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Y encarnizada la lucha comenzo con esquivos y golpes errados hasta que Ahharu potente golpe dio en mi pecho, con su garra, desgarrando mi malla de acero y llegando a la carne, que no sangraba.Y fue que desperte del sueño por la mano de mi amigo, Sir marian que curaba la herida en mi pecho, sin saber que habia pasado. Solo me levante presuroso y en medio de la noche emprendimos, esta vez realmente lucha contra aquel oscuro. Las armas se enfundaron, los caballos se ensillaron y partimos los 102 hacia Ait Ben Haddou, armados del coraje, el acero y la templanza del señor.Nuestros pechos enchidos, vieron la desolacion en aquel poblado de ventanas que se cerraban al paso de los Legionarios de la luz, pero incolumnes marchamos sabiendonos victoriosos aun en la derrota. Purificados por el fuego de las hogueras caminamos, montando guardia por turnos, y era el de Sir Marian, cuando en sueños vino a mi Ahharu y dijo,-hijo de la luz prueba tu fe y ven solo a buscarme..- pues solo he de ir- conteste entre sueños y tome mi espada que yacia siempre a mi lado, y sin abrir los ojos casi obnubilado y tambaleante me dirigi a la puerta de Ait ben Haddou .El frio de la noche me rodeaba con su gélida caricia, y la muerte tomaba mi hombro y me levaba hacia el destino, montados los dos, la muerte y yo en caballos de humo.Y es que llegue a las puertas de aquel infierno y vi con ojos vividos a todos mis hombres muertos, y di pasos atrás y tome mi espada, y dije el señor me guía por tierras extrañas y me lanze gritando y blandiendo el acero hacia la oscura torre.Fue cuando vi el fulgor en aquel pedestal, azul celeste, vivido y tivio. Y a su lado el oscuro Ahharu diciendo - Si quieres la vida eterna tomala solo yo la protejo... Nos miramos brevemente tratando de dilucidar nuestro próximo movimiento, pero eso fue una duda fugaz luego se puso en marcha el adiestramiento y la disciplina militar, con fuertes sogas se dispusieron a tirar los carros con las armas pesadas, mientras un grupo de caballeros bajaban los corceles.Las blancas tiendas movidas por el viento, se mecían rítmicamente y la próxima parada seguía aullando, gritando y vociferando ante nuestra presencia.La gárgola era Ahharu un antiguo demonio sirio relacionado con los vampiros, pero eso no disminuia nuestra valentía pelearíamos contra el mismo Belcebu si fuera necesario.Montamos el campamento y cayo la noche, los caballeros reunidos tramábamos el primer asalto a la torre de Aît Ben Haddou, pero lo que no sabíamos era lo que celosamente guardaba este demonio, segun los aldeanos del lugar escondia la llave a la vida eterna de los caminantes nocturnos.Pero nadie se animaba a hablar mas que eso.Al dia siguiente emprendimos la marcas ha sobre el castillo, nuestro paso hacia retumbar el suelo, las ventanas de las casas se cerraban a nuestro paso y las viudas de negro lloraban por nosotros.Al divisar la torre, Sir Marian sonrio y sacando su filosa espada la beso e invoco la fuerza de nuestro señor. Con mi caballo aun a paso cansino, me pare sobre el lomo y observe a mis hombres y encomende nuestras almas al señor.El paso de los caballos se hizo firme y luego un pequeño trote, luego empezo a rugir la tierra y los escasos arboles temblaron, se acercaba el fin del temible Ahharu. “Pero vos Gómez …que es..yo…” “Es mi último trabajo, digamos mi seguro de desempleo, y te elegí a vos para que continúes mi obra ..” “Pero yo no se nada, ni siquiera se que buscan estas personas y tienen a mi novia …” “En este negocio a veces saber menos puede salvarte la vida…” refirió “aparte te elegí por tus cualidades…sino fijate como resolviste lo de la chica que te puse en paraguay o el incidente en el bar el Gabo” “fuiste vos enano de mierda…te voy a..” “Pensalo bien, nunca actúes sin pensar..” me contuve y empezó a contarme que tras años de dedicarse a asesinar gente por encargo dio con este trabajo y que el pedazo de informe que tenía en el maletín ocultaba una clave para destrabar una gran cantidad de dinero proveniente del narcotráfico,y el cual su cliente estaba interesado en tener a toda costa, pero que el no tenía la intención de dárselo, es más ese era su seguro de desempleo.“Este trabajo debe pagar mi ultima expedición a Australia ahí se encuentra lo único que no poseo una Rock master de cuerpo azul, hermoso ejemplar” suspiró y comenzó a explicar la forma en que realizaríamos la entrega.“Cítalo en este lugar, y recordá que las libélulas preceden a las tormentas” y me dio el resto de aquel informe.Entonces después de explicarme como realizaría la entrega acomodó la solapa de mi saco, levanto parte del mismo y busco en el bolsillo interior donde guardaba la servilleta, se dio vuelta, escribió algo y dijo “ No lo leas hasta llegar a Buenos Aires y seguí al pie de la letra lo que está escrito”.Tomé el avión a Buenos Aires comí algo en el aeropuerto, con los dólares que me quedaban compré un buen traje, unos buenos zapatos y me encaminé hacia el punto de encuentro.Suena mi celular “Sr. Gómez le perdimos la pista en Cartagena, tiene lo mio?..” “Por supuesto pero se lo voy a dar cerca del Mangrullo en Cuidad Evita hoy a las 18 hs puntual, y traiga a mi novia..”Corté, mi corazón palpitaba a un ritmo enloquecido, coloque la servilleta en mi bolsillo y salí hacia el punto de encuentro. Llegue primero y observe el lugar era un descampado lo único que sobresalía en el paisaje era la vieja torre de agua del barrio Cuidad Evita.Al volver mi vista hacia la Richieri vi las 2 Hummer negras que llegaban de donde se bajó este hombre bien vestido con su amante, del segundo vehiculo bajaron 4 personas armadas, uno de ellos sostenía del brazo a mi novia.Metí la mano al bolsillo y todos se pusieron nervioso y comenzaron a apuntarme el jefe levanto su mano, y en ese instante dije “Solo voy a sacar un papel…” Saco el papel y dice – Entrega el informe conta hasta 5 y agachate- me acerque hasta el hombre y entregue el informe mientras el chequeaba le dije que soltara a mi novia , habían pasado los 5 segundos, me agache y el lanzó una carcajada y dijo “Bueno me ahorraste el trabajo de pedirte que te pongas de rodillas..” Saco una glock y me apunto apreté mis ojos como esperando el disparo cuando, sentí un zumbido cerca de mi cabeza luego la sangre de ese maldito corrió por mi cara. La libélula estaba cazando a sus victimas desde la vieja torre de agua, tomé la Glock y maté a la novia del jefe y al chofer de la camioneta la libélula desde la torre hizo el resto, pero no pude evitar que mataran a mi novia.No me sentí nervioso, no me sentí dolido, solo experimente paz interior tomé aquel Cohiba de mi bolsillo lo encendí y realice una reverencia hacia la torre de agua, un reflejo de luz me respondió desde lo más alto Una tormenta se acerca y sobre mi hombro se posa una libélula el viento arrastra el papel que había dejado caer en el tiroteo, lo junto del suelo y leo –SUERTE 0123364879694848 – Bco. General – Bahamas. La libélula obtuvo su seguro de desempleo, y seguramente partió en busca de la Rock Master de cuerpo azul, pero ese día me dejo 3 Cosas Dinero, una nueva profesión y un apodo. Ahora mis clientes me conocen como el Sr. Gómez. Una pequeña Cuidad cerca de un lago, con típicas construcciones de origen hispánico. Pregunte a los lugareños donde estaba la calle Padilla y ellos me guiaron gentilmente, recorrí las callejuelas hasta que me topé con un bar de mala muerte, será aquí, tome nuevamente la servilleta y leí el tercer punto que decía – Tres Esquinas – Cola de pétalo- Sr. Gómez, estaba desorientado pero usé mi lógica y conté una, dos, tres esquinas en la tercera se encontraba este bar y me pregunté que es cola de pétalo? Debe ser una bebida típica o una clave. Entré al bar, me senté y el cantinero me preguntó que quería tomar y le dije “Una cola de pétalo…” Soltó una carcajada y me dijo que era eso y le respondí “es una bebida de mi país…disculpe….Se encuentra el Sr. Gómez” Se le borró la sonrisa y le dijo a un chico que estaba limpiando el piso que lo busque a Gómez. Por una de las puertas aparece este gigante adornado con tatuajes carcelarios y con cara de muy pocos amigos, Y no lo dejé ni hablar “Gómez tenés que decirles la verdad tienen a mi novia y si no le entregás lo que piden la van a matar vengo escapando desde ciudad del este…la chica….hotel muerta….” Me fui callando de a poco, el solo me miraba hasta que el cantinero le susurro “debe ser policía cuidado”, y sin mediar palabra este gigante arrancó de su cintura una escopeta recortada. Antes de que pudiera apuntarme corrí hacia la salida, y un estruendo me dejó medio sordo..fue el escopetazo que dio en una de las puertas. Subí a mi auto y lo encendí todo en un mismo movimiento, aceleré hasta perderlos y doble en un pequeño callejón me recosté sobre el asiento del acompañante todavía estaba agitado y sudoroso, viendo por el espejo retrovisor vi pasar una camioneta repleta de gente armada, creo que los perdí definitivamente. Me incorporé y miré primero a mi derecha y luego a mi izquierda y leí “Libélula Bar” Entré esta vez en silencio, no iba a cometer dos veces el mismo error, tomé la servilleta de mi bolsillo y me senté en la barra. El cantinero me dijo “Que va a tomar?..” dudé y solo atiné a leer la servilleta y dije “Tres esquinas” el cantinero se dio vuelta , en ese momento contuve mi respiración como esperando que me apuntara con algo, y tomó una botella de Ron y me sirvió un vaso, respire aliviado y mi mirada se perdió en el remolino de la bebida alcé mi cabeza y observe un gran insecto que estaba enmarcado en el centro de la parte superior de la barra, a modo de trofeo, El cantinero me pregunta “ Sabe lo que es?...” a lo que respondo “Cola de pétalos” y me dice “ El Sr. Gómez lo espera detrás de esa puerta…” Bebí mi trago de un solo sorbo, quizás fuera ese mi último trago, miré mi reloj tomé el maletín y me dirigí hacia la puerta. Fui a dar a una habitación donde, sonaba música clásica, habían interminables estanterías con frascos repletos de insectos, un hombre sentado de espaldas a mi trabajaba con una gran luz enfocada sobre el escritorio, y dijo “Atrayentes insectos las libélulas, parecen inofensivos pero son grandes depredadores…pasan desapercibidas ante el ojo común pero son una maquina perfecta de matar” el hombre se da vuelta y era el alfeñique de Gómez, ese ratón de escritorio del que todos se burlaban. Si bien estaba algo cambiado no traía sus gigantescos anteojos y por cierto estaba muy bien vestido, para que atienda sus asuntos, pero recuerde que como buen hombre de negocios me cobro las garantías…” Nuevamente sentí un golpe que me adormeció, para cuando me desperté habían pasado algunas horas, estaba en una sucia habitación de un hotel, olía a alcohol y una mujer desnuda yacía a mi lado, en mi mano la todavía humeante 9 mm me ponía en evidencia, guardé el arma entre mis ropas y busqué en mi piloto el paquete de cigarrillos pero solo encontré un Cohiba siglo I, listo para fumar, quizás era un recordatorio de que aquello no había sido un mal sueño, revisé mi bolsillo interno y encontré la servilleta y leí el segundo punto que decía - Calle Padilla – Parque Las Américas – Magangue – Colombia. Tomé el maletín abrí la puerta de la habitación y me topé con el conserje que me habló primero en guaraní y luego me dijo – Dale que se te terminó el turno- “bueno ya bajo paragua, y te pago pero a la piba dejala dormir un rato” con lo cual el conserje dio media vuelta y se encaminó hacia la recepción. Pagué la habitación, salí a la calle y tomé un taxi le pedí que me llevara al aeropuerto. Pase todo el viaje observando por la ventanilla casi como somnoliento, desobedeciendo al chamamé que escuchaba y cantaba el chofer del taxi, salgo de ese trance cuando la voz chillona del chofer me indica que estamos cerca del aeropuerto, entonces me doy cuanta que debo deshacerme del arma, pero como hacerlo, entonces estornudé fuertemente en su oído, y dejé caer el arma debajo del asiento del conductor. El chofer me insultó en guaraní y me dejó en el aeropuerto. Al bajar noté movimientos extraños en la Policía, los agentes actuaban como nerviosos y recordé el cadáver de aquella chica en el hotel, quizás estaban tras mis pasos, me acerque al mostrador de TAM y pregunté si tenían algún vuelo a Colombia, me dijo que no, me dí vuelta y veo que dos policías hablaban por radio y miraban hacia donde yo estaba, y ahí me volví y le pregunté a la señorita si tenía alguna reserva a mi nombre, Raúl Gómez, a lo que ella respondió que si y se dispuso a realizar el check-in, Los policías se acercaban cada vez más y me impacienté ya los tenía a dos pasos de mi cuando un hombre que estaba en la fila de al lado mío comenzó a correr en un minuto la policía lo redujo y los perros antidrogas olfatearon la mercancía escondida en su saco, me hice casi invisible entre la gente y abordé el vuelo a Colombia. La horrible comida del avión me descompuso, voy al baño y cuando paso cerca del teléfono del avión, este suena, y atiendo “Hola” “Sr. Gómez veo que dejó cuidad del Este…recuerde que solo le quedan 36 hs para terminar nuestro negocio” “No lo he olvidado..” “nos pondremos en contacto..” Aterrizamos en Cartagena y lo primero que hice fue comprar un mapa de rutas y rentar un auto o carro como le dicen aquí, me dirigí a la ruta B hasta empalmar con la 25 y por esta hasta llegar a la ruta 78 donde llegué a Magangue. Los muchachos de la oficina sabían de mi compulsión por las novelas de misterio, por lo que seguí mi impulso y le dije al taxista, que bajara en San Fernando y me deje en el Aeródromo, no se por qué me olía detrás de esto una pesada broma de los muchachos y les seguí la corriente. Me bajo del taxi y mis zapatos se posan en un charco que creó la lluvia, “la puta madre, mirá el traje nuevo…” la broma les va a costar cara, me doy vuelta para pagar el taxi pero este se aleja rápidamente, me quedé con el dinero en la mano viendo como salía como endemoniado, bueno al menos voy a usar el dinero para la tintorería. Me enderezo meto la mano en el bolsillo interior de mi piloto y saco un paquete de Marlboro, enciendo uno y me dirijo hacia el mostrador de Bell Air Company. Al llegar apoyo mi maletín sobre el mostrador, y aparece una hermosa mujer de cabellos negros y grandes…Ojos, entregue el pasaporte y el pasaje que estaba dentro del maletín, miro mi reloj y faltaban 5 minutos para que se cumpla la hora, y dije ahora van a aparecer los muchachos y seguro que me llevan a un cabaret de por acá, la mayoría sabía que hoy es mi cumpleaños. La morocha me entrega mis papeles cuando por detrás de mi hombro siento una mano que me agarra fuertemente. “Camine y no intente mirarme Sr.Gomez..” Mis pies casi no tocaban el suelo cuando me metió de un empujón al baño y recibí un golpe que me durmió…. Me despierto y no puedo ver nada solo siento el zumbido del avión y el olor a tabaco. De pronto una voz grave, con un extraño acento susurra a mi oído “Despierte Sr.Gomez” me sacan una capucha negra, y observo en frente mío un señor muy bien vestido que sostenía en su mano izquierda un gran puro Cubano y en la otra un vaso con un mojito, su refinada apariencia se destacaba, impecable traje negro, Versace quizás, unos impecables Ferra gamo con un zarcillo en forma de Omega, los cuales nunca tocaron la tierra dado que su suela se encontraba intacta. Da una larga pitada me mira fijo y dice: “Es un placer el tenerlo frente mío Sr.Gomez, debo aclarar que no soy una persona que aparezca frente a cualquiera… pero como soy un hombre de negocios envíe por Ud. para terminar nuestro asunto…tiene los informes?” en ese momento la morocha que me atendió en el mostrador de Bell Air me quitó de un tirón la cinta que tapaba mi boca, y se sentó a su lado con un andar felino que denotaba que era solo una cosa, su amante. “Aquí debe haber un error yo no soy el Sr.Gomez, Soy….” “ Esta bien, lo llamaré libélula tengo entendido que así lo llaman no?” “De que me hablás.. No conozco a nadie con ese nombre, solo soy un tipo común que se dirigía a su casa después del trabajo…pensé que todo esto era una broma” “Una broma Sr. Gómez, déjese de vueltas y entrégueme esos informes, le puedo asegurar que puedo ser muy persuasivo….” La chica se vuelve a poner de pie y pone un celular en mi oído y escucho la voz de mi novia llorando y diciendo que le de lo que piden o sino la van a matar,“Entonces, Sr. Gómez?...que responde” Me recorre un sudor frío por todo mi cuerpo, una electricidad como las que ocasiona el exceso de adrenalina. Pero debo obtener mas tiempo y así poder ordenar mis ideas, y le dije “Déme tiempo debo resolver algo antes” “Por supuesto..Le daré 48 hs y lo dejaré en Ciudad del Este Mi taxi está parado en el asqueroso transito de un Buenos Aires de viernes a la tarde, suena mi celular. “Si, hable…” “Le comunico que falta 1 hora para que tome su vuelo, Sr.Gomez” “Que vuelo?.. Quien habla?...” “abra su maletín ahí encontrará todo lo que necesita, y recuerde que lo estamos observando” “debe haber una equivocación señorita yo no soy Gómez…” se corto el llamado Si, algo le faltaba a este lluvioso viernes es que me agarre este transito y que me confundan con el bobo de la oficina. Gómez ese patético hombrecillo, Su pelo engominado y sus anteojos de vidrios gruesos denotan una figura de andar torpe, Ja!! Pobre Gómez vive llevándose las cosas por delante. Aparte confundirme a mi, 1.90 mts de estatura con ese alfeñique de 1.50, si hasta parece que su madre lo viste, zapatos negros del tipo escolar con suela de goma bien ancha, sus pantalones marrones con viejas manchas de quien sabe que, su estúpida camisa verde agua y ese suéter a rombos, ahgggg!! Su mal gusto me hace doler los ojos. La vez pasada uno de los muchachos, Troiani el cadete nuevo, quiso jugarle una broma a Gómez, la misma broma que se hace en cualquier oficina, le pego un papel en la espalda, que decía “pegue Aquí” e íbamos todos y lo palmeábamos fuerte en la espalda. No se que fue de la vida de Troiani, creo que lo transfirieron a la dependencia de Córdoba, no sé al fin y al cabo cadetes son los que sobran, distinto es que me transfieran a mi, ah! yo si soy indispensable…. Por fin se mueve este condenado taxi, y otra vez el celular “Siii…” atiendo fastidioso y la misma vos de mujer me dice “Sr.Gomez acate las ordenes que le dí, revise su maletín y regrese a destino, o tomaremos serías medidas, y ya sabe de lo que somos capaces” “Pero señorita ya le dije que yo…” cortó de nuevo la condenada. La curiosidad me ganó y abro mi maletín, una 9mm niquelada apareció en primer plano rodeada de otros papeles una visa, un pasaporte y un grueso fajo de dólares. En el fondo un sobre de papel madera se encontraba cerrado por un hilo, “Vamos por Panamericana,…” le dije al taxista, que gracias a dios era de los que manejan y no hablan, si hay algo que odio son los tacheros que se las saben todas, patéticos, si supieran tanto no estarían manejando un taxi. Tomé el sobre y lo abrí, metí la mano y saque la quinta hoja de un viejo informe de defensa que se había descartado hace muchos años en la oficina, se encontraba garabateado pero me lo conocía de memoria, ya que había realizado la corrección del mismo, pero terminamos por descartarlo, dado que sería raro que no siendo nuestro país una potencia nuclear alguien se le ocurriera atacarnos con una bomba o algo así. Sacudí el sobre que parecía vacío y cayó una servilleta de papel como las que te dan en los cafés con su doble borde de color azul, en una de sus esquinas tenia el dibujo de una libélula, la abrí tenia varios puntos escritos con horarios, nombres, direcciones y ordenes precisas, miré mi reloj y ya habían pasado 5 minutos desde el primer llamado. Observo el primer punto y dice: Panamericana bajada San Fernando – Aeródromo – Bell Air Company Recién llego de trabajar, y como siempre no hay nadie, dejo mis ropas sudadas en el cesto de la ropa sucia, abro la heladera y veo el botellón de agua, una mosca congelada, medio pan, y un tomate moribundo. Descargo el botellón en mi garganta como tratando de apagar el fuego que me provocó ese asqueroso sándwich que compré en la estación de Morón. Prendo la tele y busco algo que me llame la atención. Suena el teléfono. “Hola,…hola…” nadie contesta, estaba esperanzado de que sea María. Me detengo en el canal 8 hay un flash informativo sobre el terrible transito, los autos escapan como las hormigas cuando viene la lluvia, pero con la parsimonia de una babosa. Sonrío por que ya estoy en mi casa. Suena el teléfono. “Hola…” una suave música suena, parece el canto de un niño, o una canción de cuna. “Puta madre no tienen a otro para joder!!!...” Cuelgo y suena nuevamente esta vez puteo como cuando alguien se golpea el dedo con un martillo, emanando cien mil formas nuevas de insultar, “Hola mi amor me fui con los chicos a la casa de mamá..Te pasa algo?...” escuché, “No es que hay un boludo que me jode por teléfono.. perdoname ..” “Está bien vuelvo mañana ya es de noche y el transito es terrible..” respiro aliviado, “Bueno, besos..” y cuelgo, quizás el encuentro con María pueda darse en cancha local, con el nerviosismo de un adolescente marco el número de María, el tono de llamando me pone casi a dormir, levantan el tubo y vuelvo a escuchar esa “cancioncita” como de caja musical, o que se yo. “Hola María..hola…sos vos..” una risa de niño me hiela la espalda, muchos dicen que cuando eso pasa es que la muerte pasó por detrás, pero eso es para la gente que está desequilibrada, o para los que creen en magia negra, brujería, fantasmas. Yo soy un tipo racional, no puedo pensar en esas cosas. Se cierra la puerta del baño con gran estruendo y me puso los pelos de punta, camino lentamente hacia el baño y abro la puerta sin encender la luz, la cortina se mueve, prendo rápido la luz y corro con una mano la cortina y…nada solo estaba el jabón, medio baboso, ya que se lo olvidaron en un recipiente que tiene unos milímetros de agua de la ducha. Mi tele se apaga, ahhh!!! El maldito sándwich me patea el hígado y me sobreviene un dolor de cabeza. A esta altura veo que algo no está del todo normal, será que me persigo o solo será un juego de mi imaginación, por el rabillo del ojo veo una sombra que se dirige a mi cuarto. Corro hacia allí y enciendo la luz..nada. Otra vez el sudor frío, ahora siento un susurro en mi oído, basta..Basta!!!. Mi respiración se agita, que me pasa río y tengo ganas de llorar a la vez, me duele el pecho. Me voy hasta la ventana del comedor y veo a un chico jugar con autitos de colores, sus profundos ojos se clavan en los míos siento miedo. El niño irrumpe en mi casa y me saca de un tirón, mientras tararea esa macabra canción la misma que sale de su cajita musical. Me alza como poseído y me estrella contra el suelo, y comienza a colocar a mi alrededor piedras, y no deja de cantar, amontona una a una las piedras ¡me va a sepultar vivo!!!!! Solo falta que cubra mi rostro el miedo se apoderó hace un tiempo de mí y no puedo moverme, y siento la voz de María que dice “Andrés dejá de jugar y vení a comer…” otra vez me salvó mi amor, entonces descanso tranquilo amontonado con otros juguetes como yo, en un rincón del cuarto de Andrés. Desperté con la voz chillona del Sargento Zhu, un joven navegante que había conocido en la academia Interestelar, “Mayor Kowalski hemos llegado a destino y…tenemos algo para mostrarle”. Dormido y confundido me dirijo al modulo de higiene, corro el programa número 3 como siempre, y parto hacia el puente de mando. Todos estan como conteniendo la respiración, una tensa calma ronda en el ambiente. Las tareas de rutina son ejecutadas con pasmosa mecanización, casi sin alma, como en un gran hormiguero todos siguen la misma voluntad compulsiva, hacer sin preguntar, sin respirar. Tomo por el pasillo de los ingenieros, al pasar observo como uno de ellos rapa su cabeza en forma arcaica, utilizando un filoso cuchillo dejando tras su cabeza un delgado hilo de sangre, perdiendo su mirada en el infinito como si quisiera traspasar el espejo hacia un mundo soñado, obnubilado en sí mismo; cierra súbitamente su escotilla, esta imagen no disminuyó mi apuro es que mi intercom estaba en amarillo, señal de que algo no anda bien. A mi paso todos se alejan casi mudos, como se alejaban de los leprosos en el medioevo, ocultos en las sombras. “Señor Zhu… Revise el modulo de energía, estamos perdiendo luz en los pasillos..” ordené mientras apuraba mi paso “A la orden Mayor..” Y partió raudo por un pasillo secundario. Llego al puente, “ Oficial en el puente..” se escucho desde un rincón, todos se cuadraron automáticamente, “ Descansen..” acoté y me dirigí hacia un grupo que estaba en la esquina derecha del puente, amontonados unos con otros como cuando ocurre algún accidente. El Teniente Sanz, oficial médico del puente, estaba en el piso junto al capitán, “ es que no reacciona!!..” me abrí paso entre los presentes y di la orden de que cada uno regresara a sus tareas, inmediatamente lo hicieron. “Que sucede?..” le pregunté a Sanz entre agitado y confundido, “Ayúdeme a llevarlo a su camarote…” me dijo Sanz mientras lo tomaba por debajo de los hombros. Lo levantamos y lo depositamos en su cama, “tengo que decirle la verdad..el capitán murió..así repentinamente… solo no acató la orden del supremo consejo…no avanzó” en ese momento Sanz largó una corta risa, como nerviosa y entre dientes, y automáticamente frunció su rostro como queriendo llorar. “Cálmese…que lo ayuden a llevarlo hasta el pabellón médico, trate de ver que le pasó” No dijo ni una palabra salió del camarote, a los pocos segundos entraron 2 oficiales lo colocaron en una camilla de rescate, y partieron al pabellón médico. Me encamino nuevamente al puente, por ser el segundo al mando debo hacerme cargo de la situación. Llegué y pedí un reporte de lo ocurrido, S.HO.N.I (Sistema holográfico de navegación Intergaláctica) responde con su voz fría, casi sepulcral “Estamos en el punto de partida y en el de llegada..Destino…Va..cio ..Naaaa DA..!!” y luego se apaga. “Señor Zhu, abra la escotilla panorámica quiero ver hacia donde vamos..!!” Se abrió lentamente y no vi nada un vacío oscuro y sin fondo me absorbió, un fuerte y helado sentimiento estremeció mi columna, tenía la sensación de caer y caer, pero a la vez sentía mis pies pegados, clavados al piso del puente. El silencio era perturbador, habíamos llegado a la nada? Pero que es la nada? Según los libros es el silencio de lo inerte, el espacio entre la vida y la muerte, pero la nada es una catalogación en si misma, lo que dejaría sin sentido la existencia de la nada si es que existe, es más la nada violaría el principio de indeterminación de Heinsenberg, y si esto fuera verdad debería poder medirse según la teoría cuántica del vacío. Me duele la cabeza, y algo tibio corre por mi nariz pero no puedo dejar de mirar el vacío. Escucho unos pasos recorriendo mi cabeza una voz profunda me dice “H.P.Lovecarft a muerto…el capitán murió”. Sigo mirando el vacío, se entumece mi mano mi cuerpo no me responde, me agito y sudo frío, creo que caigo. Mis luces se apagan lentamente y no puedo ver mas que sombras que se mueven presurosas y sin sentido, veo todo. – NO me lleven quiero, necesito ver la nada, me llama, me pide- pero ellos no me escuchan, el Señor Sanz me recibe en el pabellón, ya somos cientos los que estamos ahí, y pronto seremos más. -Es que no estoy muerto, acá estoy!!!- mi mente recuerda algo escrito hace muchos siglos atrás “Que no está muerto lo que yace eternamente, y con los eones extraños incluso la muerte puede morir” pero donde lo leí y recordé….Lo leí en el Necronomicon de H.P.Lovecraft Suena el despertador y me avisa que mi patético día comienza, otra vez la rutina, el mismo desayuno, un ennegrecido café que esperó toda la noche a fuego mínimo, y la media porción de pizza fría que sobró de anoche. El apretujado viaje en tren, hasta el centro, una cesión de subte en hora pico, la caminata de las cuadras que separan a la estación Uruguay y la avenida Córdoba. Pero el paisaje estaba nervioso, un remolino de gente se agolpaba en la puerta de la redacción, dos patrulleros y seis canales de televisión. La negra se acercó y me abrazó bañada en llanto – Se murió…. Estaba escribiendo y Murió..- Quien – Le pregunté – Migueluchis- dijo ella, no salía de mi asombro. Me colé entre dos policías que trataban de contener a la masa de periodistas y curiosos. Subí las escaleras llegué a su oficina y lo vi, tirado sobre su Olivetti cero kilómetro, varios papeles en el cesto, recogí uno del piso que decía – Cuando el entró por la puerta de mi oficina lo observé, traía un extraño bulto bajo su saco, un impulso me llevó a tirarme sobre él, lo reduje y le saqué un hermoso revolver que llevaba no sé con que fin. No podía ser, el escribió su salvación, como si aquella tarde nuestras maquinas de escribir estuvieran conectadas, como si nuestras mentes jugaran al gato y el ratón, o quizás la muerte jugaba con los dos… y él perdió. Miré de refilón la Olivetti con el papel que parecía en blanco, mientras un oficial de la federal me sacaba a los tirones de la escena del crimen. Esa noche no pegué un ojo, me retorcía entre la alegría de no ver más su rostro y la preocupación de ser el sospechoso principal. Al día siguiente llego tarde al trabajo flotaba un ambiente de luto, no se escuchaban ruidos de maquinas, ni conversaciones al costado de la cafetera, y sentí sus miradas inquisidoras clavadas en mí – Qué?...- pregunté nervioso, agacharon sus miradas como temerosos. Me senté en mi escritorio, y el resorte de mi silla me pinchó como todos los días. Me levanté no podía soportar tantas miradas, cuando recogí mis cosas para irme me detuvo un hombre de rasgos duros, ensobrado en un largo sobretodo gris – Buenos días, soy Inocencio Rex, Oficial de la federal encargado del crimen de Miguel Rodríguez…- Comencé a transpirar frío, se notaba mi nerviosismo, fue cuando Inocencio lanzó su pregunta – Que hacia Ud. En la oficina el día del crimen, que se llevó?... – Nada – dije. El no me creyó, me esposó y me llevó a la comisaría, al llegar me enteré que allanaron mi casa y descubrieron el papel donde había escrito la forma de matar a Miguel. Fue mi condena, y esa noche en la celda al cerrar mis ojos volvió como un espectro la cara de mi jefe. Al otro día sonó el despertador y esto me avisó que mi patético día comenzaba, otra vez la rutina, el mismo desayuno, un ennegrecido café que esperó toda la noche a fuego mínimo, y la media porción de pizza fría que sobró de anoche. El apretujado viaje en tren, hasta el centro, una cesión de subte en hora pico, la caminata de las cuadras que separan a la estación Uruguay y la avenida Córdoba. Pero el paisaje estaba nervioso…… Estuve esperando que se me cayera alguna idea para la edición de la revista, es que después de 20 años de inventar historias de terror, se me había agotado el tintero de la imaginación. De pronto mi vieja Rémington dejo de dar frutos, dejó de pagar la renta y de conseguir alimentos. Mascaba interminablemente un chicle desgastado con sabor a nada y cero azúcar, encendía y apagaba decenas de Parliament, escribía insultos algunos para mí y otros para mi Jefe de redacción Miguel Rodríguez, un encumbrado mediocre al cual pagaban un jugoso salario por criticar lo que no entendía. Ese era quizás mi mayor escollo, el tener que soportar que ese infame, que no sabía nada, se metiera con mis bebés una y otra vez, ridiculizando mi esfuerzo. Entonces comencé a escribir, como catarsis, las cien formas de eliminarlo. Comencé con algo sencillo: Irrumpí por la puerta, ante la mirada atónita de su secretaria y amante Gloria – o La Negra – una chilena bien agraciada de bellísimos rizos azabaches, metí la mano en mi saco y saque mi reluciente Magnum 357, que compré en la armería de la vuelta, y descargué las seis luces que me llevaron a mis mejores años de paz. Pero eso hacía suponer que el final de su historia era demasiado rápido, si al fin mi jefe merecía un poco de sufrimiento, entonces empecé a engendrar miles de ideas para deshacerme de él. Casi sin querer – decía otra de mis historias – le solicité a mi jefe el auto de la empresa con la escusa de llevarlo al lavadero, me alejé de la oficina, lavé el auto en lo de mi amigo Mariano y lo estacioné en una arbolada cerca de la vía muerta, a 6 cuadras de la estación Retiro, caminé hasta las vías y tomé 2 piedras bien duras y con ángulos filosos, me dirigí al estacionamiento de la empresa, y sin que nadie sedé cuenta golpeé los caños de los frenos, si esos que llevan el fluido. A las 6 de la tarde en forma puntual el se retiraba, tomaba la avenida principal y luego subía a la Panamericana, a mi jefe le gustaba la velocidad, y en una curva pronunciada tocó los frenos y no respondieron, su cadáver quedó irreconocible, solo pudieron saber su identidad por la dentadura. Pero esta teoría dejaba cabos sueltos, todos sabían que yo le tenía mucha bronca, por lo tanto sería el principal sospechoso, además involucraría a mi amigo, y sabrían que salí muy rápido del lavadero. No quería quedar pegado, pagar a este inservible con años de mi vida era peor, era como que el se salía una vez más con la suya desde el más allá. Me levanté ofuscado por no poder siquiera en la ficción, librarme de esa molestia, me acerque a la heladera, tomé un poco de gaseosa, hagggg!!! No tiene gas, y me dejó un sabor metálico. Enciendo un cigarrillo y bajo la persiana de la sala, el sol caía hacia el lado de esa ventana, a mi me gustaba por que le daba a mi habitación un confortable color sepia, pero el resplandor no me dejaba escribir. Dí vueltas a la mesa mirando el papel a mitad de mi vieja Rémington, la risa burlona de mi jefe salía del papel, parecía un fausto entre la luz sepia del atardecer y su risa enfermiza, señalándome, otra vez triunfante. Volví como el toro al rojo paño, decidido a librarme de Miguel para siempre. Me tomó seis renglones el preparar el plan perfecto, sencillo, limpio y sin ruido. Seis renglones que me dieron la paz que tanto anhelaba, pero aún no tenía historia, bueno que importa si ya lo maté, mañana cuando me levante el no va a existir. Me acosté y dormí como un niño, incluso no recuerdo haber soñado, solo un velo negro como si mi imaginación se hubiera agotado en las 6 hojas escritas con las distintas formas de matar a ese energúmeno. Tomamos por un pasillo secundario, ya que el pasillo principal estaba dañado por un meteorito, y las compuertas se habían cerrado y presurizado. Un punzante dolor partía mi cabeza en dos y se hacía más intenso al entrar en la nave, el resto del grupo no era ajeno a estos sucesos, Roy parpadeaba repetitivamente y Sanz sudaba profusamente. Llegamos al puente de mando y corrimos varios programas de servicios, para nuestra sorpresa, la nave estaba funcional solo permanecía como apagada. “ Y ese sonido?... otra vez…” dije, Roy y Sanz me miraron como si yo fuera un loco pero no era así. Ese susurro volvía a mi mente cada vez con más fuerza, pero es a caso que mi mente juega conmigo o es algo superior que me advierte de algún mal que acecha en las sombras. Es que esta nave está maldita o solo trajo consigo algo desconocido desde la nada, no podía responderme pero mi instinto, si, ese instinto que hace escapar a la presa antes de ser devorada, era el que me mantenía alerta. a alerta.into que hace escapar a la presa antes de ser devorada era el que algun sorpresa la nave estaba funcional Al correr el programa de seguridad, vimos una imagen olografica de Kowalski, se lo veía desencajado, como nervioso, sudando y maldiciendo como poseído y repetía algo casi como un mantra, “Maldito loco…que le pasa.. que ..que dice..” interrumpió Sanz, “Shhh puede ser una pista para saber que pasó en la nave…” dijo Roy pero el olograma se cortó súbitamente lo único que se escuchó fue “ Ahí viene por mí, estoy preparado…Ha..des….ya..Voy …ado…” Se cortó la potencia en el puente nuevamente, “Debemos restaurarla desde el generador principal…” Dijo Roy y se encaminó hacia ese lugar, fue la última vez que supimos de él, la oscuridad y el silencio se hacían cada vez más profundos, Tragándonos suavemente, casi como saboreándonos. Sanz en un ataque de locura apuntaba con su arma como desesperado hacia cualquier parte, y repetía “No me va a agarrar, no me va a agarrar,….” Retrocedió unos pasos y se perdió en las sombras sin hacer ni un sonido, ahora estaba cara a cara con lo desconocido, corrí por el pasillo hacia el generador principal, activé todo lo que tenía a mi paso y volví presuroso al puente de mando escuchando el mensaje de mi nave “ Aquí la nave interestelar Kritos V, estableciendo contacto responda…” “Aquí estoy Kritos habla el primer oficial científico…” la luz volvió a cortarse y un frió intenso se apoderó de mi, los segundos fueron interminables mi luz de mano se apagó casi como una vela al viento. Luego corrí hasta el modulo de desembarque y despegué rápido como escapando de mi destino…caí en un sueño profundo. Me despertó el movimiento brusco de mi nave y volví a escuchar esa voz esta vez más nítida y clara que decía “ Mayor?...Mayor Kowalski despiertese hemos llegado…” Fecha estelar Diciembre de 2459, La nave Kritos V cursa viaje por la constelación Axis, una nueva formación de estrellas surgida en el cuadrante A-345 de la galaxia Lucius. Soy el primer oficial científico, a cargo del estudio de nuevas formas de vida, nuestro destino es un pequeño planeta dentro de este cuadrante, o en realidad debo decir que nuestro destino todavía no está definido. Estábamos en los primeros días de nuestra investigación cuando nos topamos con una nave en medio de un laberinto de escombros planetarios. El procedimiento de rutina marca que debemos tomar contacto Señor.- dijo el Navegante. Señor Zhu envíe el mensaje de rutina- le indica el Capitán Fidel Dos Santos Aquí La nave Interestelar Kritos V, estableciendo contacto responda….- Nada…solo estática y sonidos irreproducibles, el capitán dio la orden de acercarnos teniendo nuestros láseres preparados. La nave parecía abandonada, sin luces de posicionamiento y casi flotando a la deriva, solo permanecía amarrada a aquel pedazo de roca, unida por el puente de emergencia, y una amarra magnética. El capitán Dos Santos, preparó a su mejor equipo, el Sargento Roy veterano de las guerras Cretorianas, José Sanz Capitán Médico distinguido por su tesis del regeneramiento mitocondrial, y yo que me ofrecí casi por un impulso inexplicable. Nos dispusimos a abordar el modulo de desembarque, mis latidos se hacían cada vez más intensos dentro del ajustado traje, un sudor frío corría por mi cara; llegamos a la nave. La mas densa oscuridad nos recibió, solo en el fondo del pasillo una parpadeante luz nos daba la bienvenida, Roy glorioso guerrero encabezó la columna con una luz y su arma en la otra mano, lo seguimos José Sanz y yo. Restituimos parcialmente la atmosfera desde un cuarto de mandos cercano, y pudimos sacarnos los trajes, tener solo el uniforme me hacia sentir desnudo, vulnerable. El ambiente era denso todo estaba en su lugar, como si la tripulación hubiese desaparecido por arte de magia solo rompía la escena un rastro de objetos cotidianos, un cepillo de dientes, y parte de un uniforme, lo levante y leí la etiqueta que decía Mayor Kowalski oficial científico y en su hombro el logotipo de la nave Necronomicon. No puede ser si era solo un mito, la nave que había llegado hasta la nada, hasta los confines del universo. Un susurro cortó mi asombro, lo sentí cerca de mi oído me dí vuelta y le pregunté a Zhu que quería, y el me dijo “ yo no te hablé…”; no recuerdo lo que dijo el susurro, pero me espantó. Caminamos por los pasillos de la inmensa nave en busca del puente de mandos. La nave crujía como si estuviera viva, se quejaba como agonizando, las luces de emergencia dibujaban siluetas a nuestro paso, o eran las almas en pena de la tripulación desaparecida?. El susurro nuevamente, esta vez con más intensidad me hizo dar un giro repentino y apunté a Roy con mi arma, el no se inmutó. Bajó el cañón de mi arma y me dijo “Tranquilo, soy yo…Vamos por aquí..” Al paso me encontré con Perla, una morocha de clase media que me tenía loco, pero nunca la pude invitar a salir dada mi condición humilde. Me guiño un ojo, y cuando la iba a encarar me salió al cruce su vieja, una estirada que se la daba de ricachona “Vení para acá que ese solo te puede dar pulgas y mala vida…” Mi corazón se volvió a romper; solo sin dinero y a pié, me dirigí a mi casa a la pasada Andrés, un pibe del barrio me dijo “che hoy se junta la crema de la crema en el baile la tierrita, Venís?...mirá que va Perla..” Entonces sin nada que perder me preparé. Me bañe, engomine mi pelo, lustre mis zapatos y me fui para La Tierrita. Las luces de Colores y los banderines le daban aire de fiesta a la noche, a la entrada como era de rigor el Negro Chiche te palpaba de armas, pero yo era un tipo tranquilo y ya me conocían entonces me miró y me dijo “Pasá pibe..” con esa voz aguardentosa, que denotaba largas noches de alcohol y faso. Sonaba los ritmos de Alberto Castillo, del maestro Troilo, entonces entró Perla, hermosa deslumbrante, acompañada de la arpía de su madre. Me acerco para cabecearla como es costumbre y se me interpone un dandy bien peinado, de traje a rayas y zapatos de charol. Se me adelantó y la invitó a bailar, la madre me miró mientras decía “Dale Perla salí a bailar con el caballero,..”. No hice mas que tragar la amargura y me encaminé al Buffet a tomar unos vinos, sabios bálsamos para el olvido. No se cuanto bebí esa noche, no era un tipo acostumbrado a la amargura del alcohol, a la salida de La Tierrita, me ataja el Negro chiche, pone su inmensa mano en mi hombro y sin decir ni una palabra me miró a los ojos… y me dijo todo, asentí con mi cabeza como pude y me fui a la calle. Caminé y caminé, doblé la esquina de la calle Pringles y los encontré a los dos jugueteando al amor. No podía controlar mi ira y me acerqué precipitadamente lo dí vuelta del hombro y el respondió con un golpe, caí al piso y un perro me empezó a ladrar como desesperado, Perla ya había corrido hacia su casa como alma que la lleva el diablo. Me incorporé y le reclamé “No podés hacerme esto, primero la guita y ahora Perla…” a lo que el mudo respondió “ Yo te dije que te enseñaba unos trucos, pero los mejores me los dejé para mí…Ja ja..” no terminó de decirlo que mi puñal atravesó su garganta y bajó súbito hacia su estomago. Limpié mi cuchillo y corrí hasta la casa de Pedro, mi amigo, y le dije “ Ya está hecho..” La mueca de su cara denotaba una media sonrisa, al otro día partimos hacia Uruguay con el botín y nadie más supo de mí. Comenzó entonces a enseñarme el cuento del tío, la media uruguaya, y la forma en que debía hacerme el ciego, “ Bueno listo con eso tenés para defenderte..” Me paré entonces en la esquina de Agüero y Perón y comencé con lo del ciego, al rato me vi rodeado de tres personajes salidos de los prontuarios de la Federal, un petiso tatuado, otro falco con la vista perdida y el más agresivo bien vestido de traje y corbata, lo que me llamó la atención. Me increpaban “Eh tomatelas de acá ..” “esta es nuestra esquina chambón..”; como un relámpago cayó el mudo e inundó de golpes la escena, “ dejen al pibe que está conmigo…” todos salieron corriendo, y el de traje al huir decía “ se va a enterar Pedro chico, sabelo…” Entonces el mudo me levantó del suelo, en donde me encontraba después de haber recibido un golpe en el revuelo, y le dije “ te debo una…” a lo que contestó “ Una son la cantidad de vidas que tenés cuidate..” y se marchó con rumbo a la calle Pringles, entonces lo seguí, siempre a distancia, escondido entre la gente. En un instante se dio vuelta pero me oculte detrás del canillita le pedí un diario, “Extra, extra sin pistas sobre el cargamento de dinero desaparecido..” gritó cerca de mi oído el pequeño, entonces compré el diario con mis 25 guitas y lo seguí. El dio vuelta en la calle Pringles y se internó en un conventillo, en la pieza de arriba estaba su guarida, cruzando el patio adornado con guirnaldas de ropa colgada, glicinas en las macetas, y canarios enjaulados. Una señora gorda me salió al paso y me dijo que me fuera pero insistí en ver al mudo, giro su regordete cuello y Gritó “Mudooo te busca un perejil…” (que tienen contra el perejil en este barrio todavía no lo sé). “Dejalo pasar ..” entonces doble el diario por la mitad y me encaminé a la pieza. Un ambiente pesado de encierro se respiraba en esa pieza de dos por dos, donde se repartía las horas entre el catre, la vieja silla de paja trenzada y el calentador a Kerosene donde silbaba un tango su ennegrecida pava. “ Sentate, y pasame el diario..” acepté u obedecí no sé cual de las dos. Entonces me dijo “Quien pudiera hacerse con esa guita no?..” “ con cual?..” le respondí “Con la guita del embarque perejil, con cual otra….” (otra vez con la hierba aromática). Fue cuando recordé una historia que me contó mi abuelo Agustín. En ella describía la forma en que el se vengaría de un patrón, que lo echó del trabajo por salir con la que ahora es mi abuela, el decía que todos los días a las 5 en punto el patrón llamaba a un camión de caudales para retirar la recaudación de la fábrica, el sabía que ese era solo un artilugio para sacar el dinero en un viejo camión conducido por su lamebotas Pedro hijo de un amigo suyo. También sabía el lugar exacto donde lo guardaban hasta el otro día. No hice más que relatarle el cuento al Mudo, “ y si fue tu abuelo?..” “No creo ..” respondí “Mi abuelo murió hace una semana, en la miseria total… Imposible..”. “Decíme en donde lo queria esconder…” “ en un viejo galponcito de la calle Luján, donde mi abuelo tenía un horno de barro..”. Y nos dirigimos presurosos, tomamos el trole, y llegamos al trote a la Calle Luján. Su polvorienta bienvenida opacó mis zapatos, entonces entramos en el galpón y comenzamos a revisar nerviosos casi desesperados. Y bajo una lona, cerca del horno de barro encontramos 3 bolsas, El mudo sacó su cuchillo y cortó el costado de una “ esta llena de guita…me salvé..Ja ja..” a lo que respondí “ Siiii nos salvamos…”. Dejó de reírse y me miró fijamente, levantó su cuchillo ante mi y dijo “ Me salvé.. o que esperabas?.. que lo compartiera …Pe” “Si perejil… ya sé..” repliqué. Entonces tomó las tres bolsas de dinero y huyó corriendo. Me sentí desolado, y volví a mi casa con la amargura que luego se convertiría en deseos de venganza Corría el año 55, cuando el mudo Gambini, un ladrón de poca monta del barrio Carabaza, fue encontrado muerto junto a su perro Zimba en la calle Pringles. Era una de esas noches donde la fina garúa, calaba las almas de los valientes que trataban de hacerle frente, esa lluvia con mezcla de niebla, sabía cubrir bien a los enamorados en los callejones y esconder bajas pasiones, odios y rencores. Lo cierto es que aquel sabandija no merecía tal muerte, tanta ira, tal rencor y desprecio por la vida humana. Si bien Gambini era un ratero, pertenecía a una “familia” ,los Cancerberos, familia la cual tiene a sus hijos bien vigilados, y si sospechaban que el hijo había torcido sus pasos lo “ mandaban a dormir sin comer”, como sabia decir Pedro chico el mandamás de la familia. Se dice que fue por amor, otros que fue por una deuda no pagada, pero lo cierto es que el cuchillo penetro su garganta y terminó en su ombligo, esparciendo sus viseras por el adoquinado de la calle Pringles, solo su perro, mudo testigo de aquella noche puede dar fé de lo ocurrido. Era un día como cualquier otro en la Argentina del General, las fábricas abarrotadas de trabajadores, los trolebuses cargados de poderosos brazos dispuestos a forjar el futuro, se movían como gigantescos ciempiés hacia las zonas portuarias, los canillitas pregonaban las noticias “la nación quinta, La princesa Sofia presenta sus joyas en el museo de arte…” o “ Extra, extra Gran cargamento de dinero desaparece misteriosamente..” Los cierto que los gritos del pequeño canillita se perdían en la maraña de sonidos de la cuidad. El mudo el menor de los 14 hermanos Gambini, era un hombre de origen italiano criado en las riberas de la Boca, en la época en que lo conocí solo era un muchacho bueno de condición humilde y corazón amplio. Nos hicimos amigos por casualidad yo viajaba a la casa de mis abuelos en el trole 403 cuando un problema mecánico me dejó a pata, entonces metí la mano al bolsillo y solo contaba con una moneda de 25, pedí entre la gente pero nada, todos estaban embarullados en sus problemas, mis problemas crecían hasta que llamó mi atención un pobre ciego que estaba en la esquina de la plaza. Sus ropas harapientas, y su falta de higiene me hablaban de que no la pasaba muy bien, y con voz quebrada casi como un moribundo pedía “10 centavos por caridad 10 centavos para poder comer…” .Sentí en ese momento de que mis problemas de traslados no eran nada ante aquel pobre ciego, me compadecí de él y le dí mis 25 guitas, dejandolas caer en la lata de tomate que tenía por alcancía, “Dios te ayude hermano… pero solo te pedí 10 centavos no 25…” me quedé sorprendido, como había podido adivinar de cuanto era la moneda si ni siquiera la tocó, entonces bajó sus lentes oscuros y guiñandome un ojo, me dijo “ Tomá las 25 guitas y seguime…” Presuroso tomé el dinero y nos encaminamos hacia un callejón cercano, el caminaba con dificultad y me pedía que lo guiara. Ni bien doblamos la esquina del callejón se entró a reir. “En serio me querias ayudar, sos un perejil, no te diste cuenta que veía, si apenas te marque que bajaste del 403 me di cuenta de que sos un pelagatos…” lo que pasa es que pensé que estabas en apuros y con hambre, entonces…” entonces larga otra carcajada que casi lo deja sin aire y dijo “ vení yo te voy a enseñar a sobrevivir pero te doy 2 o 3 truquitos y depués estas solo eh…” Lo que me llevó a preguntarle a este Heavy “ como puede ser que toquen esta música en un lugar como este?..” y me dijo “Lo que pasa es que la gente piensa en forma cuadrada y la vida es redonda…” todavía no lo entiendo pero lo desmenuzaré más adelante. Luego de finalizar el Show me acerco al guitarrista, y le pregunto “ Che enseñas guitarra?..” si me respondió, al instante me dio su teléfono y dirección, para mi asombro quedaba muy cerca de casa. Pasaron unos meses y fui a ver a este muchacho (Rody Mango era su nombre real). Su casa era muy prolija, humilde pero prolija, el era de mi estatura su pelo parecía haber sido arrancado de una oveja negra, tenía barba, y muy buena onda. Me hizo pasar me convido con gaseosa, yo saqué mi guitarra (Una Fernandes Stratocaster) y me dijo bueno a ver que sabés. Sinceramente desde que había comprado mi guitarra había aprendido bastante, y después de haber visto el show de la banda en cuestión más me había interesado por el blues, lo cual investigue, y escuché, lo que para el momento me había dado ciertas habilidades. Me pregunto que quería aprender y le dije a tocar blues. Entonces toqué lo que había aprendido en esos meses y me interrumpió, diciendo “y que querés que te enseñe si ya tocas bien..” me dejó helado… entonces repliqué pero quiero tocar como vos, y me volvió a interrumpir diciendo “ vas a tocar conmigo venite mañana a la tarde y trae tu equipo…” me había quedado con la boca abierta, tanto así que una mosca que revoloteaba indiferente se posó en mi frente y casi hace nido en mi boca.( disculpen la licencia poética que me sonó a copiada de algún lugar) Fui al día siguiente y desde ahí comenzó mi verdadera historia con la música. Tocábamos casi todos los fines de semana, la fecha más importante para mí fue cuando tocamos en la inauguración de una galería en San Miguel, esa noche el lugar estaba repleto calculo que había 600 personas, para ver a varias bandas. La nuestra (La Suite 44) fue la última, y teníamos algo preparado para el público. Nos habíamos hecho amigos de un loco poeta, este falco de pelos alborotados y una vestimenta que no tenia ni ton ni son, empezó a hilvanar palabras, que describían el sexo, la locura de la droga, y el rock, para desembocar no sé como en el nombre de la banda. Fue tan bien elaborada la presentación que la gente ya estaba alborotada, yo que me había vestido todo de negro con mi sombrero de ala ancha y mis zapatos bien lustrosos, comencé a tocar y fue estremecedor. La noche terminó con algunos tragos con gente desconocida que me palmeaban la espalda y me decían “ Mortal loco como tocás…” Todavía no reacciono, pero ahora si entiendo la locura del artista por el aplauso, por que no crean que hacía diferencia económica, creo que lo que gané esa noche me lo gasté en cerveza y vino. Una vez participamos en un concurso de bandas, el ganador (que ya estaba elegido de antemano) tenía la oportunidad de grabar un disco. Lo importante de esa noche no fue como tocamos ni lo que despertamos en el público sino la previa todo lo que vivimos hasta llegar al lugar. Para ese entonces nos seguían personas de varios barrios, los que más nos seguían, y con esto digo nos seguían a todos lados siempre, eran unos chicos de Boulogne (20 o 30 aproximadamente) de hecho se alquilaban un micro para vernos. La tarde comenzó con unas birras y unas papas fritas mientras cargábamos los equipos, mi cuñado Carlitos se había hecho fanáticos de nosotros y era nuestro plomo oficial, aunque le faltaba un poco de fuerza, pero ayudaba. Entonces cayeron los pibes de Boulogne con el micro y comenzó el viaje. De mis gustos por la música Bueno de chico siempre me gustó la música, mis gustos son hoy variados gracias a mis viejos. Poseíamos una gran colección de música de la más variada, Tangos, Rock, Cuarteto, Música clásica, etc. Recuerdo que mamá iba a las disquerías y pedía los álbumes cantándoselos al empleado de la tienda, a mamá se le complicaba con el inglés, entonces entonaba así “ quiero ese que dice guanchhi guan tu yu.. naranannna” imagínense la cara del pobre tipo tratando de descifrar lo que era guanchi guan tu yu , inexplicable. Pero siempre encontraba lo que quería, una vez estaba detrás de un tema, y decía “quiero el tema ese de Espaiderman….lalala” resultó ser el tema The Paintman, el muchacho de la tienda ya la conocía y cuando ella llegaba revolvía todo por que era una venta segura. Bueno de chico se me había dado por construir una batería, para lo cual había separado algunos tachos y baldes, mis dos palillos eran unos ruleros de goma de mi vieja, y mis platillos eran tapas de ollas, las cuales después de las primeras cesiones no sirvieron más. Recuerdo que un día mi abuelo ( El gran Fontan, ese era su nombre artístico en España ya que él era un gran trompetista de música española y de Jazz) me llevó a caminar por el centro, el debía ir hasta SADAIC a cobrar un dinero por unos arreglos musicales, y le comenté de mi batería de tachos, en ese momento el no lo dudó y quiso comprarme con el dinero ganado por el una batería. No lo podía creer, pero pensé que quizás el necesitaba el dinero y le dije que no. Luego me encontró la adolescencia con la inquietud de la guitarra, mis viejos nuevamente me apoyaron con esto y me compraron en “La Pua” una guitarra eléctrica roja, era un tanto rústica y sonaba mal, un poco por su baja calidad de sonido y otra por el ejecutante. Me fui a ver quien podía enseñarme, y pasé por un fanático de los Beattles, el cual solo me enseñaba las canciones, y no me convenció, luego por un Neo Hippie que me hacia estudiar canciones de iglesia (raro como mondongo con dulce de leche), hasta que un día cansado de tanto buscar y estudiar por mi cuenta, fui a un bar llamado “La Esquinita”. La Esquinita era un reducto en San Miguel Oeste, donde solo se escuchaba Heavy Metal, era un lugar áspero, un lugar donde nadie se animaba a ir sino era “del palo”. Y ahí entre con mi pantalón pinzado y mi camisa blanca, mi pelo corto peinado con raya al costado. Quien les habla contrastaba solo un poquito, con los muchachos llenos de tachas, camperas de cuero negro, de mirada pesada como de pocos amigos. Busque un lugar para poder ver a la banda que iba a sonar, pasé por la barra y compré 2 Quilmes bien heladas, tome posición cerca de un grupo que me miraba fijamente, prendí mi cigarrillo, y miré bien fijo a los ojos a uno de ellos. Este se levantó y recién ahí me dije “cagaste…” , se acercó y me pidió fuego luego me invitó a sentarme con ellos y compartió su bebida con migo y yo compartí mi bebida con ellos. Lo que me dejó algo en claro, no te dejes llevar por las primeras impresiones. Paso un instante y al escenario subió la banda, su cantante era mujer lo que me sorprendió y cuando empezó a sonar, me conmoví estaban tocando una música que desconocía hasta ese momento, era Blues. Llegaste en el mejor momentojusto cuando estaba por caertu mano alzo mi corazony lo puso cerca de tu luz,de tu ser.Te amo es poco, me quema la piel cuando no te tengose oscurece mi alma en la distancia.Se enorgullece mi hombría en las noches,temblores desenfrenados...de amor, pasion, locura...Te amo es poco, pero es lo que siento.Nuestras semillas laten y caminan,Aman y sueñan... estamos hechospartamos juntos...por que te amo es poco para los dos. Todo esto lo realizaba para no tener que matar a una persona (bueno persona…mi jefe), que me traía dolores de cabeza, recuerdo que tenía varias bicicletas y estaba yendo al trabajo con una bicicleta roja semitubo, que me había comprado un compañero de trabajo. Cuando al llegar a la curva del Colegio Militar de la Nación, en Palomar, Bummm!!! Se me apagaron las luces, y no recuerdo más nada. Según el colectivero que me chocó, dice que el no me vio (Yo circulaba con luces, franjas refractarias y un chaleco refractario..) y que cuando sintió el golpe, miró por el retrovisor del colectivo y me vio dando vueltas y tumbos. El paró y dice que yo subí gateando al colectivo, y que luego bajé solo en la sala de primeros auxilios, pero no recuerdo nada. Si empiezo a recordar cuando me sentaron en la camilla de la sala y quisieron enderezar mi pierna izquierda, la cual yo tenía doblada y no podía estirar. Cuando el enfermero me agarró la pierna “ahhhyyyy…” pensaron que tenía la cadera rota. Luego de 5 hs me internaron en la clínica cerca de casa, donde todos fueron a verme entre lágrimas, son esos momentos en los que uno dice algo bien habré hecho, sino porque me quieren tanto. Después de este incidente mi señora dice que perdí la memoria, o es una escusa que ella usa: Ejemplo: Le digo: - Mi amor te compraste este vestido pero no vamos a llegar a fin de mes..!!!- A lo que ella responde: - Pero si vos me decías que lo compre… viste que no quedaste bien del accidente. Pero si perdí la memoria como estoy escribiendo mis memorias, en todo caso debería escribir mi falta de ellas. Pero bueno ardid de mujer, dejala…. Yo si me acuerdo de Quien SOY???? De mis temores tempranos Como todo niño siempre guardamos miedos internos tan inexplicables como el de una puerta abierta, o la oscuridad, etc. Esto es solo una lista de miedos que tenia de chico. Miedo a la Gioconda (Reproducción del famoso cuadro de Da Vinci que tenia mi mamá en el comedor de casa)Miedo a la oscuridad (Típico)Miedo a que se caiga el balcónA la polenta (¿?) Con respecto al cuadro de la Gioconda, o la YOCONDA como le decíamos mi hermana y yo, creo que mi mamá lo ponía en ese lugar para que no asaltáramos a heladera de noche. A los perrosA la foto del disco de KISS (en particular la de Gene Simmons)A la mirada de las muñecas de mi hermana En síntesis era un cagón. Dos teorías sobre la perdida de memoria y del cabello Como dije en un principio voy contando los acontecimientos que me marcaron según me acuerdo, no por que quiero dar a este relato un poco de misterio, sino por que se me escapan algunas cositas, y esto creo que es debido a dos momentos bien definidos de mi vida uno en la infancia y otro ocurrido hace pocos años, de los cuales desarrollé dos teorías. Teoría de la caída del cabello o teoría del Chispita: Como les vengo contando provengo de una familia en la cual el amor sobraba, pero no así los pesos, lo cual obligaba a mi vieja (que debería haber sido ministra de economía) a utilizar varias herramientas para economizar y llegar así, a fin de mes. Por ejemplo regateaba lo que ya estaba de oferta, o compraba las “marcas alternativas”, por ejemplo zapatillas ADEDOS parecidas a las ADIDAS pero a los 100 mts te quedabas en patas, o, y acá viene el principio de mi teoría, el jugo CHISPITA de naranja. Este jugo( si así se lo puede llamar) creo que era una mezcla de algún producto químico que sobró de la guerra de Malvinas, o una junta de cosas que lo único que no proporcionaba era gusto a jugo de naranja. Recuerdo que una tarde mi madre se asomó por el balcón y me llamó. Me dijo “ Andá a los locales y trae medio de picada, un Conway y un chispita…” La lista de compras era casi siempre igual con la variante que en vez de medio de picada, a veces era un paquete de salchichas de 6 o en su defecto una caja de hamburguesas Swift. El dinero me lo tiraba por el balcón en un broche de madera( de esos que se usan para colgar la ropa al sol), el cual por jugueteo del viento, a veces caía en algún otro balcón y me obligaba a tener que llamar al vecino y pedirle la “ encomienda aerea”. Luego debía comprar y subir los 9 pisos por la escalera, y siempre pero siempre, mi mamá decía “uy.. me olvidé de….”y empezaba todo de vuelta. Bueno de tanto subir y bajar me agarraba una sed, que parecía que estaba en el desierto, entonces agarraba el CHISPITA, le ponía soda y hielo, y me lo tomaba. Un día fue tal mi apuro que se me cayó el jugo puro, sin rebajar con soda al piso de la cocina, que era de esas cerámicas rojas como de patio, y busque un trapo para limpiar y que mi vieja no se diera cuenta…y ahí me sorprendí el jugo había decolorado las cerámicas….Si!!!! no les miento les quitó el color, mi única reacción fue “Guauuuu que loco..” Ahora después de tantos años pienso, si le hizo eso a la cerámica, entonces que le hizo a mi organismo, y de ahí saco la conclusión de que mi calvicie estuvo generada por los años de consumo de esta mezcla de líquidos radioactivos. Teoría de la falta de memoria: Bueno esto más que una teoría es casi una realidad pero juzguen ustedes mismos. Hace aproximadamente 5 años y medio, me dirigía a mi trabajo, en aquellos días realizaba distintas actividades físicas, como boxeo, pesas, corría, etc. Fabián, el menor de los hermanos, le había echado el ojo a la Eli (mi hermana), fue entonces que Claudia la Novia de Pipi Fazzari, les hizo “Gancho” Ella tenía 14 años y él 15 aproximadamente (perdí el espacio tiempo, luego les cuento) Todavía recuerdo las tácticas y estrategias desarrolladas para que pudieran tener un poco de intimidad. La más común era la cortina, una especie de barrera de fútbol que formábamos todos para que la Eli y el Tano se besaran sin que los vea mi viejo (que la tenía más que clara), el cual a veces se daba vuelta repentinamente, lo cual generaba más adrenalina. Que lindos días. Otra táctica usada era la de darle charla a mi viejo, y aparte formar la cortina. Pero nada podía evitar el ojo aguileño, la mirada que traspasaba los cuerpos de los cómplices. El ojo vigilante que ahora entiendo. Al principio pensábamos que nos íbamos a deshacer rápidamente del Tano, como le decíamos, pero el muchacho era un hueso duro de roer, se había agarrado como mugre de croto. Y así mi hermana cumplió 15 años, me acuerdo de los esfuerzos de mis viejos para comprar la tela del vestido, de las discusiones de la lista de invitados, de la efervescencia del momento. Como no iba a ser así si era el evento más importante de la familia. Y lo vivimos con la angustia de lo desconocido y la emoción de los momentos únicos. Creo que fue el regalo más importante que le dieron a mi hermana, pero detrás de esto había una sorpresa más, un ardid secreto, una trama oculta. Llegada la fecha del cumpleaños, los intentos en vano de deshacernos del Tano no surtían efecto, ese pibe mezcla de Mussolini con Kamikaze japones, seguía saliendo con la morocha del Fuerte apache. Cabe destacar lo que implica que alguien que no es de tu barrio salga con una piba de TU barrio, y más tratándose del Fuerte. Por eso creo que el Tano es la persona que batió más records, a saber: Velocidad : Bajaba los 9 pisos y corría 300 mts, en lo que a nosotros nos demandaba cerrar la puerta y asomarnos al balcón.Perdida de DNI en un mismo lugar : Para tener una escusa de visitar a mi hermana, mi mamá inventó que “ uyy se olvido el documento!!” a lo que mi viejo respondía “Este es boludo o se hace?” Tiempo en tener las bolas de moño : Esto está dado por lo siguiente. La sorpresa que tenía preparada mi hermana, era que en el cumpleaños de 15 se iban a poner los anillos de compromiso con el Tano, mi vieja como el enemigo interno, sabía de la operación, el único que se mantenía en total desconocimiento era mi viejo, el cual no compartía del todo la idea. Pero gracias al tesón de mi vieja se colocaron los anillos en el pasillo del baño de la sociedad de fomento. Y de ahí el 3º record del Tano, nunca vi a una persona tan incomoda, parecía que tenía una cita con el diablo, pero en realidad la tenía con el destino. El sentimiento después fue solo de alegría de relax, este Tano paso a ser una de las personas que más admiro y respeto, no solo por sus pergaminos y records sino porque fue como mi hermano mayor, mi amigo, mi guía. Esto no desde el chamuyo sino desde el ejemplo…desde la constancia. Te quiero mucho cuñado. Si pasaron los años y como les cuento el Tano no soltó, y se agarró como mugre de croto como les dije antes, se casó con mi hermana y nos regalaron 3 hermosos sobrinos, La MI-K , Lea ( alias el cabesaurio), y Lauty ( el Cameza) . Comprar un nuevo tocadiscos era medio caro para nuestro presupuesto, hicieron la prueba de rigor. No les voy a mentir internamente me debatía entre que funcione, para que mis viejos no deban gastar en un tocadiscos, y la interna satisfacción de haber derrotado un enemigo antiguo, si hablo de ella…GACHI FERRARI. No sonaría más con su aterrador arriba chicos, TE ODIO GACHI!!! Pero el viejo winco, como si fuera TERMINATOR, no sufrió ni siquiera heridas internas y nos acompañó por varios años más. (Ehhh!!! Tecnología Argentina!!) De mi corta vida en la Capi Como mi hermana (Eli) y yo estudiabamos en capital, y la casa (Premoldeada comprada con mucho sacrificio) de San Miguel todavía no estaba lista, vivimos un año con mis abuelos, los gallegos. Los abuelos vivían en Flores, en donde tenían, como toda su vida un almacén. La abuela y el abuelo 2 Gallegos, de esos que tenés que pegarles para que dejen de laburar, nos trataban muy bien. Pero la distancia con los viejos se hacia notar. Recuerdo que mi hermana, una de las personas que después de mi vieja y mi viejo me quieren sin condición, a veces se iba caminando desde la escuela hasta Flores, para ahorrar plata y comprar algo para el Sábado que íbamos a ver a Mamá y Papá. No podía adaptarme a los ruidos del barrio, colectivos, bocinazos, gente que pasaba.No era mi geografía y para colmo los viejos lejos. No se si por eso fue que repetí el 3º año de la escuela técnica, o solo por propia boludez de la edad, pero si me marco estar lejos de mis viejos. No puedo, ahora a la distancia que otorga el tiempo, más que agradecerles a mis abuelos por recibirnos como a sus hijos, allá arriba en donde estén ….Gracias. El Tanito castigadote : Fabian Vicari Volvamos para atrás en el tiempo. Así como yo tenía mis experiencias, las tuvo mi hermana. Recuerdo que de chica le gustaba un pibe del Fuerte, Cacho el hermano del Oreja. Flaco de condición y feo como una puteada a la madre en el día de su cumpleaños, por Dios, no solo era feo, cuando Dios repartió las caras a él le tocó un pedazo de masilla y le dijeron “armala vos mismo…” Pero ella estaba deslumbrada, gracias a HANG CHANG KIM (creador del TKD) mi viejo metió a todos en el gimnasio a practicar TKD. Al principio fuimos a la sociedad de fomento, luego nos trasladamos a un salón que nos alquilaba la iglesia de la Av. Mitre. En el gimnasio había 2 turnos el de los chicos y el de los Grandes (donde estaba toda la movida). Yo iba al de los chicos y mi hermana al de los grandes, en ese mismo turno iban los hermanos Vicari, hijos de un matrimonio italiano, el padre con oficio de peluquero(ojo no los trolos de ahora, peluquero de los de antes, de los que te cortaban la oreja si no les hacías caso) los crío con valores y códigos parecidos a los nuestros. Sin el pan y sin la torta A todos nos pasa, aunque sea una vez en la vida, alguna decisión inexorable, esas que solo tienen dos respuestas si o no. Como todo buen Argento, en esas ocasiones decimos “y…..voy viendo…viste”. No, no, no, no….grave error y ahí les va el cuento. Salía con Jessica, hija de un tachero que por manos tenia dos racimos de bananas, además tenía un hermano menor, atrevido y bocón. Jessica estaba peleada con Laura, su vecina de la casa contigua (si la que me apreté la primera vez) Laura festejaba su cumpleaños 14 e invitó a medio barrio, menos a Jessica. Incluso me invitó a mí, y yo como me gustaba tanto la joda fui (lo hubiera pensado mejor) Al llegar noté que ella charlaba mucho con migo, bailábamos, me traía gaseosa. En determinado momento del cumpleaños me lleva a su pieza para mostrarme los regalos que había recibido, y me encaja un beso que me dejo sin reacción. Desde un rincón de la habitación escucho una voz aflautada que dice “ Ahora le voy a contar a mi hermana….” Si era el petiso entrometido, en ese instante me lanzo hacia el, como si fuera a tacklear al pilar de los ALL BLAKCS, pero el enano era muy escurridizo, y se me filtro entre una mesa de luz y la puerta, la miré a Laura ella se rió y se fue de la mano con el pibe nuevo de la barra. Si había caído en la trampa. Al día siguiente me encontré con la mamá de Jessica la cual me sermoneo un rato largo, y entonces saque el manual argentino de la trampa, que en el articulo 1º inciso 1º reza “Hay que negar todo hasta las últimas consecuencias…” y trate de esgrimir una defensa en vano, pero lo que me rompió el corazón fue que me dijo que Jessica había estado llorando toda la noche. De ahí en adelante nada sería igual..que boludo, que me da la facultad de romper un corazón…Quien tiene el derecho de hacerlo? Quizás por esto volví años más tarde y pedí disculpas, ya habíamos crecido, ella casi ni se acordaba, pero mi corazón quedo en paz. De la mudanza a San Miguel Nos mudamos del Fuerte Apache, por que el ambiente estaba muy espeso. La llegada más fluida de la droga hizo desaparecer algunos códigos que siempre se habían respetado más que a la ley, como por ejemplo “Con la gente del barrio NO…” o “Con la familia y los chicos NO…” El recuerdo de esa mudanza la primera que me tocó vivir, parecía sacada de una película Argentina, de esas que se ven los Domingos por la tarde. Desde el 9º piso volaban atados con las cosas más livianas, colchones, almohadas, etc. Las cosas más frágiles se bajaban por la escalera, y lo más pesado por una roldana que nos había prestado Don cacho, un santiagueño albañil de oficio, que vivía en el 10º piso de la torre A. Lo que quedo en mi memoria grabado a fuego fue cuando bajaron el Winco. Venía todo bien hasta el 5º piso, cuando de repente se cortó la soga, y soltó aquel pedazo de madera con válvulas, aquel tanque Sherman del sonido. Lo cierto es que no se si el día anterior había llovido, o si alguien había regado mucho, pero el Winco en su veloz carrera incrusto sus 4 patas en el barro, como aferrándose al barrio. Hubo un silencio y mi viejo exclamó “ Mami cuanto vale un tocadiscos?...” Y comenzó el partido, imagínense mis hormonas ante esas bellezas saltando y agitándose transpiradas, entre risas y respiración agitada casi como en cámara lenta. Esa imagen se rompió rápidamente cuando Jessica me pinto la cara con lápiz de labios, lo que me enojo, pero pronto me explicaron que a ella le gustaba hacer bromas.(Sería como una iniciación, una clase de aceptación o la firma de mi pase a la barra). Pasó el primer día y me dijeron que el Sábado siguiente habría un ASALTO…no, no era mi iniciación en el mundo criminal, me lo aclararon por si me venia con los fierros (2º sensación de discriminación) ya saben Uds donde vivía. Y llegó el sábado, ese día me preparé mi mejor ropa, que como podrán adivinar no era de última moda. Me puse un pantalón tipo Jean pero de gabardina gris, zapatillas negras y camisa blanca, desde lejos parecía que iba a tomar la comunión, solo me faltaba el moño en el brazo. Y bailamos y nos divertimos al ritmo de “GAPUL”.Nadie de mi edad puede olvidar la tapa de las tres chicas en moto con tangas fluo insertadas casi hasta la columna vertebral. Pero el nudo de la fiesta comenzó cuando alguien, no se quien dijo “..che!! pongan unos lentos..” aahhh!!! el momento esperado, y como todo caradura nuevo en el grupo encaré a la más linda, Laura y lo mejor es que arrancó. Entonces me acomodé el pelo (que raro que suena esto…tenia pelo) y salí confiado a comerme la cancha, a sacar a los pibes de paseo a…. bueno ya se entendió. Le dije muy cerca de su oído algo que nadie antes dijo “…Bailás?...” y me dijo si, entonces abrasé esa cinturita que uno solo puede abrazar a esa edad (13 a 15 años) y que después solo sueña con abrazar. Di mis primeros pasos, al comienzo como siempre a una distancia que ella imponía con sus codos en mis hombros, y la cual yo trataba de acortar, acercando su cintura a la mía, y entonces sonó la primera alarma….Oh..Oh…Houston tenemos un problema!!.Tenía menos chamuyo que Bernardo el empleado del Zorro, entonces opte por lo más fácil (una mala costumbre que me perseguiría por muchos años). Empecé hablando del clima, seguí por la descripción del lugar y cuando iba al punto culminante de la charla, a lanzar la mejor pregunta de la noche “…De que signo sos?....” ella me mete un beso de película, que no se si era por que el chamuyo barato surtió su efecto o era para parar de escuchar las boludeces que se caían de mi boca. Y en lo mejor de aquel beso interminable …Oh…Oh…Houston tenemos otro problema. Imagínense, pónganse en mis zapatos, 13 o 14 años, bailando lentos con la más linda, en el garaje de la casa de tu mejor amigo. Y si veo que me siguen en el relato, y si se despertó, y si cobró vida, y si me agarró un calambre en la chota que ni les cuento, de esas erecciones que si te das vuelta rápido le quebras la pierna a alguien, y pense “..que hago?..” y bailando me la lleve para la vereda, pensando de que habia pasado desapercibido. Pero cuando volví a entrar se apagó la música y todos echaron a reir.Creo que invente colores nuevos para sonrojarme. Rober me dijo con un sutil tono de voz como la de los verduleros del Mercado Central, que era tal el palo que hasta su tia se habia cagado de la risa. Bueno ese fue mi primer baile de adolescencia. Cronograma de TKD Gaby Campagnola Una Flaquita que vivía La hermana Gordis de un en las Tiras del Fuerte pibe de TKD Mente en blanco, no recuerdo ya verán porque Mi PRE adolescencia transcurrió, como les decía en el gimnasio de TKD. Ahí me hice un amigo, “Robertito” el era un pibe que había empezado en el gimnasio con cinturón rojo, pero rápidamente hicimos amistad. Robertito era medio cabezón, tenía un diente de lata y era gordito, y era buen pibe. Su padre era tachero, y tenía el auto más feo que había visto hasta ese momento, un DKW naranja, que pasaba más tiempo roto que otra cosa. Su mascota era un gato negro llamado “Lucifer”, extraño nombre para una mascota ( Atando cabos…. Pip..pip). Una tarde me invitó a su casa, y gracias a Dios fui. Eran como las 2 o 3 de la tarde cuando doble las esquina, y es cuando todo empezó a andar en cámara lenta, y las vi una por una, frágiles cuerpos rebotando como en una danza, planeada solo para mí. Mi sensación era como la de haber encontrado el paraíso, todas ellas jugaban un juego que conocían bien, el de seducir sin querer, el de atraer al marinero hacia las rocas. Luego de la primera impresión comenzó mi observación en frío: (Léanlo como si fuera la visión de TERMINATOR) Laura.....1.60 Mts…….Bucles Rubios…..ojos verdes…de Tetas era un amigo……..muy buen culoJessica……1.60 mts …….Pelo lacio rubio…..Ojos marrones claros…….muy flaquita…. Pero con redondecesLa Prima de Robertito ……1.50 mts…..Pelo castaño con ondas……voz afónica ……Toto para alquilar balcones.La flaca de la vuelta ……1.60 mts…..Castaña ojos marrones….apretaba bienMercedes de al lado de Jessica ….1.75 mts….Morocha….ojos marrones….2 o 3 años mayor que yo. Ya no recuerdo mas datos, pero la escena era todas ellas jugando al Volley en la vereda, con el clásico enfrentamiento de chicas contra chicos y no se si por casualidad o causalidad, faltaba uno. Y llegó el chabon. 1ª Sensación de discriminación: Luego de que mi amigo me presentara a cada uno/una, dando como es de rigor en toda barra el primer nombre seguido del apodo, cae la pregunta de rigor “…Donde vivís?...” y mi sincera respuesta fue “..En Fuerte Apache…”todos se quedaron callados y no sabían si correr, o darme la billetera o aceptarme. Gracias a dios me aceptaron. negativos, por que lo manual con mucho detalle no esta desarrollado para mi impaciente curiosidad. Me acuerdo que el hueso practicaba Taekwondo (TKD) y un día me invitó a la clase, que se daba en la sociedad de fomento del barrio. Me encanto y paso a ser una actividad que me marcaría, no solo por los golpes recibidos sino en lo vivido. Capitulo de las exhibiciones de Taekwondo O En que estaba Pensando! No me voy a olvidar jamás de una exhibición que ofreció mi profesor en la esquina de la plaza de la calle Bouchard, no recuerdo si era para el colegio o para la sociedad de fomento, pero de algo no me voy a olvidar y es de que a veces hay que cuestionar, hay que anticiparse y como buen Argentino siempre pero siempre hay que tratar de zafar, y ahí les va el porque. Había comenzado la tarde con números varios, pero llegó el momento del TKD. Algunos pelearon, otros hicieron formas, y cada vez iba creciendo la adrenalina del público y del desquiciado de mi profesor (Luis Pernas). Se estaba quedando sin cuadros para presentar y me pide que le alcance una pila de ladrillos y una maza, como buen discípulo lo hice sin preguntar, luego me pidió que me acostara en el suelo…. Y como un boludo lo hice, ahí en ese momento es que debería haber intuido lo que este muchacho quería hacer… (Esto léanlo lo más rápido posible por que así sucedió) me puso la pila de ladrillos en el estomago me dijo trabara la panza y me cagó a mazazos hasta que no quedo ningún órgano sano y la puta madre. No crean que eso terminó ahí, para que vean que se había subido a una montaña rusa de locura, se metió 8 o 9 baldosones en la cabeza y “Luli”, un compañero del gimnasio, le dio con una maza de 10 Kg. hasta que no quedo ningún baldosón sano, que era lo único sano que encontraría la maza en su recorrido, porque este muchacho como les digo….Le chifla el moño, no le sube el agua al tanque, le faltan algunos jugadores, etc. Pero bueno eso me ayudo a conocer a muy buenos amigos como “ Pipi” Fazzari , un tal Fabián Vicari ( muchacho tímido y veloz del que escribiré más adelante), la hermana de Pipi, que tenía menos carne que guiso de fin de mes, pero con unos faroles claros que ni te cuento. Bueno pasando a mi 6ª primer amor, debo decirles que era rubia, de ojos azules, entradita en kilos, no gorda, rellenita y con 2 terribles…si tetas que por dios. Su nombre Gabriela Campagnola. Capitulo dedicado a Gachi Ferrari Te odio. FIN Continuo el relato con una sensación olfativa, que todos recordamos, el olor a los lápices nuevos. Me acuerdo de que mi vieja me compraba una cajita de 6 Fabber Castell cortitos, una goma 2 Banderas, la lapicera 303 (la Parker siempre fue una lapicera de oligarcas) y las fibras Silvapen de los 6 colores o combinación de colores más feos, a saber MARRON – NEGRO – AMARILLO – VERDE – BLANCO y ahí viene la variante AZUL o ROJO. Capitulo dedicado a los directivos de SILVAPEN Sres. Directivos de SILVAPEN: Para que hicieron una fibra blanca? Esta bien eran los 70’s entiendo la Psicodélia, etc. pero Blanca? Aparte por que nunca se juntaban en una misma caja de fibras los colores ROJO y AZUL? Era un complot contra mis dibujos?… LOS ODIO. Fin Así como cuando vemos una película de a ratos, es que me acuerdo de aquellos días. Pero lo que no me olvido es de mi gusto por las chicas, y ahí les va mi corto cronograma de primaria. Mamá Srta.Susana Celia Fernández La petisa de 6º de apellido Fernández se que era mujer pero no me acuerdo Mi tercer primer amor era Celia, era como una muñeca de porcelana, su piel blanca (casi transparente) pelo negro y ojos azules, contrastaban con sus paletones de conejo y su seseo, pero tenia ese brillo del primer amor. Me acuerdo que mi vieja y la mamá de Celia comentaban que uno por el otro suspirábamos de amor. Pero nunca me animé, era el destino. Podría contar mi vida solo citando las personas de las que me enamoré y de cómo influyeron en mí. Mi infancia como les conté transcurrió en un lugar duro pero tenía mis amigos, no ahí, sino en el barrio de mi escuela, Villa parque Caseros. Ahí conocí a mi primer mejor amigo, Fernando el “ Hueso” Zynik, de descendencia polaca, vivía a la vuelta del Cole, y recuerdo que iba muy seguido a su casa. Su padre era arquitecto y la primera vez que fui mi amigo me enseño el hobby de su padre, que era el modelismo y las maquetas, algo que intente mucho más adelante con resultados Crecí en el barrio Ejercito de los Andes en Ciudadela (lugar áspero, si los hay) hoy conocido como “Fuerte Apache”, creo que le pusieron así por una película de los 80’S (Fuerte apache en el Bronx). Era un lugar duro pero mi niñez fue tan buena que no me daba cuenta de lo que pasaba, quizás anestesiado por el amor de mis viejos. Obviamente no éramos ricos, ni pobres, ni clase media, éramos lo que la mayoría de los Argentinos somos, esa clase social que se debate entre cambiar el colchón por que es como dormir en una cama de clavos, porque no da más o comprarle ropa a los chicos. Es más, en nuestra clase social la moda llega 10 años después, y nos encuentra en los 80’S con pantalones Oxford y camisas de bambula, y en los 90’S con grandes hombreras y peinados estrafalarios. Por cierto después de 37 años de vida, no hace falta aclarar que sigo en el mismo estrato social, pero no me quejo, al mirar a otros no puedo quejarme, al ver la vida de mis viejos no puedo quejarme, y al intuir lo que van a vivir mis hijos no me puedo quejar. Mis viejos trabajaron a destajo para que no nos faltara, ni la comida ni la ropa, ni el amor, que es lo más importante. De amores y odios de un tipo común Estudié en la escuela Nº 15 Sargento Cabral, ahí es donde conocería a mi segundo primer amor, es redundante aclarar que mi primer primer amor es mi vieja (Froid ni lo intentes, soy Argentino y esto es ley) bueno como decía llegue a esta escuela con el miedo y la ansiedad de todo chico de 6 años. Y estaba ahí, la Señorita Susana, flaca, alta, casi interminable, rubia y muy dulce. Me enamore de inmediato. Y como todo Argentino enamorado nos pinta la beta del chamuyo, fue entonces que para ganarme su atención, y algunas horas de sueño en clase, invente la historia de que “…Mi Mamá me hace trabajar de noche” ay!!!! Fue lo único que me acuerdo que dije. Mi vieja no nos pegaba, pero ese día se rifaba una paliza y yo tenía todo el talonario. A la noche la escuche cuando le contó a mi Papá, el que hubiese rogado que me pegara antes que me sermoneara. Un reto de mi viejo era peor que un coscorrón y lo peor de todo era que siempre tenía razón. Pobre mi vieja la imagino frente a la directora recibiendo el sermón, ninguno de mis viejos se merecía aquella mentira de chiquilín, pero mi intención no fue faltarles el respeto, solo ganarme el corazón de una mujer. Lo que más recuerdo de esos días de escuela eran las mañanas con el olor al mate cocido caliente, la mermelada de zapallo que hacia mamá, y en los primeros días del mes el dulce de leche, pero todo no es así de lindo existía alguien que generaría la primera sensación de odio, profundo, viseral…..indescriptible. Mi vieja había comprado un “equipo de audio”, un WINCO valvular que contaba con lo ultimo en tecnología de la década del 30. Tenía radio onda corta y onda larga, AM!! Tocadiscos y…. nada más, también tenía 2 bafles de 8 parlantes de 10” cada uno. Mi madre a las 06:30, puntual como la muerte, encendía esa maquina y ponía un programa que aun hoy me causa pesadillas…..Arriba chicos con Gachi Ferrari. Esa canción que odiaba decía así….AAAArriba chicos que el nuevo día comenzó… Nací el 13 de Abril de 1972, según lo que voy a contar más adelante creería que fue un Martes 13. Provengo de una familia de trabajo, Papá Ricardo Amílcar Fernández nacido en Villa del Rosario –Córdoba- Hijo de Nicanor Fernández y la Ñata Cuello. Mamá en cambio es importada, nació en Pontevedra – Galicia – España, hija de Ramón Caneda (Alias el Gran Fontan) y Mercedes Rial Piñeiro, y como algo que en algún lado estaba escrito ella llego a la Argentina el mismo día que nacía mi viejo. (El destino?....) Ambos Mamá y Papá son el trabajo hecho personas, Mamá ayudando a muy temprana edad a cuidar de sus hermanos y en el negocio familiar, y Papá ,empujado un poco por la necesidad, a los 8 años repartía carne para una carnicería muy conocida en aquellos tiempos en la zona de Bella Vista. Ahora con el tiempo pienso que lástima que cuando ellos tendrían que haber estado disfrutando o jugando, o cuando lo más importante de sus vidas debería haber sido el primer beso o estudiar para rendir una materia, ellos debían trabajar. Ahora entiendo su preocupación por mis estudios, por lo que me pasaba, ahora entiendo…. Y aún siguen trabajando, y lo hacen por el amor que nos tienen a mi hermana y a mí, o a veces creo que lo único que conocieron fue el tener que trabajar. Lo que me hace pensar en que parecida es la vida a una calesita, uno se apura por subir, la emoción, la excitación, y la adrenalina. Tratamos de elegir siempre el mejor lugar, a unos les toca viajar en el autito rojo otros en el más destartalado, los que no son tan rápidos pueden solo aferrarse al caño, y solo a uno le toca la sortija. Pero una vez que estamos instalados y todo empieza a moverse y la música y las luces nos adormecen y nos transporta, nos damos cuenta de que todo termino y debemos bajarnos. La única diferencia es que en la vida solamente hay una vuelta, y hay que disfrutarla, aún si nos toca viajar apretados, aún sino nos toca la sortija. Bueno entrando en tema esto no es más que la pretensión de escribir lo que percibí al crecer, mucho parecerá exagerado y casi una fabulación, pero recuerden que soy un tipo promedio y aparte Argentino con esa tendencia rioplatense a la exageración. Una vez escuche un chiste que decía…El mejor negocio es comprar un Argentino por lo que vale y venderlo por lo que EL dice que vale…..Sería un chiste? Bueno esto justificaría si algo exagero o si les parezco agrandado, o si todo lo escrito es meramente una Boludez. Corría el año 55, cuando el mudo Gambini, un ladrón de poca monta del barrio Carabaza, fue encontrado muerto junto a su perro Zimba en la calle Pringles. Era una de esas noches donde la fina garúa, calaba las almas de los valientes que trataban de hacerle frente, esa lluvia con mezcla de niebla, sabía cubrir bien a los enamorados en los callejones y esconder bajas pasiones, odios y rencores. Lo cierto es que aquel sabandija no merecía tal muerte, tanta ira, tal rencor y desprecio por la vida humana. Si bien Gambini era un ratero, pertenecía a una “familia” ,los Cancerberos, familia la cual tiene a sus hijos bien vigilados, y si sospechaban que el hijo había torcido sus pasos lo “ mandaban a dormir sin comer”, como sabia decir Pedro chico el mandamás de la familia. Se dice que fue por amor, otros que fue por una deuda no pagada, pero lo cierto es que el cuchillo penetro su garganta y terminó en su ombligo, esparciendo sus viseras por el adoquinado de la calle Pringles, solo su perro, mudo testigo de aquella noche puede dar fé de lo ocurrido. Era un día como cualquier otro en la Argentina del General, las fábricas abarrotadas de trabajadores, los trolebuses cargados de poderosos brazos dispuestos a forjar el futuro, se movían como gigantescos ciempiés hacia las zonas portuarias, los canillitas pregonaban las noticias “la nación quinta, La princesa Sofia presenta sus joyas en el museo de arte…” o “ Extra, extra Gran cargamento de dinero desaparece misteriosamente..” Los cierto que los gritos del pequeño canillita se perdían en la maraña de sonidos de la cuidad. El mudo el menor de los 14 hermanos Gambini, era un hombre de origen italiano criado en las riberas de la Boca, en la época en que lo conocí solo era un muchacho bueno de condición humilde y corazón amplio. Nos hicimos amigos por casualidad yo viajaba a la casa de mis abuelos en el trole 403 cuando un problema mecánico me dejó a pata, entonces metí la mano al bolsillo y solo contaba con una moneda de 25, pedí entre la gente pero nada, todos estaban embarullados en sus problemas, mis problemas crecían hasta que llamó mi atención un pobre ciego que estaba en la esquina de la plaza. Sus ropas harapientas, y su falta de higiene me hablaban de que no la pasaba muy bien, y con voz quebrada casi como un moribundo pedía “10 centavos por caridad 10 centavos para poder comer…” .Sentí en ese momento de que mis problemas de traslados no eran nada ante aquel pobre ciego, me compadecí de él y le dí mis 25 guitas, dejandolas caer en la lata de tomate que tenía por alcancía, “Dios te ayude hermano… pero solo te pedí 10 centavos no 25…” me quedé sorprendido, como había podido adivinar de cuanto era la moneda si ni siquiera la tocó, entonces bajó sus lentes oscuros y guiñandome un ojo, me dijo “ Tomá las 25 guitas y seguime…” Presuroso tomé el dinero y nos encaminamos hacia un callejón cercano, el caminaba con dificultad y me pedía que lo guiara. Ni bien doblamos la esquina del callejón se entró a reir. “En serio me querias ayudar, sos un perejil, no te diste cuenta que veía, si apenas te marque que bajaste del 403 me di cuenta de que sos un pelagatos…” lo que pasa es que pensé que estabas en apuros y con hambre, entonces…” entonces larga otra carcajada que casi lo deja sin aire y dijo “ vení yo te voy a enseñar a sobrevivir pero te doy 2 o 3 truquitos y depués estas solo eh…” Comenzó entonces a enseñarme el cuento del tío, la media uruguaya, y la forma en que debía hacerme el ciego, “ Bueno listo con eso tenés para defenderte..” Me paré entonces en la esquina de Agüero y Perón y comencé con lo del ciego, al rato me vi rodeado de tres personajes salidos de los prontuarios de la Federal, un petiso tatuado, otro falco con la vista perdida y el más agresivo bien vestido de traje y corbata, lo que me llamó la atención. Me increpaban “Eh tomatelas de acá ..” “esta es nuestra esquina chambón..”; como un relámpago cayó el mudo e inundó de golpes la escena, “ dejen al pibe que está conmigo…” todos salieron corriendo, y el de traje al huir decía “ se va a enterar Pedro chico, sabelo…” Entonces el mudo me levantó del suelo, en donde me encontraba después de haber recibido un golpe en el revuelo, y le dije “ te debo una…” a lo que contestó “ Una son la cantidad de vidas que tenés cuidate..” y se marchó con rumbo a la calle Pringles, entonces lo seguí, siempre a distancia, escondido entre la gente. En un instante se dio vuelta pero me oculte detrás del canillita le pedí un diario, “Extra, extra sin pistas sobre el cargamento de dinero desaparecido..” gritó cerca de mi oído el pequeño, entonces compré el diario con mis 25 guitas y lo seguí. El dio vuelta en la calle Pringles y se internó en un conventillo, en la pieza de arriba estaba su guarida, cruzando el patio adornado con guirnaldas de ropa colgada, glicinas en las macetas, y canarios enjaulados. Una señora gorda me salió al paso y me dijo que me fuera pero insistí en ver al mudo, giro su regordete cuello y Gritó “Mudooo te busca un perejil…” (que tienen contra el perejil en este barrio todavía no lo sé). “Dejalo pasar ..” entonces doble el diario por la mitad y me encaminé a la pieza. Un ambiente pesado de encierro se respiraba en esa pieza de dos por dos, donde se repartía las horas entre el catre, la vieja silla de paja trenzada y el calentador a Kerosene donde silbaba un tango su ennegrecida pava. “ Sentate, y pasame el diario..” acepté u obedecí no sé cual de las dos. Entonces me dijo “Quien pudiera hacerse con esa guita no?..” “ con cual?..” le respondí “Con la guita del embarque perejil, con cual otra….” (otra vez con la hierba aromática). Fue cuando recordé una historia que me contó mi abuelo Agustín. En ella describía la forma en que el se vengaría de un patrón, que lo echó del trabajo por salir con la que ahora es mi abuela, el decía que todos los días a las 5 en punto el patrón llamaba a un camión de caudales para retirar la recaudación de la fábrica, el sabía que ese era solo un artilugio para sacar el dinero en un viejo camión conducido por su lamebotas Pedro hijo de un amigo suyo. También sabía el lugar exacto donde lo guardaban hasta el otro día. No hice más que relatarle el cuento al Mudo, “ y si fue tu abuelo?..” “No creo ..” respondí “Mi abuelo murió hace una semana, en la miseria total… Imposible..”. “Decíme en donde lo queria esconder…” “ en un viejo galponcito de la calle Luján, donde mi abuelo tenía un horno de barro..”. Y nos dirigimos presurosos, tomamos el trole, y llegamos al trote a la Calle Luján. Su polvorienta bienvenida opacó mis zapatos, entonces entramos en el galpón y comenzamos a revisar nerviosos casi desesperados. Y bajo una lona, cerca del horno de barro encontramos 3 bolsas, El mudo sacó su cuchillo y cortó el costado de una “ esta llena de guita…me salvé..Ja ja..” a lo que respondí “ Siiii nos salvamos…”. Dejó de reírse y me miró fijamente, levantó su cuchillo ante mi y dijo “ Me salvé.. o que esperabas?.. que lo compartiera …Pe” “Si perejil… ya sé..” repliqué. Entonces tomó las tres bolsas de dinero y huyó corriendo. Me sentí desolado, y volví a mi casa con la amargura que luego se convertiría en deseos de venganza Al paso me encontré con Perla, una morocha de clase media que me tenía loco, pero nunca la pude invitar a salir dada mi condición humilde. Me guiño un ojo, y cuando la iba a encarar me salió al cruce su vieja, una estirada que se la daba de ricachona “Vení para acá que ese solo te puede dar pulgas y mala vida…” Mi corazón se volvió a romper; solo sin dinero y a pié, me dirigí a mi casa a la pasada Andrés, un pibe del barrio me dijo “che hoy se junta la crema de la crema en el baile la tierrita, Venís?...mirá que va Perla..” Entonces sin nada que perder me preparé. Me bañe, engomine mi pelo, lustre mis zapatos y me fui para La Tierrita. Las luces de Colores y los banderines le daban aire de fiesta a la noche, a la entrada como era de rigor el Negro Chiche te palpaba de armas, pero yo era un tipo tranquilo y ya me conocían entonces me miró y me dijo “Pasá pibe..” con esa voz aguardentosa, que denotaba largas noches de alcohol y faso. Sonaba los ritmos de Alberto Castillo, del maestro Troilo, entonces entró Perla, hermosa deslumbrante, acompañada de la arpía de su madre. Me acerco para cabecearla como es costumbre y se me interpone un dandy bien peinado, de traje a rayas y zapatos de charol. Se me adelantó y la invitó a bailar, la madre me miró mientras decía “Dale Perla salí a bailar con el caballero,..”. No hice mas que tragar la amargura y me encaminé al Buffet a tomar unos vinos, sabios bálsamos para el olvido. No se cuanto bebí esa noche, no era un tipo acostumbrado a la amargura del alcohol, a la salida de La Tierrita, me ataja el Negro chiche, pone su inmensa mano en mi hombro y sin decir ni una palabra me miró a los ojos… y me dijo todo, asentí con mi cabeza como pude y me fui a la calle. Caminé y caminé, doblé la esquina de la calle Pringles y los encontré a los dos jugueteando al amor. No podía controlar mi ira y me acerqué precipitadamente lo dí vuelta del hombro y el respondió con un golpe, caí al piso y un perro me empezó a ladrar como desesperado, Perla ya había corrido hacia su casa como alma que la lleva el diablo. Me incorporé y le reclamé “No podés hacerme esto, primero la guita y ahora Perla…” a lo que el mudo respondió “ Yo te dije que te enseñaba unos trucos, pero los mejores me los dejé para mí…Ja ja..” no terminó de decirlo que mi puñal atravesó su garganta y bajó súbito hacia su estomago. Limpié mi cuchillo y corrí hasta la casa de Pedro, mi amigo, y le dije “ Ya está hecho..” La mueca de su cara denotaba una media sonrisa, al otro día partimos hacia Uruguay con el botín y nadie más supo de mí. LAS TERMOPILASDedicado a Juan Carlos y a Blanca Juan subió jadeante las escaleras hasta el sexto piso, del quinto edificio de la cuarta avenida. Vio la puerta a la mitad del pasillo y le asestó una patada al medio a su impulso la portezuela cedió dócil ante el embate juvenil. Apenas entró a la habitación con una mirada abarcativa supo que no había nadie. De inmediato la cerró con violencia contenida como para que no hiciera ruido. Su rostro estaba lívido, demacrado, del color y la textura de un papel al que el sol y la intemperie lo golpean con saña. Estaba jadeante, sudoroso, al sentir su respiración pensó: - el cigarrillo, me está matando y sin embargo sigo fumando como loco-. Se asomó a la ventana, corrió la cortina y vio como la calle pulcra no detenía su rutina habitual solo el azul uniforme y el negro bota inundando todo: senderos del paseo público, calzadas y aceras. Sin dudas era el fin. Estaba asistiendo azorado al último día de su vida, a pesar de estar sentado en el suelo la respiración le aguijoneaba los pulmones y el miedo le oprimía la garganta. - La policía, dijo, estoy perdido-.Al iniciar el ascenso a la montaña urbana había visto pasar a una anciana con un bastón, vacilante, lenta, amorosa. Con los años decorando de invierno su cuerpo y su andar. También vio a una mujer con el pelo ensortijado, erecta, de mirada penetrante, tacos altos y una minifalda que dejaba ver piernas bien cuidadas y un paso rítmico y seguro, de cómo quien va en busca del príncipe soñado, siguiendo la estela del amor. También vio al escolar con una mochila cargada de esperanzas. Cualquiera de ellos: la anciana, la mujer bella o el escolar, podrían servir de rehenes y el podría sino salvarse de la cárcel al menos salvar su vida. Pero no podía hacerlo, definitivamente no podía hacerlo. Si bien él era un bandido, también era un universitario, abandonó la licenciatura en historia faltándole muy pocas materias. Aún no sabe bien porque lo hizo, la cuestión es que está allí, atrapado en una habitación del sexto piso, del quinto edificio de la cuarta avenida. Sudoroso miró el viejo, estoico, reluciente y mortal Colt 38 Special y pensó esto será las Termópilas, recordando aquel épico combate que mantuvo Leonidas (él) contra Jerjes (la policía) en el desfiladero.Como Leonidas él decidió anclarse al suelo y no huir, dar batalla. Apoyó el pulgar sobre el percutor del revólver, echando hacia delante el caño para facilitar la operación, con cierta profesionalidad, el tambor giró alineando una bala con el cañón quedando amartillado.Se asomó a la ventana, viendo como muchos pares de ojos, demasiados tal vez, desde los edificios cercanos, miraban la escena ávidos de ver pasar el noticiero en vivo y en directo ante sus ojos en la televisión de la vida. Esas miradas eran tantas que recordó las flechas de Jerjes que tapaban la luz del sol y al comentarle este hecho a Leonidas, el valeroso guerrero dijo: lucharemos a la sombra. El también lucharía a la sombra de su marginalidad, solo, desterrado de la sociedad.Pero no quería morir anónimo, con cariño acarició la vieja libreta universitaria, en la que constaba que anduvo por los claustros que era un universitario, se aseguró en realidad que estuviera allí, ya que cuando las balas atravesaran su cuerpo y por esos agujeros con el río rojo desbordado se le navegara la vida, algún cronista de diario o TV, pudiera comentar: el bandido Juan, había ido a la Universidad, por qué estaría de delincuente. Vio la foto: un escalofrío le recorrió el espinazo, algo andaba mal o el espejo le mentía descaradamente o esa foto que mostraba a un sonriente y lozano joven no era él. Claro que era, vaya a saber porque estaba ahora tan viejo, tan solo, de bandido y rodeado por la policía.Considerando que sería su último día de vida, tal vez la última hora, reflexionó, cómo podría haber llegado hasta esta circunstancia, si hubo como en las Termópilas un Efialtes que lo traicionara y diera su rutina a los uniformados para que lo encuentren y lo maten. Pues Juan ese día tenía la firme convicción que moriría. También pensó como alternativa disparar a un policía, herirlo o matarlo, aprovechar la confusión y huir. Pero no, esa no era una buena idea, el era bandido sí, pero también era un hombre culto que mantenía ciertos valores morales. Se recostó en el piso sus poros eran canillas abiertas que buscaban cauce en las arrugas y goteaban generosas gotas saladas sobre su ropa. Esperaba los disparos, la irrupción de la policía por la puerta débil y desvencijada y se quedó dormido. Le perturbaron todo el tiempo el clamor de la batalla: gritos, ruidos de muerte, lanzas de traición, jabalinas de insidia, espadas de maldad, mazas de crueldad todo resumido en un sola palabra y acción: muerte. Habló un rato con Leonidas y le preguntó porque no huyó, no salvó su vida y este le dijo que más que valor o coraje, que más que temple u osadía tenía dignidad. Habló con Jerjes y le preguntó por qué quería conquistar todo el mundo, no escuchó bien la respuesta, se durmió, lo raro es que escuchó disparos, en las Termópilas no hubo disparos, no se conocía la pólvora, entendió que era su fin, que el túnel luminoso se le abría enfrente para transportarlo de esta vida al más allá; era la policía que lo había encontrado y dado muerte. Al final, se dijo Juan, no fue tan feo morir, no tuvo miedo ni dolor. El rojo velo de la pesadilla tiñó de sangre y muerte su viaje onírico.Juan no quería abrir los ojos, le parecía estar despierto, ¿vivo? Se llenó de coraje y buscó la luz por la ranura fina de sus párpados adormilados, viendo la misma ventana que antes de dormirse, le parecía surrealista, solo le dio mejor razón del escenario vívido el tenue movimiento que mecieron las cortinas columpiadas por el viento. Sintió el peso del revólver en su mano, el arma seguía intacta amartillada aún, con un grande cuidado sujetó el martillo con la mano izquierda y la hizo reposar tranquila sobra la bala para que esta no explotara. ¡Se acordó de la puerta y al mirar hacia atrás pensó verla acribillada a balazos, pero no, estaba intacta! ¿Ese lugar era el purgatorio, el infierno o el cielo? Se levantó, asomándose a la ventana vio la plaza casi seca de los colores azul uniforme y negro bota, sola una ambulancia y un tumulto de periodistas y curiosos. - A la gran flauta se dijo, estoy vivo- Sigo en el sexto piso, del quinto edificio de la cuarta avenida .Rápidamente envolvió el revolver en una sábana, no sin antes, borrar sus huellas digitales, se secó la transpiración, comprobó que en el bolsillo izquierdo de su camisa aún estaba su libreta universitaria, abrió la puerta que lo mantenía fuera de la vida, ahora lentamente. Se acomodó la ropa, en el tercer piso vio un basurero muy grande, allí arrojó el arma. Al llegar al primer piso se enteró que la policía había dado muerte a un bandido joven que obviamente no era él. En la planta baja un policía le cortó el paso, le mostró su libreta universitaria, el oficial se cuadró y solo le dijo: adelante señor.Allí Juan entendió lo que había ocurrido en el sexto piso, del quinto edificio de la cuarta avenida: la batalla de las Termópilas y Leonidas (él) murió realmente como bandido. Solo que en esta ocasión Enfialtes fue su propio prejuicio y Jerjes lo volvió a la vida.Diciembre de 2006
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SIR MARIAN
ME QUEDE CORTO GORDO.
TIENES ARTE
SABES DAR A LUZ.
CREAR