May 04, 2011 May 02, 2011 May 01, 2011 Apr 28, 2011 Apr 27, 2011 |
Estoy cruzando el océano del tiempo Buscando el abrazo de las musas eternas. Estoy viendo al cielo, Ahora que la foto de Dios Se vende por TV. Como siempre, voy más rápido que el mundo, Pero llego tarde a las auroras del horizonte. Escruto las penumbras en busca de un amigo, Y la brisa marina, me golpea en la cara, Escupe su talento, Siempre carcome con singular paciencia. Es que voy tan rápido como el viento, Pero siempre llego tarde a las auroras del horizonte. Con un extravío, contemplo las aguas de borrasca, Azotan mis noches y se secan al abrazador suplicio del escarnio. Una mujer, desnuda su sexo ante mi exultante deseo, y se llena de gloria, Bebe, del goce de mi exuberancia, el mástil de mi nave, ¡quizás se rompa! Es que cabalgo las olas en las noches de luna llena, Pero siempre llego tarde a las auroras del horizonte. Los ojos infames, no avizoran la entrepierna de Dios, Acaba en mi cara, el sexo púber de la niña con pechos de miel. Sostengo la vara y henchido de mansedumbre, El sol se sonroja de mi lasciva pereza. Navego en desnudeces del alma, Pero siempre llego tarde a las auroras del horizonte. Y los fríos espacios del universo no logran contener Esta perenne invocación de mis dioses ancestrales. El hombre que soy, se retuerce entre sabanas de satén Y así contemplo a la joven que ocupa mi cama Y solo espero la soledad para acariciar la ausencia de Ese cuerpo retozando en las mieses de mi prodigio. Así que voy eternamente hacia ti, añorándote Pero siempre llego tarde a las auroras del horizonte. Hoy, se ha hecho noche para esculpir pirámides, Pero aun atesoro la verborragia de los humillados. Como en nuevos ateliers, sin pintura en el suelo, Las novicias se masturban en escuálidos banquetes. Quizás, algunos gritos se transformen en canciones, Y admirados del poeta, escupan a la cara del burgués. Hoy, que soy yo quien fustiga al misero látigo, Me arden las manos, es que no se castigar como Dios. Y sin doctrinas, solo soy el proxeneta de las nuevas musas de escaso vestido, que lamen el falo de la nueva fe. Es que hoy, se ha hecho noche para esculpir piramidades. El aburrimiento. Ah! El aburrimiento. Seguramente, este fastidio que me agobia, esta nebulosa inacabable que ostenta una insalubre simbiosis con la soledad, se convierta pronto en tumba escabrosa que exhiben los vacíos agujeros del cosmos. Estoy aburrido, no puedo evitarlo ¡me siento vació! Recorro mesetas heladas, me muevo con la desdicha de un gato encerrado. Me ahogo en aguas baratas, en míseras aguas de lumpen. Me siento, como un hombre común. ¿Lo soy? No hay utopía, no hay poesía. La música se escapa en el quejido del viento, y ya no hay nada. Solo estrofas que susurran… ¡Estoy más solo que nunca! La adrenalina no atiborra mi cuerpo. No tengo realmente amigos, no tengo realmente amantes, Mis noches no llenan los vacíos de mi espíritu. Acabar, en un instante efímero, acabar en un último esfuerzo, en una ultima contemplación. ¿Es acaso abrazarlo todo? Y después, es volver al ostracismo Lo único que puedo afirmar es que sigo siendo el mismo, No tengo temor, no le temo a la muerte, no le temo al desafió, Pero ahora, los retos son inocuos, pueblerinos. Habito esta urbe inmensa, pero tan vacía, tan llena de podrida rutina Toda la gente es igual, visten igual, hablan igual, comen igual, Hasta creo que sienten igual, Seres clonados en laboratorios de desden y decadencia. Supongo que para ellos, una pija es igual a otra y un clítoris áspero, les resulta empalagoso. Escuchan los mismos sonidos, quizás los mas ebrios. No tengo donde ir, corro pero ignoro el destino, ¡solo escucho el silencio! Aguardando el clamor sagrado, que nunca llega. Sigo buscando, sigo corriendo y sigo esperando. Subsisto y no quiero esto, No quiero el atroz flagelo de ser una gota en el mar. Ahhh! detesto este frió, ¡este frió atroz! De esta estepa inacabable, quizás me rinda y termine de bruces, Y pienso, lo mejor ¿¡seria la muerte!? En el frió de esta escarcha sin fin, sin tiempo, sin razón. Algunos dicen que los milagros existen, ¡quizás! deba aguardar que uno me alcance. Quizás, aguardar el fin. Pero sigo esperando, no me traiciono ¡sigo siendo el mismo! El oscuro demonio al que todos detestan; Indisciplinado, insaciable, insolente, insurrecto, El desarrapado De Moley de las nuevas huestes, Altivo, desgraciado, soberbio, lujurioso. El ruin personaje que todo lo ve, ¡cuanto detesto tener razón! Soy la parte oscura de la sociedad barata que se ignora a si misma, Que rehúsa ver, que se esconde bajo alfombras rusticas. Yo estoy aquí, el tiempo no absorbe mi esencia, Bajo el manto helado de este infinito páramo, de este hastío que consume el alma. Un día, la infame sociedad de seres replicados acabara con mi alma inútil ¡blasfema! La verdad será una y las puertas del mundo seguirán abiertas. ¡Porque el cielo habla! Y me ha dicho, ¡Yo soy Dios! El abismo infinito, con pueriles juramentos. ¡Oh! Ocaso del creador, Pasare el oscuro barranco de los pobres, ¡y abrazare el infinito! Después de todo, soy la imagen que detestan las marquesinas El barbado de fatigosa presencia, Siempre listo a despreciar lo más sagrado, Siempre voraz, ¡el que busca mentes nuevas! Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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