En el pliegue de la sabana donde ayer bordé un te quiero, hoy no dejo ni un adiós ni tan siquiera un lo siento, tengo un nudo en la garganta, cobardemente me alejo. Como decirte adiós mirándote a la cara si se nota a las claras que todavía te amo.Encima de la pequeña mesa bajo el antiguo florero en el que cada día ponía una rosa, para perfumar tus silencios hoy en vez de la flor como perfume te dejo, un adiós junto a mi ultimo verso.Cruzando las escaleras las que me llevan al destierro, bajo el escalón roto donde ayer guardaba todos mis recuerdo las reliquias de un pasado, junto aún antiguo pañuelo. En un rinconcito a parte donde están escondido mis miedos, ahí puse las llaves de este frio apartamento.En la maleta azul testigo de muchos sueños, cuando los viernes por las tardes corría hacia tu encuentro,ya guarde las ilusiones junto con algunos recuerdos.Y en el jardín de la casa junto a las piedra del seto, enterré mi corazón como se entierran un secreto. Ya leíste el adiós, ahora te queda el verso. Frente al espejo: No reflejo una sonrisa cuando me miro al espejoni tampoco en mi pupilahay halo de misterio. Cuando estoy en el espejose me desatan los miedoscuando miro y no le veoal muchacho ilusionadoque ayer te dijo te quiero. Al mirarme en frente veoun hombre, con su silenciotriste mirada en los ojosy una mueca de desprecio. Al mirarme mas adentroveo años de sufrimientostriste balada de sueñosrotos por tú adulterio. Cuando miro tras cristalveo la soledad impartidapor no querer aceptaruna mascara de por vida.