Nunca me imaginé que mi vida cambiaría tan rápido. Hace solo cinco minutos que salí de la habitación y me siento distinto. Hace cinco minutos su apagada sonrisa me dedicó un TE QUIERO y solo me miró hasta dormirse. Al cerrar sus ojos sentí que su mano ya no me apretaba. Me pregunto si seguirá soñando esos raros sueños que me contaba, donde había todo tipo de seres extraños. ¿Será posible que mi vida haya cambiado tan bruscamente dos veces en cinco pequeños años? Ahora, solo me queda ver por la ventana, me hace sentir bien escuchar el movimiento de los árboles. Aunque nada quitará esta angustia que he sentido desde hace cinco minutos. Lo único que se sabe de la vida es que nada es para siempre, que cuando te da algo sabes que tarde o temprano se lo llevará para traerte cosas nuevas, pero nunca me imaginé que sería tan rápido. Ahora, se quedó durmiendo, sola, es que no hay nadie que nos visite, siempre hemos vivido solos, nuestro único amigo fue siempre el oso de peluche que compartimos desde hace cinco años. Siempre soñó con estudiar, ir al colegio y tener millones de amigos por todo el mundo, viajar por todos lados y poder vivir en China. Lamentablemente nunca lo logrará. Tal vez lo logre en sus sueños, siempre tuvo los sueños más locos e inimaginables. Si pudiera pedir un deseo sería que los últimos cinco minutos nunca hubieran sucedido, es que nunca se durmió tan profundamente y me asusta. La comprendo, tuvo una historia difícil, su madre la abandonó cuando era una beba, la conocí cuando yo tenía 28 años. Aprendí a quererla, me enamore de su sonrisa, de sus sinceros ojos claros, no queda mucho que decir, me siento muy distinto, como vacío. Creo que ya debo irme, juntare sus cosas y llamaré al hospital para informar sobre su situación. Hace cinco minutos que sus ojos ya no brillan, que su manito ya no sostiene la mía, me costó tanto tener que soltarla... Es que no puedo imaginar mi vida sin ella, solo se que cerró sus pequeños ojos y nunca más los volverá a abrir, si pudiera le daría mi pulmón, pero esa maldita enfermedad no le dio una oportunidad, no la dejó volver a intentar. Solo me quedaré con el oso de peluche que compartimos durante los cinco años de su corta vida, y lo único que se es que ya no tendré a quien llamarle HIJA... Me quedará extrañarla por el resto de mi vida, seguir planeando nuestros sueños y viajes por el mundo, aunque no será lo mismo sin ella. No puedo creerlo, la perdí en solo un segundo, cuando me dijo "TE QUIERO" y cerró sus ojos, con grandes lágrimas en mis ojos le dije "YO TE AMO", fue cuando su mano dejó de apretar la mía y salí de la habitación. Lamento no poder haber hecho nada, lamento no haberle dicho adiós. ¿Cómo dormir sabiendo que ella no está en la habitación de al lado? Me pregunto si algún día volveré a verla, seguiré soñando con su dulce voz y trataré de no olvidarla.