Nov 26, 2023 Jul 21, 2023 Oct 21, 2022 Oct 20, 2022 Oct 19, 2022 Oct 17, 2022 Oct 07, 2022 Oct 05, 2022 Oct 04, 2022 Oct 03, 2022 Sep 30, 2022 << Inicio < Ant.
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Alguien me explique algo. Me voy por un tiempo y llego y está la casa toda desordenada con muchas visitas nuevas. El pájaro de lujo ha mudado de estrellaAparejad bajo la tempestad de las lágrimasVuestro ataúd a velaDonde se aleja el instrumento del encantoEn las vegetaciones de los recuerdosLas horas en torno de nosotros hacen sus viajesVa rápidoVa rápido impulsado por los suspirosEl mar está cargado de naufragiosY yo he alfombrado el mar para su pasoAsí es el viaje primordial y sin pasajeEl viaje instructivo y secretoEn los corredores del vientoLas nubes se apartan para que él pueda pasarY las estrellas se encienden para mostrar el caminoQué buscas en los bolsillos de tu chaquetaHas perdido la llaveEn medio de ese zumbido celesteVuelves a encontrar en todas partes tus horas envejecidasEl viento es negro y hay estalactitas en mi vozDime GuillermoHas perdido la llave del infinitoUna estrella impaciente iba a decir que hace fríoLa lluvia aguzada comienza a coser la noche I Del nicho helado en que los hombres te pusieron, te bajaré a la tierra humilde y soleada. Que he de dormirme en ella los hombres no supieron, y que hemos de soñar sobre la misma almohada. Te acostaré en la tierra soleada con una dulcedumbre de madre para el hijo dormido, y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna al recibir tu cuerpo de niño dolorido. Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas, y en la azulada y leve polvareda de luna, los despojos livianos irán quedando presos. Me alejaré cantando mis venganzas hermosas, ¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna bajará a disputarme tu puñado de huesos! II Este largo cansancio se hará mayor un día, y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir arrastrando su masa por la rosada vía, por donde van los hombres, contentos de vivir... Sentirás que a tu lado cavan briosamente, que otra dormida llega a la quieta ciudad. Esperaré que me hayan cubierto totalmente... ¡y después hablaremos por una eternidad! Sólo entonces sabrás el por qué no madura, para las hondas huesas tu carne todavía, tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir. Se hará luz en la zona de los sinos, oscura; sabrás que en nuestra alianza signo de astros había y, roto el pacto enorme, tenías que morir... III Malas manos tomaron tu vida desde el día en que, a una señal de astros, dejara su plantel nevado de azucenas. En gozo florecía. Malas manos entraron trágicamente en él... Y yo dije al Señor: ?«Por las sendas mortales le llevan. ¡Sombra amada que no saben guiar! ¡Arráncalo, Señor, a esas manos fatales o le hundes en el largo sueño que sabes dar! »¡No le puedo gritar, no le puedo seguir! Su barca empuja un negro viento de tempestad. Retórnalo a mis brazos o le siegas en flor». Se detuvo la barca rosa de su vivir... ¿Que no sé del amor, que no tuve piedad? ¡Tú que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor! Hay cementerios solos,tumbas llenas de huesos sin sonido,el corazón pasando un túneloscuro, oscuro, oscuro,como un naufragio hacia adentro nos morimos,como ahogarnos en el corazón,como irnos cayendo desde la piel del alma.Hay cadáveres,hay pies de pegajosa losa fría,hay la muerte en los huesos,como un sonido puro,como un ladrido de perro,saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.Yo veo, solo, a veces,ataúdes a velazarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,con panaderos blancos como ángeles,con niñas pensativas casadas con notarios,ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,el río morado,hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.A lo sonoro llega la muertecomo un zapato sin pie, como un traje sin hombre,llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.Sin embargo sus pasos suenany su vestido suena, callado como un árbol.Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,de violetas acostumbradas a la tierra,porque la cara de la muerte es verde,y la mirada de la muerte es verde,con la aguda humedad de una hoja de violetay su grave color de invierno exasperado.Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,lame el suelo buscando difuntos;la muerte está en la escoba,en la lengua de la muerte buscando muertos,es la aguja de la muerte buscando hilo.La muerte está en los catres:en los colchones lentos, en las frazadas negrasvive tendida, y de repente sopla:sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,y hay camas navegando a un puertoen donde está esperando, vestida de almirante. XxxxExiste un pasillode ladrillos rojos donde en noches de lluvialos caracoles corren en el tiempo son fieles al desplazamiento los excitarecuerdan que son hermafroditasse miran las antenasy se burlan de los viejosque pasan a su ladotienen un caparazón pletórico de truenosque se liberay penetraen la profundidad de los oídos eterna venganza al ser asesinadoscuando los aplastancrean resbalones se vuelven parte de las suelasespecialmenteen la de los niños para que sientan el primer dolor de la muerte Que nadie contradiga cuan abierto es el deseode estar así, bajo las sábanas de otoño,mirando destejer del día a las sombras.Que nadie ose (no mientan, no sean púdicos) decirque en este lecho de herido no hay gozo,lascivia, encantamiento.Que nada irrumpa tan excelso instante, que nada eviteel contacto de la gasa sobre el cuerpo.Que nadie venga (¡cómo no odiar a las visitas y sus lánguidos consuelos y su encendido morbo por la muerte!) a escucharla respiración atrofiada, el quejido—una y otra vez, una y otra vez—de dolor profundo, oculto.Que nadie mire este despojo de hombre—ya flor, ya hierba, ya esqueleto–agitándose en la arista del recuerdo,intentando guardar las mieses, el sudor,la breve valentía de ser presa.Que nadie roce sus labios, manos,que nadie toque nada.No recorran esta habitación, esta ciudad cercada,huelan sólo la fragancia del espino. Tú no sabes, Yokoque yo soy un cacto triste-miserable-una nube de huesos remendadosun tractor pidiendo permiso para despegar.Tú no sabes, Yokoque una canción es un charco de tiempo un árbol errantey que montado en mi potro de trapo y estopa cantando mis himnoscabalgo dejando un rastro de lodo en las alfombras del rey.En cambio, mi Yoko, tú sabeshacerle el amor a una sillacantar al compás de las puertas cerrar las ventanasen vísperas del huracánTú, Yoko tienes los brazos de luna que busca Cosettepor eso te canto sin despertarte.Entérate niñaeste arrullode letrases tuyo. La princesa está triste..., ¿qué tendrá la princesa?Los suspiros se escapan de su boca de fresa,que ha perdido la risa, que ha perdido el color.La princesa está pálida en su silla de oro.Está mudo el teclado de su clave sonoro,y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.Parlanchina, la dueña dice cosas banales,y, vestido de rojo, piruetea el bufón.La princesa no ríe, la princesa no siente;la princesa persigue por el cielo de Orientela libélula vaga de una vaga ilusión.¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,o en el que ha detenido su carroza argentinapara ver de sus ojos la dulzura de luz?¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,o en el que es soberano de los claros diamantes,o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosaquiere ser golondrina, quiere ser mariposa,tener alas ligeras, bajo el cielo volar,ir al sol por la escala luminosa de un rayo,saludar a los lirios con los versos de mayoo perderse en el viento sobre el trueno del mar.Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,ni los cisnes unánimes en el lago de azur.Y están tristes las flores por la flor de la corte:los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,de occidente las dalias y las rosas del Sur.¡Pobrecita princesa de los ojos azules!Está presa en sus oros, está presa en sus tules,en la jaula de mármol del palacio real;el palacio soberbio que vigilan los guardas,que custodian cien negros con sus cien alabardas,un lebrel que no duerme y un dragón colosal.¡Oh, quien fuera hipsipila que dejó la crisálida!(La princesa está triste, la princesa está pálida.)¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe(La princesa está pálida, la princesa esta triste),más brillante que el alba, más hermoso que abril!—Calla, calla, princesa —dice el hada madrina—;en caballo con alas, hacia aquí se encamina,en el cinto la espada y en la mano el azor,el feliz caballero que te adora sin verte,y que viene de lejos, vencedor de la Muerte,a encenderte los labios con su beso de amor. Margarita, está linda la mar,y el vientolleva esencia sutil de azahar;yo sientoen el alma una alondra cantar:tu acento.Margarita, te voy a contarun cuento.Este era un rey que teníaun palacio de diamantes,una tienda hecha del díay un rebaño de elefantes.Un quiosco de malaquita,un gran manto de tisúy una gentil princesita,tan bonita,Margarita,tam bonita como tú.Una tarde la princesavio una estrella aparecer;la princesa era traviesay la quiso ir a coger.La quería para hacerladecorar un prendedor,con un verso y una perla,y una pulma y una flor.Las princesas primorosasse parecen mucho a ti.Cortan lirios, cortan rosas,cortan astros. Son así.Pues se fué la niña bella,bajo el cielo y sobre el mara cortar la blanca estrellaque la hacía suspirar.Y siguió camino arriba,por la luna y más allá;más lo malo es que ella ibasin permiso de papá.Cuando estuvo ya de vueltade los parques del Señor,se miraba toda envueltaen un dulce resplandor.Y el rey dijo: —¿Qué te has hecho?Te he buscado y no te hallé;¿y qué tienes en el pecho,que encendido se te ve?.La princesa no mentía.Y así dijo la verdad:—Fui a cortar la estrella míaa la azul inmensidad.Y el rey clama: —¿No te he dichoque el azul no hay que tocar?¡Qué locura! ¡Qué capricho!El Señor se va a enojar.Y dice ella: —No hubo intento;yo me fui no sé por qué.Por las olas y en el vientofui a la estrella y la corté.Y el papá dice enojado:—Un castigo has de tener:vuelve al cielo, y lo robadovas ahora a devolver.La princesa se entristecepor su linda flor de luz,cuando entonces aparecesonriendo el buen Jesús.Y así dice: —En mis campiñasesa rosa la ofrecí:son mis flores de las niñasque al soñar piensan en mí.Viste el rey ropas brillantes,y luego hace desfilarcuatrocientos elefantesa la orilla de la mar.La princesa está bella,pues tiene ya el prendedoren que lucen con la estrella,verso, perla, pluma y flor.Margarita, está linda la mar,y el vientolleva esencia sutil de azahar:tu aliento.Ya que lejos de mí vas a estar,guarda, niña, un gentil pensamientoal que un día te quiso contarun cuento. CasoA un cruzado caballero,garrido y noble garzón,en el palenque guerrerole clavaron un acerotan cerca del corazón,que el físico al contemplarle,tras verle y examinarle,dijo, «Quedará sin vidasi se pretende sacarleel venablo de la herida».Por el dolor congojado,triste, débil, desangrado,después que tanto sufrió,con el acero clavadoel caballero murióPues el físico decíaque, en dicho caso, quienuna herida tal tenía,con el venablo moría,sin el venablo también.¿No comprendes, Asunción,la historia que te he contado,la del garrido garzóncon el acero clavadomuy cerca del corazón?Pues el caso es verdadero;yo soy el herido, ingrata,y tua amor es el acero:¡si me lo quitas, me muero;si me lo dejas, me mata! I.Yo soy aquel que ayer no más decíael verso azul y la canción profana,en cuya noche un ruiseñor habíaque era alondra de luz por la mañana.El dueño fui de mi jardín de sueño,lleno de rosas y de cisnes vagos;el dueño de las tórtolas, el dueñode góndolas y liras en los lagos;y muy siglo diez y ocho y muy antiguoy muy moderno; audaz, cosmopolita;con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo,y una sed de ilusiones infinita.Potro sin freno se lanzó mi instinto,mi juventud montó potro sin freno;iba embriagada y con puñal al cinto;si no cayó, fue porque Dios es bueno.En mi jardín se vio una estatua bella;se juzgó mármol y era carne viva;un alma joven habitaba en ella,sentimental, sensible, sensitiva.Y tímida ante al mundo, de maneraque encerrada en silencio no salía,sino cuando en la dulce primaveraera la hora de la melodía...Hora de ocaso y de discreto beso;hora crepuscular y de retiro;hora de madrigal y de embeleso,de «te adoro», de «¡ay!» y de suspiro.Y entonces era en la dulzaina un juegode misteriosas gamas cristalinas,un renovar de notas del Pan griegoy un desgranar de músicas latinas.Con aire y con ardor tan vivo,que a la estuatua nacían de repenteen el muslo viril patas de chivoy dos cuernos de sátiro en la frente.Como la Galatea gongoriname encantó la marquesa verleniana,y así juntaba a la pasión divinauna sensual hiperestesia humana;todo ansia, todo ardor, sensación puray vigor natural; y sin falsía,y sin comedia y sin literatura...:si hay un alma sincera, ésa es la mía.La torre de marfil tentó mi anhelo;y quise encerrarme dentro de mí mismo,y tuve hambre de espacio y sed de cielodesde las sombras de mi propio abismo.Como la esponja que la sal saturaen el jugo del mar, fué el dulce y tiernocorazón mío, henchido de amargurapor el mundo, la carne y el infierno.Mas, por la gracia de Dios, en mi concienciael Bien supo elegir la mejor parte;y si hubo áspera hiel en mi existencia,melificó toda acritud el Arte.Mi intelecto libré de pensar bajo,bañó el agua castalia el alma mía,peregrinó mi corazón y trajode la sagrada selva la armonía.¡Oh, la selva sagrada! ¡Oh, la profundaemanación del corazón divinode la sagrada selva! ¡Oh, la fecundafuente cuyo virtud vence al destino!Bosque ideal que lo real complica,allí el cuerpo arde y vive y Psiquis vuela;mientras abajo el sátiro fornica,ebria de azul deslíe Filomela.Perla de ensueño y música amorosaen la cúpula en flor del laurel verde,Hipsipila sutil liba en la rosa,y la boca del fauno el pezón muerde.Allí va el dios en celo tras la hembra,y la caña de Pan se alza del lodo;la eterna vida sus semilas siembra,y brota la armonía del gran Todo.El alma que entra allí debe ir desnuda,temblando de deseo y fiebre santa,sobre cardo heridor y espina aguda:así sueña, así vibra y así canta.Vida, luz y verdad, tal triple llamaproduce la interior llama infinita.El Arte puro como Cristo exclama:¡Ego sum lux et veritas et vita!Y la vida es misterio, la luz ciegay la verdad inaccesible asombra;la adusta perfección jamás se entrega,y el secreto ideal duerme en la sombra.Por eso ser sincero es ser potente;de desnuda que está, brilla la estrella;el agua dice el alma de la fuenteen la voz de cristal que fluye de ella.Tal fué mi intento, hacer del alma puramía, una estrella, una fuente sonora,con el horro de la literaturay loco de crepúsculo y de aurora.Del crepúsculo azul que da la pautaque los celestes éxtasis inspira,bruma y tono menor ¡toda la flauta!,y Aurora, hija del Sol ¡toda la lira!Pasó una piedra que lanzó una honda;pasó una flecha que aguzó un violento.La piedra de la honda fué a la onda,y la flecha del odio fuése al viento.La virtud está en ser tranquilo y fuerte;con el fuego interior todo se abrasa;si triunfa del rencor y de la muerte,y hacia Belén... ¡la caravana pasa! A mis pies les duele la tierra. Los descalzos se hieren, Pero doblan fácil la hierba Que les cae del cielo. Los descalzos tienen comezones De piedra, y ansían Caminar tranquilos sobre las aguas, Imitar el milagro calzados con piel de océano. Rompen la noche al andar. La piedra les sube a los labios Y no avanzan, dicen, maldicen la tierra Que los sangra. Ellos quisieron levitar Sobre la tierra que los quema. Sueño las islas, el palacioDonde me espera Circe, ¿qué me dirá la diosa que convive con los cerdos? ¿su belleza esplendiendo en el mar, a cuántos años me convida inocente de ser hombre? Seré el animal de su amor, imperturbable. El cuerpo del cerdo, lejos, oliendo A un puerto de violetas, Burlado por el deseo de un dios Que nos transforma, ¿qué será entonces De la carne donde el tiempo Hunde sus cuchillos, si de verdad Los dioses juegan con nosotros? Estar hechizado es vivir en esta isla Por un tiempo, saciándome de espinas, Esperando que las puertas de su palacio A mis ojos resuciten. Abrazados en las aguas Fluyen serenos en el mismo espejo, Decapitados en mitad del jardín Ahora hermosos cumpleaños para las aguas. Anoche fueron arrojados desde el barranco Heridos en el beso, Vueltos a una navegación tranquila, Inflados de deseo, hasta que la orilla Los detuvo. Sobre sus cuerpos soleados cayó negro el vuelo Y todavía el amor no pudre sus carnes. TestQué es un antipoeta: un comerciante en urnas y ataúdes? un sacerdote que no cree en nada? un general que duda de sí mismo? un vagabundo que se ríe de todo hasta de la vejez y de la muerte? un interlocutor de mal carácter? un bailarín al borde del abismo? un narciso que ama a todo el mundo? un bromista sangriento deliberadamente miserable? un poeta que duerme en una silla? un alquimista de los tiempos modernos? un revolucionario de bolsillo? un pequeño burgués? un charlatán? un dios? un inocente? un aldeano de Santiago de Chile? Subraye la frase que considere correcta.Qué es la antipoesía: un temporal en una taza de té? una mancha de nieve en una roca? un azafate lleno de excrementos humanos como lo cree el padre Salvatierra? unespejo que dice la verdad? un bofetón al rostro del Presidente de la Sociedad de Escritores? (Dios lo tenga en su santo reino) una advertencia a los poetas jóvenes?un ataúd a chorro? un ataúd a fuerza centrífuga? un ataúd a gas de parafina? una capilla ardiente sin difunto?Marque con una cruz la definición que considere correcta. Una vez andandoPor un parque inglésCon un angelorumSin querer me hallé.Buenos días, dijo,Yo le contesté,Él en castellano,Pero yo en francés.Dites moi, don angel.Comment va monsieur.Él me dio la mano,Yo le tomé el pie¡Hay que ver, señores,Cómo un ángel es!Fatuo como el cisne,Frío como un riel,Gordo como un pavo,Feo como usted.Susto me dio un pocoPero no arranqué.Le busqué las plumas,Plumas encontré,Duras como el duroCascarón de un pez.¡Buenas con que hubieraSido Lucifer!Se enojó conmigo,Me tiró un revésCon su espada de oro,Yo me le agaché.Ángel más absurdoNon volveré a ver.Muerto de la risaDije good bye sir,Siga su camino,Que le vaya bien,Que la pise el auto,Que la mate el tren.Ya se acabó el cuento,Uno, dos y tres. La locomotora del tren instantáeoestá en el lugar de destino ( Pto. Montt )y el último carroen el punto de partida ( Stgo. )la ventaja que presenta este tipo de trenconsiste en que el viajero llega instantáneamente a Puerto Montt en elmomento mismo de abordar el último carroen Santiagolo único que debe hacer a continuación es trasladarse con sus maletaspor el interior del tren hasta llegar al primer carrouna vez realizada esta operaciónel viajero puede proceder a abandonarel tren instantáneoque ha permanecido inmóvildurante todo el trayecto.Observación : este tipo de tren ( directo ) sirve solo para viajes de ida Esta mañana, Cristóbal Ugarte, el nieto de Nicanor Parra, recibe de las manos del príncipe Felipe de Asturias el premio Cervantes.La ceremonia tiene lugar en el Parafino de la Universidad de Alcalá, marcada por la ausencia del antipoeta y los reyes de España, quienes son representados por los príncipes de Asturias.Al aceptar el reconocimiento, Ugarte leyó a los presentes, "mi abuelo me ha encargado que pida prórroga de al menos un años, del 23 de abril de 2012 al 23 de abril de 2013, para así poder perigueñar un discurso medianamente plausible"."Don Quijote no cabe en un fin de semana", agregó.A continuación, Ugarte leyó poemas y antipoemas de su abuelo, como Soliloquio del Individuo y El Quijote de Parra, en cuanto "por de pronto, fueron estos los que merecieron tal atención del jurado para considerarlo acreedor al llamado Nobel de las Letras Hispanas"."Los premios son como las dulcineas del toboso", continuó, "mientras más pensamos en ellas, más lejanas". "Los premios", leyó el nieto de Nicanor Parra, "son para los espíritus libres y para los amigos del jurado". Ugarte finalizó diciendo: "Mi abuelo se formula la siguiente pregunta: ¿Se considera usted acreedor del premio Cervantes? Claro que sí ¿por qué? por un libro que estoy por escribir".Felipe de Asturias, en tanto, hizo una reseña a la obra de Parra, y comentó, en relación al galardón: "Con el brío que le dan casi 100 años bien vividos, le bailará una cueca, aquella, por ejemplo, que grabó su hermana Violeta". El heredero al trono español añadió que "Cervantes sonreirá y dirá, 'sí, raro inventor, colega, aquí te esperábamos, bienvenido'". Durante medio sigloLa poesía fueEl paraíso del tonto solemne.Hasta que vine yoY me instalé con mi montaña rusa.Suban, si les parece.Claro que yo no respondo si bajanEchando sangre por boca y narices. Esto Me lo envió una amiga al correo.¿Qué me habrá querido decir...? WAJ!!! Los Hombres sonCOMO EL CAFE.... Los mejores son ricos, calientes, con cuerpo y te mantienen despierta toda la noche. COMO EL CHOCOLATE... Dulces, suaves... y generalmente se van directo a tus caderas. COMO LAS BATIDORAS... Crees necesitar uno pero no sabes para que.. COMO LAS HIELERAS... Llenalos de cerveza y te lo podres llevar a donde tu quieras.. COMO LAS FOTOCOPIADORAS... Solo sirven para reproducir... COMO LAS PINZAS PARA EL PELO... Siempre estan calientes y enredados en tu pelo.... COMO LOS ZAPATOS DE TACON... Una vez que le has tomado la medida...son faciles de pisar.. COMO LOS HOROSCOPOS... Siempre te dicen que hacer y generalmente estan equivocados. COMO EL RIMEL... Se corren a la primera lagrima. COMO LAS MINIFALDAS... Si no tienes cuidado...se te suben por las piernas. COMO LOS LUGARES PARA ESTACIONARSE... Los buenos ya estan ocupados, y los que quedan son minusvalidoso demasiado pequenos... COMO EL CLIMA... Nada se puede hacer para cambiarlo. COMO TORMENTAS DE NIEVE... Nunca se sabe cuando vienen, cuantos centimetros tendra y cuanto pueden durar. COMO EL CEMENTO... Despues de esparcidos....tardan un rato en ponerse duros... COMO AUTOS USADOS... Faciles de obtener, baratos y nada confiables. COMO LAS PIZZAS... Llamas por telefono y en media hora estan calientes en tu puerta. COMO LAS VACACIONES... Nunca son lo suficientemente largas ... jajajajaja Porque te tengo y noporque te piensoporque la noche está de ojos abiertosporque la noche pasa y digo amorporque has venido a recoger tu imageny eres mejor que todas tus imágenesporque eres linda desde el pie hasta el almaporque eres buena desde el alma a míporque te escondes dulce en el orgullopequeña y dulcecorazón corazaporque eres míaporque no eres míaporque te miro y mueroy peor que muerosi no te miro amorsi no te miroporque tú siempre existes dondequierapero existes mejor donde te quieroporque tu boca es sangrey tienes fríotengo que amarte amortengo que amarteaunque esta herida duela como dosaunque te busque y no te encuentrey aunquela noche pase y yo te tengay no. Fueron jóvenes los viejos pero la vida se ha ido desgranando en el espejo y serán viejos los jóvenes pero no lo divulguemos que hasta las paredes oyen Aunque hoy cumplastrescientos treinta y seis mesesla matusalénica edad no se te nota cuandoen el instante en que vencen los cruelesentrás a averiguar la alegría del mundoy mucho menos todavía se te notacuando volás gaviotamente sobre las fobiaso desarbolás los nudosos rencoresbuena edad para cambiar estatutos y horóscopospara que tu manantial mane amor sin miseriapara que te enfrentes al espejo que exigey pienses que estás linda y estés lindacasi no vale la pena desearte júbilos y lealtadesya que te van a rodear como ángeles o veleroses obvio y comprensibleque las manzanas y los jazminesy los cuidadores de autos y los ciclistasy las hijas de los villerosy los cachorros extraviadosy los bichitos de san antonioy las cajas de fósforote consideren una de los suyosde modo que desearte un feliz cumpleañospodría ser tan injusto con tus felices cumpledíasacordate de esta ley de tu vidasi hace algún tiempo fuiste desgraciadaeso también ayuda a que hoy se afirmetu bienaventuranzade todos modos para vos no es novedadque el mundo y yo te queremos de veraspero yo siempre un poquito más que el mundo. Digamos que te alejas definitivamentehacia el pozo de olvido que prefieres,pero la mejor parte de tu espacio,en realidad la única constante de tu espacio,quedará para siempre en mí, doliente,persuadida, frustrada, silenciosa,quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,tu corazón de una promesa únicaen mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote.Después de ese dolor redondo y eficaz,pacientemente agrio, de invencible ternura,ya no importa que use tu insoportable ausenciani que me atreva a preguntar si cabescomo siempre en una palabra.Lo cierto es que ahora ya no estás en mi nochedesgarradoramente idéntica a las otrasque repetí buscándote, rodeándote.Hay solamente un eco irremediablede mi voz como niño, esa que no sabía. Ahora qué miedo inútil, qué vergüenzano tener oración para morder,no tener fe para clavar las uñas,no tener nada más que la noche,saber que dios se muere, se resbala,saber que dios retrocede con los brazos cerrados,con los labios cerrados, con la niebla,como un campanario atrozmente en ruinasque desandara siglos de ceniza.Es tarde. Sin embargo yo daríatodos los juramentos y las lluvias,las paredes con insultos y mimos,las ventanas de invierno, el mar a veces,por no tener tu corazón en mí,tu corazón inevitable y dolorosoen mí que estoy enteramente solosobreviviéndote. Te dejo con tu vida tu trabajo tu gente con tus puestas de sol y tus amaneceres sembrando tu confianza te dejo junto al mundo derrotando imposibles seguro sin seguro te dejo frente al mar descifrándote a solas sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota te dejo sin mis dudas pobres y malheridas sin mis inmadureces sin mi veteranía pero tampoco creas a pie juntillas todo no creas nunca creas este falso abandono estaré donde menos lo esperes por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos estaré en un lejano horizonte sin horas en la huella del tacto en tu sombra y mi sombra estaré repartido en cuatro o cinco pibes de esos que vos mirás y enseguida te siguen y ojalá pueda estar de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote. Quién hubiera creído que se hallabasola en el aire, oculta,tu mirada.Quién hubiera creído esa terribleocasión de nacer puesta al alcancede mi suerte y mis ojos,y que tú y yo iríamos, despojadosde todo bien, de todo mal, de todo,a aherrojarnos en el mismo silencio,a inclinarnos sobre la misma fuentepara vernos y vernosmutuamente espiados en el fondo,temblando desde el agua,descubriendo, pretendiendo alcanzarquién eras tú detrás de esa cortina,quién era yo detrás de mí.Y todavía no hemos visto nada.Espero que alguien venga, inexorable,siempre temo y espero,y acabe por nombrarnos en un signo,por situarnos en alguna estaciónpor dejarnos allí, como dos gritosde asombro.Pero nunca será. Tú no eres ésa,yo no soy ése, ésos, los que fuimosantes de ser nosotros.Eras sí pero ahorasuenas un poco a mí.Era sí pero ahoravengo un poco de ti.No demasiado, solamente un toque,acaso un leve riesgo familiar,pero que fuerce a todos a abarcarnosa ti y a mí cuando nos piensen solos.2Hemos llegado al crepúsculo neutrodonde el día y la noche se funden y se igualan.Nadie podrá olvidar este descanso.Pasa sobre mis párpados el cielo fácila dejarme los ojos vacíos de ciudad.No pienses ahora en el tiempo de agujas,en el tiempo de pobres desesperaciones.Ahora sólo existe el anhelo desnudo,el sol que se desprende de sus nubes de llanto,tu rostro que se interna noche adentrohasta sólo ser voz y rumor de sonrisa.3Puedes querer el albacuando ames.Puedesvenir a reclamarte como eres.He conservado intacto tu paisaje.Lo dejaré en tus manoscuando éstas lleguen, como siempre,anunciándote.Puedesvenir a reclamarte como eras.Aunque ya no seas tú.Aunque mi voz te esperesola en su azarquemandoy tu sueño sea eso y mucho más.Puedes amar el albacuando quieras.Mi soledad ha aprendido a ostentarte.Esta noche, otra nochetú estarásy volverá a gemir el tiempo giratorioy los labios diránesta paz ahora, esta paz ahora.Ahora puede venir a reclamarte,penetrar en tus sábanas de alegre angustia,reconocer tu tibio corazón sin excusas,los cuadros persuadidos,saberte aquí.Habrá para vivir cualquier huiday el momento de la espuma y el solque aquí permanecieron.Habrá para aprender otra piedady el momento del sueño y el amorque aquí permanecieron.Esta noche, otra noche tú estarás,tibia estarás al alcance de mis ojos,lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.He conservado intacto tu paisajepero no sé hasta dónde esté intacto sin ti,sin que tú le prometas horizontes de niebla,sin que tú le reclames su ventana de arena.Puedes querer el alba cuando ames.Debes venir a reclamarte como eras.Aunque ya no seas tú,aunque contigo traigasdolor y otros milagros.Aunque seas otro rostro de tu cielo hasta mí. Es una lástima que no estés conmigocuando miro el reloj y son las cuatroy acabo la planilla y pienso diez minutosy estiro las piernas como todas las tardesy hago así con los hombros para aflojar la espalday me doblo los dedos y les saco mentiras.Es una lástima que no estés conmigocuando miro el reloj y son las cincoy soy una manija que calcula intereseso dos manos que saltan sobre cuarenta teclaso un oído que escucha como ladra el teléfonoo un tipo que hace números y les saca verdades.Es una lástima que no estés conmigocuando miro el reloj y son las seis.Podrías acercarte de sorpresay decirme "¿Qué tal?" y quedaríamosyo con la mancha roja de tus labiostú con el tizne azul de mi carbónico. << Inicio < Ant.
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Fin >> Poco hacía que se habían casado cuando ella lo abandonó. El motivo que adujo fue que no toleraba que el comiera ensalada de tomate y huevo, ya que a ella le gustaba la de lechuga y tomate. Ese motivo marcaba una distancia imposible de superar en la relación. Ella viajó por el mundo y recaló en Africa. Tal vez en el lugar menos indicado por las pestes y otras yerbas. Allí quedó embarazada de la muerte y a los nueve meses exactos, murió. Cuando él se enteró de su fallecimiento estuvo tres horas y cuarenta y tres minutos llorando de la risa. Su alegría era inigualable. La situación económica del hombre era buena pero la situación política del país se hacía cada vez mas compleja. Por ese motivo decidió pedir asilo. Y así fue que a pesar de su edad, lo aceptaron en un asilo de ancianos. Se acostumbró rápidamente a esa vida placentera. Le servían en la cama si no deseaba levantarse, lo lavaban, incluso sus partes íntimas con minucioso cuidado, disfrutaba del sol en el parque y cuando tenía ganas escribía cuentos y poema fumando un delicioso puro. Una noche se encontró , en un pasillo poco iluminado con una monja enfermera que hacía su ronda. . Era joven y bonita. En el instante que la vio se sintió atraído y sin más la empujó hasta la enfermería y la hizo suya. Satisfecho se retiró a su dormitorio y se quedó dormido, mientras la monjita, intentaba recomponerse acomodando sus ropas entre sollozos. La pobre muchacha no pudo dormir esa noche y rezó hasta la madrugada. No se levanto hasta el mediodía pensando como lo denunciaría e imaginando el castigo que el internado se merecía. A la hora del almuerzo se dirigió hasta el comedor, donde el hombre estaba felizmente almorzando. Ella lo vio, fue como un shock, como un choque de planetas cuando lo observó comiendo una ensalada de tomates y huevos silenciosamente. Al ver la monja su comida preferida se encandiló, y además de enamorarse de él, lo veneró. Luego de ese momento de iluminación ( ¿la ensalada de tomates y huevo que él engullía silenciosamente tendría que ver es esto ?) comenzó a ir todas las noches a la habitación de él. Le pedía que le hiciera el amor y luego se quedaba rezando al pie de su cama durante el resto de la noche. No rezaba al Cristo Padre, sino a él. El se había transformado en un Dios para ella. El hombre, convencido por ella que El era el Dios Todopoderoso, comenzó a comportarse como tal. Pasaron unos años hasta que un día un funcionario del gobierno hizo una denuncia que apareció en el Diario El Laberinto de Lomas de Zamora, donde expresaba que en el Asilo Padre Hermoso ocurrían cosas extrañas. El investigador que se acercó una noche hasta el lugar, encontró a todo el personal de servició, curas y monjas, ancianos recuperados de enfermedades terminales, gatos y perros, arrodillados frente a El, mientras digerían un plato de ensalada de tomates y huevos. Gloria bajaba por la escalera de su alquilado departamento de flores era de noche, y el clima era cálido y agradable, gloria bajaba con las bolsas de basura una en cada mano, las bolsas eran negras y pesadas, abrió la puerta que daba a la calle y salió, la noche era tranquila y hermosa, gloria era una estudiante en la universidad de Palermo, tenía 24 años y vivía en un departamento pagado por sus padres que vivían en Mendoza, hija de una respetada familia de clase alta, hermosa mujer, exitosa, destinada a lo mejor de lo mejor. Por otro lado, es mejor decir, del otro lado de la calle estaba Hernán, un pibe de 23 años, con muchos problemas que la vida había preparado especialmente para él, no conocía a su padre, no sabía nada de su madre o de sus dos hermanos hace años, hace años que vivía de trabajo en trabajo y hace dos años que vivía en frente del departamento de Gloria y la observaba todas las noches, enamorado de ella vivía en una habitación de un antiguo bar abandonado, la fachada de enfrente estaba completamente tapiada y escrita con aerosoles, Hernan vivía ahí, con una pequeña cama un baño precario y cientos de cuadernos escritos, era lo único que hacia cuando volvía de su trabajo mal pago en un restaurant de constitución, las botellas vacías adornaban el suelo, los vidrios rotos, las bolsas vacías de cocaína, las cenizas de cigarrillos flotaban en el aire, tenía solamente un foco que colgaba de su habitacion, junto a la puerta principal del viejo bar (que claro estaba tapiada) había una pequeña grieta, detrás de esa grieta estaba Gloria dejando las bolsas de basura en el canasto. El, la observaba como todas las noches, a veces incluso se masturbaba a través de esa grieta mugrosa, mirando a Gloria, sabia sus horarios, su agenda, la había memorizado mirándola por la grieta, incluso la tenía anotada por algún cuaderno, que obviamente ya no necesitaba, ya que sabía su agenda de memoria, Gloria era bella, Hernan solamente conocía la soledad, no conocía nada más, tantos años solo, habían desarrollado en él un rechazo a la gente, no podía relacionarse con nadie, en el trabajo no hablaba, él era lavaplatos hace más de 4 años, la gente lo conocía, habían rumores sobre él, nadie sabía quién era, de donde venía o hacia donde iba cada noche, algunos viejos borrachos apostaban si él era realmente mudo o solamente no quería hablar con nadie, nunca lo averiguaron. Demian tenía miles de libros por toda su habitación, era la única cosa en la que gastaba su sueldo, ya que en el trabajo le daban de comer, los tenia apilados en el piso, en las mesas, la mayoría eran viejos y húmedos, con paginas amarillentas, pilas y pilas de ellos, Bukowski, Borges, Sábato eran sus preferidos, tenía las obras completas en una vieja repisa que colgaba de la pared, a veces salía a comprar licores o cerveza en el viejo almacén de la esquina, tomaba cocaína que conseguía, nadie sabía cómo, pero lo hacía, se encerraba días y noches a tomar y escribir, podía pasar días enteros escribiendo, y noches soñando sin dormir, hablaba solo, cantaba y a veces prendía la vieja radio que alguien se había olvidado. Gloria pasaba sus días estudiando en su departamento, sus amigas la visitaban los martes a la noche, estaba soltera hacia solamente un mes, hasta hace poco salía con un médico que vivía en Hurlimgam se llamaba Víctor, lo había engañado con su mejor amiga, así que Gloria pasaba las noches llorando y los días no radiaban tanto para ella como antes, tenía éxito, pero no le importaba, tenía dinero pero no le importaba, tenía todo lo que cualquiera desearía pero no le alcanzaba, pensaba en Víctor y su amiga, cojiendo en un telo de Avenida J.B. Justo sus lágrimas brotaban y caían sobre sus cuadernos de arquitectura, mientras las luces naranjas de los focos de la calle entraban por su gran ventanal del tercer piso. Gloria a pesar de todo se mostraba radiante con todo el mundo, pero no estaba bien, Gloria odiaba y a veces lloraba a los gritos, Hernan lo sabía, se daba cuenta solamente con verla caminar, sus pasos no eran los mismos, su cara estaba cansada de tanto fingir alegría y sus ojos no brillaban con el sol como lo hacían antes, el auto de su ahora ex novio no estaba más estacionado frente a la calle, Hernán lo sabía, y lo escribía, como todas las tardes al llegar del trabajo, no podía verla así, escribió un poema para Gloria, se llamaba justamente “Gloria”, lo escribió en un cuadernillo de tapa azul, saco la hoja y la doblo en pequeños pedazos, antes de que ella saque la basura como lo hacía día por medio, se acercó a la entrada y la dejo en el piso, luego se fue a su habitación a observar a través de la grieta, esperaba hasta que Gloria saliese por la puerta, ella sale observa la hoja doblada en el piso y sigue de largo, deja las bolsas de basura en el cesto mira nuevamente la carta se acerca lentamente y la abre, mira hacia atrás y luego hacia adelante, se la guarda en el bolsillo y entra. Una vez dentro Gloria abre el papel, lo lee y se queda en su sillón de cuero sentada bajo la luz de su velador de pie, pensando, realmente le había gustado la poesía, sonrió, parecía un poco extraño, pero era un lindo gesto, viniese de quien viniese, esa noche Gloria durmió con una semi-sonrisa en su rostro, pensando en el autor de esa poesía, era un poco perturbador, pero lo había hecho para que ella se sienta bien o al menos así ella lo interpreto, apago las luces y cerro sus celestes ojos. Al despertarse preparo su desayuno, dos tostadas de pan integral untadas con casamcrem, un vaso de jugo exprimido de naranja y un café negro, bajo por el diario a la puerta y subió nuevamente, no se sentía tan mal como los demás días, estaba agradecida y se sentía querida de alguna extraña manera, leía su diario mientras comía su desayuno en pantuflas y jogging, el día estaba soleado eran las ocho de la mañana y hacían 18 grados, sería un día caluroso. Hernan amaneció bajo los efectos de la cocaína, todavía no había dormido y tenía que ir a trabajar como todos los días, tomo el colectivo leyendo un libro de Friedrich Nietzsche que ya había leído más de cinco veces, llego al trabajo y comenzó a preparar su lugar, a barrer y a limpiar, su jefe lo apreciaba mucho, era uno de los pocos que lo había escuchado hablar y le gustaba, era eficiente y callado, como una máquina, nunca había tenido una queja y nunca había exigido nada, parecía que ese restaurant era todo lo que tenía, pero no era así, también tenía un poco de Gloria. Los gritos en el departamento de gloria despertaron a Hernan, su ex novio estaba en su departamento, pidiendo perdón y ella sacada casi loca lo insultaba de arriba abajo, los gritos eran muy fuertes y tenían a todos despiertos esa tarde de miércoles, Gloria lloraba y gritaba, sus venas se podían ver a través de su cien, Víctor se limitaba a escuchar y hablar con la cabeza gacha, como tantas otras veces, Gloria se quería casar con él, pero el siempre hacia lo mismo, y ella también siempre lo perdonaba, un círculo vicioso idiota, una y otra vez, los hombres y las mujeres se lastimaban unos a otros todos los días, la luz de la luna entraba por las cortinas de las grandes ventanas iluminando un frasco de perfume que estaba tirado en el piso, que Gloria había arrojado, el piso estaba cubierto de sus cosas, adornos, lapiceras, el medico exitoso estaba de pie ante todo eso soportando los escupitajos de insultos hacia su persona, al parecer no había otra salida, Gloria tenía la garganta rasposa de tanto gritar, los vecinos tocaban su puerta pero a ella no le importaba, lo miro fijamente y lo abofeteo, con fuerzas y le pidió que se retire, él lo hiso, ella se quedó sentada en el piso contemplando todo el desastre que había hecho, pero no le importaba, su corazón estaba demasiado herido como para que le importe algo más. Hernan sabía que no se sentía bien, así que al día siguiente le dejaría otra poesía en la puerta de su casa para que se tope con ella, Hernan estaba borracho tirado en la cama, se levantó tambaleando y se sentó en la mesa prendió una vela, y comenzó a escribir el poema para Gloria, las palabras salían solas, el la amaba y con ella conseguía la inspiración que necesitaba para salir adelante, para no volverse loco completamente, soñaba por las noches con ella, con tocarla, con conocerla, con que algún día ella lo abrase, Hernán no sabía lo que era un abrazo, solamente había leído sobre eso, miles de poemas hablaban sobre abrazos, sobre el afecto que el tanto desconocía, que le hacía falta. Al día siguiente doblo el poema de la misma forma y lo dejo en el mismo lugar, ella al sacar la basura reconoció el trozo de papel al instante y lo tomo entre manos, y después de eso, se quedó parada en la vereda, con el poema apoyado en su seno, mirando hacia todos lados, tratando de buscar al autor, no lo vio por ningún lado, Hernan se acostó en su cama y comenzó a masturbarse. Gloria leía su poesía tomando un vaso de coñac con dos hielos, estaba realmente fascinada por el material de este desconocido que firmaba con una “H” al final, la curiosidad de toda mujer despertó en ella, así que decidió contestarle, dejando una pequeña carta en el mismo lugar que el dejaba su poesía para ella, escribió toda esa noche, con sentimiento y calma, mientras las luces naranjas de los focos de la calle iluminaban nuevamente su ventana, el estéreo sonaba en una forma moderada, Gloria tenía una pequeña sonrisa dibujada en su blanco rostro, quizás existía la chance de que todo esto esté bien, quizá. Al día siguiente Gloria a la misma hora, salió a la vereda de su departamento y se sentó a mirar hacia la calle, Hernan estaba en el otro lado mirando desde la grieta de la pared, ella saco de su bolsillo una carta doblada de la misma forma que lo hacia él y la dejo en el mismo lugar que encontró las poesías, se levantó y se fue, a la universidad. Hernan, desconcertado, salió despacio a la calle, con el corazón latiendo muy rápido, camino despacio hacia la carta cuando estuvo frente a la carta sus ojos se abrieron grandes la tomo y se la guardo, volvió a su habitación iluminada por el único foco que tenía, se sentó en la cama y comenzó a leerla, a medida que iba leyendo los párrafos, sonreía, Hernan no sonreía hacia años, no recordaba cómo era esa sensación tantos años sin sentir nada lo habían hecho un hombre inerte a todos esos sentimientos que lo invadían en ese momento, a pesar de su falta de sentimientos, sus poesías parecían haber llegado al corazón de alguien y eso no era lo que más lo sorprendía, lo que más lo hacía era que las palabras escritas desde ese mismo puño con el que todos los días tomaba whisky habían conmovido a la persona indicada, Hernán sentía algo raro en el pecho que se llamaba FELICIDAD, y eso le gusto. Al día siguiente fue a comprar un poco de ropa, la carta de Gloria decía que lo quería conocer, y Hernan no podía desperdiciar esa oportunidad, no se lo permitiría, Tomo un poco de su dinero que tenía guardado hacía tiempo, compro unos pantalones de jean y una camisa a cuadros color bordo y celeste, unas zapatillas y se cortó el pelo, se bañó y al día siguiente espero a que Gloria llegue de la universidad mirando a través de la grieta, como todas las tardes, ella llego como de costumbre y entro, Hernan junto coraje y salió hacia la vereda, se acercó a la puerta del edificio y saco la cinta que había puesto en la cerradura para que no se cerrara y entro, camino modestamente por el pasillo y no tomo el ascensor subió por las escaleras, tranquila y relajadamente, subió hasta el piso de Gloria, y con el corazón en la boca golpeo su puerta dos veces, ella abrió y cuando lo miro sus pupilas se dilataron sorprendidas, lo miro a los ojos y dijo: - ¿Sí? ¿Qué necesita? Hernan no contestaba estaba demasiado nervioso, abrió grande los ojos y acerco su cara para darle un beso, ella puso su mano en la cara de Hernan alejándolo enojadísima, el entro en el departamento cerrando la puerta tras de él. Una vez dentro comenzaron a forcejear, Hernan tapo la boca de Gloria con la mano derecha y con la izquierda le tocaba los senos, la tenía apoyada contra la puerta, luego se separó de ella, la golpeo en la cara y la arrastro hacia el sofá, Gloria no podía gritar lo suficientemente fuerte como para que alguien la escuche, Hernan tocaba su vagina por debajo de su ropa interior, ella lloraba, era tan hermosa empapada de lágrimas, hasta se podía ver su cuello lleno de venas y rojo por la fuerza que hacia al gritar, la luna alumbraba la habitación mientras Hernan rompía su blusa dejando al descubierto unos hermosos senos, tan blancos como las nubes, suaves y tibios, maternales y muy sexuales, Hernan la golpeo otra vez con la mano abierta, le bajo los pantalones de un golpe y de la misma manera la ropa interior, que cayó tristemente al piso, Gloria lloraba y pedía piedad, Hernan la besaba fuertemente, ella mordió su labio fuertemente, pudiendo arrancar un pequeño pedazo, Hernan grito, la sangre salía a borbotones por su labio inferior, llevo sus manos a su boca y grito, luego la miro y la tomo por detrás, bajo sus pantalones y saco su pene, la penetro en ese sofá a la luz de la luna, mientras su camisa nueva se llenaba de sangre, se teñía lentamente, ella gritaba podía verla, su cabeza estaba apoyada contra un almohadón color beige, acabo su asunto y Hernán se desprendió de ella, casi todo su cuerpo estaba salpicado de sangre, Gloria giro a verlo, el, la golpeó duramente en la cara, luego continuo, la golpeo hasta que lo único que se podía escuchar era el ruido seco de su puño contra la ya deformada cara de ella, se levantó de arriba de ella, camino lentamente hacia la cocina, y comenzó a tomar la botella de coñac que había apoyada en la barra de la mesa, miro por la ventana la hermosa luna que alumbraba la cuidad de Flores, era una noche cálida de verano, la gente en la calle caminaba apurada por llegar a casa para descansar un poco mientras otros disfrutaban de la noche comiendo en restaurantes caros sobre la Avenida Rivadavia, mientras Hernan acariciaba la cara deforme y sin vida de Gloria mientras tomaba coñac, un pequeño ave se posaba junto al balcón. Nec HOY HE PENSADO QUE TAL VEZ, YA NO DEBO CALLAR, NO PUEDO SOPORTAR ESTE MALDITO SILENCIO, MANCHAS NEGRAS EN EL MAR LAS NEGRAS NUBES EN EL ESPACIO, SILENCIOSO EXTERMINIO DE NEVADOS TURBIAS AGUAS DE LOS RIOS INFERTILES TIERRAS, RECUERDOS DEL AYER SUPLICIO DEL PRESENTE SUFRIMIENTO DEL MAÑANA QUE ME DIRAN MIS HIJOS? QUE RESPUESTA LES DARE. YA NO DEBO CALLAR NO PUEDO SOPORTAR ESTE MALDITO SILENCIO GOBERNANTES INCREDULOS NO SE HASTA CUANDO DEBO ESCONDER LA TORTURA DE MIS PENSAMIENTOS MI VOZ SE ESCUCHA EN EL SILENCIO QUE AUNQUE LA RAZON ME DE EL TIEMPO NO ME SIRVE, POR QUE TAL VEZ, TAL VEZ…….. YA NO ESTARE EN ESTE MUNDO. AUTOR: MIGUEL SANTA MARIA FLORES CHIMBOTE-PERU misaflo37@hotmail.com Que te cambien la vida, puede ser sencillo. Para aquellos poderosos rayos que van dirigidos al mas allá contaminado por suelos grisáceos y malditos, llenos de oros. Más sencillo pudo ser para aquel que acabo con tirar al cielo, lo que el suelo no recibió y el mismo cielo se hizo cargo de acabar con la vida como si fuera un papel que a llama lenta se pierde en sí mismo. Nunca me había parado a pensar en lo corta que es la vida, incluso, alguna vez llegue a pensar que era demasiado larga... hasta hace un siglo atrás. Mi nombre es Elizabeth, pero, cuando aun vivía, solían llamarme Liz o Lizzie, yo, como cualquier otra adolescente de dieciséis años solía preocuparme mas por el baile de graduación que por el calentamiento global, la inseguridad o la política. Era una chica promedio, de metro sesenta, ni muy baja ni muy alta, flaca, pero no en exceso, extremadamente pálida, debido a mi nula tolerancia al sol que me obligaba a llevar bloqueador las veinticuatro horas del día, mis ojos grises que me daban un aspecto frío y altanero que desentonaba totalmente con mi carácter tímido y sumiso y mi cabello demasiado negro que resaltaba aun mas el color de mi piel, como verán no me creo una chica bonita, además, siempre fui considerada un ratón de biblioteca, por mis impecables notas, mi ropa demasiado holgada y fuera de moda, junto con mis gafas. Pero a pesar de todo esto, yo era una soñadora que esperaba a su príncipe azul, a pesar de saber muy bien que yo no era ninguna encantadora princesa. Faltaban dos semanas para el baile de primavera cuando lo vi por primera vez, él parecía una divinidad griega de las que tanto me gustaba leer, se encontraba recostado contra un árbol, guarecido en las sombras del mismo, sosteniendo en una de sus manos un libro de aspecto antiguo que se encontraba leyendo mientras que la otra se encontraba dentro del bolsillo delantero de sus jeans rasgados artísticamente, el me sorprendió observándolo y pude sentir como el fuego se apoderaba de mis mejillas, me había sonrojado, tanto porque me había pillado observándolo (prácticamente babeando), como porque tenia los ojos mas bellos y fascinantes que yo había visto en mi vida, de un verde musgo, llenos de carácter y con un brillo atípico, lleno de rebeldía e insolencia juvenil, no podía dejar de hundirme en ese mar esmeralda, él me guiño un ojo y me dedico una sonrisa maliciosa antes de volver a su lectura, mientras yo, a su vez, volvía al mundo real, me encontraba parada frente a la puerta del instituto interrumpiendo el paso, sonrojada y con una pila enorme de libros que hacían temblar mis frágiles brazos, sacudí mi cabeza para despejar mi mente y emprendí mi camino hacia la biblioteca de nuevo, apurando el paso. El día paso muy rápido, y en su transcurso me sorprendí varias veces pensando en aquel desconocido, preguntándome cuál seria su nombre o si estudiaría aquí, era una tonta, y lo sabia, pensando en alguien que solo vi por unos segundos, pero su inhumana belleza me había cautivado, y eso, me aterrorizaba. El horario escolar termino y yo tome el autobús para regresar a casa, como siempre no había nadie, yo vivía prácticamente sola, mi madre había muerto cuando yo tenia cuatro y mi padre viajaba todo el tiempo para cuidar de sus inversiones y de su empresa en Estados Unidos, además, yo sabia que otra de las razones por las que nunca se quedaba mas de una semana en Londres era por que nunca pudo recuperarse de la muerte de mama y aquí todo le recordaba a ella. Saque una pizza congelada y la puse en el microondas, mientras esperaba fui a dejar mis cosas en mi habitación y a ponerme cómoda, tome "Sensatez y Sentimientos" de mi mesa de noche y volví a la cocina, cene mientras leía, ya que no me gustaba la televisión, y luego me fui a dormir, recuerdo que esa fue la primera noche que soñé con esos ojos verdes y esa sonrisa maliciosa. Los días pasaban rápidamente y no había vuelto a ver al chico que protagonizaba todos mis sueños hacia mas de una semana, quedaban solo cuatro días para el baile y nadie me había invitado, yo deseaba mas que nada ir, pero no asistiría sin pareja, cuando llegue al instituto ese día, me dirigí hacia mi taquilla cabizbaja, y al abrirla un sobre negro se deslizo de ella cayendo al piso, me agache a recogerlo, con renovada curiosidad, olvidando momentáneamente el tema del baile, al dorso de este decía "Para la señorita Elizabeth Heimdallr". Lo abrí cuidadosamente para toparme con una hoja color rojo sangre que contenía la misma letra hermosa y pulcra, esta vez en tinta negra y decía así: Estimada Elizabeth: sé que te preguntaras quien soy, pero no se como responder a esa pregunta, pues no nos conocemos y solo nos hemos visto una vez, pero desde ese día no he podido sacarte de mi mente, me has flechado completamente, robando mi corazón por completo, es algo que no puedo explicar, supongo que eso a lo que llaman "amor a primera vista"por eso mismo te pido que me hagas el grandísimo honor de ser mi acompañante en el baile de primavera. Espero que aceptes mi petición, pero de no ser así te pido que pegues este sobre en la puerta de tu casillero, yo iré a verificar tu respuesta, te pido que seas sincera y aceptes solo si lo deseas, no temas herir mis sentimientos, pues lo ultimo que quiero es que te sientas obligada a ir. Con todo el cariño que te profeso: Thomas Sinclair. Mi corazón latió desenfrenado en mi pecho, tenia la ilusión de que fuese "él", guarde la carta en el bolsillo interno de mi chaqueta y me metí, cuidando de que nadie me viese, en el armario de limpieza desde donde podía ver a la perfección mi casillero, era la primera vez que me saltaba una clase, pero creía que valía totalmente la pena por saber quien seria mi pareja para el baile, y entonces lo vi, era "el", se acercaba hacia mi casillero andando con gracia, sus movimientos eran felinos e hipnóticos, tanto que me pareció salir de un sopor cuando el llego por fin a su destino, le vi sonreír y luego pegar otro sobre negro en este, después desapareció de la misma forma en que llego dándome una gran vista de su parte trasera que no había tenido oportunidad de admirar con anterioridad. Ni bien lo perdí de vista corrí hasta mi casillero y tome el sobre abriéndolo a toda prisa, este decía: Mi amada Elizabeth: si estas leyendo esto es por que has consentido en hacerme el hombre más feliz del planeta al darme la oportunidad de llevar a un ángel como tu del brazo al baile, pasare a recogerte a las nueve, espero con ansias nuestro encuentro. Con todo el amor del que es poseedor mi corazón: Eternamente tuyo Thomas Sinclair. No pude mas que suspirar, parecía salido de una novela de Jane Austen, recuerdo que en ese momento pensé en el cómo el príncipe azul con el que siempre había soñado. El día llego, faltaba aun una hora para que Thomas me recogiera para ir al baile tal como decía en la nota, me pregunte como sabría el dónde vivía, pero luego le reste importancia, mi padre era una figura publica y localizar su residencia no seria muy difícil, mire el reloj nuevamente, las "mariposas Sinclair" estaban de fiesta en mi estomago, ¿y si no venia? ¿y si no pasaba esto de ser una cruel broma? Mi retahíla de incoherencias se vieron interrumpidas por tres suaves y ligeros toque en la puerta. Me precipite a abrirla y allí estaba él, tan perfecto como lo recordaba, su palidez resaltaba mas aun con aquel traje de un color negro tan intenso como su cabello dándole un aspecto irreal, sus ojos eran tan brillantes como los recordaba e igual de hipnóticos que aquella vez, también. En su mano izquierda sostenía un bello ramo de rosas blancas que me entrego, al mismo tiempo que con su mano libre me atraía hacia él rozando apenas sus labios con los míos, me estremecí, no porque su temperatura corporal fuese tan baja como de hecho era sino por él, ese era el tipo de reacción que él lograba en mi, el lo noto y sonrió. Solo cuando me aparte de el note que el color celeste de su corbata era del mismo tono que mi vestido, el también pareció notarlo por que me dirigió una mirada de silenciosa complicidad y sonrió mas ampliamente, mi corazón latió irregular y me sentí sonrojarme él, aun sonriente, tomo mi mano y la beso con reverencia para luego encaminarme aun sujetandola hasta su auto, un Beamer ultimo modelo color negro que estaba en la entrada de mi casa, caballerosamente, me abrió la puerta para que subiese y espero a que acomodase mi vestido para cerrar la puerta del coche y dar la vuelta rápidamente para ponerse al volante -espero que no te importe que haya llegado tan temprano- dijo viéndose nervioso- pero deseaba verte y además...me gustaría mostrarte algo, solo si te parece bien- agrego al final y pude ver que deseaba fervientemente que le dijese que si y ¿cómo decirle que no si todo el parecía perfecto? además, era de una naturaleza demasiado curiosa y deseaba saber que quería enseñarme. Solo le sonreí y asentí, él pareció aliviado, no... mas que aliviado, parecía...victorioso, sonrió maliciosamente antes de tomar un camino de tierra. El coche siguió adentrándose en la oscuridad del la noche y el espeso follaje, mi mente pareció despejarse, como si antes alguien me estuviese moviendo como una marioneta y de pronto yo recuperase el control de mi cuerpo y de mi conciencia, el auto freno en el medio de la nada y por primera vez note mi situación: me encontraba, vestida de fiesta, en un auto, con un perfecto perfecto extraño, sola, en medio del bosque. Él pareció notar mi nerviosismo, que rayaba a estas alturas el pánico, por que sonrió burlón y dijo con cierto retintín -¿pasa algo, cariño?- acentuó aun más la ultima palabra, decidí utilizar un tono tranquilo aunque tranquilidad era lo que me faltaba. -no...¿q-que querías enseñarme?- pregunte patéticamente y mi voz se rompió en dos oportunidades. Él soltó una carcajada dura, cruel, capaz de helar la sangre de cualquiera, como respuesta. -oh, si pequeña, ya no estas bajo mi control, ahora debes de estar preguntándote ¿a dónde fue todo el amor que creías profesarme?- su tono fue burlón, pero no pudo ocultar un rastro de amargura. -te equivocas- dije sorprendida de mi renovada determinación- se que algo no funcionaba bien en mi cabeza hasta hace poco, y que ahora se desvaneció, pero puedo asegurar que mis sentimientos y la profundidad de los mismos en lo que a ti respecta no han variado en lo mas mínimo. El me escruto con la mirada, su expresión mostraba asombro cuando vio la sinceridad escrita en mis ojos, el sonrió, sin embargo no fue una sonrisa feliz, sino todo lo contrario, fue una imagen descorazonadora y rota, el rompió el silencio, ahora su voz fue suave y amarga, sin ningún rastro de burla, llena de dolor -quisiera poder creer que volveré a escuchar esas palabras pero se que no sucederá, pero quiero que sepas que no te odiare por que me has dado lo mas importante que he tenido nunca, me has reconocido, me has amado, y has sido la única, aunque esto acabe al conocer mi verdadera naturaleza- antes de que pudiera replicar y protestar contra sus palabras sus manos se encontraban sobre mis desnudos hombros, haciendo que me gire para quedarnos cara a cara, el elevo con lentitud la comisura derecha de sus labios como torciendo una sonrisa, pero sin una pizca de alegría, y allí lo vi, brillando bajo la luz artificial que había dentro del coche, con una longitud impropia de los normalmente establecido en los humanos, un colmillo, una sola palabra acudió a mi mente: Vampiro. Mi corazón tartamudeo un poco ,pero rápidamente volvió a su ritmo normal, por que en ese momento pensé que no importaba, no me importaba si el era un vampiro, un hombre lobo o si venia de Marte, yo lo amaba y esa, era la única e irrevocable verdad, sonreí al comprender esto y el bajo la comisura de su labio y frunció el seño confundido ante mi reacción. Acabo de comprender tres cosas muy importantes- dije aun sonriente- no eres humano. El asintió, esperando a que continuara, parecía ansioso, y a la vez confundido, supongo que esperaba que gritara e intentara escapar -eres un vampiro- aventure una vez mas, sin perder mi sonrisa el asintió mas shockeado que yo y la mas importante de las tres verdades, umm...¿quieres saberla?- el susurro un pequeño, silencioso y ansioso "si"- ninguna de las dos revelaciones anteriores me importan- susurre perdiéndome en el mar esmeralda de sus ojos y lo bese. Por un momento el se asemejo mas a una estatua que a un vampiro pero luego, sus fríos y dispuestos labios se movieron con ímpetu contra los míos marcando así el ritmo. Esa noche me entregue a el en cuerpo y alma, demostrándole que lo amaba sin importar su condición. Pero mi amor fue correspondido con una ingrata y vil acción. Cerré mis ojos con fuerza, volviendo al presente, donde me encontraba en aquel mismo bosque, en el preciso lugar donde le entregue todo lo que tenia y era a el, pero no fue suficiente... -me mordiste- susurro rabiosamente al aire. Pero se que toda esa rabia no es solo por el, sino también por mi misma, rabia por no poder odiarlo como se debe, a pesar de que el mato la confianza que le brinde esa misma noche hace un siglo, y rompió mi corazón una vez lo puse en sus manos, rabia porque a pesar de estar roto y silencioso, muerto; triste y patéticamente aun cada uno de los pequeños trozos de este le siguen perteneciendo y lo aman con igual intensidad que la primera vez que lo vi, a el, a mi primer beso, mi primer hombre, mi primer (y ultimo) amor y también, la razón de mis desgracias y desventuras, el ser al que debo aborrecer, por la eternidad. Una suave brisa toco mi nuca, haciendo ondear mi cabello suavemente, y supe que era el -te tardaste- dije secamente. -no sabia que teníamos una cita- me contesto con serenidad, aun a mis espaldas. -durante los últimos cien años me has seguido, pero cuidando siempre de que no nos encontremos, hoy, en este mismo lugar donde tu tomaste mi vida hace un siglo, yo he de hacer lo mismo con la tuya, pero antes quiero saber porque, ¿por qué me condenaste a una eternidad en la oscuridad?, ¿por qué tomaste mi alma sin siquiera dudar un instante? Y, ¿por qué me seguiste todos estos años? ¿Por que? Su respuesta nunca llego. -¡¿por qué?! Maldita sea, dime porque- grite al mismo tiempo que giraba sobre mi misma para verle, el me estaba observando también, sus ojos se veían tristes, sin el brillo que solían tener en mis recuerdos, había resignación en ellos y también...¿amor? no, no me dejaría engañar nuevamente, el se volteo a observar la luna que yacía completamente llena tras el y comenzó a hablar -durante milenios los vampiros nos mantenemos ocultos y poseemos solo lo que tomamos, es nuestra manera de sobrevivir, lo queremos, lo tomamos, así funciona para nosotros, cuando te conocí, ya esta harto de esta vida, pero aquella noche, tu supiste el ser deplorable que yo era, y no te importo, allí supe que tu amor era real, no una de las ilusiones que nuestra especie es capaz de crear, y sucumbí ante un sentimiento en el que hasta ese instante no creía, amor. Tu no lo sabes, pero lo cierto es que cuando un vampiro se "enamora", ese amor dura lo mismo que uno, es eterno, ya no podemos ver a nadie mas, es como...como si fuésemos un planeta, y esa persona se convirtiese en nuestro sol- se volteo, penetrándome con su mirada, tan intensa que tuve que resistir el impulso de bajar la mia -una vez que te encontré supe que no te podría dejar ir, y fue instintivo, sabia que no había otro camino si queríamos estar juntos- finalizo el yo solo me quede allí, deseando que aquellas palabras fuesen suficiente. -y ahora me odias- dijo mirándome, sin poder ocultar el dolor que le provocaba su propia afirmación, una mirada llena de tristeza, resignación e infinito amor hacia mi persona, lentamente vi como se ponía de rodillas y extendía los brazos a sus costados- toma en mi, pues, tu venganza, estoy ya cansado de esta vida y no podría poner resistencia contra ti; ¡si la vida es perderte y la muerte tenerte, entonces prefiero la dulce dulce muerte que una eternidad sin tenerte!-. me acerque a el, dispuesta a acabar con su existencia, pero no pude seguir, el me miro con infinita dulzura y me sonrió, casi como animándome a seguir y ya no pude negarlo mas, cada partícula del amor que tenia por ese hombre que yacía de rodillas frente a mi, resurgió con fuerza, dejándome sin aliento, era un golpe duro, aun lo amaba, nunca había dejado de hacerlo y había estado a punto de perderlo bajo mi propia mano. Colapse, cayendo de rodillas mientras cubría mi rostro con mis manos, dejando salir todo el dolor en sollozos y llanto sin lagrimas, el me abrazo y dejo que llorara contra su pecho mientras acariciaba mi cabello; pudieron pasar horas, o tal vez solo minutos hasta que logre tranquilizarme, el deshizo el abrazo y tomo mi barbilla con una de sus manos, obligándome a devolverle la mirada, sus ojos eran calidos y llenos de una dulce esperanza, cuando hablo su voz había sido embargada por la emocion -tu...aun-aun me...amas- yo solo asentí y un segundo después sus labios estaban sobre los míos, me estaba entregando un beso lleno de amor y necesidad, un beso que era portador de una promesa, la promesa de que nunca volveríamos a estar solos. Por que tal vez el no es un príncipe azul, y yo no soy una princesa, porque quizás, nuestra historia no sea un cuento de hadas, y si, quizás nuestro amor sea enfermizo y masoquista, toxico. Pero es nuestro amor y es nuestra historia, y eso, es suficiente, y es todo lo que importa para mi, se que hay muchas cicatrices que sanar y un gran rencor que olvidar, pero tanto Thomas como yo... tenemos toda la eternidad. The End "la vida puede ser muy larga, a veces muy corta, pero entre cada amanecer y cada crepúsculo hay una nueva historia, vívela". Izzy Armstrong BAJA UNA ESTRELLA Baja una estrella ¿Quién la habrá llamado? Tal vez un lamento a la orilla del lago. Y en la caída, hiere la tierra y una ventisca revienta y apremia. ¿y quién la espera? Es una voz, la del Hijo que clama por ella. Cinco jóvenes de edades similares, los rebeldes del pequeño barrio de una ciudad de provincia, inseparables como hermanos siameses, para todo lo que a sus mentes malévolas les llegaba. En realidad, no eran delincuentes, sólo picaros estudiantes de clase media con todo el tiempo libre durante las vacaciones escolares. El grupo no tenía un líder definido, todo se realizaba según la inspiración del momento de alguno del quinteto y siempre tenía que ver con alguna picardía que muchas veces rayaba con el delito. Para unas vacaciones de fin de año llegó un circo a la pequeña ciudad y los Hermanos Centella, como decidieron llamarse, fueron a merodear por el lugar mientras levantaban las carpas y se acomodaban los integrantes de la familia circense. No encontraron en que fijar su atención hasta que sus miradas se detuvieron en unas jaulas y allí vieron dos leones, un tigre de Bengala y otros animales; pero su atención quedó fija en los grandes felinos, entonces decidieron hablar con el jefe del espectáculo: - ¿Señor, nos dice quien es el dueño de este circo? - Soy yo, jóvenes, ¿en qué puedo servirles? - Es una curiosidad – respondió Hernando, el más pícaro del combo- ¿Con qué alimenta los gaticos? -Refiriéndose, claro está, a los felinos y a sabiendas que son carnívoros. - Pues con carne, muchachos, como todos lo saben - ¿De cualquier carne? Preguntaron en coro. El hombre los miró detenidamente como sospechando algo y les respondió: - Cualquier carne, si jóvenes, mientras no esté en estado de descomposición. - ¿Por ejemplo, perros y gatos? El hombre los miró con asombro y les preguntó: - ¿Por qué esta pregunta? Claro que pueden comer hasta ratas y otros pequeños mamíferos. Y como sospechando algo, agregó: - ¿Es que ustedes pueden venderme animales para dar de comer a mis leones y tigre? - Por supuesto, respondieron. - Que no sea nada ilegal, agregó el dueño; no quiero líos con la justicia… - No se preocupe por eso, hay muchos animalitos sufriendo sin dueño y vagando por el campo. Lo importante es que nos pague. - Eso se sobreentiende. Y les agradezco porque me quitan un peso de encima. Desde esa noche comenzaron a desaparecer los perros y gatos callejeros. Cuando ya no quedaban más en el pueblo, en los campos vecinos los caninos amistosos que se acercaban a los Centella, terminaban primero entre un costal y luego en la panza de un depredador. Como en la canción de Juan Charrasqueado “en esos campos no quedaba ni una flor”, con la diferencia que en esa se refiere a mujeres y aquí a animales domésticos- Edgar Tarazona Angel Estimada Señorita R.. Necesitaba escribirle con suma urgencia..Me llegaron noticias poco agradables de como lo ah estado pasando estos últimos días ..se aproximan fechas difíciles para usted, por eso me apronte a escribirle con inmediatez..Lea con atención por favor : No sé aferre.. A las vagas ilusiones creadas por su cabeza..No se imagina el daño que intento evitarle diciéndole esto.. Empiece a caminar con sus propios pies..Y apague el modo catarsis que activa su cabeza por las noches de vez en cuando.. Disfrute la estadía en la estación del dolor.. que ya pasara..aprenda de él..pero no sé encariñe demasiado.. recorra esos sitios que nadie se atreve a pisar.. pero hágame caso.. no busque hospedaje eternamente allí.. Cómo si le hiciéramos cariño a un cactus.. me entiende de lo que le hablo..(?) Se está cortando la señal..Pero pronto volveré a retomar el contacto con usted..Cuidese por favor.. Atentamente su estimada Consciencia.
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