Si muero de miedo quien puede sentir lo que siento, solo soy una absurda obra de arte sin sentido, un volcán que pide permiso para hacer su erupción, no tiene que haber más dentro de mí que solo lo que quieren que exista. Estoy sola y sola estaré con la esclavitud a mi costado hasta que llegue la muerte; quiero gritar salir corriendo de la obscuridad que me tienta a morir entre lagrimas. Una sonrisa hay en mi rostro mientras se desencadena una lucha sangrienta dentro de mi, tan fría, tan fría esta mi sangre que no puedo evitar sentir miedo de mi misma. Quien, ¿Quién me parió? , quien puede entender que soy tan humana como aquel o el otro, nadie, solo yo puedo ver el color de mi soledad y la distancia con que la felicidad me saluda. ¿A caso existe un túnel oculto en esta habitación de farsa? , con cadenas invisibles que me tientan a volar, a sentirme libre de ser libre, aunque todo sea una farsa, un juego de cartas entre el destino ,la locura y el amor, solo me queda cachetear al destino y a los condenadores, escupirlos en la cara para que por lo menos con este acto de devoción ante la justicia lujuriosa surja un alivio en mi interior y cuando salga el sol sentarme al lado de la farsa para conversar sobre la verdad de lo que no es verdad y así seguir siendo mi radiante verdugo.