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En mi pueblo fuí extranjera El prefacio de un poema "Jericó te llevo en mí como ave que sin querer, en otros cielos vio su vida crecer. Ahora mis alas vuelan para llevar hasta tus cimas este, mi poema, y decirte con mis rimas que algún día volveré pero eso sí, no me vengo sin comprarme mi carriel." No crecí en el pueblo que me vio nacer no camine sus calles de pequeña, no visite sus parques con mi abuela, ni a las palomas alimente. No jugué con el agua de la fuente, no fui a la escuelita de Doloritas, no pude guardar en mi mente travesuras con amiguitas. No recorrí sus campos ni me bañe en sus ríos ni subí a sus árboles a robar los nidos. No eleve cometas en el morro El Salvador, ni en Semana Santa canté saetas en la catedral de Monseñor. No me vestí de domingo ni compre sus colaciones, no di limosna a sus mendigos y allí, no he rezado oraciones. No tuve novio formal que parado en el portal y jugando con mis gatos, esperara mi llegada con sus bolsillos repletos de cardamomo y mecatos. No estudié en su normal no me hice profesora, pues en otro lugar soñaba con ser doctora regresar a mi pueblo y todos poder curar. Pero si hice otras cosas, cuando iba de paseo y sentía del verano su brisa, en las tierras de mis padres y de todos mis ancestros, no había nada más bueno que tomar leche con luisas Y por más feliz que estuviera cuando iba de visita, al recorrer sus calles y escuchar todas sus cuitas, me sentía prisionera y aunque mucho me doliera, en mi pueblo fui extranjera. Lyda de JericóDRA Un poema compañero "Mientras me duermo, voy a caminar descalza, voy a volar sin alas por senderos abiertos, Pero, a dónde iría?, si los caminos que me esperan, están hechos de piedras y de musgo cubiertos. Podría resbalar o caer como rocío, en lugares donde nadie precisa nada mío. Mejor, me quedaré, no tengo equipaje, no tengo zapatos, ni alas, ni plumaje. No iré a ninguna parte, me levantaré, escribiré un poema que acompañe, mis noches en vela". Libremente... Anduve por veredas, barrios y ciudades anduve sin destino, anduve soledades, alguna vez me detuve ante puertas entre abiertas que invitaban a pasar pero al ver en la mirada de aquellos seres vacíos, sombras de su pasado habitando en torno mio, deje sus vidas desiertas, me aleje sin dar la vuelta. Otras veces en arroyos mi sed quise calmar sentarme a sus orillas y quedarme a descansar, pero mi alma inquieta no se pudo detener a sembrar semillas y esperar verlas crecer, prefirió seguir de largo para riesgos no correr, y disfrutar libremente sin amarras ni por qués... Lyda de Jericó Derechos reservados de autor- Colombia Caminaba solitaria por la vida,me sentía cansada y retraída,nada me emocionaba, ni atraía,el amor siempre fatuo me parecía.Pero un día sin previo aviso, como un bello regalo inesperado;el destino que así lo quiso,me dejó el corazón flechado.Allí estaba, tan cerca y lejano,como algo irreal, imaginario,a quien le confieres tu manoy no te importa su prontuario.Sus palabras dulces cánticos,tocaron mi ser más profundo;con acordes tiernos y románticos,motivaron un sentimiento fecundo.En las noches largas y lluviosasme acaricia su voz en la distancia;con esas, sus frases melodiosas,invade todo cual fragancia.No importa quererlo en la ausencia,y por eso a él, decirle puedo:"No necesito verte para sentir tu presencia, a ti me entrego con gran denuedo".Prefiero estar viviendo una ilusión, asaltando cada día mis anhelosque sujetarme sin fe, ni razón;al desamor con todos sus recelos.Cada vez que abro mi portátil,sé que vuela hasta aquí,su roce casi invisible y sutiles más que un lenguaje para mí.Ayer, mientras lo miraba en la pantallale bese la boca y brindándome su mielme decía tenue y leve: "Calla, te amo sin tocar tu piel".Autora: Lyda García EspinosaSeudónimo: Lyda de Jericó.País: ColombiaFecha: 26/04/2018 Absurda locura Te busqué entre mis recuerdos más allá de los sentidos, en los pensamientos cuerdos donde aún sigues conmigo. Te busqué entre la niebla del tiempo que se aleja, y mis manos aún tiemblan con tus caricias ya viejas. Perseguí hasta el ocaso la ilusión que inventamos y hallé solo el fracaso de los sueños que soñamos. Perseguí sin redención el vuelo que te llevó y no alcancé el perdón pues, tu alma lo negó. Sólo el silencio me sigue como el amigo más fiel, no hay palabra que mitigue la soledad que es tan cruel. Sólo se acerca a mi vera la melancolía de ayer, espectro de la quimera que me dejó tu querer. Hoy soy un absurdo, un despojo del camino, una locura que aturdo para enfrentar mi destino. Hoy quiero llenar mi vida con las estrellas del cielo que sea una luna perdida, quien me cubra con su velo. Lyda de JericóDRA El amor del poeta "Cuando un poeta ama entrega su vida, por esta razón a veces se niega a amar para no perderla, pero sabe que privarse del amor es otra forma de morir" Lyda de Jericó Me dices que quieres estar para siempre conmigo, con esas palabras me hieres, yo solo sueños persigo, ¿cómo me voy a quedar, si me alimento de olvidos?. Me dices que hay amor escondido en tu corazón que lo quieres entregar que la elegida soy yo, mas no lo puedo aceptar aunque muera de dolor. Yo soy ave de cielo abierto, pasajera sin destino, soy la sombra de mi misma sendero del camino, soy aridez del desierto y también soy humedad, porque soy como la marisma que el mar viene a inundar. Otras veces solo soy como un poema olvidado que alguién nunca leyó, y me detengo sin tiempo con los ojos ya cansados sin saber por dónde voy. Cómo podría quedarme si ahora solo soy, melancolía silente apacible rumor de voz, una presencia ausente que acalló un día su canto y que a todo dijo adiós. No podría yo atarte a un amor esquivo, ni podría yo quererte abrazándote a la pena de sentir que solo vivo, para escribir poemas. Porque sé lo que soy, amor, solo poesía doy y mis deseos en versos correrán por tu cuerpo sin tocar jamás tu alma, ni invadirte de recuerdos, pues un dia me iré en calma y las aves de mis manos no volarán ya más en tus jardines y huertos, entonces olvidarás que un dia quisiste amar a quien ya no te hace falta. Y, allá en mi soledad, no dudes que estaré muriendo de amor por tí y, sin luz, ni claridad un poema triste y nuevo para ti yo escribiré que hablé de lo que llevo guardado dentro de mí, de aquel amor que por ciego ya nunca será feliz. Lyda de Jericó No hago a nadie prisionero Tu mirada tierna tu dulce mirada acaricia mi alma queriendo conquistarla Tus manos me brindas para que las guarde entre mis manos pidiendo quedarse. Tu boca es el mar que invita a navegar en oleajes de besos y pasión sin igual. Tus ojos en quietud son dos mares profundos que no dejan ver lo que esconde tu mundo. Y aunque tu cuerpo entregas sin límite, ni razón no me gusta que me atrape el furor de una pasión Tampoco salir recorriendo detrás de una ilusión, o guardar lo que no es mío dentro de mi corazón. Prefiero solo mirar como vienes y te ofreces ese será mi consuelo, no hago a nadie prisionero.Lyda de JericóDRA De, por qué la luna se esconde... Me deslumbró la luna y corrí tras ella, pero se escondió entre las nubes, que querían protegerla, no sé si de mí o de la noche oscura que como ladrón al caer el día sube y pretende lejos a la luna mantenerla para no dejar que nadie contemple su belleza A la noche no le gusta que la luna la ilumine, ella quiere mantener su misterio y su penumbra y cuando la luna sale, la noche la persigue pretendiendo apagar la luz que nos alumbra. Y a la noche envidiosa de mi luna compañera le cierro las puertas y también las ventanas, para que no venga con su oscuridad y me hiera llevándose mi corazón, noche que todo lo profanas. Por eso en mi soledad, miro al cielo y me digo, la luna se ha escondido, las nubes la han tapado, mira qué hermoso es el nido que las nubes han formado. Entonces me apresuro a dormir sin su presencia, pero me siento tranquila sabiendo que ella se siente protegida aunque me duela su ausencia, lejos de la malvada, oscura noche aquella.Lyda de JericóDRA Al silencio decirle quiero... Al silencio decirle quiero lo que mi voz calla al pensar que todo lo que espero aquí tarda tanto en regresar, que no hay paz para mi anhelo que mi voz es como un eco y aunque que repita tu nombre se perderá con el tiempo, no importa cuánto me asombre. Al silencio decirle quiero palabras que no escucharás, no me importa si te espero una vida o la eternidad, porque conmigo llevo dentro recuerdos que no se irán y seguirán con sus pasos deambulando siempre así, perdiéndose en los ocasos de mis horas junto a tí. Al silencio decirle quiero que no sé si me perdí por un amor confundida o por el dolor que sentí, al dejarme con la herida que ocasionó tu mirada y que ciega me dejó, en un mundo donde muero sin tu amor desolada, sin tu presencia, sin vos. Al silencio decirle quiero que me abrace con su canto y que en él esconda el llanto que hoy me cubre con su velo, que se lleve esta angustia que la arroje lejos lejos... con la pena tan mustia que en mí dejaron los viejos amores que yacen muertos. Al silencio decirle quiero... Lyda de JericóSeptiembre 6 de 2017DRA YA NADA ES MÁS CIERTO. Apenas si puedo pensar, siento que mi padre se va. Apenas si me puedo expresar, siento pena y soledad. Mi cielo todo se nubla, me invade un total silencio. No hay nada que cubra, lo que sin querer presencio. Somos sólo humanos, ya nada es más cierto. Me pesan las manos y mi cuerpo no siento. Se me escapa la vida que me dio su consejo. Se abrirá una herida, cuando se vaya mi viejo. Porque no habrá alegría todo será desconsuelo. Él, no escuchará mi poesía, pronto se me irá muy lejos. Mi cielo todo se nubla, me invade un total silencio. No hay nada que cubra, lo que sin querer presencio. Somos sólo humanos, ya nada es más cierto. Autora: Lyda García Espinosa Seudónimo: Lyda de Jericó País: Colombia DRA Para ser feliz, no hay que ser aprendiz. Feliz quien camina sin tiempo, feliz quien eleva sus alas al viento, feliz todo aquel que viaja sin equipaje, porque sin tiempo, con las alas del viento y sin equipaje, cuán libre es el viaje. Feliz quien se entrega con mesura, feliz quien ama y no se apresura, feliz quien fue agua en el desierto, porque la mesura cuando no te apresuras, nunca te dejará sediento. Feliz quien descansa en el camino, feliz quien no tiene un destino, feliz quien no pierde la calma, pues el camino es el destino, de quien libera su alma. Feliz el que halla una puerta, feliz quien la encuentra abierta, feliz quien recibe abrigo, porque una puerta cuando está abierta, es la mano de un amigo. Feliz el que por nada se irrita, feliz aquel que no grita, feliz el que sabe escuchar, porque quien no se irrita es quien no grita y con su silencio suele hablar. Feliz aquel que escribe, feliz el que nada inhibe, feliz ser palabra y poema, pues quien escribe jamás una pena inhibe, aunque al fin termine... siendo sólo un anatema. Feliz aquel que cuando duerme sueña, feliz aquel que en sueños vuela, feliz aquel que siempre ama, pues el que sueña que vuela va buscando lo que ama, porque en su cama lo extraña. Feliz aquel que se siente feliz, feliz el que no es aprendiz, porque la felicidad es un estado que te hace feliz sin ser aprendiz pues de ella, tu corazón está colmado. Lyda de Jericó Todo y nada, soy. Soy pensamiento, idea o palabra de mis palabras, soy sombra, reflejo o luz de amanecer, soy canción, canto o murmullo de mi voz, soy grito, eco o silencio de silencios soy, soy calma, reposo o sin descanso voy. Soy viajera, caminante o paso de mí andar, soy selva, montaña o río de mi valle, soy camino, sendero o playa de mi mar, soy ciudad, pueblo o solo calle, soy bosque, árbol o flor de mi jardín, soy sembrado, semilla o soy raíz. Soy fuente, lluvia o gota de mis lágrimas, soy hoguera, leño o fuego de mi fuego, soy abrigo, soy sustento o alimento, soy libro, página o solo párrafo soy, soy tiempo, soy espacio, soy mi dimensión. Soy futuro, soy pasado o presente de mi hoy, soy consciente, inconsciente, soy mi yo, soy poesía, poema o verso de mis versos, soy alegría, tristeza o dolor de mi dolor, soy soñadora, romántica o melancólica soy. Soy principio, intermedio o solo el fín, soy vía láctea, galaxia, soy universo, soy de todas partes de allá o de aquí, soy alma, esencia, soy naturaleza, soy la hoja, el anverso o el reverso, soy bondad, amor y busco mi nobleza. Soy día, atardecer, soy la noche en que me fui, buscándome en todas partes y me halle dentro de mi, por eso soy lo que soy lo que veo en el espejo y lo que en verdad reflejo, soy el yang y el yin todo y nada soy, pero soy feliz. Lyda de JericóDRA Aurora de mi presente "La luz de la aurora del presente, guiará tu futuro, será la recompensa ausente por todo lo perdido, en un pasado oscuro, sin querer, por tí vivido". Lyda de Jericó Desperté con la luz del amanecer, pretendía irme para no volver sin brújula, a expensas del destino, no importaba seguir cualquier camino. La aurora apenas me encontraba y yo deslumbrada la miraba, mientras ella en su estela veteada, presumía de su belleza sonrosada. Era tan hermoso aquel paisaje que no pude más que detener mi viaje, decidí sentarme y observarla para jamás de mi mente borrarla. Ante aquella visión en ese tiempo tan corto, mi corazón se quedó perplejo y absorto, era algo que nunca ví en mi rutina y debía guardarlo por siempre en mi retina. Tenia por fin, un motivo para quedarme, después de ese dia madrugo a levantarme para ver su majestad inmensa, como si fuera ella mi recompensa. Ya no quiero huir de mi pasado, éste, es sólo un sustantivo olvidado, hoy soy cielo donde mi ser se extiende, y tú, aurora que despiertas mi presente. Lyda de JericóDRA A la mujer solitariamente acompañada "Cuando se está sola, no puede existir soledad alguna, puedes hablar contigo misma, puedes cantar una canción mientras tu corazón te dice, ¡cómo puedes cantar algo tan triste!, vamos, unamos nuestras voces y cantemos juntos al amor" Lyda de Jericó. Hacer los sueños realidad, volar con las alas del amor, ser mariposa de tu flor, danzar al ritmo de tu voz es vivir, es sentir que la felicidad está dentro de ti que no hay nada que no encuentres, si sabes que tu presente es hoy, y que todo lo que quieres está solo en tu interior. Mujer deja que te acompañe tu yo, sola nunca estarás...no. Lyda de Jericó.DRA Despertar en el silencio No interrumpas el silencio que acompaña al primer sol, al despuntar lentamente por el cielo de arrebol. No me escondas de la luz ni de saber lo que se siente, cuando por fin encuentre el elixir del ormus. No me alejes de la vida ni me quites el silencio que acompaña la alegría de mi sentir inmenso. Porque hoy como nunca como antes nunca fue, quiero saber qué resulta si me dejas solo ser. Es todo lo que pido para este mi universo despertarme en el silencio de tu voz y de mi olvido. Lyda de Jericó DRA-Colombia9 agosto 2017 Aunque sigas en mí, yo ya me fui. No voy a huir de mí, no hace falta... yo ya me fui. Sí, hace tiempo me fui y todo lo que hago ahora es pensar y pensar en tí, lo demás, es camino sin fín, es negación que afirma, es voz profunda, pero insomne voz cansada que ya no te llama. Ahora en mis noches, escucho el eco del silencio que me trae tu nombre... tu nombre, tu nombre recuerdo quieto que me ve partir. No, no detendré el efímero instante, dejaré que se agote y se marché y entonces, podré olvidar la angustia de sentir que de mi dolor, eres el causante. Y no robaré nada a la noche, pero sí me perderé en ella con su luna que resplandece mientras mi vida languidece. No iré a la playa para sumergirme como Alfonsina en el mar, mi vida no voy a inmolar, pero si caminaré despacio, dejaré que me acaricien sus olas con el calor suave que ansías, cuando tu vida , está en agonía. No elevaré mi vuelo por este cielo, pero mi mirada atrapara su azul para llenarlo de versos. No le cantaré al amor, pero inventaré un poema que escribiré con mis manos sobre tu piel, qué importa que no estés. No correré tras de ti, porque estas aquí haces parte de mi vida desde el dia que te conocí. Detenido en el tiempo sigues, detenido en mi tiempo aunque amor no me prodigues y con tu olvido me castigues, no, no importa porque ya fui feliz y aunque ahora escapar quiero de tí, no, no voy a huir de mí, no hace falta... yo... ya me fui. Lyda de Jericó Con el dolor a flor de piel. Ella sufría y callaba su dolor enmudecido, su tristeza del alma, su tiempo perdido. Ella cantaba como ave enjaulada cantos de angustia por su libertad enajenada. Ella pretendía volar lejos de aquella soledad, lejos de las cadenas, lejos de las penas. Ella estaba temblando cuando aquel hombre, llegó gritando con fuerza su nombre. Ella no encontró donde refugiarse, ni tuvo tiempo de escarpase, él, un cuchillo tomó. Ella ahogó el grito de dolor para no mostrarse sensible, él, se estremecía sin compasión con toda su cobardía visible. Ella apenas miraba a su maltratador sintiendo aquel gran temor, y la sangre no era sangre, era hiel, tenía el dolor a flor de piel. Lyda de JericóDRA Confesiones existenciales Debería estar dormida, debería acunarme sin retraso, pero me asusta soñar en este día con fantasmas que ronden mi descanso. Debería escribir sobre la vida pero no logro despojarme, de esta, mi melancolía que no quiere dejarme. Debería salir a caminar, pero la lluvia no me sienta bien y hoy no puedo soportar, del viento, su frío vaivén. Debería cantarle al amor, más la llegada del olvido me dejo su sinsabor y a todo mi ser, totalmente abatido. Debería despedir a la amiga que se fue que por mí preguntó y nunca visité, y no comprendo, ni entiendo la razón del porqué no la acompañe, cuando aún latía, su corazón... Debería estar en casa con los míos y cuidarlos como antes yo lo hacía, pero perdí los senderos de aquel camino cuando un día inesperado me cambió la vida. Debería dejar de lamentarme y retomar las riendas del tiempo de fortaleza, mas, mi ser con su tristeza no sabe el porqué no emprende, las perdidas y largas sendas. Hoy debería confesar que estoy ausente, en lejanía de todos y de mí que no puedo desandar lo andado para regresar al pasado que es todo mi presente, pues sin quererlo, sigue aquí. Hoy debería postrarme y hablar con mi Dios, el único que me escucha y conoce el dolor del cansancio de mis luchas. Hoy dejo que afloren mis confesiones existenciales, mi más profundo sentir y las convocó a que oren, se inunden de ayudas espirituales para que todo lo que atormenta... a mi alma... no tarde en fluir. Lyda de Jericó Contigo fui Cuando más triste me encontraba fui risa de tu risa y canto en la madrugada. Cuando a solas te esperaba me arropaba con la brisa de la noche que llegaba. Tarde regresabas a la hoguera pero las brasas calentaban, y aun siendo mi quimera, en tus brazos me abrigaba. A tu lado fui el rumor del agua que pasó ligera, a tu lado fui la flor que no llegó a primavera. Mi alma a ti se abrazó como a un destino incierto que se fue y no regresó dejando el mío desierto. No me quedan esperanzas ni un poco para beber de ese río desbordado que una vez calmo mi sed. Y aunque ahora sola y triste todos me ven pasar, no saben que tú fuiste a quién no podré olvidar. Porque contigo fui, un poema inacabado aquel amor desolado que se fue detrás de ti. Mas no me asiste la pena, ni el dolor ni la congoja, tu recuerdo es como arena que al caer, aún me moja. Yo sé que no te has ido pues conmigo, al caminar siento el aire invadido de canela, de romero de sándalo y de ámbar. Lyda de Jericó "De mi ser y mi verdad" (Como Cyrano de Bergerac a M. S., amigo desconocido, este poema dedico. Es tuyo, compártelo con la mujer que espera por ti de Cúcuta a Medellín). Me pregunto cada dia porque sin razón alguna se desvanece mi alegría por una palabra importuna. Si mi vida tranquila llevo caminando hacia el futuro, por mis sueños yo me atrevo y vivir en paz procuro. Sin egoísmo comparto, sin nada a cambio esperar, pero de nadie me aparto si mal no me ha de causar. Amo con todas mis fuerzas la verdad y la lealtad, quiero que siempre me traten con toda honestidad. Persigo mis ilusiones, mas no me pierdo en la efímera simpleza, de locas emociones. La aventura de la vida no se puede desperdiciar, en momentos pasajeros que nada bueno dejaran. No pretendo ir más lejos que a donde pueda llegar, porque todo está trazado como Dios quiere que sea y, como al fin será. Más allá en otra tierra cada dia alguien me sueña y a mis palabras se aferra, aunque aún no es mi dueña. Pero tal vez algún día a su lado volaré, si ella me espera seguro, allí estaré. Estas no son palabras que el viento puede llevar, es lo que siente mi alma, es mi ser y mi verdad Lyda de JericóDRA Del amor imaginario y otros masoquismos. “Del amor imaginario que proyectamos, del amor desconocido que soñamos, del amor que sin tocarnos… nos hace daño”. Lyda de Jericó Venías no sé de dónde y nunca pregunté tu nombre, solo recuerdo que te esperé sentada en la banca del lugar aquel. Recuerdo que brillaba la luna esa noche como ninguna y con aquella luz imponente, mis versos quería leerte. Tenía una obra de Sartre que quería regalarte y un poema escondido, entre las hojas del libro. Esperé un poco más… y no te ví llegar jamás, con mi libro y mi poema me fui rumiando mi pena. No sé porque me quedé, no sé ni cómo fue, sólo sé que me perdí cuando me acerqué a tí, a tí… que nunca conocí. Fuiste viento suave que acarició mi piel, pero volaste cual ave que jamás ví volver. Fuiste luna que iluminó el vergel que inventé, pero tu sombra cubrió todo lo que imaginé. No olvidaré aquel lugar donde te pude tocar, sin estar presente. No olvidaré aquel lugar donde te perdí, aún sin tenerte. No olvidaré aquel dolor que sentí sin razón, por querer atrapar el amor. No olvidaré que me atrapó la ilusión, de mi masoquista visión. Lyda de Jericó DRA Del amor y el desamor en día de domingo. Aquella tarde cuando el sol lentamente se iba, se fueron con él las alegrías que me trajeron tus besos de amor, esa, tu mirada profunda y tus manos de ternura llenas, se fueron, se fueron... ya eran ajenas. Aquella tarde sin adiós, sin despedida a la orilla del olvido abandonaste mi vida, y lo que amamos los dos se quedó en el tiempo perdido de tu voz y de mi voz donde fuimos la misma canción. Aquella tarde solo un grito se escuchó ahogado en mi interior, por todo ese dolor que laceraba al corazón con su frío abrazador. Aquella tarde mi mundo claudicó mi risa, mi canto y mi yo, todo lo mío se fue todo contra mí conspiró, hasta el recuerdo que amé, todo... tras tuyo marchó. Aquella tarde tome una decisión, qué importaba lo perdido subí al tren que se iba deje en el andén la aflicción y me fuí a llenar vacíos, pues mi alma ya urdía un plan para el desamor. Aquella tarde al llegar a la estación alguién que no esperaba me siguió con su mirada me abrazo con su candor, y de nuevo enamorada mi vida feliz cantó. Lyda de JericóDRA Desencuentros En cada poro de piel se advierte, la transparencia de esta locura. En cada fugaz caricia, se perfila la angustia por el beso próximo. En todos, nuestros momentos sin equívocos, encuentro, que te me vas, que sin llegar aún, ya te he perdido. No importa... El mar calmo, la playa solitaria, mis manos abiertas tus manos cerradas. Mi vida se abre cual flor de mañana, tus horas se mueren tu alma no ama. Todo me parece perdido en el tiempo como si estuvieras lejos de tu cuerpo. En mí, naufragan barcas acabadas por el sol y por la pena de sentirse abandonadas No importa como seas ni me importa donde estés, mi corazón simplemente, te ha dejado de querer. (Lyda de Jericó) (Derechos reservados de autor- Colombia) Dos ausencias. Nunca dices: te amo cuando me miras a los ojos, jamás lo musitas siquiera cuando besas mis labios. Aun así, aquí estoy abrazando cierta alegría, esa que siento latir en tu corazón, porque aunque extraño, me sabe dulce lo amargo cuando acaricias mi alma con tus silencios. Nunca dices: te extrañé cuando no estabas, ni me buscas en las madrugadas, tus manos no me rozan suavemente, ni advierto en tí un sólo latido que haga vibrar mis sentidos, pero no hay nada más hermoso que caminar sola contigo, como dos ausencias juntas por el mismo camino. Nunca te vas sin un beso que no es más que un roce tímido, expresión máxima de la triste partida que deja mis manos abiertas, mis ganas perdidas en el tiempo de las hojas que lleva el viento dispersas, secas, inciertas. Nunca expresas desencanto, pero eres calma que enluta la soledad de nuestro cuarto, jamás nada me refutas aunque te hable de otro que ayer mi mano tomó, porque eres paciencia infinita mutismo de tu dolor, y yo, callada queja que aguarda escaparse de este amor. Lyda de JericóDRA El fuego guardado Aquella tarde salí de paseo, aquella tarde me perdí en monólogos que nadie escuchó, me cubría la niebla tan fría y húmeda que el prado mis pies descalzos mojo. Me acerqué a la orilla del cauce del rio para ver el agua desde allí correr y con mis manos con ella jugar, pero escurridiza se dejó caer gota a gota muy suave, dejándome al filo de mi soledad. Aprendí que todo se pierde al momento si por siempre tú lo quieres guardar que la vida entera es como aquel rio que pasa ligero y no vuelve ya. Regresé en silencio no quise hablar más, con mis pies mojados con mis manos frías y siempre al amparo de mi soledad. Sin decir ya nada y al quedarme así, me puse a pensar sobre lo que el agua me quiso contar, pero de repente la lluvia llegaba y un coro de gotas cantó para mi. Y en aquella fiesta tan improvisada encendí la llama del fuego guardado, y como quién ama me sentí dispuesta, abrace mi alma... y baile feliz. Lyda de Jericó En el olvido me pierdo "Mujer: libera tu alma, tu vida, no dejes que te aten al dolor de una vida vacía". Lyda de Jericó No sé si es cansancio mental, pero a veces me pesan tanto tus palabras que prefiero la levedad del silencio. No sé si el encuentro fue casual, pero a veces creo que son macabras, las noche que a vivir no me sentencio. Mejor me voy lejos de esta tortura, abandonaré lo que queda del ayer, vagaré sin cadenas solitaria. Partiré sin adiós, sin amargura, de mi hoy sólo queda el atardecer, no importa ser del destino un paria. Prefiero andar libre en soledad que vivir entre las paredes de una piel, donde se pierde la vida y se muere el placer. Prefiero sentir del olvido la frialdad que quemarme en tu calor cruel, de brasas que me quieren someter. De ti me alejo, a tu extraño amor no regreso, en el olvido me pierdo. Lyda de JericóDRA Éramos dos Y, decidí perderme, Alejarme. Decidí huir de mí. Y me fui, me aleje. Y anduve sin mí Si, sola, sin mí. Y estuve sola, así, Sola, sin mí. Y de tanto estar así, Me sentí sola, Si, muy sola, Sin mí. Y decidí encontrarme, Si, conmigo, Y ya no estuve sola, No, no estuve sola Éramos dos, Si, dos, Mi ausencia y yo.(Lyda de Jericó)2017) DRA Caminaba tristemente ayer por las calles de mi pueblo y pensaba dulcemente en ti que ahora solo eres recuerdo. Te encontraba en cada esquina mi amor, me llegabas con el viento, te pensaba en mis silencios amor, hoy ya sólo eres recuerdo. Coro: Y mis días sigo así, vagando sola y sin ti, me pregunto si tal vez, algún día has de volver. Te me fuiste sin quererlo yo, te alejaste de mi vida, olvidando la promesa de amor que me hiciste un día. Y cantando esta canción me voy, recorriendo viejas calles y pensando sólo en ti amor, ay, qué falta que me haces... Coro: Y mis días sigo así..... Te me fuiste sin quererlo yo (bis). Y, pensando sólo en ti amor que hoy ya sólo eres recuerdo, ay amor, hoy ya sólo eres recuerdo... Ay amor, sólo sólo eres recuerdo, sólo sólo eres recuerdo..... Lyda de Jericó DRA-Colombia. La huella de Meira del Mar. “Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara" Khalil Gibran. Me preguntaron ayer el porqué mi canto es triste, no supe qué responder pues la alegría me asiste. ¿Será talvez que olvidé lo que otrora viví y no admito creer que aquello sigue aquí?... Y, aunque todo pasó como pasan los años, ¿en el silencio quedó lo que aún me hace daño?... Será que cuando logré despojarme de aquel pasado sin saber cómo y por qué, en mí, ¿quedó algo guardado?... No, eso no puede ser, mi corazón hoy canta y en su nuevo amanecer tiene un sol que lo levanta. Cuando de soledad escribo sobre trazos de melancolía, algunas palabras inhibo, pero no roban mi alegría. Y no busco una respuesta para todo justificar, solo sé que no es tristeza lo que me gusta plasmar. Pero en mi tengo escondido el ambivalente pensar: nada llevo conmigo y con todo voy a andar. Tal como de niña solía cantar, mi tristeza es la alegría y mi alegría es la tristeza, quizá por la influencia que en mi dejo la poeta: Meira del Mar. Lyda de Jericó Final. No hubo lamento no hubo llanto, nos llegó el silencio se llevó el encanto. Se fueron las miradas se fueron los abrazos, no quedó nada, éste es el ocaso. Partieron las aves de nuestro jardín, de aquellas tardes nos asiste el fin. Los dos vagamos entre la bruma, ya no tenemos razón alguna, para dormir juntos bajo la luna. Atardece ahora vete de una vez, al quedarme sola no te extrañaré. De lo vivido nada hay que salvar, todo está perdido nos llegó el final. Hoy dormiré Te saludo noche, a ti que acompañas como nadie las horas de un corazón solitario, horas de bruma que esconde tu figura en ese vestuario que arropa tu espesura. Te saludo noche, saludo a la brisa que traes y al viento que te acaricia, cuando pasas de prisa. Noche que te robas las horas y te llevas contigo a mis aves canoras que se van con sus cantos a dormir a lo alto, buscando abrigo. No podrás abrazarme hoy, no siempre soy fiel a veces un poco cruel... te dejo, me voy, esta noche dormiré. Libremente en cautiverio Me bastó con mirarte aquel anochecerpara entender que siempre te habría de querer.Necesite un segundo para escucharte y saber que tu voz se quedaría en mi presente y mi ayer.Sólo pasar tan cerca y de pronto sentirque estaríamos muy juntos para todo compartir.Fueron sólo dos palabras las que pronunciéy con tu silencio dijiste, te amo yo también.Y no importaba ya nadasi fue el farol del parque que tu rostro iluminabao la luna de aquel verano que su luz nos regalaba.Todo se detuvo en el tiempo del amor cuando te abraza,todo instante desde entonces es como el viento que pasa,pero te deja el encanto que escondeun misterio pues siendo un amor libre, te gusta su cautiverio.Lyda de Jericó << Inicio < Ant.
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