Sobre el techo de la casa había caído el ruiseñor;herido y lagrimoso,morbundo y sin amor.Es que por ser tan hermosoy tener un canto melodiosonunca se preocupóde ser amoroso. Así, solo y quejosonadie lo escuchó;en su sola solita agoníasolo, muy solo murió.Bendito aquel que va por la vidacantando su canción;viviendo cada díay sembrando amor.