Escribir libera, escribir ayuda. Ordena mi desastre, ordena mis ideas. Me ayuda a darme cuenta que quiero decir adiós.¡Quiero decir adiós!, a este hoyo negro en mi corazón, a este desastre que no tiene compasión, que me ahoga, me quita el aliento y me somete a sus fuerzas. Sin dudas esto que siento es el cruel dolor.Oh dolor, ¿cuándo podré decirte adiós? Tus besos fríos me estremecen, me entristecen. Me llenan de gritos desesperados, de oscuras noches inundadas de tu río. Sí, tu río de dolor. Me hundo en tí, me arrastras a tus profundidades, me lastimas y sangro. Estas heridas, las heridas que causas en mí son profundas. En mi patetico sufrimiento me pregunto, ¿cuándo podré decirte adiós?Me haces querer correr y empezar de nuevo. Divago en mi mente, imagino y me pierdo en mi mundo de fantasía. Nuevas personas, nuevos lugares, nuevos horizontes, mientras aún deliro y me emborracho con el vino de tu elección, aún allí encuentro valor.Tú, esperanza, lanzas tu tenue y pequeño rayo de luz. Me das fuerzas y trato de emerger, lo intento con todas mis fuerzas, lucho e intento alejarme de la oscuridad, y así surge mi próximo enemigo.Yo. Cuando recuerdo que aún en el país más lejano ahí estás, aún con la persona más cálida ahí estás. ¿Por qué sigues regresando?, ¿Acaso no tienes suficiente de mí?La fotografía de un futuro seguro se vuelve del color chispeante al negro sombrío, ese disgustante abismo, vuelve a absorverme, y me lamento, porque cuando mis aflicciones comienzan a desaparecer, justo cuando pienso que podré descansar, justo cuando quiero ganar, justo cuando creo que podré al fin dejarte atrás te vuelvo a abrazar.El ciclo vuelve a empezar, tus besos y abrazos engañosos vuelven, tu austucia pudo contra mí. Mi cuerpo y mente exhaustas no dejan de gritar y anhelar el día, el día en que por fin pueda decirte adiós.