Dormiré junto a la raíz de tu hombroen la vertical de tu rosa latiente,y en el celo de la primavera derretidaacariciaré el secreto de tu vientre,y cuando gimas, mujer poseída,yo también lloraré y te consolaré, la culpa,de la virgen que perdió Eros sonrientepor la pérdida de un botón innecesario.Dormiré junto a la raíz de tus senosy al extraño calor de tu ardiente boca,me comeré los pezones de la hierba,antes de que lo copule el aradocon su espada de ardor enamorado,reluciente al roce de la amada tierra, que,algún día la lluvia la moje y lo fecunde.Dormiré junto al líquido de tu salivahúmedo como un pez que entra y salecomo la lengua de la mariposa,sedosamente suave, besos y caricias,y final de la espalda el rayo,la golondrina blanca de espumoso vuelo.