En ella reflejaste tus miedos. Su sonrisa provocó un torbellino de emociones y miedos que aún hoy perturban tu corazón. La miras de lejos, la observas y te gusta lo que ves...la tienes tan cerca y a la vez tan lejos, la quieres coger y también alejar al mismo tiempo, porque, en el fondo, tu corazón se debate entre dejarse amar o aferrarse a la seguridad de la soledad, dónde no puedan romperte en mil pedazos. La quieres, pero no quieres....la querrás pero cuando te quieras dar cuenta ya no estará para ti.