Jun 05, 2015 Jun 04, 2015 Jun 03, 2015 |
Buscamos emociones, rimas, regalos envueltos en papeles brillantes. Buscamos pasar el tiempo, entretenernos. Buscamos oro, reliquias en los ojos de los extraños, en su voz, en sus libros, en sus casas, en sus lechos de muerte. Miramos, sobre todo miramos. Boquiabiertos. Buscamos monedas relucientes que nos indiquen lo que valen las cosas. Sopesamos, comparamos, juzgamos. Todo debe tener un precio. Nos tenemos prohibido experimentar. Hay algo que antecede a las palabras, y es el juicio. Los borrachos dicen la verdad cuando vomitan. La borrachera tiene una importancia de segundo grado respecto de la resaca, fuente de autodestrucción. Nadie busca el placer con lo que le hace mal. Busca lo que le hace mal a través del placer. El mal no es más que el bien elevado a la enésima potencia. Un creador es un espontáneo. Alguien que intercambia el juicio por la indulgencia. Un ser maligno que "deja pasar". La espontaneidad del creador no es subjetiva. Cabalga junto al caballo, se mueve con el flujo de las aguas y rota junto a la tierra. La creación es un rito solemne que sabe escuchar el rumor de los siglos. Cuenta la misma historia de una forma diferente. El artista es un hijo bastardo, sin historia ni nombre. Un rebelde no se impone con su lengua nativa. Habla un lenguaje gutural que se codea con el aullido del lobo, y el vuelo del abejorro, y al igual que éste, carece de padre. Ante tus ojos mi soledad se inclina venciday como un huracán que a lo lejos se avecinavislumbro el crepúsculo de lo que alguna vez fui,y lo que alguna vez fue mío, duerme en el seno de lo que dí. Difícil es saber quién fuí, he sido o el que serépero más difícil es pensar que lo seré sin tí. Más el amor no suprime nuestros pequeños yoes perdidossino que de dos pequeños uno mejor advienemás grande, más fuerte... más vivo. En el nombre de la vida inventó un público en el que no se reflejaba sino que él se reflejaba en ella. Y danzó para ellos en un último estertor que se adueñó del concierto. Las paredes no tenían las fotos de sus ídolos sino que eran espejos que la enfrentaban a su propia imagen. En el entierro de su “realidad” bailó sobre su propia tumba. Para no sentirse vacía, para no perder la cordura. Brilló en la oscuridad, y la oscuridad brilló para ella. El asesinato de su vida era otra vida que la mantenía con vida. No esperó a que el público pidiera otra, porque sabía que podría dar algo más de sí. Nunca es la última sino la penúltima… antes del derrumbe. Cuando Dios la había abandonado, las tinieblas fueron su esperanza. El diablo abrió la puerta, y la tiniebla divina de su presencia inundó el cuarto. Pataleó y pataleó, con una bolsa de plástico en su cabeza. La sofocación le inventó un mundo onírico, que era el efecto de la materia de su vida… podrida… sin acto. Con la autoridad de un Dios saltó al vacío y se hizo millones. Un jardín florido le robó una sonrisa y los colores pintaron el vacío blanco. Ningún vacío nunca fue nada. Yo no puedo matarla. ¿Y tú ?. Algo sabemos. Tu no tuviste la culpa de tu belleza y te hiciste dueña de tu fealdad. Vendiste tu alma a la inteligencia y tu cabeza rapada ocultó tu divinidad. La divinidad es el opio de los otros y la mentira que ocultas; el sucio secreto, el horrible monstruo, el crimen que escondes, el disfraz que usas. Dulce doncella de verdes ojos ¿A dónde vas, qué buscas? Tu pecado es de narciso, tu destino de Sísifo. Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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