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La ciencia ha luchado desde su nacimiento por alcanzar el conocimiento sin acudir a las maldiciones; a los caprichos y enfados de los dioses; a los castigos divinos; nunca ha creído en los milagros de la virgen; ni en las apariciones de cristo. Siempre ha sido contrario a la ignorancia, fe y superstición. El conocimiento va unido al avance de la tecnología para mejorar la vida de los seres humanos.Por supuesto, igual que existen científicos honrados, también los hay que adoptan su ciencia a sus diferentes circunstancias que la vida le va presentando.Para demostraros que mis hechos son verídicos os voy a contar de Jacob, pero antes hablaré de éste.Jacob nació en una aldea pequeña de Badajoz. Provenía de una familia de terrateniente los Olivares.Su padre se llamaba Juan Rodríguez de los Santos, y su madre Mariana Pérez García. Su casa estaba en medio del campo, hecha de piedra blanqueda con tejado de ladrillo a dos aguas ennegrecido y lleno de verdinas gracias a la lluvia.Su padre era de estatura baja, moreno, ojos saltones, cejas espesas y negras. Iba siempre vestido con un pantalón de pana, su zapato de apargata y una camisa blanca. Se tapaba la cabeza con una gorra para protegerse del sol, mientras sembraba.Su madre era delgada, de pelo rizado con un flequillo. Llevaba una falda cubierta con un delantal y una blusa gris.Cuando Jacob cumplió los cuatro años, hubo una mala cosecha, a su padre le habían subido el arrendamiento y el hambre se apoderó de su casa.Durante una noche oscura y tenebrosa por los relámpagos que caían, Jacob aprovechando de que sus padres estaban durmiendo; se quedó pensativo en la salita; y desde su ventana contemplaba la hacienda de los Olivares.Tenía tanta hambre que no dudó en asaltar la casa de la hacienda por muy lejana que estuviera de su hogar y robar las naranjas para llevárselo a su familia.Después de dubitar tantas horas andó de cuclillas evitando despertar a sus padres; abrió el cerrojo de su puerta, y salió corriendo.Jacob un chiquillo delgado, penco de ojos saltones, oscuros, pelo negro recortado con un flequillo, sudaba mientras estaba corriendo.En la carrera, se llenó de fango que parecía una figurita de barro.A pesar de todo, no se afligió , enseguida se levantó; volvió a correr y cuando intentó de saltar la casa del cortijo, unos perros de raza canino se lanzaron contra el pobre chiquillo.Los ladridos de los perros alertó al guarda que vigilaba la casa de los señores Olivares. Era un hombre de edad avanzada; de barbas blancas y largas; cejas espesas blanquecina, pelo canoso corto; una estatura elevada y barrigón._ ¿Quién anda ahí?_ Preguntó asustado y enfadado al mismo tiempo. Se levantó de la cama, salió al patio. A través de una ventana del pasillo observó al chiquillo con sus ropas convertidos en harapos y su cuerpo bañado en sangre, supuso que intentó robarle. Es el guarda y capataz, conocido por todos como Emilio "El Terrible", que no tenía escrúpulo con los jornaleros._ ¿Cómo te has atrevido entrar tú granuja?_ dijo Emilio apuntándole con la escopeta._ Señor yo no quería hacer daño_ dijo Jacob llorando_Sí, eso dicen todos. Pero no seré yo el que te de una lección. En el cuartel te vas a enterar de que hay que respetar a los patronos_ ¡No, por favor, señor!¡No me dejen que me torturen!_Ya que tu padre no te han dado una buena educación En un coche se llevaron al niño al cuartel. El camino estaba encharcada debido a las lluvias. El cuartel de la Guardia Civil se encontraba en la plaza central de Merino. Dentro había un guarda con un bigote negro, ojos saltones, cejas belludas y tenía una cabellera negra._ Buenas noche_ Sí que quería Emilio _ Preguntó al capataz con mucha educación_ Vengo a entregar a este terrorista que iba asaltar la casa del señor Olivar!_No se preocupe usted, nosotros le daremos un escarmiento a esta sabandija_ Entonces, ¿me voy?El chiquillo fue sometido a torturas hasta confesar el delito, dejándole el rostro ennegrecido de cardenales, y sangrando por la nariz. También le rompieron los tímpanos; destrozaron sus ojos.Ahora te vas a pudrir como las moscas en la celda.Cuando sus padres se levantaron de la cama, y vieron que no estaba, se asustaron. La Guardia Civil avisaron a los padres por la noche. Cuando se presenta con el niño en la casa unas horas después, diciéndole a los padres " Haber cómo educáis a vuestro hijo. Que se ha convertido en un delincuente. Yo ya he cumplido con mi parte. Ahora ustedes tenéis que hacer lo mismo". Entonces se va de la casa._ ¡Ay dios mío, qué te han hecho!_ Le dijo la madre cogiendo en brazo a su hijo_ Mamá me han pegado _¡Algo habrás hecho tú!_ Contestó el padre gritando_ Como no teníamos comida, fui a la casa del señor y el guarda que estaba vigilando me llevó al cuartel_ ¡Quién te ha enseñado a ser un ladrón!_¡Juan, por favor no cojas al niño!_ Le dijo María intentando detenerlo_¡Es cuestión de disciplina!¡Nosotros somos pobres, pero no ladrones! y el padre conmovido por el miedo y la represión de sus señores, lo encerró en el cuarto y fue golpeado sin parar hasta perder el conocimiento. Estuvo una semana de reposo en la cama. Desde este día se prometió a sí mismo de inventar una patente para eliminar las hambrunas en el mundo.Su intención era inventar una máquina que aumentara la fertilidad de las tierras y acabar con las desertizaciones.Después de acabar con la primaria, decide marcharse a la ciudad capital para estudiar ingeniería agrícola.Trabajaba de camerero, y en sus tiempos libres estudiaba. Presentó su proyecto fin de carrera, una nueva cosechadora que eliminaría el hambre._ Mi propuesta es inventar una nueva cosechadora que acabe con las hambrunas en el mundo_¡Tú estás loco!_ Las hambrunas son debido a la superpoblación de la tierra._ Pero si inventamos una nueva máquina habrá más comida y así no se encarecerá los precios de los alimento_ Mira hijo, siempre ha existido utópicos que han querido acabar con las cuatro plagas de la humanidad: Hambre, guerras, enfermedades, miserias y todos han fracasado._Pero yo soy científico. No sueño con utopías._ Yo desde luego, no voy ayudarte en tu proyectoJacob salió del despacho de su tutor desanimado. Decidió abandonar la capital de Madrid donde estudiaba y vuelve a Merino. Allí de momento ayudaba a su padre en las tareas del campo._ Mira que ahora mismo podrías trabajar en una empresa grande, cobrando una millonada_ Pero yo no quiero eso. Yo quiero mejorar el campo y la agricultura que está tan abandonada_ ¡Ay! ¡ Hijo qué equivocado estás! El campo nunca ha estado mirado porque lo rentable son el oro y los diamante, el dólar_ Sí, pero hoy he leído en el periódico que van a celebrar un concurso de máquinas y presentaré mi proyecto.Su madre lo acompañó a la estación de trenes y allí cogió el último._ Adiós mama._ Cuídate hijoCuando llega a la estación su amigo Ismaél, un compañero de piso y de la carrera lo espera._¿ Cómo te ha ido el viaje?_ Un poco cansado, aburrido_ ¿Tú estás seguro que con tu máquina vas a solucionar los problemas?_ Estoy más seguro que nunca. Seguro que si aumenta la producción del campo, habrá más alimentos para todos._ ¿Cuándo es?_ Mañana a las diez en la feriaLlegaron al piso en media hora. Era un bajo. Tenía tres dormitorios y una salita y la vista de la calle se veía a través de una ventana.Jacob permaneció inquieto toda la noche y sentía un hormigueo en su cabeza. Se levanta a las seis de la mañana, y coge un taxi en la avenida Ordoñez que lo lleva hasta la feria.Es un lugar ubicado en las afueras de la ciudad, al lado de la estación de trenes. La vista de la muchedumbre estaba nublada por el polvo que levantaba la arena, y poco a poco, se iban sentando en las sillas.En la exposición había muchas maquinarias: motos, automóviles, teléfonos. El que presentaba la exposición al público mandó lo mandó a callar._ Relánjese un poco señores, todos sabemos que el hombre desde sus orígenes ha tenido muchos obstáculos en su supervivencia. Siempre nos hemos preguntado ¿ En qué se diferencia un hombre de un animal? Pues la respuesta es bien sencilla, el ser humano tiene ingenios para fabricar tecnología y gracias a nuestros inventores, un poco incomprendido, claro, hemos mejorado nuestro nivel de vida y nos ha llevado a lo que es hoy. El primer premio es para Jacob Rodríguez Pérez por su cosechadora del campo. Jacob que estaba sentado entre el público, se quedó sorprendido y subió al escenario de manera muy sorpresiva:_ Gracias. Muchas gracias. Yo no he inventado una cosechadora para hacerme famoso, ni para ganar dinero. Como todo sabéis el campo está muy olvidado y espero que esta máquina sirva para aumentar los alimentos y acabemos con los hambrientos del plaenta.El público aplaudió, y quedó conmocionado, pues aquel discurso no era habituál en los concurso de las maquinarias. Una multinacional "agro" compró la patente de Jacob.Las grandes haciendas fueron las mayores beneficiadas, sin embargo, los pequeños y medianos agriculutores, no tenían acceso a esa compra, porque su coste era muy grande y los jornaleros seguían cobrando una miseria. Aumentaron las huelgas de campesinos pobres, porque no podía comprar los alimentos. Las revuletas en el campo seguían aumentando porque no podían comprar los alimentos. Las revueltas en el campo eran frecuentes debido a la miseria que padecían .Jacob estafador, era lo que gritaban los campesinos. Eres tan negreros como los señoritos de Merino.Las noticias llegaron a sus oídos a través de los peródicos locales y como quedó decepcionado, puso una denuncia al periódico "La Patria". Cuando habla con el director se entera que los campesinos protestan porque las máquinas han dejado al paro a muchos campesinos, y les roban parte del dinero. Además, los patronos queman las cosechas para especular con el dinero.En eso momentos, no sabía cómo actuar y se va de viaje a Islaverde, donde también hay huelga de campesino y obreros.Entonces, se dio cuenta que la multinacional "agro"le compró la patente para aumentar sus ganancias y no para eliminar las hambrunas. Ellos compraron máquinas para aumentar la producción , pero a los empleados no le pagan todo el trabajo.Al final se dio cuenta que el origen de las hambrunas ya no estaba en la baja producción, sino en la propiedad privada de las máquinas y del suelo. Para ello, publicó un artículo en "Newton", defendiendo el desarrollo de la tecnología, pero que había que romper con la propiedad privada de las máquinas, de las tierras y de las fábricas si se quería acabar de una vez con los problemas del hambre y de la miseria. Fue expulsado de la escuela de ingenieros agrícolas y de las ciencias. Los mismo científicos aprobaron un manifiesto con diez reglas:Santificará la propiedad privadaQuien defienda la transformación de la naturaleza, será tachado de dogmático. Por lo tanto, anticientífico.Quien diga que la ciencia está al servicio de la humanidad, será anticientífico, por ser un utópicoQuien niegue el principio de la creación divina de la anturaleza, de los seres vivos y de la humanidad será anticinentífico, por negar el princpio de la fuerza creadora, omnipresente y omnímoda.Quien niegue Malthius será tachado de anticientífico, pues busca despilfarrar los recursos de la tierraQuien critique a las multinacionales, será tachado de anticientífico,pues ellos son la base para el desarrollo mundiálQuien denuncie las guerras, también será tachado de anticientífico porque son necesarias para equilibrar la población y recurso de la tierra.Quien defienda la igualdad será perseguido hasta la muerte por incluir en la misma lista a tonto e imbéciles.Sólo será científico aquellos que miren por los más fuerte del planeta, porque solo desechándose de los más débiles,podrá perfeccionar y purificar nuestra especieSerá premiado aquellos esterilizen a las escorias dentro de las escorias. Comenta las gentes del pueblo que hace dos años en Carmona hubo un romance entre una niña de once años y un hombre de más de sesenta.El hombre se llamaba José, pero todos les conocía con el apodo de "Baltasar", no sé por qué motivo. La niña se llamaba Marta.José vivía más arriba de la Puerta de Córdoba. Tenía un rostro huesudo; la barba blanca le llegaba hasta el pecho; sus ojos eran negros y hundidos con una nariz chata.Iba siempre desaliñado: Vestía con un blusón blanco; unos pantalones vaqueros ya muy estropeados y unos zapatos de alpargata.Más abajo de la Puerta de Córdoba, tenía una escuadra de ganado ovino, al que sacaba todos los días para pastar.La escuadra estaba situada en medio de un campo verde por el riego intenso de la lluvia durante el invierno. Al fondo se veía unas lomas. Con mucha frecuencia, tenía que bajar un camino arenoso, enfangado, llenos de piedras que estaba en muy malas condiciones. Al lado de este camino, había una loma sobre la que estaba levantado un colegio.A esta escuela iba a estudiar Marta. Ella era del Viso del Alcor, pero su padre lo trasladaron a trabajar en la biblioteca de Carmona. Era de estatura baja; de piél morena; su pelo negro; llevaba barbas; sus ojos eran hundidos; vestía con un pantalón vaquero; un chaleco de collareta marrón y unas botas negras.Se llamaba Antonio Jaramillo Fernández.Su madre era morena; con un rostro algo acaballado; de pelo rizado largo muy negro. Usaba gafas. Se llamaba Amanda García Rodríguez. Trabajaba en un supermercado, pero la despidieron.Cuando se mudaron a Carmona, se fueron a vivir a una casa de vecino del barrio de Santiago. A la entrada había un patio lleno de flores. Su piso estaba en la segunda planta subiendo una escalera estrecha a punto de caerse. El piso era muy pequeño y las paredes blanquecinas.Su entrada era muy estrecha. La salita y la cocina estaba enfrente. En la salita tan solo había un sofá y un sillón enfrente de la televisión.La cocina era muy pequeña: Hacían la comida en una cocina de gas, al lado, estaba el frigorífico.El rostro de Marta Jaramillo García era redondo como el de su padre; su pelo ennegrecido; ojos hundidos y oscuros.Iba al colegio bajando una calle empinada, y empedrada pasando una iglesia del S.XIV y una columna situada enfrente. Alrededor había dos poyetes para sentarse.Caminaba con la cabeza agachada, meditando sobre sus asuntos, de vez en cuando la levantaba y miraba el paisaje de la vega escondida detrás de la Puerta de Córdoba.Vestía con un pantalón ancho negro; una blusa de flores y una rebeca que le había dado su prima Ángela.Era su primer día de clase y no se sabía lo que le podía pasar. Cuando entró en clase, estaba sola. Ningún compañero se sentaba con él. Se hizo amiga de Rosa, una niña del campo. Al principio se juntaban en el recreo._ Yo también soy nueva en este colegio. Mi padre trabajaba en el gas de Madrid y ahora lo han trasladado a Sevilla._ Yo soy del Viso, y a mi padre lo han trasladado a la biblioteca de Carmona. Llevo aquí desde este veranoPero Rosa empezó a juntarse con un grupito de cuatro niñas de la clase. Diana era alta, rubia con ojos azules; vestía una falda corta; con una blusita y encima una rebeca de lana. Si Diana decía hoy nos sentamos en los pasillos, allá que iban las otras niñas. Si Diana decía hoy nos tiramos por un barranco, las otras obedecían ciegamente.Mientras estaba en las montañas sentada Marta con Rosa, Diana llama a la última y le dice:_ No quiero que Marta se junte con nosotros porque no habla. Además viste muy hortera._ Tan amiga sois ustedes como ellas._ Tú eliges, ella o yoRosa se volvió pensativa y Marta le preguntó:_ ¿Qué te pasa?_ ¡Ah nada!_ Parece que Ana te ha dicho algo que te ha molestado_ No, noCuando terminaron las clases, Rosa y Marta se despiden: Una sale por una puerta trasera del puesto de chuchería; Rosa sale por la puerta de la escalera para coger el autobús.Subiendo la cuesta para llegar a su casa, Marta se encuentra a una perra pequeño blanco con manchas negras en la cabeza y en el lomo, con una pata malherida. Tenía los ojos tristes de haber sido abandonado.Se lo lleva a su casa. Al principio los padres protestaron:_ Marta, no hay sitio para este perra, puede tener purgas y contagiarte enfermedades._ No te preocupes mamá. Yo lo curaré y lo sacaré todas las mañanas.Cogió del cuarto de baño un bote de mercurio y agua oxigenada para curarle la herida. La perra al principio, estaba asustada porque no conocía a nadie.La colocó en un rincón de la salita, al lado de la tele y le echó encima una mantita. En la cocina había cortado una botellita del agua para echársela al perro en ese cacharro.Por la tarde bajando la puerta de Córdoba, se había encontrado a José con su rebaño de ovejas que iba a guardar en la cuadra.Cuando llegó el lunes, Rosa ya no se sentó con Marta. Se fue con Alba y Dolores. Mientras estaban leyendo en clase, Marta perdió la lectura porque no podía entender la razón de que su amiga la dejara plantada.En el recreo entraron juntos al servicio y Rosa le dice:_Mira Marta, a mí tú me caes bien. Pero es Diana la que no quiere juntarse contigo.A la salida Marta se encuentra con Diana y se dirige directamente a decirle:_¿ Tú quién eres para decirle a Rosa que no se junte conmigo?_ ¿yo?- Contesta Diana vacilando__ Sí tú. ¿Te crees la reina del mundo y manipular a tu antojo a las gentes?_¡Mira, niña a mí no me hables así!_ Te dije que no se lo contaras a nadie- Le dijo Rosa al salir del servicio-Se fueron juntas al recreo y Marta se quedó sola en un poyete haciendo los deberes del día siguiente.Cuando terminaron las clases Marta la coge del brazo, pero Rosa le contesta:- Yo no me junto con chivatas. Déjame en paz- Le dijo dándole un empujón a Marta-Desde entonces empezó el calvario de Marta. En el recreo todas las niñas la rodearon y Diana le dice primero:_ ¿Quién te va a querer a tí con esa cara de chimpancé?- Le dijo Diana pegándole un empujón hacia Dolores y ésta le contesta:- Vaya ropa usada que te pones. ¿Te lo han dado las hermanitas de la caridad? Dándole un zamarreó hacia Alba ésta le dice:_ Nadie te va a querer porque eres tonta y hortera vistiendo- Le dijo Alba con tono de burlaEn la clase Marta salió a la pizarra para corregir una oración, pero se quedó en blanco_ Niña, ¿qué te pasa?¿No tienes los ejercicios hecho?Como Marta se quedó pensativa salió Diana a la pizarra. Cuando terminaron las clases al salir del colegio, las amigas de Diana y los niños la siguieron haciéndole zancadillas_¡Chimpancé, horteras!A la mañana siguiente, ya era la hora de levantarse y Marta entra en un ataque de llanto, le entró sudoración y temblando gritaba con angustia:- ¡No quiero ir al colegio mamá. Allí nadie me quiere. Me hacen la vida imposible- ¿Pero tú qué has hecho hija?_ Yo no he hecho nada. Rosa era mi amiga, pero Diana la ha manipulado para que no se junte conmigo_ ¿Y bueno, tú por qué no le haces frente a Diana y hablas con Rosa?_ A Diana le contesté una vez y Rosa no quiere juntarse conmigo. Pero al día siguiente me rodearon en el recreo insultándome, humillándome, llamándome fea, hortera, tonta.La llevaron a urgencia y por la tarde fue al médico. Los padres se presentaron al director y al tutor con el justificante médico_Eso son cosas de niños, ya se le pasaráLos fines de semana iba a la cuadra de José "Baltasar" a sacar y a cuidar las ovejas.El día del carnaval se fue con José a la carpa, bailaron juntos hasta las tres de la madrugada. Allí se encontraron con Diana y las amigas.- Mírala, como nadie la quiere se junta con un viejo verdeAl día siguiente empezó de nuevo el colegio. Durante el recreo las niñas volvieron a formar un círculo llamándola- ¡calientapolla, puta que te acuesta con un viejo verde!Se fue a su casa llorando y los padres hablaron con el profesor y el tutor- Mira, mi hija lleva más de cinco meses con el mismo problema y no se soluciona- Su hija está siempre sola en clase.Los chavales la quieren, pero ella no se quiere relacionar con nadie- No se quieren relacionar porque las rechazan_ Claro, si su hija las llama manipuladora y chulas como las van querer las otras_Eso no es cierto. Mi hija al principio se sentaba con Rosa , pero luego Diana le dijo que no se ajuntara con mi hija si quería ser su amiga.- Según Diana era Marta la que no quería hacerse amiga suya. Además me han contado que tu hija no anda con buenas compañías. Que se junta con un pedófilo.- No eso no es cierto, mi hija quiere a los animales. Un día cogió a un perrito malherido de la calle y lo curó. Ella se ha hecho amigo de un vecino que cuida ovejas y ella todos los fines de semana lo ayudaba en las cuadras- Mira, ésto es la palabra de uno contra la del otro. Diana y Rosa , todas las chicas son estupendas. Además Diana es muy responsable. Saca muy buenas notas y es la mejor de la clase.- Son así delante tuya. Pero en el recreo es donde le saltan el vacío, y ahí es donde la llamaron calientapolla por llevarse bien con nuestro vecino que vive enfrente de este colegio_ Pues que aprenda a relacionarse con las gentes de su edad. Y no se junte con viejosUn viernes por la tarde ensombrecido por las nubes, cayó un rayo y empezó a llover. Marta entra en la casa de José, le sirve una infusión y al entrar en la cocina le da un infarto, Marta siente un ruido y entra en la cocina.- ¡José, José despierta!Cuando vio que su corazón dejó de sonar, Marta coge un cuchillo y se corta las venas. Así amanecieron los dos muertos. Sus padres cuando llega la madrugada y no se presenta su hija a cenar, van a la casa de José y como no responden, llama a la policía porque la dieron por desaparecida. Pusieron fotos de José y la niña por todas el pueblo. Hasta que un vecino del viejo fallecido notó extraño los malos olores y declara en la comisaria que la niña pasó la última noche en la casa de José y no se fueron a ninguna parte.Cuando la policía se presenta con los padres de la niña en la casa y tumba la puerta encontraron a los dos muertos.-¡Ay mi hija!-Grita con desesperación los padres de Marta al ver el cuerpo de su hija junto al del viejo José.Las malas lenguas del pueblo hablan de que Marta y José querían irse juntos, pero como los padres no lo iban a premitir, se quitaron los dos la vida.Esta es la historia de una sociedad deshumanizada que ya no se conmueve por los niños hambrientos, ni por los miles de millones que no van a la escuela. Pero los que tanto insisten en escolarizar, escolarizar a los niños se creen que es suficiente para ser feliz. No señores, en la escuela los niños también están aprendiendo el desprecio, las humillaciones y se reproduce todas las lacras existentes en nuestra sociedad. Todas las semanas Roberto con el aniversario de su boda. Se casó con Magdalena hace más de cuatro años. Al año siguiente, se quedó embarazada. El médico le detectó un cáncer durante su embarazo, pero ella se arriesgó. Durante el parto, los médicos le dieron pocas esperanzas de vida, y él gritaba: "por favor, salvar a la madre o al niño, pero los dos no pueden morir". Antes de entrar en el quirófano, Magdalena firmó seguir con el parto adelante, sentenciando su pena de muerte. Después de la operación, los médicos le dicen a Roberto: "lo siento, sólo hemos podido salvar al niño". - ¡No!- Gritó.Los amigos y sus familiares agarraron sus brazos para sosegarlo. Pero no pudieron. Se lo llevaron a la sala de urgencias. Tuvo que esperar media hora porque había mucha cola. Por allí pasó unos de los médicos de la operación, Roberto se dirigió hacia él, y le pegó una paliza. Su padre lo agarró y le dijo:- ¡Hijo, ésto no ha sido culpa de nadie!- ¡Sí papa, sí!¡He perdido a mi mujer!¡Ahora mi vida no tiene sentido!Es hijo de Antonio Rodriguez Rodriguez, que se marchó a Francia, allí conoció a Marta Benítez Pérez. Los dos trabajaron durante doce años en una fabrica de costura, pero regresaron a España, con el dinero ahorrado hicieron su piso en Sevilla y pusieron una gasolinera. Roberto tiene buenos recuerdos de su infancia, su madre lo atendía y le celebraba su cumpleaños. Su vida cambió cuando el niño se despertó el domingo; llamó a su madre para que le preparara el desayuno:- Mamá, prepárame el colacao. Le dijo agarrando la mano de la madre pero no le contestaba. Su padre se extrañó de que su mujer no reaccionara, ni manifestara ningún reflejo.- ¡Marta, Marta respóndeme! Ya se puso nervioso y llamó a una ambulancia. Cuando llegó al hospital, los médicos dijeron que Marta había muerto de un infarto.- ¡No puede ser!¡No puede ser! Lo siento señor, cuando llegó ya estaba muerta. Llamó a su hermana Carmen para darle la noticia y fue a su casa a recoger a Roberto.- El niño no sabe nada todavía. Le dijo su hermana Carmen.- Manuél tienes que ser más fuerte¡ ¡Mi vida ya no tiene sentido! Piensa en tu hijo. Estuvo más de dos años con depresión y sin ver a su hijo. Su hermana lo ayudaba a vestirse y a ducharse. Durante este tiempo Roberto vivió con su tía. Pero Carmen se marchó a Madrid con su marido. Regresó con su padre y como pasaba muchas horas trabajando en la gasolinera, cuando llegaba del colegio, pasaba muchas horas solo jugando a la videoconsola o viendo la tele.- ¿Qué pasa hijo? Le dijo el padre cuando entró en el piso.- Nada, un día más. Contestó Roberto lleno de apatía.- ¿Qué has preparado de comer?- Patatas fritas y cropquetas.- Bueno, me voy a mi cuarto. Las relaciones entre ellos eran muy superficiales porque Antonio trabajaba en las afueras de Sevilla en su gasolinera. Las clases eran monótonas y aburridas; apenas mantenía relaciones con sus compañeros; siempre se sentaba el último de la fila y escondidos entre los chaquetones. Los profesores apenas lo entendía.- Roberto, sal a la pizarra para corregir una oración.- Pues si sigues así, no vas a llegar a ninguna parte. Tenedlo muy bien presente chicos, que en esta vida si uno quiere triunfar debe estudiar, porque las calles están llenos de vagos, maleante y de dorgadictos. Es un problema común la falta de disciplina, el bajo interés de los estudiantes por los estudios, pero también existe una enseñanza que prepara a los alumnos a ser unos egoístas, no saben distinguir ningun abuso de poder, ni aprender a ser unos libertarios de la humanidad. Los profesores tampoco comprenden los problemas que los alumnos puedan tener. En el caso de Roberto había crecido sin el apoyo y la comprensión de una madre, tan solo su tía Carmen le había dado más afecto, pero cuando se mudó a Madrid, Roberto sintió un abandono y vacío en su vida, y el padre siempre estaba fuera trabajando. Antonio recogió las notas de su hijo, y la profesora le había dicho que Roberto era listo, pero muy flojo, que no quiere estudiar. Cuando llegó a su casa, le riñó:- ¡Tú por qué no estudias!- Mira, papa a mí no me interesa estudiar, yo quiero trabajar. Además la profesora es una estúpida.Cuando cumplió los dieciocho años, dejó los estudios y empezó a trabajar en el campo recogiendo limones. En el cumpleaños de su amigo Jorge conoció a Magadalena: Era alta, pelirroja, su pelo era rizado, tenía pecas en el rostro, ojos marrones, nariz chata y delgada. Ella trabaja en una oficina despachando los temas administrativos. Entonces, animó a Roberto a que estudiara y se sacó una formación profesional. Después de cuatro años de noviazgos, se casaron y Magdalena se quedó embarazada, pero le detectaron un cáncer. Ella decidió arriesgarse. Los médicos le dieron pocas esperanzas en el parto, y él gritó en los pasillos del hospital:_ ¡Por favor, salvar a la mujer y al niño, pero los dos no pueden morir!Antes de entrar en el quirófano, Magdalena firmó su sentencia de muerte._ Lo siento, solo hemos podido salvar al niño_ Le dijeron los médicos a Roberto__ ¡No!_ gritó_Los amigos y sus familiares intentaron sosegarle, pero no pudieron y se lo llevaron a urgencias donde había mucha cola de pacientes. Roberto propinó una paliza a unos de los médicos del parto de Magdalena cuando pasó a urgencia. Su padre le dijo:_ ¡Hijo de ésto no tiene culpa nadie!_ ¡Sí papá, sí!¡He perdido a mi mujer , y ahora mi vida ya no tiene sentido!Roberto gritó en el velatorio: "maldito niño que ha nacido, ha matado a mi mujer"_ Anda tómate u tranquilizante_ ¡No me va a curar el dolor!_ Pero te aliviará. El entierro estuvo abarrotado de gentes: Los familiares y amigos más cercanos, el resto acudieron a la misa y al cementerio por curiosidad, pues nada sentía por la muerte de la difunta. Cuando todo terminó, recogieron al niño alojado en casa de una vecina de confianza. El niño estaba envuelto en una toquilla blanca y cuando se despertó, empezó a llorar._ ¡Calla a ese niño, por dios!_ Pero bueno, qué clase de padre eres_ ¡ Este niño ha sacrificado a Magdalena!_ Te estás volviendo loco_ ¡Me voy de aquí! Desde entonces, Roberto frecuenta las tabernas, quedándose siempre muy pensativo sentado en la barra, solamente dirige la palabra a Manuela y a Vicente, los dueños del bar, para pedirle un trago._ Ya van siete, pero bueno_ dijo Vicente secando algunos vasos__¡Tú no te metas, Vicente!_ Todos los días acaba mareado_ Bueno, mientras no haga daño a nadie_ El wiisky es mi escape.Manuela nació en Constantina, cuando cumplió los tres años se traslada con sus padres a Sevilla, porque encontraron un trabajo de albañil en la capital. Pero a los catorce años se queda embarazada y se casa con Julio de manera forzada para ocultar su embarazo. El padre de Manuela, Daniél lo coloca en una carpintería, pero pronto probó la heroína.La heroína salpica a toda la familia de Manuel, porque a ella la dajaba sin dinero, y su padre compraba la leche al niño. Fue asesinado en un ajuste de cuenta, encontraron su cuerpo flotando en el río Guadalquivir. Luego, conoció a Vicente en la boda de su primo Agustín, y montaron una taberna. Pero el local ha sido denunciado por muchos vecinos porque se sospecha que vendía cocaína,por eso, Vicente y su mujer pasaron cuatro años en prisión, y su hijo Jaime se convirtió de mayor en un libertino.A los catorce años se puso trabajar en una carpinteria y el fin de semana se gastaba el dinero en todas clases de sustancias. Para el colmo de los colmos, amenazaba a los padres si no le daba más dinero para satisfacer sus vicios.Su madre le daba cuatro mil de las antiguas pesetas el fin de semana. Desde los doce años es un alchólico, en cuatro ocasiones fue a urgencias porque se emborrachaba en una botellona. En una fiesta de navidad Rafaél le invitó a un tripi y sufrió un momento de alucinación, pues veía el techo de su casa moverse.Cuando estaba coqueteando con Marisa, la novia de su colega Mario, tuvieron una enorme pelea. Marisa tenía el pelo teñido de castaño, sus ojos eran marrones, en el baile lle estaba tocando la cintura._ Anda, Jaime acércate más que tengo frío_le decía Marisa para coquetear_Mario estaba hablando con unos colegas al lado de la chimenea, observó los movimientos provocativos de los dos, y en un ataque de rabia comenzó la pelea._¡Mamón qué haces tonteando con mi novia!_ Mario estamos bailando_¡Sí cogerse de la cintura, le llamas tú hablar!Le pegó un puñetazo y dejó caer a Jame al suelo; se levantó y le pegó a Mario otro. Rafaél se puso en medio y lo separó._Venga, no os paséis_¡Me voy porque no quiero tener más bronca, y tú vienes conmigo!_¡ Yo no me voy a ninguna parte!_ Le dijo Marisa_ ¡Ahora te vas a enterar, por puta, calientapolla!_ Le propinó una paliza a Marisa dejándola caer en el suelo y su nariz terminó sangrando.Marisa provenía de una familia acaudalada: Su padre tenía una empresa de neumáticos y acumuló fortunas. Tenía un chalet en la playa. Cuando entró en el instituto, conoció a la pandilla de Jaime y Rafaél, y en el recreo se pasaban hachís. Empezó a faltar a clase y algunas veces, ni se presentaba a los exámenes, solamente entraba en las horas del recreo para fumar y consumir drogas, como no estaba conforme con el hachís, se pasó a la cocaína. Desde entonces, van pasando de mano en mano, solo por un gramo de cocaína.En el mundo de la codicia, todo lo que sea lucrarse es válido, el tráfico de drogas en nuestro país se ha convertido en un negocio muy lucrativo a costa de destrozar las familias y la vida de muchas personas, y degradar los valores de la juventud.Jaime empezó a trabajar con catorce años en un taller de carpintería, le dio dinero a su madre para que le regalara una salita del piso. La madre solo podía entrar en la salita y en la habitación con el permiso de su hijo. Era un patrimonio exclusivo de Jaime. Las paredes estaban pintadas de negros. Su dormitorio estaba al lado de la salita de sus padres.Una tarde acostado con Marisa estaban haciendo mucho ruido, pero la madre para disimular delante de Roberto y sus colegas, puso el sonido de la televisión más elevado.A la mañana siguiente, cuando Manuela estaba preparando el desayuno y se levanta Marisa, tuvieron una charla en la cocina._ Mira, Marisa no vuelvas a montar más escándalos en mi casa_ Pero Manuela, si es que a Jaime le gustaRoberto presentó a Ana a su amiga Manuela en su primera cita. Quedaron en la parada de autobús y le invitó a un refresco en la taberna._ Te voy a presentar a una amiga íntima, de confianzaEntramos en las tabernas, y nos sentamos en la barra. El suelo estaba lleno de papeles y había mucha suciedad; las paredes humedecidas por los golpes de la lluvia y los años. Las paredes eran muros antiguos que retenía el calor en verano, y el frío en invierno._ Manuela, ponme un whisky. Mira te presento a la amiga que he conocido en la escuela de idiomas. Se llama Ana._ Hola_ Le contestó dándose los dos un beso__ ¿Tú qué vas querer?_ Un refresco de naranja_ Vaya, que puritana eres_ No me gusta el alcoholEn la barra se quedó su marido Vicente y se fueron con Manuela a su casa, subiendo unas escaleras del fondo situada en una esquina y pegada a una máquina de juego.En la entrada tenía un espejo y debajo un cajón del taquillón con dos cajas y tres puertas, encima tenía colocado fotos familiares, y una jarra con flores.Entramos en su salita y cada uno nos sentamos en una silla. No tenía encima de la mesa ningún objeto, tan solo un cenicero para echar las colillas; el cristal estaba sucio. Las demás habitaciones no pude verla, porque estaba cerrada.Manuela era rubia, de pelo recogido con un moño; sus ojos oscuros; hundidos; labios delgados; su cuerpo grueso y de piél tostada._Venga,¿ no vas a fumar yerbas?_ Sí, pero no tengo papel_ Bueno, yo lo tengo en mi estucheA Ana se le había roto todos los esquemas porque pensaba que las gentes adictas a las drogas eran maleantes, vagas, mafiosa, violentas, y viendo que Roberto y su amiga Manuela fumaban yerbas, y eran buenas personas, se dio cuenta de que le había contado una mentira.Estuvo meditando y se dio cuenta que se trata de un negocio que mueve mucho dinero donde participan empresarios o autoridades corrompidas y luego, se sataniza al consumidor.Aquella noche fueron invitados dos funcionarios de estados: Unos era profesor de universidad; otro, un empleado de la administración pública. El primero se llamaba José, un hombre alto, delgado, de piél tostada, con barbas, e iba vestido con una camisa blanca; encima llevaba puesto un chaleco verde;su pantalón era vaquero y sus zapatos de cuero.El empleado público de la administración era alto, ojos azules, llevaba puesto una camisa roja; su pantalón era vaquero y unos zapatos de cuero.Cuando ya cerró Vicente la taberna, se reúne con nosotros, y nos presenta a Jan Antonio, un policía que estaba enganchado a la cocaína._ Roberto, ¿ has visto qué policía más a típico, y más laight tenemos?En la mesa había reunido toda clase de estupefacientes, en un cenicero negro había hachís partido en especie de tabletas de chocolate; en un botecito de cristal, estaba guardado yerbas verdes, conocida como marihuana y la cocaína fue separada en rayas encima de una tabla por José Antonio con su carné de policía local, y con mucho orgullos lo estaba haciendo para darse unos chutes._ Yo no me siento hombre sólo dando curso de idiomas, tengo que ganar mucho para no pedirles a mis padres. Además, yo no estoy bien con él._ Pués, ¿tú sabes cómo yo me he buscado la vida? Me afilié a las nuevas generaciones de los liberales, entonces me preparé las oposiciones y con su ayuda las aprobé. Aquí estoy yo, con un puesto fijo. Así es como uno tiene que buscarse la vida. Contó cómo muchas policía cacheaban a los que fumaban sustancias en sitios públicos, y luego se lo fuman; que su comisario le pasaba algunos gramos procedente de Colombia. Así es como la policía consigue almacenar cierta cantidad de estupefaciente en las comisarías, quitándoselo a los camellos o a los consumidores, o sea, traficante de poca monta, y ellos la consumen.Jaime sale de su cuarto y entra en la salita saludando a todo el mundo. Se acababa de despertar, pues el viernes cuando terminó su jornada laboral, se recogió a las diez de la mañana._ Quillo Roberto, anoche estuve con "el nariz plateado", es guardia civil y a ese le gusta más la cocaína que a mí. Nos dimos unos chutes durante tres horas seguidas._ Qué para que ustedes veáis nos miran mal a los que consumimos, y ahora si lo hace los guardia civiles o la policía no les pasa nada._ Bueno hay de todo Manuela, yo por ejemplo, he prestado el coche a los camellos en algunas redadas policiales para que se escapen_ Y no les coge luego tío_ Le preguntó sorprendido Roberto_ No, porque pago a mis compañeros para que no digan nadaAna se quedó sorprendida porque estaba viendo la corrupción de forma directa, no hay nadie que se lo esté diciendo, sino, ella lo estaba viendo con sus propios ojos. En la fiesta había funcionarios de administración pública, policía, trabajadores, taberneros, todos los sectores sociales que consumían drogas.Llegó a las seis de la mañana a su casa acompañada por Roberto, y empezaron los problemas con su familia._ ¿Cómo has llegado tan tarde?_ Le preguntó enojada__ He estado con mi compañero de la academia_¡Y a tí te parece normal qu en tu primera cita llegues tan tarde!_ ¡Bueno, mi hermano no sale por la noche y no vuelve hasta las diez de la mañana!_ Tu hermano es otra cosa_ ¿ Qué diferencia hay entre él y yo?_ Él es mayor que tú_ Yo también tengo derecho a divertirmeYa tuvo la primera discusión familiar, para ella fue un duro golpe porque siempre se había sentido muy apoyada por su familia, sobre todo por su madre.El lunes quedó con Roberto para desayunar, y le contó su problema._ Tu madre está acostumbrada a que le obedezca, pero tú ya eres mayorcita para tomar sus decisiones__ Ella me dice que tengo que cumplir con mis obligaciones_ Pero tú ya eres una adulta para tomar tus propias decisiones. Si cometes delitos vas a la cárcel porque a los reformatorios van los menores.Ana era una muchacha tímida, apenas había tenido amistades durante su infancia y adolescencia, era objeto de burlas. En los recreos solía irse a la biblioteca a leer. Algunas veces, sus profesores se molestaba cuando le hacía preguntas. Normalmente caminaba con la cabeza agachada, siempre pensando en sus asuntos; tenía un tono de voz suave. Por fin encontró una pareja que le comprendía._Hoy vamos al Alcçazar_ Le dijo Roberto__ Pero si pronto van a comenzar las clases_ Decide por un día lo que tú quieres hacer_ Pero............_Le dice Ana sin terminar la frase__ ¿Tú crees que esta mierda te va a servir de algo?_ Para trabajar_ Cuando vayas a una entrevista de trabajo, aunque tengas matricula de honor te van a contestar "muy bien pero si no tienes experiencia en otro momento ya te llamaremos".Pedro I "El Cruél" o "El Justiciero" según las versiones, mandó construir el Alcázar de Sevilla, inspirándose en la Alhambra de Granada donde hasta el S.XV mandaba la dinastía nazarí hasta que fue expulsada de Granada por los Reyes Católicos. Los jardines del Alcázar están muy bien conservados, y sus patios adornados de plantas y flores, te remonta a una época pasada. Los techos de sus habitaciones están cubiertos con artesonados, y los azulejos tienen decoraciones geométricas.Luego pasearon por los jardines de Murillo, y se sentaron en un banco.Ana era la más feliz del mundo, estaba con el hombre que amaba y un lugar que alimentaba su armonía anímica maravillosa.__Bueno, cuéntame tu historia ¿Has tenido alguna pareja?_ Le preguntó Roberto__ No, nunca he tenido una parejaRoberto se quedó sorprendido, se dio cuenta que tenía una pareja primeriza "No es como mi Magdalena", pensó él, además la notaba en su forma de besar, abrazarse, en su desconocimiento de las fiestas.La vida de Ana siempre tuvo un círculo muy reducido de la universidad a su casa, de la universidad, siempre fue aficionada a todos los campos humanísticos, que compartía con Roberto. Siempre escuchó hablar de los estupefacientes, pero por primera vez los vio en la casa de los taberneros.Estaba viviendo una nueva etapa de su vida._ Me has sorprendido tía. A tu edad la mayoría de las mujeres ya han tenido varias parejas.Cuando llegó la hora del almuerzo, se fueron a su casa, y Roberto por primera vez se la presenta a su padre.El piso era un tercero: a la entrada había un espejo; una pequeña salita con dos sillones, y una mesita baja donde tenía colocado cuatro ceniceros y un jarrón en el centro. Detrás de los asientos había un mueble va pegado a la pared con fotos de la madre de Roberto, y la de su difunta esposa.La cocina ocupa un espacio muy pequeño, donde reina el desorden, el caos y los cacharros están por medio. Querían preparar el almuerzo, pero no había nada en la nevera, tan solo un huevo._¡Papa, te dije que hicieras la compra!_ No he tenido tiempo_ Siempre me pones la misma excusa_ Anda, vamos a encargar un pollo_ Papa te voy a coger dinero para un pollo_¡ Vale hijo malgasta el dinero!_ Venga Ana no le eches cuentaAna se sintió decepcionada con el ambiente familiar, vio en su padre un hombre amargado, que solamente estaba echando días atrás, y guardaba unos sentimientos rencoroso a su hijo._ ¿Por qué se comporta de esa manera tu padre?_Él quiere vivir como en los años cuarenta. Sólo trabajar como un borrico de carga, no gastar un duro y con traer el dinero a casa ya se cree que eso es suficiente.Pero eso a ella no le convenció, intuía que algo más pasaba. Roberto guarda un pasado que no quería rebelarle, pero antes o después se enteraráRegresó a las nueve de la noche a su casa, sus padres le echó una bronca"Estas no son horas de llegar. No te veo estudiar ¿Roberto no hace tampoco nada?"Los días de navidad tampoco fueron los mejores, la nochevieja la pasó en casa de Roberto. Cuando llegaron, su padre estaba acostado, no ni la tele puesta, pero cuando sintió la llegada de su hijo se levantó para reprocharle algo._ ¡Tenéis la tele puesta!_¡No tenemos la tele puesta!_¿ Por qué no os vais a otro sitio?_ Porque queremos celebrar la nochebuena con la familia_ Aquí ya no tenemos más familia: Tu madre se murió, luego, tú me quitaste mi nieto_ ¡Papa no empieces a remover cosas del pasado!_ ¿De qué nieto habla tu padre?_ ¡Cosas de él!Después se fueron a la casa de su amiga Manuela, por el camino, ella insistió para sacarle información.Cuando entraron estaban reunidos Carlos, José, José Antonio el policía, el marido Vicente.Ellos dos fueron a la cocina con Manuela._ Manuela estábamos muy tranquilo cenando y mi padre como estaba acostado quería que nos fuéramos._ Tu padre ha sido muy castigado por la vida, él no asimiló la pérdida de tu madre, y luego desaparece su nieto_ ¿Pero por qué?¿Qué pasó?_ Yo no se lo he contado_ Su padre es muy buena persona, pero cayó en una depresión cuando se le murió su mujer. Se desentendió de Roberto durante los primeros años._ Y entonces, ¿quién te cuidó?_ Mi tía Carmen_ Contestó Roberto muy serio__ Pero su tía Carmen se mudó a Madrid, y volvió con su padre Manuél. Pero él siempre está metido en la gasolinera.y apenas le echaba cuenta_ ¿Por qué no me lo contaste?_ dijo Ana sorprendida_Al día siguiente llega a su casa cansada, pero su madre le reprocha haber estado toda la noche fuera de su casa. Las malas relaciones entre Roberto y su padre; la desaparición misteriosa de su hijo cuando lo estaba paseando en el campo; la presión que Ana recibía por parte de su familia y el ambiente de sus amistades, provocó una crisis personal que se manifestó en su cuerpo. Las relaciones entre ellos dos se hcieron cada vez más tensa, siempre le decía que se quedara en su casa, pero por otro lado, Ana estaba obligada a cumplir con su familia. Se pasaba mucho tiempo bebiendo en la taberna de su amiga Manuela y Vicente, y llegaba siempre borracho a su casa._¡ Mira lo que haces niño, estás destrozando tu vida!_ ¡No me dés sermones!_ ¡Vendiste mi nieto a una secta y te perdoné!_¡ Eso son solo imaginaciones tuya porque no tienes prueba!¡Sólo te importa tu nieto, pero nunca te he importado yo!_ Te pasas el tiempo bebiendo, no tienes interés en nadaAna se presenta en su casa a las seis de la tarde, y cuando entra en su cuarto, Roberto está acostado con Marisa._¡Puedo explicártelo todo!_ ¡No ya lo he visto todo!_Bueno, cuando se te pase el enfado, entonces hablaremos_¡ Esta es la última vez que hablamos!Ana salió corriendo, estuvo todo el día fuera de su casa, y por la noche se paseó cerca del río Guadalquivir. Su corazón palpitaba más deprisa de lo normal; sudoración por todo el cuerpo; y sus músculos estaba hipertenso. Tenía que tomar una decisión, y estuvo cuatro meses trabajando de camarera; ahorró dinero y se fue a Tailandia.Preparó su equipaje el sábado por la mañana aprovechando que sus padres se fueron al campo de su tía. Recibió una llamada y quedaron en una cafetería para salvar la relación, pero Ana ya había decidido terminar porque no podía soportar el carácter inestable._ Escúchame, tú no me tienes satisfecho como pareja. De alguna manera tengo que desahogarme, y Margarita no tiene prejuicio, le da igual_ Roberto, yo no hacerlo porque en tu casa tu padre entra en el cuarto y en la mía están mis padres_ Pero una pareja tiene que desearse_ Te crees que no quiero acostarme contigo, yo desearía tener un techo solo para los dos solo, tenemos, pero no tenemos dinero_ Mira mi padre....._ Tu padre es un insoportable_ Tiene muy mal carácter, pero es buena persona_ Pues yo no lo capto así. Parece que me odia_ Hemos sufrido mucho: Perdimos a mi madre, luego se murió Magdalena_ ¿Y el niño, eh?_ Es una historia muy difícil de contar._contestó con apuros__ Mira, ya no quiero seguir contigo. Vete con la fulana que se acuesta con cualquiera a cambio de un gramoRecogió su maleta; se fue a la parada de autobús que la llevaran al aeropuerto de Sevilla; y desde allí, cogió un avión a Madrid, para coger un vuelo a Tailandia. Estuvo durmiendo durante el viaje, y cuando aterriza al aeropuerto tailandés, sus maletas pasaron por un control y le encontraron drogas. Fue cacheada por los vigilantes del aeropuerto_ ¿Ésto qué es, eh?__ Todo es un mal entendido, yo no llevaba droga en la maletaNadie creyeron sus palabras y fue conducida al interrogatorio de la comisaria_¿Cómo te llamas?_Ana García Fernández_¿Cuántos años tienes?_ 24 años_ ¿De dónde eres?_ De España_ Dime, ¿ A qué has venido?¿A vender drogas?_ He venido de viaje_¡Para traficar con drogas!_ Yo no soy ninguna traficante_¿Entonces, cómo hay drogas en tu maletero?_ No lo sé- dijo gimiendo Ana_¡Hasta que no nos diga la verdad no vamos a salir a dejarte en paz!_ Le dijo pegándola una bofetada_Ana empezó a sudar; le entró un ataque de llanto; tuvo náuseas porque no podía creer lo que le estaba pasando, no entendía nada._¡ Te ha enviado una mafia para que vendas estupefacientes!_¡No!_ Contestó gimiendo por el golpe que le habían dado en la frente contra la mesa y estaba sangrando. Al final, la trasladaron a prisión: los pasillos estaban sucios y en muy malas condiciones; allí las gentes hacían sus necesidades, pues no había otro sitio. La metieron en una celda de tres personas, pero había seis.El tráfico de drogas tiene un origen más remoto. Cuando la India era una colonia de Inglaterra, los ingleses sembraron en los campos de Himalaya opio para conquistar a China. Los ingleses sobornaron a las élites locales china a través de la venta del opio, y luego financiaba su poderío naval para declararle la guerra a los chinos.Después de la II Guerra Mundial muchos nazis alemanes y fascistas haitianos huyeron a los países latinoamericanos, y algunos de ellos, fueron acogidos por el Servicio de Inteligencia de Estados Unidos para derrocar a regímenes democráticos, de ideología comunista o simplemente no eran amigos de los Estados Unidos.Los miembros fascistas y la derecha italiana formaron el Gladio. Una organización secreta vinculada a los intereses de la OTAN, que provocaba actos de sabotaje, como la masacre de Bolonia en 1980, luego, le echaban las culpas a los comunistas italianos para frenar su avance.Algunos de sus miembros después de ser reclutados en Nueva York y Chicago, con el fin de prevenir un acto de sabotaje en las costas este, conseguir información necesaria para la invasión de las fuerzas aliadas de Italia y reprimir a los comunistas italianos regresaron a Italia y fundarían el Imperio de la Heroína.Muchos de los nazis que pertenecían a la Gestapo, huyeron con ayuda del Vaticano a Estados Unidos en su lucha contra el comunismo. Su escape fue financiado con la venta de las drogas, oro confiscado a las víctimas y dinero falso fabricado en los campos de concentración.En Asia para luchar contra la República popular, de China, los servicios secretos se puso en contacto con gansteres chinos para fabricar heroína en Burma, Tailandia y Laos durante el conflicto de Indochina.Una aerolínea Air América, propiedad de los servicios secretos transportaba el opio en la región. La heroína era refinada en el cuartel general de la agencia en el Norte de Laos. Los helicópteros de los servicios secretos llevaba drogas de los campos a los centros de investigación donde introducía las drogas en bolsas de plásticos escondidas en los huecos de los cadáveres de soldados que retornaban desde Vietnam.Luego, en 1976 se fundó el Banco Castle en Nassau para lavar el dinero de los servicios secretos y fondos del crimen organizado. El Banco Castle fue cerrado e inició sus operaciones en el Banco Nugan Hand. Los activos de este banco eran utilizado para financiar drogas y acciones encubiertas de los servicios secretos alrededor del mundo.Ana había sido metida en la celda a empujones diciéndole:¡eah zorra, ahí te pudras!¡Malditas extranjeras! Tal como la dejaron tirada se quedó así tres días que no paraba de llorar, sudar, temblar, aumentó las pulsaciones de su corazón. En un estado de angustia profunda pidió auxilio "Ayúdame por favor! ¡Estoy metida en un agujero!¡Me van a matar!", repetía constantemente, pero nadie le hacía caso. Al tercer día paró de llorar y sus ojos cegaron el llanto; su cutis había quedado completamente enrojecido de las lágrimas que derramó sin cesar y nunca se secaba las lágrimas.Era presa del agobio y del dolor porque no podía comunicarse con nadie, y en su lenguaje las otras personas le gritaba que se callaran.Llamaban a la carcelera para que se la llevara pero no le hacía caso,puesto que los presos no estaban bien atendidos.Cuando se despertó, las presas le preguntaban de dónde era, pero Ana no entendía lo que quería decir porque no hablaba su mismo lenguaje, se desesperó; otra vez empezó a llorar; no podía respirar bien "¡Socorro! ¡Sacarme de aquí! ¡Qué me muero! ¡Me han encerrado en un agujero!"Se cayó al suelo de un infarto. Entonces el carcelero dio órdenes de trasladarla a la enfermería, donde no había medios suficientes, y cuando se recuperara la conciencia, otra vez le entró ansiedad y le calmaron con una inyección.Se despertó cuando se le pasaron los efectos; y su madre estaba allí, fue una gran sorpresa para la muchacha porque no podía creer que su madre iba a estar a su lado en los momentos más difíciles, y además, le daba fuerza para soportar el calvario que estaba pasando. Madre e hija se dieron un apretón de mano y estuvieron durante todo el día abrazada._ Mamá, yo puedo explicárselo todo: Me fui porque necesitaba cambiar de ambiente, estaba axificiada de la misma rutina_ Bueno, ahora no te preocupes por eso. Tú cálmate y todo se solucionará_ Ojalá fuera así, porque estoy viviendo una pesadilla, parezco que estoy metida en un sueñoLa madre tenía muchas preguntas que hacerle, pero bastante tormento estaban pasando ya las dos, qué angustia y desgracia sentía por el sufrimiento de su hija.Se buscaron un abogado tailandés para que le defendiera; también depositaba la confianza en los hilos que podía mover el gobierno de España.La enfermería de la cárcel estaba sucia; la pintura de las paredes humedecidas se estaban cayendo; había muy pocos recursos para atender a los enfermos. Sin embargo, Ana estuvo a punto de morirse de un infarto si no la hubieran atendido en su momento. Parece que ningún estado o autoridad contemplan a los presos como personas, los tratan como a bestias salvajes ¡qué poco valor tiene la vida humana! ¡de qué sirve tener tantos derechos internacionales si son papeles mojados!A los dos ó tres días le dieron el alta, y pasado tres años comenzó el juicio. Todo parecía que iba a salir bien, pero el juez la condenó a cadena perpetua._ ¡La justicia es injusta si castiga al inocente y no busca al culpable! ¡Soy inocente y meteré al juez en la cárcel cuando gane la batalla!Después del fracaso del juicio, había perdido todas las esperanzas en la justicia. Mientras la madre escribió una carta dirigida al gobierno y a la embajada española, para que solucionara pronto el problema. Sin embargo, los trámites burocráticos eran muy lentos porque ningún gobierno se ponía de acuerdo y abandonaron el tema. No pudieron conseguir la extradición para llevársela e España. Pasaban los segundos, minutos, horas, semanas, meses y años sin solucionarse nada.Las relaciones que tenían con las presas habían mejorado porque empezó atender su idioma. Tuvo un percance con alguna mujer, que le quitaba la comida; le ponía zancadilla. Se llamaba Malai; tenía una estatura normal; su cuerpo era rechoncho; era anchas de caderas y de cintura; su piél tostaíta; labios gordo y de nariz chata. Su uniforme de presa estaban hecho harapos, y sus zapatillas rotas.Un día cuando Ana estaba charlando con unas de las presas, inclinó hacia atrás una de sus piernas y pisó a Malai, que estaba tirada en el suelo._¡Oye, guapa mira bien por donde andas, me has pisado tres veces los pies!A pesar de que Malai tuvo muy malos modales, se quedó callada para no tener problemas.Las mismas presas para olvidarse de sus problemas, bebían alcohol y fumaban porros. Como se reunían en grupo para satisfacer sus vicios le llamaron “el club de las bebedoras empedernidas“. Este grupito se ponían en frente de la ventanilla de la cárcel, y por descuido, Malai le quita la botella a Suchart, unas de las amigas de Ana.—Me ha quitado la botella—¡Oye guapa, devuélveme mi botella!—¡No te pases conmigo chula!—¡Encima de ladronas, te vas a poner gallita!—¿ Qué pasa aquí?— Llega la carcelera riñendo——¡ La fulana esta me ha robado el tabaco!—¡ Mentirosa, estaba la botella en el suelo y no era de nadie!La carcelera abofeteó a las dos “ Ya estáis calladas” dijo.Llegó la hora del almuerzo y abrieron las puertas de las celdas y un funcionario de la cárcel iba sirviendo comida a los presos. Solamente servían un plato y como nunca había comida suficiente, muchas presas se quedaban sin comer.Ana pasaba hambre, porque cuando le tocaba su turno algunas veces, ya no había alimentos. Como ella, muchas compañeras de su celda corría su misma situación. El ambiente de la cárcel estaba enardecido. Muchas presas habían sido víctimas de abusos por algunos funcionarios de prisión; no tenían servicios para hacer sus necesidades, ni asearse. Las carceleras las torturaban por cualquier motivo.En una celda que estaba frente a la de Ana, había una mujer que empezó a destacar como líder. Se llamaba Kamon:—¡ Escuchadme bien mujeres: Si los carceleros y los funcionarios os violan, humillan, y os maltratan, dicen que es por vuestra culpa!¡ Pero nosotros somos personas, y nos tratan como escorias!¡ Qué clase de personas creen que somos si nos están matando de hambre; no tenemos donde dormir; ni tenemos aseos; ni siquiera hay médicos para que cuiden de nuestros hijos!—¡ Sí es verdad lo que dicen! Yo estoy aquí por robar un trozo de pan en una tienda! ¡Sí soy ladrona, pero qué iba hacer, si no tengo nada que darles de comer a mis hijos! Mi marido se murió cuando estaba trabajando; yo después no encontraba trabajo por ninguna parte, no me querían de sirvienta en ninguna casa.Otra voz entre la multitud se escuchaba “Yo estoy presa porque se llevaron tres meses sin pagarme, y robé en una tienda, pero me cogieron. Qué salida iba a tener si no tenía ni siquiera dinero para comer”.Cuando llegó la noche, estalló un motín y los presos cogieron machetes, pistolas, cuchillos, escopetas y mataron algunos funcionarios de prisión. Ana participó también y además robó la cartera de unos cuantos carceleros y funcionarios de allí y aprovechó la ocasión para escaparse. Los medios que iba a usar para huir, no lo sabía, pero ya consiguió escaparse de la cárcel. Se aisló de la revuelta; se fue directamente a la puerta de la prisión; saltó la valla y como algunos funcionarios habían muertos; otros estaban entretenidos sofocando el motín, nadie la vio escaparse.Atravesó un bosque. Eran momentos de mucha inseguridad, de angustia porque no quería que las autoridades la cogieran; luego en plena reserva natural, tenía miedo de ser atacada o derrotada por un lobo; no sabía dónde empezaba el principio y el final del bosque, sólo verá al fondo más y más árboles.Estaba corriendo sin parar; en esos momentos ni siquiera se paraba a pensar en nada; solo en correr y sobrevivir. Tuvo algunos peligros, chocó con muchos árboles, algunas ramas la dejaron caer al suelo. Escuchó algunos ruidos extraños, era un coche blanco.—¿Qué será esto?— Pensó Ana— Por eso, aceleró su carrera, y dio un grito a un coche:—¡ Socorro! ¡ Socorro! ¡ Estoy perdida!— Gritó de forma desesperada— Cuando llega a la carretera, se hincó de rodilla y besó el suelo “Al fin he vuelto a la civilización “ pensó llena de esperanza. La carretera estaba en muy malas condiciones, no había señalizaciones, y además, el camino era muy empedrado. En las afueras de Bangok se encuentra barrios con casa hechas de madera donde no tienen ni siquiera una letrina para hacer sus necesidades, muy cerca del río acuden los niños y mujeres a beber agua contaminada; también hay mucho abandono infantil y se refugian en la prostitución. Tailandia es de los países con más alta tasa de prostitución infantil del mundo y las adolescentes caminan por toda la capital para seducir a los turistas a cambio de dinero. Alrededor de estos barrios, predomina muchas tiendas llenas de suciedad y la comida está en muy malas condiciones. Estos barrios carecen de acerado, no hay asfalto, sólo muchos escombros y basuras. Cuando llega un monzón la población de estos barrios, pierde lo poco restos de miserias que tienen. Es muy común también que haya adolescentes e incluso niños, pinchándose con la jeringuilla.Ana pensaba que al salir de la cárcel, su pesadilla se iba esfumar, sin embargo, no fue así. Terminó en un barrio donde las mujeres se prostituyen para sobrevivir; los traficantes de drogas eran los gobiernos de esos barrios donde ni la policía tailandesa se atreve entrar. De la misma impresión Ana empezó a sollozar como una verdadera histérica.Al final se encontró una chabola deshabitada, al parecer no vivía nadie, por eso, se metió para refugiarse del inmenso calor que hacía ese día. Al instante se presenta una mujer alta, delgada, tenía la caderas y cinturas estrechas; vestía con una falda corta; por arriba llevaba un palabra de honor; su piel era bronceada; de largos cabellos que le llegaba hasta la cintura.Tailandia es conocida por sus templos, sus selvas exóticas, algunas carreteras están en muy buena condiciones, pero, luego contrasta con el turismo sexual, tráfico de drogas, niñas con problemas de sidas, niños abandonados en las calles.Esta mujer era una prostituta de veintiséis años, se llamaba Khalam, y se puso agresiva cuando vio a Ana.—Eh, ¿quién eres tú? ¿qué pasa? ¿ has venido a robarme? Anda zorra vete de aquí, puta, que no quiero a ninguna ladrona!— le gritó dándole un empujón y luego, patadas por todo el cuerpo— Coge una botella, y enciende un cigarrillo y le dijo a Ana— ¡ No me quites mis cigarrillos, ni mi botella!Ana entró en un estado de estupor, porque no sabía qué decirle. La echó a `patadas. Estuvo horas tiradas en el suelo durante dos horas, en un estado inconsciente. Cuando recupera la conciencia, ya había perdido todo el dinero. Caminó sola con los ojos desorientados siguiendo todo recto, dejando atrás numerosas chabolas, y a yonquis pinchándose y a otros ninfando salió de aquel barrio.Las personas en principio, no son buenas, ni malas, pero el afán de lucro, la ganancia, los grupos de dinerócratas dominan al mundo entero hasta que nos han transformado en bestias salvajes y hemos perdidos los valores sociables: respeto, solidaridad, sinceridad, honestidad, honradez.Los hombres de la edad primitiva se unían en clanes para luchar contra las fuerzas naturales y las bestias salvajes; desde que el trabajo se va especializando hasta nuestros días , hay unos seres que han implantado la ley del más fuerte para tener dominada a las demás personas y luego, no han cesado de cometer toda clase de abusos, corrupción, robos, unos derrochando riquezas, dinero, y otros no tienen absolutamente nada. Mientras andaba por la calle, las gentes comentaba que estalló un motín en una cárcel y que se había escapado una española Detrás suya estaba Kiatsikut, un traficante que frecuentaba los prostíbulos y trabajaba de testaferro para las mafias de turismo sexual capturando a niña y adolescente , y hablando con Thaksin de que buscaban a una española que había huido en un motín de una cárcel. Estuvo vagabundeando por las zonas más peligrosas de Bangok. Allí presenció el asesinato de unos traficantes por ajustes de cuentas. Entonces, Surachai que tenía una pistola en la mano , iba a matarla, pero ella le dijo que no hablaría si le dejaba trabajar en un club, porque quería salir del país y le habían robado todo el dinero. Pero Surachai, reconoció a Ana y le dijo:—De acuerdo, tú no me delatas y yo te dejo trabajar en el puticlub bajo mis condiciones.—De acuerdo—Sí pero no me trates de engañar, porque sino tu cuello va a salir mal parado. Yo tengo un crimen que tapar, y a ti te busca la policía por mafiosa. Así que tú no me delates, y yo no te delato a ti.— Le dijo amenazándola con la pistola en la cabeza— El trato le pareció un poco chantajista, pero no tenía otra salida. Si quería salir del país necesitaba prostituirse para conseguir el dinero. Salió de un callejón sin salida gracias al motín, pero de nuevo se ha vuelto a meter en la boca del lobo, en la prostitución.La llevaron a un casino de prostitución donde había mujeres, hombres y niños de todas las edades. Este casino estaba en las afueras de la ciudad, en frente de un barrio chabolista. Era un edificio grande: Estaba pintado de blanco; en la parte superior había cuatro ventanas que correspondían a las cuatro habitaciones donde las prostitutas atendían a sus clientes. Las ventanas tenían puertas de chapas cubiertas con seis rejas negras. Arriba del todo, había unas terrazas con una piscina y se notaba el bullicio de las gentes. La puerta de entrada se situaba en la parte central. Era una chapa blanca y sus cristales eran de plástico duro. A la entrada del casino había una sala enorme; la barra se encontraba en la parte final; en frente estaba el tablado donde las prostitutas daban un buen espectáculo.En medio estaban las mesas y al lado de las barras había una escalera que daba acceso a un pasillo estrecho; las paredes estaban pintadas de blanco y allí es donde se encontraban las habitaciones. Eran muy estrechas, apenas tenían espacios.Ana estaba atrapada dentro del club; nunca le dejaban salir y en una habitación atendía a todos los hombres.Las otras prostitutas que trabajaban con ella la insultaban, la humillaban. Siempre le ponían zancadillas.El dinero que ganaba echando horas se lo tenía que dar Surachai. Una noche entró en su habitación Marcos . Era un hombre alto, delgado; iba vestido con unos pantalones grisáceo y un polito blanco; su pelo era rizado; de ojos oblicuos y nariz chata. Estaba casado y tenía dos hijos. Venía Italia.Cuando vio a Ana en el escenario; ella se acercó y le susurró algo al oído:—Eres el hombre más guapo ¿Tienes ganas de marcha?— Le dijo acariciando sus hombros y dándole un beso en la mejilla——¿Cuándo nos podemos ver?—Dentro de media hora nos veremos en la habitación de ahí arriba— dijo señalando con el dedo—Cuando estaban los juntos en la habitación la tiró a la cama, y le dijo:—Eres la mujer más preciosa y distinta a las demás. No pareces de aquí—Soy mexicana— Le contestó Ana con una sonrisa de niña inocente y quitándole el cinturón, lo desnudó entero; luego le quitó los zapatos, pantalones y se acostaron juntos. Tan solo se dejó una cadena de oro.—Eres el hombre más corpulento y más hermoso que he visto en mi vida. Seguro que tienes más de una amante.—Pues no, estoy casado y tengo dos hijas. Sin embargo, mi vida está muy vacía porque no tengo cariño—Tú te mereces una mujer mejor. Yo te voy a dar el cariño que tú nunca recibiste.Después de una dulce velada comenzaron los problemas: Thaksin quería atarle con una cadena y echarle cera en los pezones. Ana se negó y Thaksin le pegó dos guantada que rodó en el suelo y se dio un porrazo en la cara con la mesita. Le pegó patadas y golpes con la correa de cuero.—¡ Puta, puta quién te crees que eres!—¡ Doy placer, pero no soy ningún objeto para someterme a ningún capricho!— Dijo Ana sollozando——¡ Entonces qué eres , yo no te voy a dar ni un solo céntimo si no me haces caso! ¡ oh si no, para qué te pago! ¡ Para que me frustres como mi mujer!— Le dijo Thaksin encolerizado — Se fue de la habitación dejándola tirada en el sueloKamon, una de las que trabajaba en la habitación del club, cuando sintió los llantos de desesperación de Ana, entró a calmarla. Kamon era de origen humilde, sus padres trabajaba en el campo, pero se desplazaron a Bangok.A los catorce años su novio la dejó embarazada y sus padres la echaron de casa terminando en la calle. Desde entonces, lleva ejerciendo la prostitución y su hija de seis años ya duerme en un sótano que estaba en la parte baja del club.Kamon unas veces callejeaba para encontrar hombres. Algunas veces ha sacado a su hija mientras ella estaba trabajando y haciendo autostop a los coches para ganarse clientes.Por amenaza de Surachai, el traficante y dueño del club ha obligado también a que la chiquilla de seis años , Malai se prostituya, pues los niños daban más rentabilidad a los negocios .Kamon tuvo un final muy triste porque en una noche oscura y fría se topó con tres hombres que la violaron, le echaron hielo del whisky en sus pesones y le pegaron patadas hasta quitarle la vida. Malai se quedó sin familia.Cuando Ana dio las quejas a Surachai por la aberración que sufrió por culpa de un cliente, reaccionó mal:—¡ Los clientes tienen todo el poder, tú no pintas nada, sólo das placer! ¡Te pago para que los clientes salgan felices y no aburridos!¡ No seas zorra, qué está fuera de la cárcel gracias a mí, yo me estoy jugando el cuello por ti, porque sales en las noticias, así que ten cuidadito y no te pases! ¡ Y ahora, antes de que te peguen otra paliza, te voy a dar otra más grande que Thaksin!Surachai la ató a una silla y le echó encima agua hirviendo en la cabeza, en vez de aceite, porque sino pierde atractivo físico para sus clientes. Luego le pegó cuatro puñetazos dejándole la nariz y la boca destrozada. Estuvo una semana reposando en la cama de las mismas golpizas, y quemaduras que sufrió en su cuerpo. Al final se le quitaron las heridas y señales gracias a los medicamentos que le proporcionó Surachai.Ana se sintió completamente desamparada, creía que encontró la libertad cuando se escapó de la cárcel, pero se había metido en la boca del lobo.Una mañana cuando estuvo a punto de acostarse después de trasnochar, se presenta Malai:—¡Ana por favor, ayúdame!— Dijo la niña desesperada abrazándose a Ana.——¡ uhii! ¿Qué te pasa?— Le preguntó a la chiquilla con la cara sorprendida——Un hombre muy malo, me quería penetrar y yo no me dejé porque me iba a romper el culo. Le pedí ayuda a Surachai y me golpeó con un bastónDurante diez años Ana vivió un infierno completo: Su pareja le había defraudado y harta de que todas las gentes de su alrededor la controlaran, decidió marcharse a Tailandia para cambiar de ambiente y se encuentra con que ha sido víctima del narcotráfico, cuando huyó de la cárcel vio una oportunidad de alcanzar la libertad y volverse a su país, supuestamente un paraíso al lado de Tailandia, pero se convirtió en prostitutas de narcotraficantes para que la policía no la cogiera. Pero se cansó de aguantar.A mediodía cuando le estaba preparando el almuerzo a Surachai, le echó una sustancia venenosa. Pero Malai la cogió desprevenida.Se sentaron los tres a comer . Ana sirvió la comida y le ofreció de su plato un trocito de carne mojado en una salsa colorada donde tenía introducida el veneno. A Surachai le entró un malestar después de probar el primer bocado y se murió. Entró en su despacho, abrió una caja fuerte que estaba detrás de un cuadro y cogió todo el dinero que tenía.Después salieron del club que estaba ubicado en medio del campo y las dos cogieron un taxi que la llevaron a un poblado cercano donde predominaba unas casas de lujos y de alta sociedad. Enfrente había unos bloques de pisos. Subieron unas escaleras y llamaron en un segundo donde vivía Luang. Luang era hermano de Taksin y amigo de Surachai. Los dos nacieron en un barrio marginal de Bangok, poblado de enormes chabolas, Luang y Taksin fueron los dos supervivientes de siete hijos que tuvo su madre. Luang fue el cuarto hijo, y Taksin, el séptimo, el más pequeño.Los tres primeros mayores murieron de inanición, y de una arriada del río Mankong que asoló a la mayoría de las chabolas y la familia de Luang y Taksin perdieron toda la miseria que tenía. Los dos últimos murieron de un resfriado mal curado. Luang y Taksin eran muy amigos de Surachai porque vivían al lado. Cuando la madre de Surachai murió en el parto de su hermanita Khalan, su padre abandonó al niño y se fue a vivir con sus amigos vecinos. Pero cuando los padres de Luang y Taksin también fallecen: La madre por un accidente, y el padre de un cáncer. Los tres adolescente fueron capturados por las mafias del narcotráfico de Tailandia para que traficaran con drogas y montaran un prostíbulos con menores y adultas se forraron de dinero. El negocio se repartió para que cada uno fueran independiente. Surachai tenía su propio prostíbulo en medio del campo; y los hermanos Luang y Taksin compraron un territorio para sembrar opio y luego tenían una refinería de cocaína que luego exportaba a Estados Unidos y Europa. Pero las relaciones entre ellos se pusieron tensas debido a un problema de dinero. Surachai le debía a Taksin un millón de dólares de drogas, y como no se las pagó, en un duelos entre Taksin y Surachai, delante de Ana, muere el primero y desde entonces, Luang ya perdió relaciones con Surachai. Llamaron a la puerta y abrió la mujer de Luang—¿Está Luang?—Sí, espera un momento—Venga pasar—dijo la esposa de Luang cuando habló con él-El despacho tenía un alicatado hasta el techo; los muebles eran de caoba: Había un armario empotrado donde tenía guardadas todas las vajillas; al fondo ,otro armario también empotrado donde guardaba objetos de lujos y muy exóticos, pero no se veían bien desde lejos. En medio había una mesa enorme y allí estaba sentado él en un sillón.—Sí sentaos—Mira, me llamo Ana, soy española, vine aquí de viaje pero acabé en la cárcel porque me pusieron en el maletero drogas y luego, me fugué de la cárcel gracias a un motín. Terminé trabajando con Surachai a cambio de no entregarme a las autoridades.`Pero quiero escapar de este país.Luang miró con cara de sorprendido porque no se creía parte de su historia, pero cuando vio un maletín lleno de dinero y que más de la mitad se lo iba a dar si le falsificaba el carné: Quero que me pongas Lawan de padre tailandés y madre española y a Malai la pones como mi hija.—Esta bien, pero ten mucho cuidado. No se lo digas a nadie. Nadie puede saber quién soy, ni dónde vivo porque nos jugamos la vida. Me dedico a los negocios clandestinos y yo no quiero salir perjudicado, pero si me vas a pagar la mitad del dinero, entonces, hemos hecho un pacto justo.Luang le pidió ayuda a un policía, amigo suyo y cómplice de proteger a traficantes.¿Será el mismo tipo de policía que conoció Ana en España.? ¿ De estos policías que presta el coche a los camellos? ¿ En la comisaría tailandesa circularía todo tipo de drogas, grandes cantidades de cocaína que el mismo comisario comparte con todos ellos? ¿Será que la corrupción está metida en todos lados?Luego se refugió en casa del amigo de Luang, y él mismo compró ropas a ella y a la niña. Pasaron la primera noche allí y al día siguiente se iría al aeropuerto a coger el primer vuelo de la mañana.—Desde ahora Malassi, tú serás mi hija y me llamarás mamá—Pero, ¿ serás mi mamá para siempre?—Si el destino lo quiere sí. Ya verás como allí vamos a mejorar: Tú irás a la escuela y en tus ratos libres podrás jugar—¿Algún día podré tener un —No lo sé. Te voy a dejar claro una cosa: Yo no te voy a dar todo lo que tú quieras. Pero lo poco que te dé, nunca te va a faltar— Le dijo a Malai dándole un abrazo—Estaba viviendo una situación muy extraña: En Tailandia estaba considerada como una delincuente y en España, una trabajadora extranjera dentro de su propia tierra. Ana te quedaste sin identidad. Ya no eres la misma persona que se escapó de su casa y te lanzaste a la aventura para saborear tu vida independiente. Sin embargo, te hiciste una mujer en la cárcel y los golpes te borró el rostro angelical.Cuando te degradaron tu dignidad perdiste la transparencia y claridad. Tu carácter dulce y delicado murió después de tu verdugo, que es la mafia de la dinerocracia. El comercio de la dinerocracia acabaron con la niña. El comercio clandestino, los reyes de la dinerocracia acabaron con la niña que un día fue capaz de darle una manzana a un mendigo y al ladrón de que entró en tu casa para robar. Dejaste de tenderle la mano a un indigente que un día le ofreciste fuego y leña, una mantita, una comida caliente para quitarle el frío. Has sido víctima de un fraude legalizado por los verdugos del estado que apalean a un indigentes, inmigrantes. Pero tú no has llegado a comprenderlo porque de víctima has pasado a verdugo sin tú tener culpa. Ya no te fías de nadie, te han hecho creer que tu enemigo son los mendigos, los ladrones desposeído y no Ana, te engañaron, tu enemigo son la mafia corrupta que te metió la droga en el aeropuerto y te acusaron de delincuente, y la corrupción te ha convertido en una inmigrante dentro de tu propia tierra. En España te llamará “La tailandesa”, y en Tailandia “La española”.El estado dinerócrata te condujo a la indigencia y a la marginalidad, ahora adoptas como hija a una niña de raíces desconocida, ni tú misma estás segura si su madre era una prostituta o la abandonó y Malai fue adoptada como hija en un burdel llenos de mafioso, lobos sedientos de dinero ¿Quién sabe si la madre de la niña trabajó y murió en un burdel, o la abandonó?Has convertido a una huérfana en hija tuya para que la policía no tuviera testigo de tu crimen. Tú asesinaste a Surachai, diste un golpe a la cúpula de sanguijuela, pero la otra sanguijuela a cambio de oro y plata te sacaron del país. Pariste a una hija de séis años para quitarle testigo de tu crimen y robó al rey de la codicia y del lujo. Cuando acostaste a Malai, estuviste toda la noche en una sala de la casa del policía preparando documentos para falsificar tu carné de identidad y el de Malai. Te fusite a una agencia de viaje que te caía a dos horas de la casa para comprar los vuelos de la primera hora de la mañana.Ana desayunó con Malai un vaso de leche; cogieron el primer autobús que las paraba en el aeropuerto. Estuvieron sentada mientras esperaba el vuelo del avión.Para Ana se acabó la pesadilla porque iba a regresar a su país donde supuestamente existía un “estado del bienestar”, por lo menos la sanidad y la educación pública la iba a tener muy segura. Llegan al aeropuerto de Madrid; luego, cogen el AVE para ir a Sevilla. En la ciudad Sevillana se presentó a la sala de inmigración con sus papeles de contacto con trabajo. Se puso a trabajar en un supermercado ordenando cajas.Encontró un piso compartiendo con cuatro inmigrantes: Uno era de origen peruano, una mujer rumana y un senegalés. Entre todos pagaban el piso. El precio del alquiler costaba doscientos euros. Pero la mayoría de ellos estaban parado porque en España hemos tenido una década de especulación inmobiliaria, hasta que han reventado la burbuja inmobiliaria. El paro y el desempleo es de un 25% . Muchas familias están enteras paradas y el sector más afectado ha sido el de los inmigrantes y los gobiernos están aplicando políticas de privatizaciones de la sanidad y la educación. En algunas comunidades autónomas ya están cobrando por una consulta médica, y la universidad sólo será para sectores de élites que puedan permitirse el lujo de pagar la matrícula. Esto no ha venido de la noche a la mañana: Cuando se hace la transición los gobiernos privatizaron empresas públicas y estratégicas; a raíz de estas privatizaciones hubo deslocalizaciones de empresas aumentando el para y el desempleo en nuestro país. Estas empresas se las han llevado a países latinoamericanos y de Europa del este donde la mano de obra es muy barata, no existen derechos laborales y luego los africanos, suramericanos o asiáticos emigran a Europa en busca de una mejor vida, pero se encuentran con más precariedad laboral, paro, sembrando `prejuicio racista, pues ellos están dispuesto aceptar trabajos no cualificados que muchos españoles no querían ya y cobrando más barato. Pero a raíz de la crisis económicas la construcción cayó y ahora muchos están dispuesto a trabajar en el campo, de camarero con tal de poder vivir, pero los patronos ya tienen a inmigrantes que están dispuesto aguantar todo lo que sea.Luego el parlamento aprueba una reforma laboral que abarata el despido, y están echando a muchas personas en la calle. Debido a esto, siembran prejuicios racista, muchos inmigrantes debido a esta situación insoportable están retornando a su país; otros se quedan porque no tienen dinero para regresar y han perdido esas ilusiones de prosperar y terminan vendiendo en la calle, con miras a que la policía en cualquier momento le intimiden para que se vayan. Todo son trabas, siempre lo mismo, discrimina, criminalizan al más pobre. Cada familia es un mundo diferente. Siempre se dice que lo que a todo el mundo nos deja una huella. Cada individuo, guarda un recuerdo de sus padres, hermanos, que puede ser positivo o negativo. Sin embargo, mi amiga Rosario, nunca vio ninguna razón para rendirle un homenaje a sus padres. Su madre sobre todo, fue muy estricta e incomprensiva con ella. Sus padres nacieron en Carmona, se llamaba Rosario y Manuel. El padre nació en 1939, su madre en 1942. Los dos crecieron en una cueva (casa de piedra) donde no tenían luz, ni agua potable, y caminaban kilómetros, para recoger leña y así era como cocinaban. Cuando Rosario cumplió los quince años, y Manuel los veinte, se marcharon a Barcelona, porque estaban cansado de trabajara en el campo, y cobrando un sueldo miserable. La madre era morena, ojos oscuros y grandes, pelo negro y rizado, estatura baja, y un cuerpo delgado. Siempre tuvo fama de tener un carácter fuerte y dominante. Manuel era moreno, ojos azules y grande, alto, delgado, su boca tenía los labios muy grueso, nariz chata y pelo negro. Tenía un carácter agresivo bajo los efectos del alcohol. En Barcelona, Manuel trabajó en una fábrica de juguete, Rosario, sirviendo en casa de una familia pudiente. El primer hijo que tuvieron fue Antonio. Pero nació muerto, pues en el barrio donde se asentaron apenas pasaba un médico, y al que avisaron, llegó tarde para salvar al niño del parto. El segundo, se llamaba Fernando, murió en un accidente de coche a los cinco años. La última que nació fue Rosario, y la única superviviente. Era morena con los pelos negros y rizado, de niña siempre fue muy afable con sus padres. Apenas tiene recuerdos de Barcelona, pues regresó a Carmona (Andalucía) con tres años. Al principio, se instalaron en la calle judería, en una casa de vecinos, que tenía un patio central, rodeado de arquería; en frente una escalera de ladrillos muy viejas con una baranda endeble. En el segundo piso a la derecha, vivía la familia de mi amiga Rosario. Tenía un pasillo muy estrecho, los suelos eran losas viejas, a la derecha, estaba una cocina muy pequeña, con una mesa de madera antigua cubierta encima con un mármol, enfrente una cocina de gas portátil; entre la cocina y la mesa, había un fregadero de chapas; y al lado, un frigorífico. La salita caía enfrente a la cocina, los muebles que había en el interior era una mesa redonda con cuatro ó cinco sillas, y en unos de los rincones, una hamaca donde se sentaba Manuel ; al lado de la puerta, una lámpara grande, que tenía enchufada y un conjunto de muebles de madera donde tenían guardado los juegos de tazas, cubierto con un cristal de verde vidriera. Dentro de la salita, había una puerta de chapa, que daba a una terracita. El resto de los apartamentos, eran de las habitaciones donde dormía los padres de Rosario, y en la otra, ella. Manuel pidió un préstamo para comprar un terreno donde puso un establo de vaca. Aquí empezaron los problemas, porque Rosario una vez que vendían la leche en la calle, se guardaba para ella el dinero. Cuando Manuel llegó a su casa borracho, Rosario y su madre estaba almorzando, pero empezaron los problemas familiares: _ ¡Yo no me marché a Barcelona para estar peor, quería ahorrar dinero para montar un negocio! _ Si quieres que te dé las quince mil pesetas para el pienso de las vacas, no las tengo _ ¡ Que no las tienes! ¡Si me has dicho que has ganado este mes ciento cincuenta mil pesetas, y no tienes para darme quince mil pesetas! _Hay que pagar la luz, el agua _ ¡ Rosario ,no me hagas reír, que el agua la coges de un pozo, y el contador de luz lo tienes cortado! ¡Por no decir, que tienes a la niña con la estufa apagada para no gastar más! _¡Y yo además de trabajar, tengo que pagar un préstamo al banco! - _¡Bueno, ese no es mi problema, porque yo no monté el negocio! - _¡Puta, te voy a dar tu merecido!- Le pegó una bofetada dejándola caer al suelo - _ ¡ Papa, mama. Basta por favor! - Empezaron a pegarse puñetazos y se golpearon mutuamente con objetos (jarrones, ceniceros, palos de escobas), se agarraron de los pelos, se pegaron patadas, y Rosario se fue a su dormitorio, pero no dejaba de escuchar los ruidos y las palizas que sus padres se estaban dando. Toda la salita quedó destrozada: Los juegos de tazas se habías roto a pedazos, los muebles quedaron agujereados y los cristales rotos. Se llevaron cerca de un mes sin dirigirse la palabra. Pronto empezaron los conflictos con los vecinos. En una reunión todos se pusieron de acuerdo en pintar la casa, y en arreglar las escaleras que estaban bastante deteriorada porque algunas lozas estaban despejadas del suelo. _ Yo no puedo pagar tanto dinero_ dijo Rosario_ _ Pero bueno, Rosario_ contestó María, unas de las vecinas_ Son quinientas mil pesetas a pagar entre todos, tú sólo podrías una parte. _ Ay hija, este mes he vendido poca leche, y mi marido tiene que pagar un préstamo _ Mira Rosario, no pongas de excusa a tu marido porque hace tiempo os pegasteis _ ¡Tú no te metas en donde no te llaman_ Le contestó Rosario de forma sulfurada_ _ No me grites, que yo te he contestado bien _ ¡Pues no me toques la narices! _ Yo no te estoy tocando las narices. Estamos aquí reunido por un problema que nos afecta a todos, y tú estás tratando de rehuir _ ¡ Pues bueno, hija solucióname tú los problemas! _ Primero tranquilízate, y luego, ya hablamos También yo tengo problemas para llegar a fin de mes, y no por eso, voy a dejar de lado las carencias que esta casa tiene _ Pues si no llegas a fin de mes cómo vamos a pagar las lozas, el cemento, pagarle los peones _ Entre todos _ Cuando yo vea a todo el mundo soltando, a lo mejor pongo el dinero Se llevaron mucho tiempo discutiendo y al final, no llegaron a ningún acuerdo ese día. Tardaron un año entero en arreglar la casa. Rosario mi amiga, ya le tocaba hacer la comunión, pero ese mismo año, su padre apareció ahorcado en el cuarto. Su madre cuando se lo encontró, se echó las manos a la cara y arañándose el cutis, cayó de rodilla: _ ¡Ay qué desgracia más grande! _ Mamá, ¿qué pasa?_ Preguntó Rosario cuando acababa de regresar de la escuela _ ¡ Mira mi niña! ¡ Papá está muerto! _ ¡No! ¡ No puede ser! ¡ Papa baja de la lámpara, por favor! ¡ Te está poniendo amarillo! _¡ Mamá, es una carta de papá! _ ¡ Déjame niña, no quiero saber nada! Todos los vecinos entraron en la casa para preguntar lo que pasaba. En el pasillo había tres mujeres vestidas de negro en pie y peinadas con un roete: Isabel, Dolores y Gracia. Fueron vecinas de Rosario durante la infancia. — Yo he comido hierbajo verde con agua hirviendo—decía Isabel — Pues yo trabajaba en el campo día y noche y aún así pasábamos hambre—Le contestó Gracia — Mi perdió una pierna por problemas de circulación. Como ya no podía trabajar, y yo era la hermana mayor de seis hermanos me puse a servir con diéz años. Sus vidas sólo conocieron sombras, martirios, torturas: Isabel se quedó viuda con cuatro hijos; Un hijo de Dolores fue atropellado por un tractor cuando trabajaba en el campo; pero Gracia era la más desdichada de todas, se había quedado huérfana a los doce años, pues su madre murió de un resfriado mal curado y antes de nacer, su padre murió de una tuberculosis. Vivió durante mucho tiempo sola hasta que contrajo matrimonio con Juan y tuvo cuatro hijos. Pero no fueron más dichosos: su hija Carmen falleció por un problema de corazón; los otros tres Antonio, Rubén y Jorge se marcharon a Alemania y no supo más de ellos. Manuela y Josefa estaban acompañando a la madre Rosario en la salita, sentada una en cada lado. Ambas estaban consolándola: —Venga, tienes que seguir adelante. Entraron dos hombres vestidos con uniforme, para llevarse el cuerpo en una camilla. Les costó mucho trabajo porque en la escalera y en la puerta de la calle había mucha gente congregada —¡Espere! ¡No se lo lleven todavía, por favor! —Venga, tranquilízate… —decían las dos mujeres que le acompañaban. —¡Soy una desgraciada! —Piensa ahora en tu hija, Rosario. Tardaron veinticuatro horas en hacerle una autopsia y por la noche hicieron los preparativos del entierro. Al día siguiente, se celebró el entierro. Dos horas antes de la misa, se llevaron el cuerpo al piso y lo metieron en la habitación con la puerta abierta para exponerlo a todos los curiosos. —Entra, a verlo, no tiene mal aspecto, aunque esté muerto Rosario parece que había adelgazado varios kilos en un día, sus ojos estaba alarmantemente enrojecidos y la piel del rostro irritada de tanto llanto. Su hija estaba encerrada en su habitación ; la habían llevado al médico porque sufrió un ataque de ansiedad, y en urgencias le pusieron una inyección, que la sedó casi por completo. A la madre, también la habían llevado al médico y le recetaron unos tranquilizantes. —Se había arruinado porque no podía pagar las trampas… El banco le había mandado una carta para embargarle el negocio, el establo de vacas que tanto quería. —¡Pobrecito! — exclamó una mujer peinada y vestida de negro. Manuela, que estaba al lado de Rosario, le miró con la cara seria. Pasaron cuatro meses y para el día de la comunión, Rosario quería vestir a su hija con un traje negro por la muerte de su padre, pero Manuela dijo que eso no podía ser, y corrió a hacerle un vestido de comunión con una bonita tela de un blanco inmaculado y le puso un lacito de seda que ceñía la cintura de la niña debajo llevaba una combinación larga, que le daba volumen al traje. Por supuesto, no asistió porque como ella dijo, se había quedado viuda y le parecía obligatorio llevar el luto, incluso en aquella ocasión tan especial para su hija. No solo no lo celebró, sino que mandó ese mismo día a su hija a repartir leche Mi amiga Rosario pensó: “Todos los padres han asistido a la comunión de sus hijos, menos la mía. Sólo me ha acompañado Manuela y porque es la única que se lleva bien con mi madre. La prueba está en que ella y Josefa eran las únicas vecinas que le visitaron en el velatorio, y la acompañaron al entierro. Aunque fueron muchas personas a mi casa y asistieron luego a la misa, por un interés malsano y chismorreo y, pues no trataron a mi padre y la mayoría ni siquiera lo conocía. Al final, mi madre vendió el establo y las vacas, y así ganó algunos millones. Después de dos meses se puso a servir en casa de familias pudientes. Rosario era una persona tan miserable como Euclión que vivía en una angustia permanente de que su hija le robara el dinero que había ganado con la venta del negocio de su marido. Ella excavó un agujero para guardar todos sus ahorros. Como aún así no se sentía segura, lo depositó en el banco, y su hija no podía sacar lo sin su permiso. No sólo no le daba dinero a su hija, sino que comía una vez al día en casa de los sirvientes, ahí también lavaba las ropas, y todo por no gastar dinero. Su hija se llevó una semana entera almorzando y cenando un sándwich —Mamá, tenemos que comprar comida porque sólo hay una loncha de queso y medio sobre de espaguetis para toda la semana. —Bueno, ahora mismo no hay dinero. Tenemos que bastarnos con lo que tenemos. Además se puede comer toda la semana lo mismo. Es de señorito comer todos los días un plato diferente—contestó la madre sentada en el sillón sin tener la estufa puesta, ni la tele —¡No mientas, porque sé que podemos comprar comida y no pasar estas penurias! — ¡Mira, no se puede gastar el dinero por capricho, porque con un bocadillo tendría más que suficiente! — — ¡Por qué tengo que malcomer, porque en tu casa comíais un plato al día! o — ¡En mi casa a mí me enseñaron que hay que trabajar mucho y gastar lo mínimo. Toda la semana comíamos lo mismo y no nos pasaba nada! o — ¡Estoy harta de ti y de tus miserias. Cualquier te mandaré a la mierda y no me verás nunca más el pelo! —¡No me grites que soy tu madre! Además yo ya he comido en casa de los Rodríguez. —No tengo bragas limpias. Las tres que tengo están sucias, y me hace falta lavar también una camiseta manchada. —No te preocupes, yo me llevo la ropa a casa de esta familia. —¿Para qué haces eso, si podemos comprar una lavadora? —Porque habría que hacer una instalación de fontanería y nosotros no tenemos dinero. — Pero, ¿ seguro que no se puede hacer la instalación de una lavadora después de los millones que te han pagado por el “negocio de papá? —Hay que ahorrar para el día de mañana. —Yo no quiero malvivir. —¡Pues ponte a trabajar! El mes de mayo ya pasó y llegamos al veintiuno de junio, último día de clase, y terminó la primaria. Yo era buena estudiante y quería estudiar medicina. Pero mi madre me dijo que no podía ser y me puso a trabajar en una casa. —Me van a dar una beca para estudiar. — Si quieres seguir viviendo en esta casa, tú tienes que aportar dinero, y no estudiar — Pero si la maestra me ha dicho que yo valgo para estudiar —Eso ya lo veremos. Cuando cumplió los catorce años, la madre Rosario habló con un notario sevillano ;se puso a trabajar en el servicio doméstico; y la hija se resignó, a pesar de haber discutido todo el verano. En septiembre se incorporó a servir en casa del notario Antonio Álvarez. —¡ Eso es imposible ¡Hay que trabajar! —Pero yo quiero superarme… —A partir de mañana, trabajarás en casa de los Álvarez de sirvienta. Mi amiga Rosario apenas tuvo juguetes en su infancia; su padre se había suicidado y su madre le había borrado su ilusión de estudiar para superarse a sí misma. Y fue, finalmente, obligada a servir en la casa de una familia pudiente, durante todo el día. Cuando llegaba a su casa estaba agotada y encima nunca pudo disfrutar de su dinero, porque se lo tenía que dar todo a su madre. No podía comprarse ropa, ni arreglar la casa porque, según su madre, Rosario, nunca había dinero. Las polémicas con los vecinos se convirtieron en un tira y afloja, hasta que se mudaron, a la calle Real. En la calle Real, compraron una casa de vecinos muy vieja. Se accedía mediante un portal de vidrieras verdes; después de la entrada había un patio central lleno de macetas de plantas con flores: algunas estaban ya marchitas porque había quedado una mujer sola a cargo de la casa y el cuidado del patio después de la muerte de unos vecinos y el traslado a una residencia del resto. Se llamaba Gracita, rebasaba los cincuenta años, de cabello canoso, siempre peinada con un moño. Llevaba puestas unas gafas de montura de pasta de color; iba siempre vestida de negro, según dijo, por la muerte de sus padres, y de su marido. Alrededor del patio, estaban las habitaciones familiares. No había cuarto de aseo, tan solo un váter compartido por todos los vecinos. Todas las habitaciones albergaba una cama de matrimonio, y la de los hijos .Enfrente, había una cocina que tenía los muros desconchados por la humedad. Los únicos muebles que había eran una cómoda de caoba vino tinto con cinco cajones y encima tenía colocada un jarrón con rosas en el centro y alrededor, unas fotos de ella vestida de novia con un traje blanco liso y un velo. El tocador era de pino marrón y pegado a un espejo grande con los bordes de madera. Por último, tenía una mesa, dos sillas y una hamaca. El televisor tenía una pantalla pequeña. —Yo nací en esta casa, precisamente. Esta ventana pequeña, no existía, ahí había una cama chiquitina donde dormíamos mis cuatro hermanos y yo, y la cocina de enfrente no tenía techo. Todo eso, lo arreglé yo después. —Y el resto de las habitaciones, ¿por qué no las arreglaste? —Eso eran de otras familias que se habían mudado y claro, desde entonces, esos cuartuchos están desocupados. Únicamente en el que nos encontramos está en mejores condiciones en mejores condiciones porque era de mi familia. Los apartamentos se cerraban con una puerta de chapa, cubierta con una cortina de guías. Al cruzar el patio, entraron en un antiguo corral que ya no existe, y encontraron un pozo de agua. —El pozo se dejó de usar desde que las vecinas instalaron unas tubería para el agua potable, la cogían del grifo y dejaron cogerla del pozo—dijo Gracita. Rosario compró aquel terreno, con intención de arreglar aquella casa y poner esas habitaciones en alquiler. No sé cuánto dinero se gastarían, pero tuvo problemas con los albañiles al tardar un año en pagarle. Así que una noche, cuando estaban durmiendo, sintieron muchos porrazos de la puerta de la calle, y salió un tal Antonio, un muchacho joven, moreno, de tez oscura, que se fue a vivir de alquiler a un apartamento que caía al lado del portón porque había tenido un niño. Después de destrozar la puerta; la tiraron al suelo; pasando por el patio; preguntaron y se fueron directamente al apartamento de Rosario. —¿Quién anda ahí, hombre? Están despertando a mi niño.— preguntó Antonio —¿Dónde está la bruja?— Andaban gritando una vez que entraron en el patio — —¡ Quiénes sois ustedes! ¡ Por qué armáis tanto escándalo a estas horas! ¿Quién es esa bruja!— Preguntó Antonio mientras los hombres buscaban como locos a Rosario. Salieron todos los vecinos, menos Rosario — —¡ La bruja es una ladrona! ¡ Es la dueña de los apartamentos!¡Nosotros hicimos la obra hace más de cuatro años, y todavía, no nos paga! — —Pues llegar a un acuerdo con Rosario, pero no arméis estos escándalos porque nos hacéis pagar justos por pegadores, nosotros no tenemos culpa— Le contestó Antonio mirándole a por frente — —Nosotros queremos llegar a un acuerdo con esta mujer, pero siempre nos pone excusa: “hoy no puede ser”, “mañana ya hablamos”, “ya os llamaré”, y así no podemos seguir Llamaron de forma constante al apartamento de Rosario, gritando: —¡Abra esa puerta, vieja bruja!,¡ sé que estás ahí! —¡Os vais a buscar una ruina!— dijo Rosario —¡Me da igual, pero a nosotros nos va a pagar lo que nos debe, si no te quemaremos la casa! —Mamá, debemos llegar a un acuerdo con ellos, de lo contrario no nos van a dejar en paz. —¡Salirse todos de la casa, venga —¡Julio, echa una cerilla y prende fuego a toda la casa con la vieja y la niña adentro! —¡Mamá! —Déjalo, nos quiere asustar. Rosario se asomó a la ventana y vio el humo. —¡Vamos, niña, que nos moriremos! Llenaron cuatro cubos de agua en el cuarto de baño y se afanaron en apagar el fuego como pudieron. Los vecinos de otras casas salieron enseguida ayudarles; no obstante, algún rumor se escuchó, “claro, como esta tía es tan miserable, seguro que se ha ganado problemas con algunos”. Se escucharon las sirenas de los bomberos y llegaron a la casa en llamas, apagando el fuego con las mangueras en quince minutos. No tuvo más remedio que pedir ayuda al ayuntamiento, y se fueron a un bloque de pisos, ya muy viejo y con poco espacio. Sólo tenía un dormitorio con una cama grande y un cuarto de baño, tenía las tejas llenas de verdina debido a la humedad. —Anda mamá, págale ya lo que les debes, y así nos dejarán tranquilas… Mira el susto que nos hemos llevado y a la pareja joven que tenía al niño. Al final, la madre Rosario les prometió que le iba a pagar por meses todo el dinero atrasado de estos cuatro años atrás. Recibió a los albañiles en su nuevo piso: — Si dejáis las amenazas y la violencia, yo os adelantaré por meses todo el dinero atrasado de estos cuatro años. — Y¿ cuántos nos pagará?— Les preguntó Joaquín el jefe de su cuadrilla con una cara de desconfiado. — Unas cien mil pesetas todos los meses. — No es suficiente— Le contestó Joaquín moviendo la cabeza — Entonces, unas ciento cincuenta mil pesetas — Está bien— Ya se fueron todos a su casa conforme y la hija Rosario los despidió en la puerta. A partir de entonces, ya no tuvieron más problemas pues, la madre Rosario cumplió con el trato, y ya no se volvieron a ver más.. Enfrente vivía Carlos, un muchacho de veinte años, soltero, moreno, de piel tostada, unos ojos oscuros y saltones, pero tenía unas pestañas tan bonitas y tan largas, que resultaba atractivo. Su cuerpo esbelto y relleno, servía de modelo para muchos hombres, y las mujeres se fijaban en él. Todos se quedaban mirando a Rosario, una vez al salir del piso, ella sonríe, a Carlos, pero vuelve la cara por timidez. —Me gustaría charlar contigo. —No tengo tiempo. —Puedes quedar un fin de semana. La vida de Rosario era monótona y aburrida: del trabajo a su casa y de su casa, al trabajo, y llegaba cansada. —¿Qué te pasa, niña? —Nada. —Me parece que están llamando. —Voy. —Hola, Carlos. —¿Cómo estás? —Cansada, ¿y tú? —Bueno, el fin de semana puedes estar tranquila. —Bueno, tengo las tareas de aquí. —Pero, por la tarde puedes quedar, ¿no? —A lo mejor. Rosario, por primera vez en su vida, sentía esperanza de que su destino podía cambiar: ya pronto , pues Carlos le prometió que se iban a casar y se irían a vivir a Sevilla. Allí ellos podrían ser libres y la familia ya no les tendría atada; podrían salir cuando quisiera sin pedirle explicación a nadie; comprarían todo lo que necesitaba e iba a dejar de ser una simple sirvienta de los Álvarez y de su madre. Sin embargo, cuando salieron un sábado a las seis de la tarde, no apareció hasta las doce de la noche, al llegar, su madre le reprochó su estancia en la calle durante un tiempo tan prolongado : —¿Dónde has estado? —¿No te dije que había quedado con Carlos? —¡Pero bueno niña, ¿tú no sabes que estas no son horas de llegar? —¡Yo trabajo, aporto el dinero a mi casa! —¡No me grites, que soy tu madre! —Por favor, tú no entiendes que yo soy una joven y no una niña , y tengo derecho a divertirme. —Estoy viuda, no me puedes dejar sola. —¿Tú te crees que yo soy tu sirvienta? —¡Ah, mi sirvienta! Para tu información, yo sólo estuve en la escuela tres meses; luego, mis padres, me pusieron a trabajar en el campo; llegaba a mi casa cansada, y no tenía nada que comer. —¡Yo no tengo la culpa de los tiempos que te haya tocado vivir! —¡ Yo soy tu madre y me debes un respeto! —¡Tú nunca me has dado cariño! —¡Porque tú no has conocido a mi padre, que daba palizas por cualquier tontería! —Y entonces tú, por eso, ¿tienes que hacer lo mismo? —Demasiado benevolente estoy siendo contigo. —Te parece poco, que yo me harto de trabajar para que tú te quedes con todo mi dinero, y yo no tenga derecho ni siquiera a comprarse unos zapatos dignos. —Yo he andado descalza y no me ha pasado nada, he vivido en una cueva sin luz, ni agua potable, y teníamos que coger leña para cocinar. —Y ahora quieres que yo viva igual que tú viviste con mi edad —Sólo quiero que me sirvas como yo te he servido a ti porque estoy peleada con mis hermanos, y mis padres ya murieron. Su madre no quería comprender que su hija no era una sirvienta en la casa que, además, la mantenía económicamente trabajando fuera. Esta mujer, como tantas otras, han sido víctimas de una época miserable y represiva que este país ha vivido. Son tantas generaciones de padres y madres privadas de derecho que han querido condenar a sus hijos a una esclavitud permanente: al conformismo. Sólo saben vivir para lamentarse, aceptar lo que ellos llaman “el destino” como si nada se pudiera cambiar. Parece que los jóvenes, por haber vivido otra época, han cambiado su mentalidad, pero la realidad es otra, porque piensan igual que sus padres. Rosario estuvo a punto de ceder a la presión de su madre y cortar con Carlos, pero al final, se enfrenta a su madre: — Ya no quiero discutir más contigo. Me voy con Carlos— Dijo mi amiga haciendo las maletas — Hija, por favor te pido que no te vayas — Voy a vivir mi vida— Le contestó llevando su maleta en la mano y abriendo la puerta del piso. Llamó a la casa de Carlos y le dijo: —Carlos, ¿te acuerdas me prometiste irnos a vivir a Sevilla? — Sí — Pues, vámonos ya, porque no puedo aguantar más. Acabo de discutir con mi madre — Mañana buscaremos un piso en Sevilla.Rosario, como víctima de esa represión, cortó con Carlos, y cuando se enteró que tiene otra, y se van a casar, destrozó todo el piso, y a su madre cogiéndola del cuello exclamaba "¡tú eres la culpable de mi desgracia". Luego se suicidó y la noticia salió en los periódicos, también en los programas de televisión, que se alimenta de las tragedias familiares. No creo que encuentre nunca una noticia más irónica: “Un niño de seis años muere al ser atropellado por una carroza en la cabalgata de los reyes magos.” El feto se asfixió con el cordón umbilical Un pájaro con sus alas rotas escapo de la jaula El ciempiés perdió su capacidad motora A su sonrisa le han caído los dientes Buscaba entre los cajones la risa de su infancia, pero solo pudo encontrar la dentadura postiza de su vejez. Se quejaba de usar gafas; ahora es ciego Mi amigo que era un privilegiado me dijo:“¿Yo a quién puedo envidiar?” Se murió tres meses después de forma repentina a la edad de 25 años La perspectiva infinita de la vida que poseemos en la infancia se nos va revelando finita a medida que adquirimos conciencia Madurar es ir asumiendo limites; es ir asumiendo la muerte En la infancia solo divisaba tierra; el mar no lo podía ni concebir En la madurez solo diviso mar y en mi isla no para de subir la marea Aquellos maravillosos años en que la vida era para siempre Aquellos maravillosos años en los que no me sentía limitado en el tiempo He perdido el desierto; solo me queda un puñado de arena - Por qué nos detenemos? – pregunto histéricamente al conductor, quien ni siquiera se digna a mirarme. - Hemos llegado a nuestro destino- . - ¿Qué?.... ¡eso no es cierto, aún falta mucho recorrido!- le digo un poco alterado. Los demás pasajeros me miran bastante asombrados. El autobús se encuentra detenido en la entrada principal de un antiguo y abandonado pueblo (pero que misteriosamente conserva todas sus edificaciones intactas). -¿sabes por qué estamos detenidos?- pregunto a mi compañero de asiento. El me mira fijamente y dice de una manera tan convincente las siguientes palabras –ya llegamos a nuestro hogar, joven-. -Pero este no es mi hogar - le digo muy enojado –tal vez y pueda ser su casa pero la mía no. -¡claro que sí! Este es el hogar de todos nosotros incluyéndolo a usted - . -¿Que carajos pasa?- pienso, mientras observo como todos los pasajeros empiezan a abandonar el autobús rápidamente. No puedo creer lo que pasa, al parecer y para mi desgracia todas estas personas viven aquí. Había viajado días antes a casa de mi tía abuela Giselle, a pasar vacaciones, pero tuve que regresar tres días después de mi llegada a causa de mi padre, ya que había sufrido una terrible caída y se había doblado el tobillo. Mi tía abuela si me había advertido de los riesgos de viajar por carretera y además solo, pero no quise escucharla y decidí hacerlo en secreto, ya que creía que sería un viaje emocionante, pero no fue así, fue todo lo contrario. Debí haberle hecho caso y haber regresado en avión como lo había planeado e hice cuando viaje a su casa. Ahora me encontraba en medio de la nada, incomunicado de mi familia y amigos y lo que es peor, en un pueblo al parecer abandonado, o eso era lo que yo creía, ya que hasta el momento todos los pasajeros aseguraban vivir allí. Al ver que el conductor bajó del autobús, decidí bajar también. Tan pronto como pisé tierra, un frio de muerte recorrió todo mi cuerpo. Me sentía solo y diferente, como un bicho raro en medio de todos. Después de unos minutos la mayoría de personas empezaron a desparecer de entra las calles del misterioso lugar. Uno de los pasajeros que aún permanecía cerca, me dice: -si quiere puede hospedarse en mi casa mientras le encontramos un hogar disponible- -pero es que usted no entiende, yo no vivo aquí, vivo en el pueblo de….- - sshhh, silencio joven, este será su hogar tarde o temprano-. No comprendo nada de lo que dice aquel hombre, pero al ver que la noche ya está próxima, decido aceptar su invitación de pasar la noche en su casa. - Por cierto me llamo Leonardo – -Alex, me llamo Alex- le digo. Caminamos por varios minutos y recorrimos casi todo el pueblo. -bienvenido a mi humilde hogar- me dice señalando una hermosa casa de la época colonial.me hace pasar .Adentro ya todo es distinto, todo refleja tranquilidad y dulzura, lo que realmente representa un verdadero hogar. -¿vives solo aquí, en esta gigantesca casa?-pregunto. Leonardo me mira y sonreí un poco, luego me dice suave y tiernamente: -mañana te ubicare un lugar donde puedas vivir, no te preocupes-. - Cuantas veces te he dicho que yo no vivo en este extraño pueblo- - - debes resignarte Alex , debes aceptar que has muerto- - ¿Muerto?- no entiendo nada de lo que me dice - ¿cómo así que muerto, yo no he muerto, que acaso estás loco?- Leonardo ríe exageradamente y me dice:-vaya, por lo visto aun no lo has notado…. ¿que no recuerdas lo que paso? - ¿De qué hablas?- pregunto bastante alterado e intrigado al mismo tiempo. - El autobús en el que viajábamos, rodó por el abismo y terminó completamente aplastado en la entrada principal de este pueblo, todos morimos instantáneamente. Supongo que tu no lo habías notado ya que seguramente fuiste el único que no murió el mismo día del accidente, tal vez tu mente estaba haciéndote creer que todo el tiempo seguías viajando hacia tu dulce hogar, mientras que tu corazón se encargaba de dar sus últimos latidos -. En aquel momento, parado frente a Leonardo (un muerto, igual que yo), comprendo todo, entiendo que no hay marcha atrás, y que tendré que pasar toda la eternidad en aquel horrible pueblo abandonado e inexistente ante el mundo, viviendo como lo que soy, un alma en pena, un ser con una trágica muerte. Varias lágrimas recorren mis mejillas. Estoy tan triste y me siento tan culpable de mi propia muerte que lo único que hago es cerrar mis ojos y espera a que todo esto termine… De repente doy un grito de terror, abro mis ojos y noto que me encuentro sentado en el incómodo asiento de aquel destartalado autobús. Doy un suspiro de alivio. -qué bueno que todo ha sido un sueño- digo para mis adentros. En ese mismo instante el autobús frena bruscamente y cae por el abismo… Fin. Había una vez un hombrecillo que fue al banco y preguntó: ¿me pueden dar una hipoteca? A lo que respondió el banquero: ¿tienes una nómina y avales? El pobre hombrecillo le contesto: no hace poco me embargaron la casa, no tengo trabajo y soy huérfano de familiares. Entonces el banquero ceñudo le dijo: ¿tienes hijos? El hombrecillo muy sorprendido le dijo: no aun no encontré a la madre de mis herederos. Con lo que el banquero le repuso: Entonces lo siento mucho, pero quedas proscrito de nuestro débito. Un anillo a su amor le entregó y le dijo: con él te entrego, para siempre, el alma de mí corazón. Hubo una época en la que una neurona guerrera le decía a otra en una batalla épica: tienes toda la razón. Respondía la otra neurona: no tienes razón, preguntaba de nuevo la primera neurona: ¿en qué no tengo razón, en que tú tienes razón? Le contestaba la primera neurona: en eso tienes razón, en que tú tienes sinrazón. A lo que la otra neurona respondía consternada: sí yo no tengo razón, es que tú tienes sinrazón; y de nuevo le decía su compañera: eso mismo, tienes razón, porque yo no tengo razón cuando digo que tú tienes sinrazón. Halagado por toda la familia, cada vez más soberbio y vanidoso por dedicarse a matar gorriones y otros pájaros inofensivos que no se deben comer, "Gimi" se jactaba de ser el mejor con la carabina. Así que me retó y le puse la condición de ser limpios (aunque él no conociera qué significaba esta palabra cuando de disparar armas se refiere). Aceptó. Y toda la familia nos fuimos al campo de batalla, allá en las afueras de Molinos de Papel y con Benito para más inri. Todos se reían de mi inocencia porque sólo se daban cuenta de lo aparente pero no de lo sustancial de mi realidad humana. Así que, antes de celebrar la comida anunciada, preparamos las dianas y comenzó el duelo. Ni "Gimi" ni nadie más (incluídos mi padre y Bernardo) atinaban a meter todas en las dianas. A veces hasta sus disparos se iban tan lejos que los balines rebotaban en las rocas del cerro. Estábamos junto a la fuente y muchos bebían para poder olvidar aquellos fracasos. Me tocaba el turno a mí. Todo era cuestión de saber mantener la calma y el pulso. La calma era normal en mí y no me falló el pulso. La inmensa mayoría de mis balines dieron en el centro de la diana y, al final, al hacer el recuento de los puntajes fue tan grande mi victoria que hasta mi padre y Bernardo se quedaron boquiabiertos ante la incredulidad del listo "Gimi" y del tonto de Benito. La comida fue todo un festejo para quienes confiaron en mí. Para olvidar sus derrotas Benito y "Gimi" se dedicaron a hacer gilipolleces con las carabinas (la foto lo demuestra) y viendo que a mí no me interesaba esa clase de gilipolleces sino recordarles mi gran victoria es cuando hicieron creer a todos que yo mataba pájaros inocentes (como se deja falsamente entender en otra fotografía) cuando en el crimen cometido contra aquel pobre e inocente grajo habían intervenido, como no podía ser de otra manera, Benito y "Gimi" pero yo no tenía nada que ver porque la fotografía era una trampa para hacer pensar lo contrario. Yo sólo sé que no me había fallado el pulso y que había derrotado a todos los que se atrevieron a aceptar el duelo contra mí pero usando solamente dianas. A pesar de ser tan excelente tirador (lo demostré otra vez en el pasillo de la casa familiar de la calle madrileña de Pizarra ante el asombro del Boni y del Maxi) jamás he utilizado esa facilidad mía (en esto de usar armas de fuego) contra ningún inofensivo pájaro ni contra ninguna otra clase de animales. Que Benito y "Gimi" hacían gilipolleces con las armas está sumamente demostrado, pero a la hora de la verdad se jiñaron a la pata abajo cuando vieron mis grandes aptitudes para acertar con las dianas tanto en pie, como de rodillas o incluso tumbado. Y es que el olímpico era yo. Por eso lideraba al Deportivo mientras ellos se dedicaban a matar a inocentes criaturas de Dios y hacer gilipolleces con las armas de fuego para hacerse pasar por graciosos. La gracia consistíó en demostrarles lo contrario; o sea, en hacerles pasar la vergüenza de ser solamente un par de payasos a la hora de tener puntería. Y además payasos sin gracia que es la mayor desgracia que les puede suceder a los payasos. Escondido en lo más profundo del corazón humano, sin excepción alguna, se encuentra inmerso un poder superior velado que siempre está a la espera de que se le dé una oportunidad para manifestarse. En esto, absolutamente todos somos iguales, luego entonces, porqué existen condiciones de vida física y material tan diversas?. Si es verdad que existe un Ser Divino que es el Ser Superior para cualquiera y también está en el interior de cualquiera, entonces porqué existe tanta desigualdad e intolerancia?... La verdad es que la riqueza del Ser Humano es absolutamente incalculable e imprevisible y muy poco o nada tiene que ver con sus condiciones físicas o mentales puesto que, en ambos casos, cuando existe alguna discapacidad (entendiendo por discapacidad una condición física o mental fuera de lo común), una persona da muestras de que para ejercer la infinidad de dones y talentos que posee, lo único que necesita es un poco de consciencia para descubrir aptitudes y capacidades y voluntad para desarrollarlas, practicarlas y sacarles provecho. También es cierto que a lo largo de la vida tenemos una infinita variedad de sueños e ilusiones que son simplemente un mensaje de la consciencia para que explotemos nuestras habilidades y destrezas con intención y brío dirigidos a la realización de todas esas quimeras y soliviantes. Las ilusiones son sencillamente un aviso del trabajo que debemos efectuar ya. Sin embargo, como la libertad interior es inviolable, le corresponde a cada quien descifrar lo que le dicte su Ser Superior y así decide si sigue o no esa guía, la orientación del Ser Divino Individual interior ó, sencillamente, se queda esperando a que fuerzas externas hagan el trabajo para él, trabajo que le corresponde a él. El recorrido por la vida es un constante trasegar por un sendero plagado de incontables tesoros que se unen mediante un tejido que contiene todas las posibilidades. Tantos trillones de trillones de oportunidades tan “solo los podemos observar cuando eliminamos la dualidad de nuestra mente para adoptar el simple y elemental concepto de que solamente existe el bien, todo es el bien”. Entonces así nos damos cuenta de que lo que nosotros llamamos dificultades, que se presentan en determinadas ocasiones o circunstancias, son únicamente el señalamiento de otro camino; como cuando uno anda por la ciudad buscando una estipulada dirección y le toca devolverse porque se ha pasado o porque no es esa la vía que lo llevará al sitio deseado. Las dificultades se vuelven reales cuando en uso de su libre albedrío, el Ser humano decide pensar “sin saber que piensa y mucho menos qué piensa” y resuelve vivir “sin darse cuenta que está vivo ni para qué está vivo”. De igual manera las oportunidades se ven cuando “abrimos los ojos” para que el mundo exista… observación y atención es el gran reclamo que hace la consciencia a todo Ser humano y ahí está la clave; atención sí, porque el que atiende, entiende… ¿Un Dios infinitamente justo ha creado un mundo infinitamente injusto? Cuesta creer que Auswitz sea voluntad de Dios, aunque sea por omisión No tiene sentido que un Dios omnipotente exista y el mundo sea como es No creo que haya ningún Dios con tanta capacidad de crueldad como la que requiere haber creado este mundo;me parece más lógico imputarle esta creación al inocuo azar ¿Cuantas pruebas más de sufrimiento inútil necesita el hombre para darse cuenta de que Dios no existe? De que semejante crueldad consciente, no es creíble
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