Aug 24, 2011 Aug 23, 2011 Jul 06, 2011 Jul 04, 2011 Jun 13, 2011 Jun 11, 2011 Jun 03, 2011 May 30, 2011 May 25, 2011 Luia agregó un nuevo comentario al texto ÉBANO May 24, 2011 May 15, 2011 May 14, 2011 May 12, 2011 |
Pienso en ecos, pienso muy cerca del pecho: tiembla la espera. ¡Oh marfil, hielo, mármol! Ideas aullan, ojeras cuelgan del muro. Piel escocida, hirsuta rama de marzo. Mucho camino sin dormir, harta “errancia” sin descanso. No hay región creíble, no donde arrimar la escarcha. lu Tuyo mi cuerpo, todo sentimiento, danza desnudo y exuda sus vapores.Movimientos delinean tu nombre, pupilas dilatadas incluyen tus sombras. Es hora de que las máscaras caigan.Se suceden rictus cincelados, desploman repetidamente y se estrellan contra el suelo. Despojado de espasmos murmuras mi nombre; borrada toda impresión, la memoria muere por un tiempo. Se yergue una intimidad profunda, entre abrazos la noche explora sentires a golpe de jadeos. La entrega se reparte, intensa: el dolor germina la belleza. La hora ha sido preñada. El silencio se incrusta entre sábanas. Nutrido y cálido, ahora, el corazón recita lágrimas. Nos miramos, en calma. Quiénes son mis jueces… Jacobo Fijman Mayúsculo, tal rostro de clausura husmea un paraje donde anclar su anomia. Y no compone, sino su orfandad, entre dislates de señoríos cuerdos. “Ángel lleno de gozo, ¿sabes lo que es la angustia?” Baudelaire Sobre mi cama de vidrio, he de morir si es el momento. Los días de atrás ya fueron, salvas y lancetas arden en la punta de la lengua. Frente sudorosa. Contraseñas funerarias. Baudelaire deshojado. Trazos inconexos. uñadas brocas angustia Ángeles sin respiro.. Ave rapaz oteando. Todo y nada cincelados a fuego uñadas brocas angustia Es tanto el destierro de mis ojos umbríos... Ni restos de memoria ni confianza de olvido. “…Por las frondas de los últimos resplandores del dia un rostro semejante a todos los rostros olvidados.” Paul Éluard Descansa, paloma negra, posa tu vuelo hierático sin otro dispendio. Basta ya de remendar obsesiones, no más grises enfundados ni expedidas voces sin cauce. Permítete la umbría con que revistes tu duelo. Sorber tu boca incluir tu sangre entrañar tus jugos expirar salvaje. Tenernos y poder morir cada vezdesde siempre para siempre. Adriana Y vivenviven las memoriasaun en los rinconesdonde su atisbo las silencia.Vivenacaso macilentaspor el aire polvorientoque intenta sofocarlas.Respiranel puro alientoque batalla y no concede.Lu Tú, canto eternal de esencia abundante, rezumas los jugos que flamean mi vientre. Adriana Se desploma en cruz sobre un soporte de cuero. Vaga, innecesario, por los participios de su postura. Sospecha una rigidez y un entierro. Insiste. Piensa. Intenta encontrar el arquetipo que lo explique. No halla fondo ni superficie, el sentir no anega ni drena, la mente derrama algo que no conduce a nada pero llega siempre. Olor a fritura, voces chillonas. Asco. Se desprende y se mira a sí mismo. Ve un historial apoltronado en una figura esquiva. No rinde excusas, no conforma, no vive ni termina de morir. El poder, ausente, se erige abyecto. Las ansias, vulnerables, se amilanan en los rincones. Los recuerdos, cautivos, patean adoquines. Sol cansino, mugre en el haz de su reflejo. Hastío. Aparece una idea. La asesina por grande, por inescrutable, por religiosa. Cierra otra vez los ojos, corrige cenizas, las desaparece. Nada. Ahora hay nada. Por fin un letargo. Duerme. Anoche,sólo nuestros en el vuelo,logré palpar el aire. Salpica tus pies con verano, mujer, márchate del lugar intempestivo y poco a poco desaprende dolores. Ya infausto fue el día en que amarraron tu viento y cosieron los pájaros de tu inocente locura.Poco de inicuo queda en tus pasos, algunos jirones de olvidos y la esperada lluvia celebrante. Extraviarás la hebra que trenzó desmanes dentro de las fauces de un lobo parido por tu entraña, te entregarás a él, quién te duerme entre nanas. Él. Él, esencia cotidiana donde tu boca alcanza el vino que derrama en su vientre. Él, donde, mujer, cantas sus poemas, fecunda substancia inagotable. puertas derruidas cansino clamor de estelas (gritan pájaros salvajes en vuelo recortado por las voces) gime, gime el tiempo se comprime en un instante negro suma negro un aguijón sin sangre punza recóndito y ajeno Mi estigma, un desgarro en cruz, pasea su extravío por la memoria que murió un día antes de conocerte. Pulsando lo negro y lo blanco, dentro del humo y sobre el fuego, sostengo una prisa siempre a punto de caer en un reflejo. Por eso escribo la memoria de cada breve cosa que se soporta sólo porque aún no ha muerto. Eres una cruz,una cruz pintada en un lienzo desnudo,una cruz marcada en mi cuerpo perdido,eres una cruz,que hace daño al abrazarla,regala besos de fuego,acaricia con yemas de clavos,se pudre en el pozo de mi memoria licuada. Cruz, fuiste mi encrucijada...
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