Tal vez no llegue a ocurrir absolutamente nada, que no alcances a mirar la verdadera profundidad de mi alma al querer decirte a gritos mudos, que podría ser yo quien haga que tu corazón mantenga su firmeza en el amor, que no alcance a tocar la suavidad que reflejan tus labios, que no logre hacer que tus ojos brillen como si el mundo aún tuviese oportunidad de esperanza y sobre todo, tal vez no llegue a ocurrir que tu sepas lo maravilloso que guardan mis pensamientos sobre ti. Pero el tiempo que sea, lo haré perdurable, mientras siga oliendo el aroma de tu persona, con sabor a felicidad limitada. Y es que a veces el corazón es tan débil, que acepta y permite plazos muy cortos de cariño febril. SPC