una decisión. ¡Escoge hoy la alegría para que puedas sentirte siempre felizmente contento o contenta! FELIZ NAVIDAD (Bob y Debby Gass) HUÉRFANOS, SOLOS Y LIBRES El silencio despierta mi silencio, las nubes grises, como hilos de hielo penetran nuestra soledad, cubren el vacío del cuerpo helado, que en su lecho frío dejó nuestra mamá al marchar para siempre al cielo. Y nuestro padre ¿Dónde está? , otro sol, otra luna, otro cielo cubren la tibieza de otro hogar, ¿tendré más hermanos? No lo sé. La distancia, el olvido y el abandono de nuestro padre, “solos y libres nos dejó”, a mi hermanita Anita, a mi hermanito Eduardo, a Mario, a mí y a la bebita que sin nombre quedó. Veo desde mi ventana, garzas blancas posar sobre las ramas de los árboles de las calles. ¿Qué será de nuestra vida? Si fuésemos como aves que vuelan libremente hasta el cielo y luego descansan en los árboles agrupadas, bajo el calor de sus hermanas, pero, nosotros cinco, no somos aves, somos niños, bañados en frío y hambre, la bebita sin tetero llora y llora… quién quita, que como en los cuentos, Ada Madrina aparezca y nos proteja. El corazón de mi hermanita Anita golpea fuerte sobre su débil cuerpecito, es tristeza, por la ausencia de papá y mamá. Mis hermanitos Eduardo y Mario creen que nuestros padres regresarán. Uno de ellos sueña con ser soldado, marcha de un lugar a otro y con sus pequeñas baquetas elevadas con estilo, hace sonar sus pequeños tambores, el otro hermano sueña con ser bailarín y al son de las notas se desplaza por el espacioso patio de nuestra casa, bailando y cantando esa canción rondalla, que mi madre siempre escuchaba. Y, a la bebita sin nombre ¿quién la bautizará? Y ¿qué será de mi vida? Soy la mayor de mis hermanos y buen ejemplo les debo dar, tengo once años, no sé qué hacer, tal vez trabajar, pero en qué, si nada sé, sólo se me ocurre, con ayuda de la nevera hacer helados, publicar mis ventas en Facebook y vender helados, mientras esa hermosa Hada, como mariposa de ojos azules, aparezca en nuestras vidas y nos regale un nuevo mundo. LRN. Por la ancha ruta del marel barco llevó su singladurade la gloria de Atenasa la maravilla de Venecia. Deambulando por sus singularesespacios de marcado sello medievalnos sorprendió la noche mágicay, con ella, su ambiente inimitable: las callejas estrechas y oscuras,los canales y puentes transversales,las alargadas góndolas ligerasanimadas de cantantes y acordeones; las terrazas de restaurantes, cubiertaspor la oscura noche, semiiluminadascon velas encendidas y farolillosy orquestinas sobre tablados llenando el aire nocturnode música sublime: Bach, Mozar,Vivaldi..., y algunas melodiasde canciones modernas ya clásicas; pero la noche se hizo fantasíaen la bella Plaza de San Marcos,con su Basílica bizantinay su gótico Palacio Ducal; allí, con sus altas farolasde luz opaca, la portadade San Marcos semiiluminaday las fachadas, balcones y terrazas que cierran la insólita plaza,con múltiples farolillos encendidosy clásicas músicas diversas...queda el alma suspendida, como si hubiésemos entradoen el sueño románticode otro mundo y otra edad del que no quisiéramos despertar. .- ¿Quién amo siquiera, algo más de lo que llegamos a amarnos nosotros? Si libamos el dulce sentimiento, directamente desde lo profundo del pozo. En cristalinas aguas vería refulgir el brillo claro de tu alma y las chispas de tus ojos, Y el desliz pausado del tiempo, blandiendo prejuicios, revertía todo a destrozo…… .- ¿Quiénes se desearon más de lo que llegamos a desearnos a fuego nosotros? Deseo incumplido- que al tiempo termino cobijándote en los brazos de algún otro. Y yo caballero sin coraza, con su lanza vencida y su yelmo convertido en mero despojo. Fui dando todo en batalla en la conquista de tu sonrisa, tu mirar tus suspiros - tu todo……….. .- ¿Después de tanto sentir, de tanto pensar, de pesadillas y momentos tortuosos, No llegue a recibir aquel beso, por el que luche en el campo de batalla hacendoso. ¿De que sirvió amarnos tanto y perpetuar el deseo incumplido a ras de nuestros torsos?, Creyéndolo profundo, se desprendió por la fragilidad de la raíz que no calaba tan hondo…… .-Y aquí estoy sentado, buscando frases que me broten libres desde la raíz de mis antojos, Sin pronunciar en nada tu nombre, evitando otro momento como aquel tan bochornoso Oigo a mis hijos cantar un Aria, que resuena en ecos y en acordes sumamente melodiosos. y disimulo ante ella, la pasión prohibida que por ti me había convertido antes en vicioso………… --------------------------(DEMOCLES mago de oz)---------------------- NAVIDAD. vuenos días niño dios, mi mamá me dijo que antes de escriVir deVo estar limpia, ya me Vañé, me peine y me vesti con el mejor vestido rosado con florecitas azules y tenis blancos. Niño dios nosotros somos felices porque somos pobrew como tu lo eras antes de naser, mi mama y mi papá cuentan que tus padres eran pobres pero que te acomodaron una umilde cunita y ay nasiste y que fueron felises, pero ahora tu eres rico, tienes plata para darnos regalos a todos los niños, entonces yo te pido juguetes, muñecas,ollitas de varro como las que venden en el pequeño pueblo en que vivimos, pero niño dios no me regales ropa, esa me la regalan en mis cumpleaños, te mando la lista de los regalos que quiero muñecas, estufita para cosinar alimento a mis muñecas, pulseritas, collarellares, carteritas de juguete para mis muñecas, a mi hermana rosita regalale juguetes pero a ella si dale unos zapatos porque los que tiene ya se ven rotos, se le meten piedritas cuando caminamos asta la escuela regalanos un hermanito nosotras somos dos niñas rosita y yo y queremos tener un hermanito, a mis papás si regalales ropa, casocillos a mi papa, y a mimama una camándula para que rece por su hermana ester que hace tiempo se perdió y ella vive triste ni siquiera quiere hacer pesebre, también hay un niño vecino que quiere tener triciclo regalale ese regalo. Bueno niño dios faltan muchos días para recibir regalos, pero el 24 me acostare temprano para que me visites a media noche y coloques mis regalos devajo de mi amuada, igual a mi hermanita, Soy rosita tengo siete años Y medio mi mamá me peina con trensas, manda que me bañe los dientes pero se me han caído dos dientes, ya lei la carta que mi hermanita Tatiana de seis añitos le escribió al niño dios, me gusto, pero me preocupa que mi mamá no quiera acer un pesebre, pues mi hermanita y yo lo aremos, Tatiana agamos las dos el pesebre, cubramos esas cajas con esa tela que parece pasto, que quede como montañitas, pongamos paticos, gallinas, burritos y esas casitas que mi mama tiene guardadas cuando hacia pesebres, bueno listo quedo echo el pesebre, pero faltan panderetas, maracas para cantar los vellansicos, mi mama esta haciendo tamales y mi papa hace chocolate son las ocho ya tenemos que arreglarnos, dice mi mama que mas tardecito viene la comadre alejandrina y que viene con sus ijas y dos personas mas, Tatiana abra la puerta que ya llegaron, ola Tatiana mire que una de esas señoras viene vestida con una bata larga roja y un sombrero verde, trae un talego grande que traerá en ese talego, parecen cosas envueltas en papel regalo. Ola mire con disimulo a ver que trae esa señora. }Mi mamá abraza a esa señora, las dos lloran de felicidad, es nuestra tía ester la hermana de mi mama la que estaba perdida, yupi… ya apareció, la tia, ester nos abraza nos besa y nos entrega muchos regalitos. Dicen que nos quedo lindo el pesebre que las estrellitas que pegamos en el papel azul que parece cielo mi hermana Tatiana las pudo hacer, rezamos la novena, cantamos los villancicos sin panderetas ni maracas ni pitos solo con palmas de nuestras manos acompañamos a la nanita nana, vamos pastores vamos, noches de paz, ven mi niño adorado anton piruliruliru anton pirulilula jesus al pesebre vamos a cantar. Mi papa y mi mama sacaron esa mesa larga de madera en la que tiene maquina de coswer y muchas cosas mas la desocupan la traen a la cosina sirven el chocolate y los tamales, todos senamos felices por estar completa la familia con la comadre y dos vecinas mas, suena la música del radio se oyen cansines navideñas, bailamos y luego nos mandan a acostar porque faltan veine minutos para las doce, nos acostamos felices esperando que el niño dios nos deje los regalos debajo de la almuada, nos corremmos bien a un lado dejando espacio entre la almuada y la cavesa para que quepan los regalos y a dormir… La paz primera de mi besoes tu boca encendida en el remansoy entonces tú, corazón de amanecida,te iluminas de minutos infinitos. Quisiera parar el reloj de los sentidospara ser algo más allá del horizonte... algo así como un pájaro violeta sintiéndote en la piel...en esa mirada dulce reposadasobre este sueño que palpita,raudo de emociones,para sentirte más profunda. Nace esta nueva luz de pacífico pleamary, en medio de las olas del silencio,en honda raíz de amapolasse convierte toda la existencia. La mañana era fría y tranquila, el cielo estaba nublado, eran mediados de invierno en aquella ciudad llamada Caliri. Jack era un joven de 18 años, con la piel pálida y pelo blanco como la nieve, sus ojos azules zafiro que tenían una mirada penetrante. Tenía una sudadero negra sin ningún estampado, y unos pantalones azul marino y tenis blancos. Se encontraba dentro de un automóvil Tsuru color azul marino con una etiqueta del hospital psiquiátrico “NUEVA VIDA”. Al cumplir los 18 años tenía que dejar el hospital y si el diagnóstico era terrible tenía que pagar por quedarse ahí. el diagnóstico cuando tenía 13 años era el siguiente: “sufre de esquizofrenia, es agresivo, está en estado de shock y muy alterado, tiene actitudes asociales, se le debe colocar sedantes que he dejado anotados en el recetario que se encuentra en su habitación 34-b.” durante meses los doctores intentaron hablar con él, pero no conseguía el éxito así que algunos simplemente lo ignoraron, su caso era el más pesado que tenían los médicos que entraban al hospital, pero un verano la doctora Alicia Montoya llegó al hospital las cosas cambiaron para Jack. Ella era paciente y rápidamente se relacionó con él. era una mujer de 34 años muy amable, siempre vestía con faldas y rara vez la veía uno con pantalón, ella lo apoyo y ayudo, lo acompañaba a tener paseos por los jardines, conversaban de cualquier cosa, y Jack fue mejorando, distinguía cuando algo era una alucinación. Tomaba sus medicamentos, se adaptaba al trabajo de la doctora. Alicia: escucha Jack, ahora vivirás solo pero eso no quiere decir que ya no me hablaras, seguiremos mensajeando para seguir nuestro proceso. Me puedes marcar cuando sea ¿entiendes? Jack que veía el paisaje de pinos frondosos, volteo a ver a su doctora que conducía. Ella llevaba un traje rosa palo y zapatillas blancas, su pelo largo iba amarrado en una media cola. Su piel blanca, siempre le gustaba los aretes pequeños y en esta ocasión llevaba unos blancos. Alicia: ¿me escuchaste? Jack: (asintió) si Alicia: comenzaras de nuevo. Jack: gracias. Por todo. Alicia: no me agradezcas Jack: usted confió en mí, me tuvo paciencia, me ayudó antes y lo sigue haciendo. Alicia: me siento agradecida, has progresado como nunca lo había visto. Jack: (suspiro) tengo miedo. Alicia: no temas, has estado progresando, tener miedo es normal, es algo nuevo para ti y eso no significa que sea malo, además tendrás vecinos creo que tienen la misma edad que tú, según escuche ellos van en vacaciones. Así podrás socializar. Jack: creí que estaría solo. (Un poco preocupado) Alicia: tómalo con calma Jack son buenos chicos, nunca te enviara a un lugar donde la gente sea mala. Jack: ¿compartiremos la cabaña? ¿Cuántos son? Alicia: cada quien vive en una cabaña, son como 15, amigos todos. La cabaña en donde vivirás es más grande que las demás. Jack: doctora, no creo que venir aquí haya sido buena idea. Alicia: ¿por qué lo dices? Jack: en el bosque hay una mujer que nos ha estado siguiendo desde hace 20 minutos. Alicia: (suspiró) Jack todo está bien ¿de acuerdo? una vez me dijiste que los muertos no pueden herirte físicamente como los vivos, una de las razones por las cuales nos llevamos bien es que yo entendí de que no tienes esquizofrenia como otros dicen. Yo sé que puedes ver lo que nosotros los comunes no percibimos. Por ejemplo ¿te acuerdas cuando te pregunte por que tenías moretones y cicatrices en tus brazos? Jack asintió. Alicia: me dijiste que los muertos son como el viento, lo puedes sentir, si eres atento lo verá y escuchará sus plegarias, pero nunca podrá herirte, por ello no les debes temer. No tengas miedo Jack. Jack: tiene razón. Solo tenga cuidado al regresar al hospital. Disculpe los chicos que están en las cabañas ¿también fueron sus pacientes?, ¿o ellos son normales? Alicia: tú también eres normal, pero no, ellos no son pacientes, son estudiantes de Inglaterra que vienen aquí a tener fiestas. Jack: gracias de nuevo. Alicia: dentro de unas semanas es el aniversario de tus padres, si quieres puedo acompañarte a el cementerio y llevarles unas bonitas flores. Jack: (sonrió) de acuerdo, la estaré esperando. Llegaron a una cabaña de dos pisos bastante hermosa para el punto de vista de Jack, los pinos eran tan grandes que pareciera que cubrirán la casa. Alicia: ¿te gusta? Jack: me encanta su casa es muy bella. Alicia: ahora es tuyo, Jack todo lo que esté ahí adentro, es tuyo. Es mi regalo porque cumpliste 18 años. Jack: ¿está bromeando? Al entrar se maravilló tras ver los muebles en perfecto estado, todo a su alrededor era tan elegante, se sentía tan acogedor, el olor a humedad se hacía presente pero no lo incomodó “con una buena limpieza todo quedara perfecto” todo era una combinación de azul marino, negro y blanco, le agradaban los colores, tan tranquilos, nada llamativo, subió las escaleras de madera en forma de caracol bastante modernas para él, siguió hasta que se encontró con la segunda planta de la cabaña, el pasillo era un café más leve, había 7 puertas de color negro, sin embargo la puerta color blanca le llamo la atención, pes el borde tenia detalles muy agraciados, al entrar sonrió y supo que sería su habitación. “es tan perfecto que parece un sueño” lo que más le emociono es que había una carta en el borde de la cama lo cual, rápidamente abrió: “sabía que escogerías esta habitación, se parece a ti, única, tiene la mejor vista, feliz cumpleaños Jack” Se fijó por la ventana negra que se ubicaba a dos metros de distancia de su cama, se parecía un poco a la que se encontraba en la puerta, solo que era más amplia y parecía ser estilo barroco, al mirar por ella se dio cuenta de que se observaba el rio, dirigió su mirada a la derecha y observo a la mujer que hace rato lo seguía a él y a su doctora, se sintió un poco aliviado de que no siguiera a su doctora. Bajo de prisa y tomo la bufanda de su maleta gris, se la envolvió bien por todo su cuerpo, aunque él no podía sentir molesto el frio, de todas formas se tapó. Al salir solo le tomo cinco minutos llegar al rio, había niebla en el, era cristalino y extenso, se dio cuenta de que lo engañaron “esto no es un rio, es una laguna, ¿Dónde me quejo por engañarme?, ¿tendré que firmar un formulario donde exija que no confundan rio con laguna?” Aquella mujer parecía no haber notado su presencia porque ahora miraba fijamente la laguna, Jack dirigió su mirada a él y encontró un papel florando, cuando miro había donde se encontraba la mujer ella no estaba, supuso que debía recoger aquel papel, se tuvo que arrodillar para alcanzarlo, al levantarlo se veía algo grabado, enfoco su vista y decía “help me”. Un sudor frio se hizo presente en la cara de Jack cuando sintió que una mano envolvía su brazo y lo sumergió con él. Mientras luchaba por salir vio que estaba la mujer hundida con el, con esos ojos sin brillo cuando mueres, con esos ojos que te invitan a ver el fondo de su atormentada vida, miro los ojos y al cabo de unos momentos salió de prisa, corriendo se dirigió a su casa. Cerró con seguro las puertas y se dirigió al baño. El agua estaba caliente pues había prendido su boiler antes de salir, se metió a darse una ducha con agua bastante caliente, cosa que no le agradaba mucho a Jack, de donde el venia el calor era insoportable, parecía que era como correr un maratón con una temperatura de 50°, lo peor era cuando tenía que soportar que los espíritus le dieran sueños aterradores, el sudor ya lo había molestado, pues ya eran bastante incomodos y bochornosos como para preocuparse por el agua. Pero supuso que el agua de la laguna estaba tan fría que por hoy el agua la sentía exquisita. Cerró los ojos por un momento, recordando lo que había pasado: al sumergirse vio lo ojos de aquella mujer sin vida, eran marrones y penetrantes, intento apartar la mirada pero la tentación le gano, como cunado sabes que lo que harás es una travesura grande pero la tentación es más grande y lo haces, bueno al mirarla ocurrió lo mismo, pues pudo ver la vida dela mujer en menos de 10 segundos, se veía que era una mujer respetada por su marido e hija de 8 años, de repente lo que parecieron recuerdos hermosos se convirtió en algo terrible, era la escena de ella siendo violada y asesinada, para después el violado arrojara su cuerpo sin vida a la laguna. Aquel hombre debería tener cinca años más que la joven, se fue de la escena sin prisas y las memorias desaparecieron. Cuando volvió a abrir los ojos cerró el agua caliente y salió. Se vistió casual y tomo dinero de su billetera café. Al salir noto que las cabañas parecían vacías pero no le tomo mucha importancia y camino durante 10 minutos para legar a la parada de autobuses. “no puedo ayudarla como me gustaría porque me dirán loco de nuevo”. De repente una voz oscura resonó dentro de su mente “tú sabes que si puedes ayudarla, solo que te da miedo, porque sabes cómo seria, solo tienes que dejar que yo lo haga” Pov Me sentí agitado por sentir que mi cuerpo se tensaba, las voces de mi cabeza siempre habían sido positivas de cierta manera cuando estuvo solo, en el hospital, se sentía terriblemente solo. Los doctores decían que yo mejoraría con medicamentos, no me escuchaban. A veces, durante las sesiones mis voces se callaban, me susurraban palabras de aliento, pero cuando era distante es cuando la voz mas fuerte me decía cosas negativas, me decía que había una manera de salir se ese lugar. Cuando llego la doctora aquella voz me susurraba que no debía contar sobre las voces, debía comportarme, el me dejaría si yo cumplía, y lo hice. Logre engañar a mi doctora, ahora lo único con lo que tenía que lidiar eran esos muertos sin un lugar a donde ir, almas que vagaban en los hospitales, llorando, susurrando, pidiendo perdón, queriendo salir de ese lugar que les había dado muerte. Al principio fue fácil aparenta que todo estaba bien, las voces se habían callado, por fin dormido tranquilo. Ahora sentir que aquella voz regresaba a mi mente, me aterra, esa voz era astuta, pero sus intenciones son oscuras. Me detengo un momento a recuperar el aliento, un sudor frio me recorre la cara y lo limpio con mi sudadera azul, al darme cuenta el autobús está a unos metros de distancia y subo, tratando de tranquilizarme. Jack: voy al mercado ¿Cuánto es? Chofer: son cinco pesos. Jack le pago y tomo el asiento más cercano al chofer, la vista de pinos cubiertos de escarcha le agrado durante el trayecto. Continúo observando el paisaje hasta que su mente comenzó a divagar. “esa mujer vino a mí por una razón”, “tienes que ayudarla, eres el único que puede verla” “no la abandones”, “sabes lo que le ocurrió”, “aléjate”, “ya no te metas en problemas”, ”Tienes que matarlo” – me susurra aquella voz a la cual yo le temía.- “no me temas, sabes que es necesario”- me tenso y dirijo la mirada hacia otro lado. Done los tres pasajeros y el chofer no puedan ver mis expresiones. – “no tienes que temerme, siempre te he cuidado y advertido de todo lo malo que hay haya afuera”. “solo déjame en paz”- es lo que digo en mi mente- “no quiero volver a oírte”. “¿crees que puedes mandarme?- aquella voz me respondió con un poco de enojo- “esa mujer esta angustiada” “no es nuestro problema, solo olvídalo”- mi cabeza comenzaba a doler un poco. “eso es lo que te dice la doctora ¿no?... solo olvidar, a mí no me puedes engañar, somos uno mismo”- en ese momento la voz se calló. Mire al conductor y le pregunte: ¿por qué los autobuses no suben hasta las cabañas? Conductor: hace años los autobuses subían a las cabañas pero hubo un accidente por las montañas, 4 autobuses desaparecieron, nadie sabe dónde están, hubo todo un lio por allá arriba, para evitar otro incidente, ya llevamos 6 años sin subir y afortunadamente ya no ha pasado nada extraño. Lo que diez minutos de trayecto pueden hacer ¿no? Jack: ¿Queda muy lejos la ciudad? Conductor: como unos 50 minutos. Debes tomas dos autobuses, el otro lo encuentras en la plaza central. Jack: gracias. Conductor: ¿eres de las cabañas? Jack: si, acabo de llegar hoy. Conductor: ¿por las vacaciones? Jack: no. Estoy aquí para quedarme. Conductor: han pasado unos 14 años desde que alguien se muda aquí. Espero que te vaya bien muchacho. Aquí es el supermercado más cercano. Jack: gracias. – baje de prisa de aquel autobús y me dirigí al supermercado. Era una extensión de terrenos de unos 800 m2 No era la mejor estructura que había visto, peo al menos era aceptable, dentro encontró cientos de artículos comunes y necesarios para él, tomo el carrito del supermercado y comenzó a tomar las cosas que necesitaba, carne, verdura y frutas. Probablemente se tomó unos 40 minutos en encontrar lo que necesitaba. Se dirigió a la caja. Ante él, estaba el trabajador, canoso, con unos lentes negros muy pequeños, una blusa que usaban los vaqueros y jeans. Ante él estaba…. El asesino… el violador. Su corazón parecía detenerse, contuvo la respiración. Aquel hombre empaqueto sus cosas con velocidad, y lo miro. - Hey! Que cabello más extraño ¿es natural? - (asintió)- las palabras no las podía formular. - Me llamo Patrick, soy dueño de la mansión que está a 5 calles, cuando quieras eres bienvenido - Gracias… - ¿Cómo te llamas? - Mm…Jackson - Que gusto… ¿aquí de visita? - (asintió)-le dio un escalofrío- ¿Cuánto es? - Son quinientos pesos muchacho. - (saco el dinero de su billetera, en eso momento agradeció tener el billete exacto para marcharse, tomo sus cosas y se dirigía a la salida) - No deberías andar solo por ahí, este es un lugar oscuro, cuídate muchacho. Salió a una velocidad exagerada si bien lo pensaba el, pero un pánico se apodero de él, se acercó lo más rápido a la cabaña donde vendían relojes, compro uno color café para su cuarto y otro negro azul rey para su sala, antes de irse vio un reloj con correa. Uno sencillo que le ayudaría a medir su tiempo cuando saliera de su casa. Ya estaba más calmado y camino despacio a la parada de autobuses. Pago y se fue al fondo de este, agradeciendo mentalmente por que estuviera completamente libre de pasajeros. Sintió una brisa helada y volteo. - Hola.- le saludo aquella mujer que había visto en el lago-. - Hola-susurro- ¿Qué necesitas? - Sabes lo que me paso… - Sí, pero no puedo ayudarte, la policía jamás me va a creer. Me dirán loco. - Tú lo viste. Yo te vi, en ese coche del hospital. Creo que loco ya te han dicho. - ¿El señor del supermercado?, - Si, ese bastardo fue. - Lo lamento, pero no puedo ayudarte. además es un nuevo inicio, no voy a estropearlo. - No pido nada extraordinario. Solo pido un poco de luz. En tres días es el cumpleaños de mi hija. - Tendrás tu veladora en tres días. Solo así te puedo ayudar. - Gracias. Cuídate de él, no te acerques. Aléjate. - Si. - Lamento mucho que te sumergiera a la laguna, pero de verdad necesitaba ayuda y estoy desesperada. - No hay problema. - Adiós Jack. Aquí bajas cariño. (después aquella mujer se desvaneció lentamente) - “¿no vas a ayudarla?, tú lo viste…. Sabes quien la mato…. ¿Qué esperas para matarlo?”- le hablo su voz interior- no puedes ignorarla, sabes que ese infeliz te podría atacar si no lo eliminamos…. - Eliminarlo?-dijo en su interior- - “Si, juntos, yo te puedo ayudar”- le susurro- - Pero… - “Si me dejas… podría ayudarte, nadie se va a dar cuenta” - No puedo hacerlo… - “No lo harás solo… yo estoy contigo…siempre lo he estado”… - Pero… - “Solo tenemos que matarlo”…. Notó que estaba en la última parada y bajó de prisa, caminó por aquel paisaje tan tranquilo. Era relajante saber que no se había encontrado a ningún vecino por ahora, sería un poco incómodo para él, así que se sentía con la seguridad de llegar a su casa, le dio un poco de risa el saber que ahora era su hogar, y también el que le incomodara más estar con muertos que con vivos. Tal vez porque no pueden herirte físicamente como los vivos. Como cuando él se lastimaba intencionalmente, sus brazos tenían marcas, pero ahora estaban bien, las heridas físicas sanaron, pero las mentales no podían cerrarse en meses. Su recorrido le hizo acordarse cuando la doctora Alicia lo llevo por primera vez a los jardines del hospital, era un paisaje tan cálido, relajado y placentero, lleno de color, árboles frondosos, tan grandes. Las horas se sentían tan lentas, como si el tiempo no avanzara, las pláticas no eran incomodas con su doctora, porque ella no insistía tanto como los demás, ya que Jack siempre le contaba lo que ocurría, siempre fue sincera y su presencia era reconfortante, cuando sus padres murieron ella lo escucho y espero a que Jack pudiera contarle. Cuando le mostro su estante lleno de libros y dibujos a Jack le impresionaron y se maravilló. Pero no todo fue tan fácil, aquellas voces en su mente y los ecos de espíritus vagabundos advirtiéndole de que la doctora solo quería engañarlo, utilizarlo, era en esos momentos en los que se ponía distante, callado e inseguro, durante las sesiones tenía la mirada perdida, a veces el miedo se reflejaba en su cara, moviendo sus dedos ansiosos y viendo el reloj esperanzado de que las sesiones terminaran. Se sintió estúpido de temerle a algo que no le pega, pero tras años de estar encerrado se dio cuenta que el mayor problema al que se puede enfrentar unos es que su mente le desobedezca, lo ataque, lo torture, no poder escapar a su subconsciente para calmarse del mundo que lo rodea. “maldita mente traicionera”, “maldito lugar, que me sofoca”. Su respiración era entrecortada después de recordar eso, supo que ya no estaba en la clínica y estaba feliz, así que cruzo el puente de prisa que conectaba con las cabañas, vio unos jóvenes de su misma edad afuera de las otras cabañas, tenían bolsas del supermercado y platicaban muy alegres, no les tomo mucha importancia, quería entrar a su hogar lo más pronto posible. Se sintió algo tenso, pues sentía que lo observaron, pero no volteo, abrió la puerta y cerro rápido. Al dejar las bolsas en la mesa del comedor se dirigió al baño para enjuagarse con agua fría. Se vio al espejo un poco sofocado y cansado como si hubiera corrido un maratón, sabía que estaba sudando levemente, recordar momentos del hospital lo alteraban, aunque sabía que tenía que controlarse, el no volvería ahí, se sentía atrapado como si fuera un ave con alas exóticas, cuyo destino es emprender un vuelo por lo alto de los cielos, y de repente al intentar volar ser atrapado y enjaulado, condenado a admirar el cielo azul e infinito, sintiendo enviada de las otras aves que son libres, anhelando volar y ser feliz, cantos donde suplicaría ayuda, maldiciendo sus alas, que aquel que lo atrapo sufriera tanto como el, la impotencia siempre estaría con el ave, porque nunca se adaptaría a estar encerrado, y finalmente se desvanecía en la soledad y olvido. Jack no lo quería eso, él lo sabía, siempre lo supo, el intento aparentar que estaba bien fingir, era lo mejor que sabía hacer, practica, estudio, aprendió a parecer alguien normal, siempre se siente culpable por ocultarle la verdad a veces, pero sabía que no tenía otra opción, pues sino nunca hubiera salido del hospital, no tendría su libertad, era mejor fingir que era inocente y distraído, ya que sería obligado a regresar. Sonrió para sus adentros. “solo llevo aquí un día y mi mente se descontrola”. Se secó rápidamente la cara y volvió a mirarse al espejo encontrando sus ojos celestes, tenía la mirada fija en él, como si supiera que no podía engañar a la gente con esa sonrisa otra vez. “estoy bien”. Respiro hondo y cerró los ojos. “tengo que calmarme, estoy bien”. Al abrir los ojos su cara reflejaba unas facciones más relajadas, serenas. Y con una sonrisa salió del baño directo a la cocina. Sonrió ampliamente al sacar su comida del horno, era un pedazo de carne con papas gratinadas con queso manchego, se había hecho un jugo de limón con pepino y se puso a comer. Termino de comer en 20 minutos sin prisas, saboreando su comida, sonrió para sus adentros pues recordó que su doctora le enseño a cocinar cuando los demás pacientes dormían, algunas cocineras lo sabían y disfrutaban su compañía, siempre aprendió rápido. Al terminar limpio la mesa y lavo los platos, estaba por irse a su habitación pero noto la computadora del escritorio de la sala. Era una ACER negra y de unas 18 pulgadas. Comenzó a personalizarla, con contraseñas que solo el entendería, no es que tuviera nada que ocultar, pero a veces la gente debe ser muy precavida, lo aprendió en el hospital, “hay que cuida lo que nos pertenece, porque si no alguien que no tiene nada nos querrá quitar la única cosa que nos mantiene un poco cuerdos”, -escucha Jackson aquí todos estamos algo locos, pero no totalmente, pues aun en nuestros peores momentos recordamos algo que es verdad. Algo en nuestra alucinación es verdad. Solo que a nuestra mente le gusta exagerar. – Le dijo un hombre de 30 años, delgado y con marcas por todo su cuerpo, estaban sentados en la banca del jardín del hospital-. -Aunque sea cierto lo que dices, nadie nos cree, solo nosotros los locos. Estamos condenado a vivir de esta manera.es nuestro destino Carl.- dijo un poco cansado-. - hablas como si fueras mayor- sonrió alegremente-. - a veces nuestras voces parecen ser más maduras de lo que somos. Creo que es una ventaja- le respondió con simpleza-. -solo no dejes que tomen decisiones por ti todo el tiempo- se levantó de su lugar- porque cuando quieras tomar tus propias decisiones ya no lo podrás hacer. Jack había terminado de configurar su computadora y encontró un correo en la bandeja principal, arqueó la ceja y entro, encontró un correo sencillo con su nombre, al ver la bandeja de entrada encontró un mensaje de su doctora. “hola Jack, espero y te estés adaptando al lugar, es un lugar tranquilo, créeme. Se me olvido informarte que ahora tienes una cuenta, tienes que ir por tu tarjeta de crédito lo más pronto posible en recogerla, el número es 055613744823 al nombre de Jackson Whitaker. Hay una plaza en la ciudad donde puedes activarla, en ella hay $30 000, cuídalos, puedes usarlos mientras encuentras un trabajo, puedes sacar dinero en pequeñas partes. Me tengo que ir por que la actividad en el hospital ha estado un poco elevada, todos te mandan saludos y bendiciones. Si tienes algún problema no dudes en hablarme.” Se sintió tan abrumado, era mucho dinero, ¿de dónde?, ¿por qué le había dado tanto?, estaba feliz, quería escribirle su agradecimiento pero su doctora, pero el mensaje decía que estaba algo ocupada. Suspiró y cerró la computadora. Se dirigió a su cama y se dejó llevar por la tierra de los sueños. La noche fue agitada para Jack, se terminó despertando las 3:45 a.m. empapado de sudor, su cuerpo estaba tenso por el miedo que había experimentado en su sueño, encendió la lámpara que se encontraba a su izquierda y se quedó inmóvil por unos segundos, sus ojos recorrían la habitación, sus dedos débilmente acariciaron la cama, aliviado de que todo fuera un sueño se levantó y se fue a la sala. Encendió su computadora y entro a una página pornográfica, nunca antes lo había hecho, pero si había escuchado a pacientes gritar por los pasillos los nombres de algunas páginas, deambulando y hablar solos sobre fantasías, en la sala de arte había muchos dibujos escondidos en el almacén sobre posiciones sexuales. Su compañero de cuarto Alfonso le decía que alguna vez tenía que verlo y no avergonzarse. - Es algo que la mayoría de los chicos y chicas ven en su vida- le dijo alegremente- no te tiene que dar pena, al contrario la autosatisfacción es muy placentera. Aunque no te puedo negar que alguien 3d es mucho mejor que los videos. - ¿Cómo dices que se llama? - Pornografía amigo. Pornografía. - No creo que aquí se pueda ver. - No, te imaginas! Huh! Yo hubiera visto miles. Eso estaría bien. Tal vez así lograra calmarme. - Supongo. - Eres muy joven +, de hecho, me considero un pervertido por contarle está a un joven de 15 años, pero al menos sabrás que significa y no te tomaran por estúpido. - Si. Tienes razón. - No te preocupes, cuando salgas de aquí probablemente o eso espero te eches una manuela por mí. ¿sabes lo que significa no? - Si, ya me lo habías dicho- un poco apenado- - No te avergüences, solo espero y no seas gay, no es malo, pero no quiero que me dediques una con un hombre. Si lo vas a hacer hazlo con una nalgona de esas que me gustan a mí. Aunque interrumpa tu orientación sexual por unos minutos. - No soy gay! - Ah…. Entonces eso está perfecto ¿no crees? (Presente) Jack estaba viendo unos cuantos videos, ninguno que llamara mucho su atención, parecían tan falso, lógico de estas páginas, las chicas eran muy bellas, pero podía autosatisfacerse, era como si no sintiera nada. Comenzó a masajear su miembro y fue aumentando la velocidad, pero no pasaba nada, se sintió un poco frustrado, “esto no me ayudara a dormir”. Fue entonces que cuando iba abrir otro video entro en otra totalmente distinta, en ella aparecía una nota roja de algún periódico; encuentran a mujer de origen mexicano en el desierto, violada y asesinada a las 9 p.m. de ayer. Autoridades sospechan que fue quien lo llevaría a la frontera, se encontró su cuerpo dentro del camión y sin huellas del asesino. No hay pruebas de semen, pero espera encontrarlas en el vehículo. El gobierno de México pide todas las pruebas necesarias, abra una junta con el presidente de México y estados unidos para tratar el caso mañana por la tarde 4p.m. Las imágenes se encontraban claras en internet, la mujer estaba muy golpeada, su ropa interior debajo de las rodillas, tenía la mirada apagada, sin brillo, claramente había llorado, la fotografía de sus manos había indicado que había luchado en vano. Pero luchado. Y ese fue el detonante para Jack, se masturbo mientras veía las fotos, la última imagen lo había llevado a su límite y termino corriéndose bruscamente. Respiraba con dificultad y vio su computadora. El terror lo invadió y la cerro de prisa. Se dirigió al baño a limpiarse, se sentía aterrado de él. “me masturbe con una muerta”. “pero nos gustó Jack”-hablo una voz calmada dentro de su cabeza- talvez deberíamos hacerlo luego. Pov Me acosté en mi cama un poco intranquilo, estaba temblando ligeramente, quería dormir y olvidar, pero al cerrar los ojos en mi mente las imágenes de aquella mujer sin vida seguían presentes. , me sentía mal por lo que le ocurrió pero entonces recordé lo bien que se sintió, era una sensación extraña, verla tan… dios soy un enfermo. Nunca debí salir del hospital. Soy repulsivo. - Pero que bien se sintió – aquella voz oscura resonó en mi mente- ¿acaso me lo vas a negar? - Yo. No lo hare- es lo que dijo en mi mente- no lo hare más. - No puedes engañarme, soy parte de ti, te conozco. - No me conoces, solo mientes, largo de mi cabeza. - Soy tu verdadero yo, soy como tú, se lo que piensas, lo que sientes, lo qué quieres. - No sabes nada de mí… - Yo lo sé todo de ti, somos uno mismo- grito- ¡tú y yo nunca nos vamos a separar! ¡Entiéndelo! ¡Nunca me vas a alejar! - ¡Déjame en paz!- grite. Notando que hacía eco en mi habitación pero no me detuve.- deja mi mente, es mía… no te pertenece… - ¿crees que puedes decidir?, ¿Qué vas a hacer?, ¿Quién te va a ayudar? ¿tomaras medicamentos? Ya sabes lo que pasa cuando lo haces…. Tu y yo lo sabemos... no soy tu enemigo… - me susurro lentamente para que pudiera gravarme esas palabras, él tenía razón, no podía tomar medicamentos- no puedes dejarme, y aunque me lo pidas no lo hare. - Yo…. Ya no puedo… - mi voz era tan débil como un susurro, pero no importaría que gritara, pensara o susurrar; aquella voy siempre me escucharía. - No tienes que hacerlo solo Jack- me hablo con un tono más calmado-. - ¿no?- sé que no debo hacerle caso, pero en estos momentos necesito una mentira piadosa-. - No… puedes confiar en mí, sabes que de todas las voces, muertos o tu doctora, yo soy el que realmente te conoce, nadie más… yo se tus pecados… tus fracasos... tus triunfos… los que has hecho… no puedes dejarme… tu solo tienes que confiar en mí. - Yo… - ¿confías en mi Jack?-me preguntó más calmado, como si nunca hubiéramos gritado- - Si. - Entonces déjame estar un momento en ti… - Pero… ¿qué vas a hacer? - ¿confías en mí?, no te hare nada malo… - Está bien, pero no salgas de la casa ni llames la atención de los vecinos. - No te preocupes… yo voy a arreglar todo esto… - Está bien.- con eso cerré los ojos y sentía como iba durmiendo, aquella voz tomaría el control de mi cuerpo, yo estaba cansado, me permití por un momento creer en las voces, algunas me gritaban que era un error, otras decían cosas sin sentido, pero no le tome importancia. solo dormí. O eso es lo que sentía-. Me desperté y el cuerpo me dolía, me acerque a el espejo de cuerpo completo que estaba en mi cuarto y note que no tenía camisa, en mi pecho había un gran moretón, mi manos estaba sucias y aparecieron marcas como si me hubiera golpeado con la pared “mierda, le dije que no quería tener marcas”. Me sigo viendo en el espejo y me inquieto. “ahora estas muy callada perra”. Suspiro y me meto a bañar, no tiene caso enojarme, aquella voz no me quiere hablar, tal vez sea lo mejor, algún día me dirá que mierda hizo mientras yo estaba inconsciente. Al salir de bañarme aquella mujer de la laguna estaba sentada en mi cama, viendo hacia la ventana. Me tense y trate de hablar pero ella fue más rápida. Aun sin dirigirme la mirada comenzó a hablar. - Gracias. – me dice con un tono calmado-. - ¿Por qué?- le pregunte algo desconcertado- aun no pongo la veladora hoy ira a comprarla. - Se lo que hiciste- me dijo con simpleza- yo te vi. - ¿de que estas hablando?- le pregunto algo preocupado- no sé de qué hablas. - Anoche estaba en la laguna, danzando con el viento, llorando de tristeza y felicidad. Porque por fin podría ver a mi hija. – me miro entonces-.y entonces te vi. parecías otra persona, no me pudiste ver tal parece. Así que te seguí… - “¡que mierda hice!” - Ya no necesito la veladora… ahora puedo ver a mi hija cuando quiera… por eso vine a agradecerte. - Yo… ¿Qué fue lo que hice? - - me miro por unos segundos como si fuera a acomodar sus ideas, pero entonces me sonrió cálidamente- nada malo cariño, nada malo. Solo recuerda que me has ayudado. Y eso es lo que importa. Ya no te molestare. Supongo que eso está bien ¿no crees? Cuídate mucho Jackson. - ¿Cómo sabes… que paso? - Cariño- se acercó a mí y me toco el pecho y me susurro al oído con esa voz dulce que en algún momento tuvo en su vida humana- tú me salvaste. Solo eso necesitas saber. - Por favor… tienes que decirme que fue lo que paso ayer… - - me miro con esos ojos profundos sin brillo y me dio un beso helado en la mejilla izquierda- tu ayer Jackson fuiste todo un caballero. Fuiste mi caballero de la justicia, con tu armadura de plata rescataste a la princesa de las garras del rey malvado. Para que yo pudiera vagar por las praderas de la libertad. - Yo… no entiendo… - Pero el sí. – entonces se desvaneció de mi habitación-. - ¿Qué mierda fue lo que hice?...no…. ¿qué mierda fue lo que hiciste?- dije casi en un susurro, mire mis manos y un escalofrío recorrió mi cuerpo- ¿Qué paso? Me pongo ropa de lo más común, unos pantalones oscuros y camisa negra y unos tenis negros Nike. Bajo a prepararme el desayuno, algo ligero, casi sin importancia, sigo reflexionando las palabras de aquella mujer. Me duele la cabeza. No recuerdo nada. Al terminar me froto con las manos la cara. Estoy agotado y fastidiado. Me acerco a la computadora y no hay nada interesante. Sinceramente no quisiera usarla, me trae malos recuerdos. Pero no sé qué hacer. Tengo un mal presentimiento. Miro mi casa y decido apagar la computadora. Busco artículos de limpieza y comienzo a limpiar la sala y cocina. Termine d limpiarla en 3 horas, ahora todo estaba reluciente y olía bien. Cuando iba air a los demás cuartos note que había una puerta en el suelo. Dejo las cosas y busco la llave, la encontré después de un rato en un cajón de la cocina. La abrí y el olor a humedad salió, era estrecho y oscuro. Baje lentamente las escaleras con un poco de miedo. Al llegar al final de las escaleras había un interruptor. Al encenderlo casi vomito. En el fondo de la habitación se encontraba el cadáver del señor Patrick. Estaba tan golpeado y tenía un corte en la garganta. Mi respiración era agitada y mi cuerpo comenzó a temblar. Quería correr, pero mis piernas no tenían fuerzas, me sentí aterrado, mi pecho me dolía y mi visión era borrosa, como si no pudiera ver bien. Como si estuviera mareado. Quería gritar, pero mi voz parecía escaparse. Lo único que podía sentir eran mil latidos acelerados. “no supe donde esconderlo”- me susurro aquella voz-“no te enojes conmigo, solo que no sabía en donde dejarlo”. Quería decirle de que estaba hablando, quería reclamarle, pero no podía hacer nada, el pánico se estaba apoderando de mí. “él se lo merecía Jack… lo merecía… mira como estaba feliz aquella mujer… hicimos lo correcto”.- me susurraba. Mis otras voces me hablaban más lentamente, algunas con frases de aceptación, unas atemorizadas, de preocupación. Pero todas decían las mismas preguntas al final. “¿Qué vamos a hacer ahora?, ¿qué pasa si lo buscan?, ¿cómo lo lleve aquí? “él lo merecía, debemos esconderlo, lejos de aquí”, “se nos acaba el tiempo”, “¿Por qué lo hice?, ¿iremos a prisión? - “no, no iremos a ningún lado”- dijo la voz oscura- “tenemos que esconderlo” - (las otras voces comenzaban a opinar) - ¿Dónde?, nos atraparan, que estúpido, encontraran el cadáver y nuestras huellas, nos van a encerrar, nos medicaran, ¿Qué vamos a hacer?, ¿esto es un sueño? - “Tardaran en subir a las cabañas, tenemos tiempo de ver donde lo dejaremos” - *la policía vendrá, no conocemos el lugar, estamos perdidos, ¿Por qué lo hiciste?, le prometiste no salir de la casa, debemos escapar de aquí… - “no, arreglaremos todo esto” - *¿y cómo lo haremos? Tenemos vecinos… ellos pueden saber… ellos ya llamaron a la policía y están detrás de nosotros… nos van a encerrar otra vez. - “no han llamado a nadie, no estaban. Aun no llegan. Tenemos tiempo. - *¿entonces qué hacemos? - “Vayamos a la ciudad… tenemos dinero ahora… y veremos donde arrojarlo”. - Debemos arrojarlo a la laguna- dije, mi voz templaba- . - “ahí lo encontraran” - Esto es tu culpa!!!, mira lo que hiciste!, ahora tenemos un muerto , la policía nos va a descubrir si se queda aquí!!, nunca debí confiar en ti… eres un enfermo -grite enojado, mi voz era dura, estaba enfadado. - “No me culpes de esto… yo no soy el enfermo… ese eres tu…” - Que mierdas estas diciendo… - Tú querías matarlo o ¿me lo van a negar?, tú querías eliminarlo. Sabias lo que pasaría y aun así me aceptaste. - Eso es mentira no quería que muriera. - Si lo querías, y yo solo lo hice por ti… ahora hay que deshacernos de él. - Esto no debería estar pasando- exprese enojado- - Pues admítelo… te gusto… te gusto hacerlo... lo disfrutaste tanto como yo. - No es verdad. - Somos asesinos Jackson. No puedes negarlo. Y eso está bien. ¿O ya olvidaste a Jennifer? Todo lo que hago, lo que hacemos… está bien Jackson. Será nuestro secreto… solo tenemos que enterrarlo lejos de aquí… Al salir para tomar un autobus y recoger mi tarjeta de credito una pregunta resono en mi mente.¿como lo hice? Eres ese punto inacabable donde sueñodueñode este amanacer inabordable.Eres lo que nunca alcanzopero avanzopara poder alcanzarte. Eres la inasible hondura del instantecaminantecual mujer de un lugar imposible. Y entonces...cuando pienso en ti...¿por qué te amo? Espero que lo sepasmirando al gorrión que, suave, tierno, candoroso,se hace vida a tu ladoy te brinda una sensación, viento alado,con aroma de canción...y una humilde oración...a tu cuerpo deseado. Termina el añoy comienza otro nuevo;y con la copa y el vinose expresa el deseosiempre antiguo,siempre nuevo... Y otra vez la petición de ser felizy los mismos propósitoscasi siempre por cumplir. Yo tengo un gran propósito, que espero ver cumplidoen este nuevo año: gozar de la viday de todo aquelloque nos ofrece el mundo.Os pido compartir este deseoque es gratuito. E.G.M. 31-Diciembre-2017 No lo sé ¿Qué lo evita? Me quedo observando la manera La manera de salir de este mundo La llave para irme de este dolor Pero hay algo, algo, ese algo ¿Qué cosa es? Quiero morir y quiero vivir Desesperada, nunca nada a dolido tanto Duele y quiero morir Pero veo tus ojos Veo tus ojos y siento como tanto quiero vivir No puedo seguir, no sé qué hacer Me duele, Ay, me duele, me destroza Me hiere, me mata por dentro La muerte promete paz Pero, sé que es mentira Paz ilusoria Te miro a los ojos, dolor y me enloqueces Pero te miro a ti amor y me salvas Patillas, cuchillos, calles transitadas Muchas formar de salir de este mundo Y no quiero ninguna Quiero vivir, pero en paz ¿Qué es la paz? No soporto Anhelo hacerte feliz Sanarme mi mente, sanarme yo Es duro cuando te llaman loca Inyecciones y psiquiatras mi día a día Me siento loca Pero sé que no lo estoy Todos pierden la esperanza en mi Salvo tu Salvo tu mi amado, solo tú crees en mi Crees en mi ms que yo misma Solo tú me haces querer vivir Así que, ¿Qué evita mi suicidio? Solo tú, solo tú solo tú No querer separarme de ti No querer estar sola sin ti No querer dejarte solo Tu protección, tú me das protección No lo sé, ¿es todo junto al final? Me vuelvo loca Solo tu Solo tú me das el aire que respiro No lo sé Es solo que soy tuya, solo tuya, tanto de ser de tí Tanto de ti que no soy mía, soy tuya Tú me salvas con tu amor De la muerte y el dolor Siento La esperanza de querer vivir por ti me dejaste aquí, solo solo me quedé,esperandoesperando que la última gota cayera cayera de mi mejilla al suelosuelo lleno de un calorcalor que las venas abiertas aportaban aportaban a los recolectores de almasalmas que como la mia, ya no sienten sienten el vacio que personas como tú dejandejan así sin más... Aquel año se convocaron nuevas elecciones generales. Los partidos políticos confeccionaron sus programas y proclamaron por todos los medios sus nuevas promesas de solucionar los problemas que angustiaban al pueblo: paro, hambre, injusticias seculares.Llegó el día prefijado, se celebraron las elecciones, y el partido ganador formó nuevo gobierno. Se enriquecieron y no cumplieron ni promesas ni programas.A los cuatro años, nuevas elecciones y nuevas promesas que luego fueron olvidadas. Se enriquecieron y no pasó nada.Así ocurrió periodo tras periodo: siguió el hambre, el paro, las injusticias de siempre, y los ladrones aumentaron.Otra vez se convocaron elecciones generales: nuevos programas, promesas anticuadas. Y llegó el día de las votaciones. Mas, cosa extraordinaria: pasaron las horas del día y las urnas quedaron vacías; nadie, nadie acudió a votar: ni un solo voto, abstención total. Y los políticos, asombrados e incrédulos, se decían: "¿Qué habrá pasado? ¡Qué cosa más extraña, este pueblo nuestro no tiene conciencia ciudadana!". E.G.M. Estás en mi como un color pintado para el campo. No estás en mi como una moneda fugada Huyes de mi como la canción que se quiere evocar y el tiempo detiene. .No me amaste y te amé sin que nos diéramos cuenta Todas las manos ausentes se aunaron para acariciarme. Guillermo. Direc.Gral de autores Oh… Luisa… Luisa… Luisa... ¿qué es ese ruido? Pasito… Deja escuchar… Es como un coro de voces lejanas Lina… ¡qué miedo! Nos están asustando Siento pasos que se acercan, escucha… tac, tac, tac Las voces se alejan y los pasos se acercan ¿Qué hacemos?, anda Luisa, prende la luz No amiga…es mejor estar a oscuras. Lina, no abras la puerta, es peligroso Mira por la ventana, la luna ilumina el patio Veo la sombra de un hombre solo Se mueve de un lugar a otro No puede ser, ¿quién será? Han roto vidrios, se sienten más ruidos ¡Oh Luisa! Suda mi cuerpo, papita mi corazón ¡Calma Lina! Llamare la policía No Luisa, ¿Quién abre la puerta al policía? Tienes razón, yo no me atrevo a abrir la puerta Llamemos a nuestra vecina Elenita Sí buena idea, que sea ella quien llama la policía ¡Aló, Elenita!, tenemos miedo Parece que un ladrón visita nuestra casa Por favor, Elenita, llama la policía Claro que sí Luisa, enseguida llamo Tocan la puerta, me da miedo salir Luisa, abre tú la puerta No Lina salgamos las dos y abrimos la puerta Buenas noches señoritas Buenas noches señores agentes Señoritas: ¿en qué podemos servirles? Señores agentes, en el patio hay un hombre En la cocina suena que alguien rompe loza Tranquilas señoritas, ya revisamos su casa Sigan señores agentes Vamos primero a la cocina Listo señores agentes Un gato nos ve, se asusta y sale corriendo Ha roto esa jarra de vidrio que contenía leche Ese gato es el ladrón nocturno señoritas Ahora vamos al patio Listo señor agente Señoritas, lo que ven en el patio no es un hombre Es, ese largo pantalón puesto en la cuerda El viento lo mueve de un lugar a otro, no es un ladrón Peo señores agentes se escuchaban voces de cantos en coro Bueno señoritas seguiremos rondando la casa Listo señores agentes Señoritas, el radio que está en el comedor está prendido Señoritas, pueden dormir tranquilas, aquí no hay ladrones ¡Qué pena, señores agentes Por favor, perdónenos. Válvula de escaparate I Casi al cambiar de planes y sueñas con un mándala de fideos Se lo comen cuatro, ahí lo veo Desarmándose sobre la cama gris, Como extraños que te quitan tus cosmos Como decisiones que llegan y se van. Llanto de felicidad, Nada de patetismo y tristezas. Ella, a descansar la cabeza sobre azufre, Yo sobre pasto seco. Claves para leer una vida, Leerla, suena a mirar, Suena a ajenidad. Sueño que soñaba anoche Sueñito del alma mía... Me acuerdo de aquella y el recitado de romances medievales. ¿A qué viene todo esto? Sí, la carta de felicitaciones que te enviará La vi en sueños. Y justo ahora que sólo hay WhatsApp? Anacronismo de mi mente dormida. ¡Que ya no vivan Lorca, Carriego y Dadá! Acaricias mi mirada,con la pasión del amante.enamoras mi alma.arrancándole suspiros.avivando quimeras. paisaje endulzas la tarde que llora sus desventuras.queriendo opacar mis sueños.atrapo al ocio vivo, para no perder mi pasado, presente, futuro.vislumbro con pasos peregrinos el refugio de las aves, en horas nocturnas,buscando su cobijo bajo un cielo estrellado.que las acoge presuroso.sensaciones circulan, alborotando sentimientos.nadas en el vaivén de mis emociones.llenas mis ojos.invitando a pasear al aburrimiento.le das distracción mas allá de lo obviopaisaje, por mil cosas, me sigues enamorando.
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MARIANO DOROLA
Hermanazo, amigo, hijo del alma (nacido el mismo año que Federico, mi hijo mayor)...Poeta divino...
Nada pues...en fin...solo deseaba pasar por tu Templo, Tu bello portal, tu castillo encantado y decirte desde el fondo de mi alma que te estimo muchísimo.
Que te quiero mucho, que aprender día a día a quererte mas mientras mas te voy conociendo, ha llenado de alegría mi vida, mi corazón y mi alma.
A Dios le ruego para ti, la misma felicidad infinita que para mis hijos le ruego...
eso... perdón por mis nostalgias... Por mis visitas extemporáneas...
y por no haberte dicho todo esto mucho tiempo antes.
UNA ABRAZO FUERTE DE TU AMIGO
MARIANO DOROLA
Francisco Perez