Cuando permitiré que mi corazón ya no sangre Por el tuyo?... cuando dormiré sin desear estar en tus brazos? Cuando dejaré de derramar lágrimas silenciosas, lágrimas Que queman el alma al contacto de la piel? Y finalmente… cuando dejaré de pensar en el ayer como El presente?... La respuesta… no la sé, ninguna mujer, ningún hombre… Que ama como yo… con la piel desgarrada y el alma sepultada Por el dolor de no ser correspondido, de no ser escuchado Le ha sido en virtud poseerla… solo el viento se ha apiadado, murmurado Que de la fórmula gozan los amantes que como tú... Permanecen impávidos ante la pasión que ablandaron con Mentiras, desnudando con ellas el espíritu dormido De aquéllos que soñando en la eternidad del amor… Se entregaron sin temor alguno. Hoy prefiero… la locura de no tenerte… a la locura de vivir Eternamente en el encuentro de tu orgullo, en la espera de escuchar Tu voz… y en la añoranza de un beso tuyo, en el encuentro Fortuito de dos cuerpos que se aman y dos amantes que se repelen. Este instante en que la confusión revolotea en mi vida, en que mi alma Se duele por tu ausencia y en el que mi espíritu se rebela por Tu engaño, prefiero… la locura de no verte a la agonía de morir En el encuentro de tu orgullo.