Feb 20, 2009 Feb 19, 2009 Feb 13, 2009 Feb 11, 2009 Feb 10, 2009 Feb 09, 2009 Feb 08, 2009 |
Poseído por cientos de espíritus,viviendo la muerte misma.Lleva en el cuerpo un estigma;llena el vacío solo con dolor.Transita la pena más amarga.Como hiel que corre por sus entrañas,el recuerdo lo invade todo.¡Tristeza infinita en sus ojos!vacíos de tanto llanto,las palabras salen sobrandode sus labios de sal.Lleva en sus manos nada.Y el alma atada al olvido.Pero el cuervo del miedo,en él hizo un nido,el cual ya no desea dejar.Con los pasos lentos,se aleja por caminos solos.Va muriendo de a poco,y a nadie puede recurrir ya.Es tan obvio su final,esta escrito en su rostro.Lleva el desamor en sus ojos,vacíos ya; de tanto llorar. - Creo que ya no puedo aguantar más. El olor es insoportable y siento como insectos caminan a lo largo de mi pierna.Saltare y buscaré la pastilla. Si no logro encontrarla, iré al final del dormitorio y golpeare la puerta. Del otro lado esta el enfermero viendo su monótono programa de televisión.Contaré hasta 10 y saltaré.Uno, dos, tres, - las sombras se marcharon ya - cuatro, cinco, seis, -se que puedo lograrlo - siete, ocho, - tranquilo, tranquilo, lo harás bien - nueve y ............ diez...finalmente salte lo más fuerte que pude. Me tire boca abajo en el piso y con ambas manos busque en el suelo. Nada. ¡NADA! Un momento. Puedo verla del otro lado de la cama. Intente arrastrarme por debajo, pero un gran ardor me recorrió la pierna derecha. De pronto sentí una gran fuerza jalándome hacia atras, intente zafarme, pero no pude lograrlo.Al girar busque con desesperación la fuerza extraña que me retenía. Solo encontré el vacío y la oscuridad. Una oscuridad distinta. Más negra que la noche misma. Un tono azulado marcaba una silueta y de pronto unos ojos saltones y con pequeños nervios rojos cruzándolos me miraron. Mi corazón sintió que iba a estallar...Finalmente la sombra, abrió una gran boca. Gigante, donde cientos de dientes mostraron su brillo. Eran en forma de puntas, filosas, amarillentas, de un olor horrible. Grandes gusanos caían de su interior.Intento golpearla vanamente. Grito. Vuelvo a gritar. Pero nadie puede oírme. En mi luchar he logrado aferrar la pastilla. Intento llevarla a mi boca pero finalmente cae.Ahora siento como mi piel se seca. Se pega a mis huesos.Ya no puedo gritar. Si al menos hubiese tomado esa pastilla cuando me la dio el enfermero. Si al menos alguien de aquí hubiese sabido como luchar con estos demonios. Es tarde. ¿que dirán mañana todos? He pintado la noche del azul más intenso.Y dejado estrellas sembradas por tu cuerpo.Me hice palpitar de tu corazón agitado,y fui el beso tibio en tus labios mojados.Yo soñe, que soñaba, contigo un instante.Que despertaba de pronto, desesperado.Y al ver nuevamente tu cuerpo amado,retornaba a la calma de soñar.Quiero ser esclavo de tu perfección.Postrarme ante tu desnudes.Terminar como siempre, como debe ser.Entrelazando los corazones,desbordando el amor. Una luz tenue, débil y fría entra por la rendija.Quisiera yo que fuese la luz de la luna, pero solo es la luz de un farol que da a un patio interno. Si grito, se que nada lograre. Ningún enfermero se acercara a la habitación. Ya lo han intentado otros y nada sucedió.Creo, en mi teoría pobre, que las sombras, de algún modo evitan que nuestros alaridos de miedo y terror sean oídos por otros.Mi cama empezo a sentirse húmeda. Y hasta sentí como una cantidad de bichos me caminasen por las piernas.Creo que me están instando a salir de mi refugio. De mi seguridad.Ellas quieren que intente algo. Saben, olfatean que estoy despierto.Acaso sera que no hay otra solución que enfrentarlas?Es ya casi imposible aguantar más. Las sabanas son ya de un liquido espeso, frío. De mal olor. Las sombras, parecen haber cesado en su andar constante de cama en cama. Esperare solo unos segundos. Me pregunto cuanto tardaran esas pastillas en hacer su efecto y mandarme a dormir. Liberarme de ver este flagelo.Seria fácil saltar ahora. Casi tengo la seguridad que la pastilla esta al pie de mi cama.Pero aun recuerdo la cara del ultimo interno que encontraron muerto hace un tiempo ya. Parecía una vela derretida, sus ojos estaban mirando hacia arriba, y tenia pequeñas quemaduras en el rostro. Dicen los que oyeron a la policía hablar que sus cuerdas vocales estaban rotas, señal de gritos que nadie jamás escucho. Solo recordar me da escalofríos. Lo pienso mejor y digo:seria mejor haber tomado la pastilla para dormir.Ya a estas horas estaría en algún viaje nocturno, junto a los otros.Pero siempre en mi esa rebeldía, y esa constante de ser distinto a la masa . Sería ahora uno más de los que duermen en cama de sabanas limpias y frazadas tibias. Ojos cerrados y los oídos captando solo el silencio.Esa pequeña pastilla roja hubiese dado la solución.Intente pensar y hacer una recreación de donde podría haber caído.Pues no debe de ser tan difícil suponer.La puse en mi boca, espere a que el enfermero se diese la vuelta, y la escupí tan fuerte como pude.De seguro fue a dar entre las camas 12 y la cama 14.Es un trayecto corto. Solo debo bajar y buscarla.Es cuestión de llenar los pulmones del viciado aire que hay en la habitación y correr en busca de esa pastilla roja.Luego meterla en la boca, (estará sucia quizás), y finalmente tragarla.Decirlo es fácil. Pero no es sencillo salir de mi seguridad.Mi cama es el único refugio donde las "sombras" no pueden dañarme. No se aun bien porque esas cosas no pueden tocarme ni llegar hasta mi, pero estoy seguro que si bajo mis pies al suelo seré presa fácil de ellas como lo fue el interno de la cama 8.Pero sucede que me estoy volviendo paranoico. ¡que novedad! y los susurros de las sombras, sus silbidos que se tornan aullidos me están desgarrando el cuerpo. Las veo rondar las camas de los otros internos. Van a la 1, y luego sobre vuelan las otras camas hasta la ultima, donde duerme un pobre viejo. La cama 22.Y seria simple cerrar los ojos, pero ellas saben que estoy despierto, y llegan a mi como un olor nauseabundo, me destapan y torturan con sonidos jamás oídos. Intentan que corra al baño, o busque encender el timbre llamando a los enfermeros. Tengo la seguridad que al posar mis pies en el suelo, atacaran.Seré presa fácil. Y me tendrán a su alcance.Sin embargo podría bajar y buscar la pastilla roja. Debe estar por aquí cerca. No la escupí muy lejos, ya que no quise soplar fuerte para evitar que el enfermero se diese cuenta. Tal vez tenga una oportunidad. Soy ágil y rápido. Fui campeón escolar en carreras con postas. Creo que podre lograrlo. ( continuara... ) Cuando las sales has dejado,de las lágrimas tibias que has derramado.Y en un peregrinar lento, tus besos se marchan,queda la vida mía,sumida en la tragedia de la nada. Tú te vas, como la noche tras el día.Te llevan la angustia y la melancolía.Te vas para desgarrar mi alma con tu partida,y en tu lugar me dejas,la sed de tu boca que fue mía. No mires atras. Continua tu camino.No seques la lágrima,que gira pesada, en triste recorrido.Yo no cerrare la puerta, siempre he de esperarte.Quizás una mañana, luego de la noche más oscura,regreses con la mañana,a mi alma que es tu alcoba. perfectaHe de comparar,la belleza del amanecer...o la puesta de sol,con lo mágico de tu mirar...O la perfección de una noche estrellada,con la curva exitante de tu espalda,y ese precipitarse exquisito,hacia el abismo infinito de placer.No puedo medir con palabras,la hermosura de tus pies,que sin andar dejan huellas,y por los aires te llevan,alada como ángel de oropel.La tibieza de tus pechos,o la aureola pequeña, prendedor rosa de pasión,antesala del loco corazón,agitado, tormentoso después del amor.Tanta perfección me lleva a crispar el llanto,sentirme un pobre mercenario,de noches furtivas...Entrelazado en sabanas blancas y en agonía,pide suplicante una noche de amor. Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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