"Pasos indefinidos sobre veredas amorfas. Un caminar inconcluso hacia ningun lugar. Sólo ella, eterna cómplice, susurra a los oídos murmullos infinitos". Recorrí las calles oscuras, visité a seres anónimos con historias que se ocultan a la luz del día...Y me fascinó. No hacía más que caminar, después de todo, no esperaba encontrar nada. Sin embargo, decidí sentarme del lado de la ventana de ése bar perdido (tan perdido como yo), a observar. Cientos de seres comenzaron a desfilar como en una comparsa surrealista, porque no eran simplemente "Gente", no...eran seres nocturnos definidos cada uno por sus intenciones, unas buenas, otras no tanto, pero claramente se podía notar lo que todos ellos tenían en común: Todos ellos buscaban. Hurgueteaban en la noche como una jauría hambrienta, deseosa por devorar todo aquello que con el sol no se ve... Y me volví a fascinar. La lluvia daba el trémulo toque kafkiano a la sombría Buenos Aires. El humo de mi cigarrillo dibujaba figuras, efímeras como mis días de sol. Y ésos seres del otro lado, del otro mundo de que sólo me separaba un vítreo límite. Buscadores Nocturnos con historias pegadas en la frente, aferradas al alma, gladiadores de un circo exclusivo, guerreros que luchan por hallar "ésos momentos y atesorarlos en secreto hasta la próxima luna. Sí, son Buscadores Nocturnos, y dicen que los que buscan, encuentran.Mi Martini seco se había secado, el reloj no marcaba ninguna hora y me había quedado sin cigarrillos, entonces, tomé coraje y pasé el límite, me interné entre ellos y con la curiosidad del buscador, seguí caminando a la par de la comparsa... Y me fascinó.